2. Por el mes de julio era, ya cantaba el alcaudón, y se esmaltaba el campo, por el sol. Entre nubes se dibujó una princesa del viento y la visión se hizo real, un momento. Cuando la volví a ver la magia no se deshizo porque ella es, en si misma, un suspiro. Como salida de un cuadro de una gran pinacoteca, allí estaba, ella. De movimientos suaves y con andares de reina. con sus manos aletea cual alondra, en primavera. Un vendaval de cabellos con sortijas de azabache, azafata de los vientos.
3. ¡Cuidado! que viene la garza de ojos negros, no se lo que yo daría, por tenerlos. Con la sonrisa embelesa, con la mirada enamora, con la voz, seduce con un suspiro, Enarbola. Amador Pérez Viñuela