3. Este ha sido un
tema muy
controversial en
algunas iglesias,
sobre todo en aquellas
de corte pentecostal
4.
5.
6. La vestimenta femenina era muy similar a la masculina.
Pero la diferencia debe de haber sido
bastante evidente, (Dt. 22.5).
7. En el pueblo hebreo la forma y estilo de vestir se conservó igual a
través de los siglos desde los tiempos del Antiguo Testamento
hasta los del Nuevo Testamento. Las principales prendas eran:
La túnica
8. El manto
Las mujeres usaban,
además, un manto, la
prenda que más
distinguía a la mujer
del hombre en lo
referente a vestuario.
Los usaban
igualmente hombres
y mujeres (Job 30.18;
Gn 37.3).
9. El cinto
El cinturón o cinto fue, en las tierras y el
tiempo bíblicos, parte esencial del vestido
tanto del hombre como de la mujer. En su
forma y contextura variaba desde el simple
cordel hasta una elaborada pretina, como la
que usaban los sacerdotes y el sumo
sacerdote.
10. La confusión ha estado aparentemente en el
siguiente versículo:
11. La preocupación de Dios en ese momento estaba centrada en el
hecho de que el hombre y la mujer deben vestir de una manera
que puedan ser claramente identificados como masculino y
femenino.
12.
13. En primer lugar, nunca habla de
pantalones y la ordenanza es para el
hombre y la mujer. En los tiempos del
Antiguo Testamento y hasta el día de
hoy en oriente, la diferencia de
vestuario entre el hombre y la mujer es
mínima, no se expresa en la usanza de
pantalones, esa moda es muy reciente y
pertenece a occidente.
14. En las islas del Pacífico los hombres usan faldas, y en alguno
de esos lugares las autoridades oficiales visten una falda y
arriba usan una chaqueta al estilo occidental, hasta con
corbata.
15. En Fiji los hombres visten una falda
que llaman "sulu".
16. En Indonesia hombres y mujeres visten
el "sarong“, que es una tela larga que
cuelgan como falda.
21. y así podríamos seguir enumerando diversas
vestimentas según sus costumbres y tradiciones.
22.
23.
24.
25.
26. La referencia del texto en Deuteronomio no es específicamente a pantalones, que ni
siquiera existían, sino más bien a formas y estilos femeninos que pudieran ser
usados por el hombre o formas y estilos masculinos que pudieran ser usados por las
mujeres.
27.
28.
29. Notamos que en la lista que Dios condena
individualiza separadamente a los
afeminados, de aquellos que "se echan con
varones”
Pero ambos son igualmente sancionados
por la justicia y santidad del Señor, lo
mismo que en el caso de las mujeres.
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35.
36.
37.
38. Por lo tanto, no se trata solamente si
podemos hacer algo porque es lícito, sino
que además hemos de considerar si es
motivo de escándalo para otros.
Notas del editor
Si preguntamos a un creyente cuál es el criterio que debemos usar a la hora de seleccionar nuestra vestimenta, el criterio del mundo o el de Dios, seguramente el cristiano dirá sin titubeos que el criterio de Dios. Pero si preguntamos a ese mismo creyente cuál es ese criterio, es muy probable que no sepa qué responder o que su respuesta descanse a final de cuentas en sus gustos, preferencias y opiniones personales antes que en la Escritura.
En primer lugar, porque era la obra del hombre y no la obra de Dios. Adán y Eva debían entender desde el principio que la solución del problema del pecado está en manos de Dios y no del hombre, y eso quedaría ampliamente probado en la obra redentora de Cristo en la cruz del Calvario. El hombre no puede salvarse a sí mismo del pecado y sus consecuencias.
Pero ese delantal de hojas de higuera, tampoco fue aceptado, porque no cubría lo suficiente dada la situación que se produjo en el mundo por causa del pecado. El delantal que el hombre hizo para cubrirse sus partes privadas fue reemplazado por Dios por una túnica.
Así que el hombre cubrió sus partes privadas, pero Dios le cubrió el cuerpo. Esa palabra es usada en el AT para referirse a una túnica que cubre desde el cuello hasta más abajo de la rodilla. Esa fue la vestimenta que nuestro Dios escogió para el hombre y la mujer en el huerto del Edén; la misma que escogió para los sacerdotes en Ex. 28:3-4; la misma que nuestro Señor Jesucristo usó mientras estuvo en la tierra. Una ropa que cubre el cuerpo.