1. Tema: Evolución de las ballenas
Alumno: Daniel Fernando Silva de Paz
Materia: Biología IV
Profesora: Ma. Eugenia Tovar
Grupo: 628
2. La teoría tradicional de la evolución de cetáceos es que las ballenas estaban
relacionados con los mesoniquios, un orden extinto de ungulados carnívoros,
que parecían más bien lobos con pezuñas. Estos animales poseían inusuales
dientes triangulares, similares a los de las ballenas. Por esta razón, los
científicos han creído por mucho tiempo que las ballenas evolucionaron de
una forma de Mesonychia.
3. Indohyus era una pequeña criatura algo parecida a un ciervo, que vivió hace unos 48 millones de
años en la región de Cachemira. Pertenece a la familia de artiodáctilos. Con el tamaño de un
mapache o un gato doméstico, este animal herbívoro compartía algunos rasgos de las ballenas,
siendo el más notable el involucrum, un patrón de crecimiento óseo que es un rasgo característico
de los cetáceos, y no se halla en ningún otro grupo.
También mostraba signos de adaptaciones a la vida acuática, incluyendo una cubierta externa
gruesa y pesada y huesos de las extremidades densos que reducen la flotabilidad de modo que
pudieran permanecer bajo el agua, siendo similares a las adaptaciones halladas en animales como
los hipopótamos. Esto sugiere una estrategia de supervivencia parecida a la del antílope almizclero
enano de agua el cual, cuando se ve amenazado por un ave de presa, bucea en el agua y se
esconde bajo la superficie por más de cuatro minutos.
4. Los Pakicetus fueron mamíferos terrestres con pezuñas, clasificados como cetáceos muy primitivos.
Vivieron en el Eoceno temprano, alrededor de 53 millones de años atrás. Recuerdan a un perro,
pero con pezuñas y una cola gruesa. Se les vincula con los cetáceos por sus oídos: la estructura de
la bulla auditiva se forma únicamente a partir del hueso ectotimpánico, lo cual es muy inusual y sólo
se asemeja a la de los cráneos de cetáceos; esta característica es definitoria de los cetáceos y no
se halla en ningún otro mamífero.
Al principio se creyó que el oído de Pakicetus estaba adaptado a oír bajo el agua, pero como se
podría esperar de la anatomía del resto del esqueleto, los oídos estaban especializados en oír en el
aire y la adaptación a oír bajo el agua debió ser posterior.
Los dientes de Pakicetus también se asemejan a los dientes de ballenas fósiles; eran aserrados y
tenían forma triangular (recuerdan a los dientes de los tiburones).
5. Ambulocetus ("Cetáceo que camina") es un género extinto de cetáceos primitivos que poseía la
capacidad de moverse en tierra y en el agua. Es un fósil transicional del terciario, y muestra cómo
evolucionaron las ballenas a partir de mamíferos terrestres. El más notable descubrimientos de los
últimos tiempos en cuanto a paleontología llevados a cabo en Pakistán, ha sido Ambulocetus,
animal que parecía una mezcla entre mamífero y cocodrilo. De unos 3 m. de largo, era claramente
anfibio, ya que sus patas traseras estaban mejor adaptadas para la natación que para caminar
sobre la tierra firme. Es probable que nadara con ondulaciones verticales de la columna, como las
nutrias, focas y ballenas
6. Rodhocetus es un género extinto de cetáceos arqueocetos, que vivió durante el Eoceno medio hace
entre 46 y 47 millones de años. Poseía adaptaciones para la vida marina, pero aún retenía muchas
características de los mamíferos terrestres.
El Rodhocetus medía entre 1,5 y 5 metros, y era similar a una morsa o un león marino. Se
apareaban y tenían sus crías en tierra firme. Sus extremidades posteriores eran reducidas, lo que le
permitía impulsarse en el agua.
Posteriormente, sus descendientes tuvieron sus orificios nasales en una posición más alta en la
cabeza, adaptándose progresivamente a la vida marina, se alejaron costas y se volvieron cada vez
más hidrodinámicos. El oído era muy similar al de una ballena, aunque el estilo natatorio era muy
diferente. También tenía una fuerte cola que hacía la función de timón.
7. El Basilosaurus vivió alrededor de 38 millones de años atrás, viviendo en su totalidad en el océano.
El Basilosaurus era una criatura monstruosa, hasta 18 m de largo.
A pesar de que se parecen mucho a los cetáceos modernos, tanto los basilosáuridos como
dorudóntidos carecía del órgano del melón que permite a sus descendientes la ecolocalización.
Tenían pequeños cerebros, lo que sugiere que fueron animales solitarios y no poseían la compleja
estructura social moderna de algunos cetáceos. El Basilosaurus tenía dos pequeñas pero bien
formadas piernas traseras que probablemente fueron utilizados para el agarre durante el
apareamiento (un pequeño recordatorio de la vida de sus antepasados terrestres).