2. 1) No comprar BDs de correos electrónicos que estén vendiendo.
2) Cumplir con la promesa de venta ofrecida en la tienda virtual.
3) Las DIFAMACIONES generan:
- Pérdidas, demandas, desconfianza.
- Degradación de los productos.
4) El comportamiento no ético en Internet genera gran desconfianza y se
propaga.
5) Todos los anuncios hechos en la web (tienda virtual,sitio web) deben incluir
afirmaciones verdaderas.
6) Los comportamientos NO éticos y el incumplimiento de la promesa de ventas
generan comentarios negativos a terceros, lo que perjudica el negocio.
7) Nunca compartir ni comercializar los datos de su cliente con nadie,son
privados.
8) Nunca enviar correos masivos NO solicitados (spam)
9) No usar ventanas emergentes como publicidad o información.
10) Nunca registrar un nombre de dominio de una marca existente.
11) Velar por el cumplimiento de los compromisos al cliente y de la promesa de
ventas.
12) Cumplir siempre con la garantía (logística inversa).
13) No usar letra menuda para evadir responsabilidades.
14) Las empresas de hoy necesitan del e-commerce internacional para sobrevivir
y ser competitivas.
15) Debe haber una visión global del negocio electrónico.
16) Tener presente los aspectos del lenguaje y los aspectos culturales.
17) Tener presente la legislación aduanera del país donde se va a enviar el
producto comprado.
18) Contar con una excelente alianza estratégica con una empresa aduanera
(SIA).
3. Con el surgimiento de internet, muchas de las cosas como las conocíamos
anteriormente han cambiado con el paso del tiempo, trasladándose de un ambiente
tradicionalista a un ambiente electrónico. Un ejemplo claro de esto son las
transacciones que diariamente millones de personas realizan. Anteriormente la
única forma de hacer una transacción era a través de papel mediante el cual se
hacían todos los movimientos necesarios para concretar dicha transacción. Este
método, aunque relativamente seguro, frecuentemente consumía demasiado tiempo
y un trámite urgente era casi impensable. Con la llegada de internet, se presento la
oportunidad de realizar transacciones de manera electrónica, esto trajo consigo un
ahorro significativo en tiempo y en costos tanto para el usuario como para la
empresa en donde se realizaba la transacción.
Definición
Básicamente, una transacción electrónica es cualquier actividad que involucra la
transferencia de información digital para propósitos específicos. Sin embargo, a
pesar de ser electrónicas, las transacciones conservan su esencia original, por lo
tanto aun conservan ciertas reglas de origen que las rigen. El tipo de transacciones
más común son las de tipo comercial.
Tipos transacciones electrónicas
Los tipos de transacciones electrónicas que podemos encontrarnos son:
- Transacciones entre las Administraciones y otras personas físicas o jurídicas
(e-government). La aplicación de las TIC por las Administraciones Públicas da
lugar a la Administración electrónica (e-Administración), que hace referencia a
aquellos mecanismos electrónicos que permiten la prestación de servicios públicos
de la Administración tanto a los ciudadanos como a las empresas. El servicio de e-
Administración en España está accesible mediante www.060.es, y la idea es crear una
“ventanilla virtual única” que permita la prestación de todos los servicios públicos
haciendo uso de la interactividad, rapidez, eficiencia y personalización que ofrecen
las nuevas tecnologías.
4. - Transacciones interorganizacionales (business-to-business). Las tecnologías
del comercio electrónico hacen posible transmitir múltiples documentos entre
empresas, como pedidos, facturas y notificaciones de entregas, y efectuar cobros y
pagos a proveedores y distribuidores. El empleo de estas tecnologías da lugar a
ahorro de tiempo y costes en actividades como el aprovisionamiento, expedición de
pedidos y cobros. Por ejemplo, desde el sitio Web de Cisco, www.cisco.es, las
empresas y operadoras de telecomunicaciones pueden comprar distintos equipos de
datacom para sus redes y descargar manuales, información detallada sobre sus
productos, parches sw, etc.
- Transacciones entre empresas y consumidores finales (business-to-consumer).
Las tecnologías del comercio electrónico también hacen posible que los
clientes finales contacten directamente con las empresas, consultando información
sobre múltiples ofertas comerciales y estableciendo una relación de comunicación
personalizada con los vendedores que derive en la compra de productos. Este sería el
caso de www.sonyericsson.es, el sitio Web de Sony Ericsson, desde el que los
internautas pueden acceder a información detallada y comprar teléfonos móviles y
accesorios.
- Transacciones entre particulares (consumer-to-consumer). Las redes de
telecomunicación permiten que los particulares puedan comunicarse e intercambiar
bienes y servicios, lo que hasta la aparición de Internet era bastante inusual. Por
ejemplo, desde www.eBay.es, se pueden poner en contacto distintos particulares
para la venta de productos y posibles compradores
La realidad virtual -la que existe en forma de bits y bytes activados por energía
electromagnética y que ha sido encumbrada por las tecnologías de la información e
Internet- ha cambiado la manera en que nos relacionamos. También ha
revolucionado la economía y los negocios.
Así como el comercio electrónico -la venta de productos y servicios a través de
Internet- ha incrementado las ventas o¬nline (sobre todo las de libros, CD y
productos de informática), también ha planteado nuevos e importantes desafíos
éticos. Estos retos giran en torno a cuatro cuestiones clave: seguridad, intimidad,
identidad e irreversibilidad de las transacciones. En su artículo "Ethical Aspects of E-Commerce:
Data Subjects and Content" ("Aspectos éticos del comercio electrónico:
sujetos y contenido de los datos"), Alejo J. Sison, profesor del Instituto de Empresa y
Humanismo de la Universidad de Navarra, y Joan Fontrodona, profesor de Ética
Empresarial del IESE, reflexionan sobre estos dilemas éticos y proponen medidas
5. para abordarlos, así como dos principios universales que deben presidir el comercio
electrónico.
El primer desafío ético del comercio en Internet es la seguridad. Las violaciones de la
seguridad, conocidas comúnmente como hacking, cracking o page jacking, consisten
en acceder y manipular ilegalmente redes informáticas, webs, cuentas de correo
electrónico, etc. Los hackers o piratas informáticos acceden a información de webs
confidenciales, roban servicios o dañan un sistema colapsando un PC, un servidor o
una red informática.
El segundo reto ético tiene que ver con la intimidad y conlleva la protección de la
recolección, almacenamiento, procesamiento, divulgación y destrucción de
información personal. Nadie es anónimo cuando está conectado a Internet y lo que
para los actores del marketing directo es un paraíso, para cualquier consumidor que
quiera proteger su intimidad es una pesadilla. La publicidad o-nline puede ser
dirigida con gran precisión hoy día gracias a las cookies, pequeños archivos que las
empresas instalan en los discos duros de quienes visitan su web para hacer un
seguimiento de sus perfiles y hábitos de internautas. Conseguir que las transacciones
o¬nline sean seguras es un gran reto. Si bien existen diversas medidas e iniciativas
del sector público para proteger el derecho a la intimidad, éste nunca puede quedar
asegurado al cien por cien.
El tercer desafío ético que Sison y Fontrodona analizan es el de proteger la identidad
de las personas. Los sistemas informáticos presentan una gran carencia en tanto sólo
pueden reconocer la identidad "virtual" de una persona, lo que convierte el robo o
suplantación de la personalidad en un gran problema. Al comprar en Internet, nos
exponemos al riesgo de que alguien robe la información de nuestra tarjeta de crédito
y nuestra identidad.
El último desafío ético, la irreversibilidad, hace referencia a la verificación de las
transacciones o de "lo que realmente sucedió"
o¬nline. Por ejemplo, en 1999, la web de información financiera Bloomberg publicó
una noticia en la que se anunciaba la adquisición de un importante fabricante de
telecomunicaciones. La noticia provocó una fiebre de compras de la empresa en
cuestión. Poco después se descubrió que la noticia era falsa. Alguien había copiado la
plantilla de Bloomberg y publicado el rumor o¬nline. Es fundamental verificar la
identidad y autenticidad y las firmas digitales.
Cuando surgió el comercio electrónico, parecía que por fin íbamos a acercarnos a las
condiciones de un mercado plenamente eficiente. Nunca antes habían coincidido
6. tantos vendedores con tantos compradores, con la posibilidad que ello ofrecía de
intercambiar instantáneamente productos y servicios. Sin embargo, desde entonces,
hemos descubierto que nada es perfecto y que la información en la Red suele
defraudarnos.
Para enfrentarse a los nuevos desafíos del comercio electrónico, Sison y Fontrodona
sugieren un plan de acción a tres bandas: "Respecto a las decisiones privadas, los
agentes pueden actuar en tres frentes: la infraestructura física de la información
(hardware), las aplicaciones especializadas (software) y, por encima de todo, una
formación adecuada tanto de los compradores como de los vendedores en las
normas de conducta o¬nline".
También proponen dos principios generales que deberían servir de directrices en
cualquier debate sobre ética y comercio electrónico. El primero es el de
concordancia o¬nline/offline a la hora de valorar el comportamiento humano. Las
normas éticas y legales básicas que regulan la conducta humana en el mundo físico
deben regir igualmente en el ciberespacio.
El segundo principio es la neutralidad tecnológica. "Nada que los dispositivos de red
hagan 'por sí mismos' tiene relevancia ética alguna independientemente de las
acciones de un agente humano y la intención inherente a dichas acciones", señalan
los autores.
Por último, Sison y Fontrodona apuntan que el principal valor ético del comercio
electrónico estriba en el hecho de que el aumento de la eficiencia del mercado
redundará en última instancia en un mayor bienestar de las personas.