La revolución sexual de las décadas de 1960 y 1970 supuso una mayor aceptación pública de actitudes y prácticas sexuales antes consideradas tabú, así como el cuestionamiento del poder erótico, la monogamia y la heteronormatividad. También abrió el camino hacia la aceptación de la homosexualidad, el feminismo y otros movimientos que lucharon contra el machismo y la discriminación.