2. PRIMERALEY
Esta indica que si un cuerpo dado no está
sujeto a la acción de fuerzas, mantendrá
sin cambio su velocidad. Esta propuesta se
le debe originalmente a Galileo, pero
Newton la adoptó como la primera de sus
leyes para describir el movimiento de
cuerpos.
A primera vista, esta ley parece ser menos
compleja que las otras dos, pues carece de
una expresión matemática y para colmo
parece un corolario de su segunda ley (F =
m a), pues la aceleración de un objeto es
nula (o sea, su velocidad es constante)
cuando no hay fuerzas actuando sobre él.
El sentido original de la primera ley de
Newton (conocida como Ley de la inercia),
es que no se requieren fuerzas para
mantener sin variación el movimiento de
los cuerpos, sino solamente para cambiar
la magnitud o la dirección de su velocidad.
En otras palabras, no es necesario que
haya una fuerza para que un cuerpo se
encuentre en movimiento, sino únicamente
para que cambie el estado del movimiento
en sí. Este enunciado resultó fundamental
cuando Galileo y Newton lo propusieron,
pues según la percepción antigua y
contradictoria a este principio, sustentada
sobre todo un famoso libro de Aristóteles
titulado precisamente Física se requiere un
"agente activo", o sea una fuerza para
mantener en movimiento un cuerpo, pues
su «estado natural" es el de reposo.
3. SEGUNDALEY
La aceleración de un objeto es
directamente proporcional a la
fuerza neta que actúa sobre él e
inversamente proporcional a su
masa.
De esta forma podemos relacionar
la fuerza y la masa de un objeto con
el siguiente enunciado:
Una buena explicación para misma
es que establece que siempre que
un cuerpo ejerce una fuerza sobre
un segundo cuerpo, el segundo
cuerpo ejerce una fuerza sobre el
primero cuya magnitud es igual,
pero en dirección contraria a la
primera. También podemos decir
que la segunda ley de Newton
responde la pregunta de lo que le
sucede a un objeto que tiene una
fuerza resultante diferente de cero
actuando sobre el.
4. TERCERALEY
Siempre que un objeto ejerce una fuerza
sobre un segundo objeto, el segundo
objeto ejerce una fuerza de igual
magnitud y dirección opuesta sobre el
primero. Con frecuencia se enuncia
como "A cada acción siempre se opone
una reacción igual". En cualquier
interacción hay un par de fuerzas de
acción y reacción, cuya magnitud es
igual y sus direcciones son opuestas. Las
fuerzas se dan en pares, lo que significa
que el par de fuerzas de acción y
reacción forman una interacción entre
dos objetos.
Esta característica instrumental de las
fuerzas de acción y reacción de
la Tercera Ley de Newton plantea dos
problemas que pueden llegar a ser
importantes:
Con el paso del tiempo y la fijación
profunda de conceptos tan elementales,
el cerebro humano puede llegar a
pensar en la existencia física de los
pares de fuerzas de acción y reacción a
que se refiere dicha ley. Y, lo que es
peor, por extensión, llegar a pensar en
la existencia de energías negativas e
incluso de masas negativas.
No digamos ya, si además la doctrina
ortodoxa de la física oficial define la
energía potencial de forma negativa y a
ciertos tipos de masa se le denomina
antimateria.