1. El último turquito
La lectura es un pequeño cuento acerca de como el ser humano está destruyendo la naturaleza.
Me gusta que en la mente del autor haya habido espacio para imaginar cómo podría ser el territorio
animal sin la molesta y ambiciosa presencia de nosotros los humanos.
Cuando se camina por un bosque, por ejemplo, el sonio del viento y los animales es casi mítico, todo
en perfecta combinación y armonía. Apenas somos notados por la fauna cuando no se va en plan
destructor, y aun así la sensación de estar pisando territorio que no nos corresponde no nos
abandona. Nos sentimos intrusos. Y es que, no creo que sea coincidencia que vivamos separados
del resto de los de nuestra especie. En nuestro afán de sentirnos superiores hemos querido olvidar a
qué raza pertenecemos. Cuando tienen noticias nuestras solo es sobre destrucción. Llegamos a sus
hábitats solo mostrar hachas, sierras, cerillos, petróleo y cuanto objeto destructor o contaminante se
nos ocurra.
Esta pequeña metáfora me ha gustado mucho pues creo que bien podría ser lo que sienten los
animales al vernos: Terror. Terror porque saben que los seres humanos somos capaces de las
peores monstruosidades para hacer tintinear unas monedas en nuestros bolsillos.
Directa. Cruel. Y muy realista es este pequeño texto plasmado de razón y de un potente mensaje
que la humanidad no entenderá sino hasta su extinción
Nosotros no estamos por encima de la naturaleza, sino la naturaleza por encima de nosotros.