Según la perspectiva cristiana, el hombre es superior a otros seres porque fue creado a imagen y semejanza de Dios, lo que le otorga dignidad e inteligencia. Mientras que para los griegos el hombre está inmerso en la naturaleza, para los cristianos el hombre es jerárquicamente superior y cabeza del mundo debido a que lleva la imagen de Dios. Aunque el cuerpo esté sujeto al pecado, el alma no está contrapuesta a él y ambos son buenos.