2. Me encontraba en mi casa, casi por salir a estudiar, eran las cinco y
media de la mañana, ya se escuchaba el ruido de los buses pasar para
iniciar un nuevo día, el humo que producen me llega a los ojos, voy de
camino a la escuela comiendo una galleta, cuando la termino mi papá
me dice:
-Ana, deja la basura en esta bolsa, no la dejes por allí.
-Está bien- le contesto haciendo lo que me pedía.
Veo las calles llenas de basura, botellas de plástico tiradas, personas
comprando su agua de coco y tirando la bolsa en cualquier lugar menos
en el cesto de la basura, niños que se dirigen al colegio tomando su
jugo de caja y cuando terminan lo único que hacen es tirarla a la acera,
esa situación era constante, cada mañana observaba lo mismo por la
ventana de mi carro, enciendo la radio y escucho el aviso “Se anuncia
el primer contagiado por COVID-19, no se podrá salir a la calle, las
actividades laborales están suspendidas, hasta nuevo aviso...”, desde
ese momento sabía que las cosas podían cambiar.
Las personas estaban como locas, comprando mascarillas, guantes,
papel, los estantes del supermercado estaban casi vacíos, me ponía a
pensar como aquellas personas que ni siquiera podían botar la basura
en su lugar iban a ser capaces de cambiar sus hábitos y volverse un
poco más limpios, ¿será que solamente si hay una pandemia en el país,
podemos ser más responsables y cuidarnos?, el mundo está pasando
por un momento en que la contaminación avanza cada vez más.
Inició el periodo de cuarentena todos nos encontrábamos en nuestras
casas, escuchando las noticias y preocupados por lo que podía pasar,
pero afuera inició un nuevo momento para el planeta, libre de “sus
peores enemigos”, nosotros los seres humanos, al fin el mundo tuvo un
respiro, con las personas en casa los residuos de las calles habían
disminuido, los árboles empezaban a florecer nuevamente…
Los automóviles que transitaban las calles eran realmente pocos, el
típico sonido de las fábricas cerca de mi casa y el humo que estas
emitían cesó, los aeropuertos cerraron por lo tanto las aerolíneas no
trabajaban y no se miraban aviones en el cielo. El mundo entero estaba
3. pasando por un shock histórico jamás visto. La sociedad se estaba
educando nuevamente ante esta situación, la vida seguía, unos
trabajan, otros estudian, las tareas del hogar no paraban, pero ahora
todo estaba rodeado de una pandemia. Recuerdo cuando mis padres
salieron por primera vez a comprar alimentos, en las noticias nos
decían la manera correcta de lavarse las manos, qué hacer al llegar a
casa y como hacer nuestras comprar de una manera segura, entre las
maneras que recomendaban estaba el usar bolsas de tela y no las que
ofrece el supermercado que son de plástico, porque estás son menos
higiénicas, las bolsas de tela se podían lavar después de cada uso, la
sociedad, incluyendo a mi familia y a mí, en verdad estábamos acatando
todas las recomendaciones y poniéndolas en práctica. El uso de la
mascarilla era de sumo cuidado, después de su uso se desinfectaba y
descartaba, al igual que los guantes, lentes de protección, redecillas y
demás. El ambiente se sintió en total calma varios meses, digo
ambiente porque la sociedad en realidad estaba muy alarmada, el virus
era mortal. La nueva normalidad se iba acercando, las huellas borradas
en las calles volvían a figurar, las personas volvían a trabajar
presencialmente, los automóviles volvían a circular, luego los buses,
automóviles, camiones y aerolíneas. Las personas empezaron a olvidar
todas las acciones que realizaban unos meses antes.
Paso caminando por la calle y miro un envoltorio de dulce por un lado,
más adelante una bolsa plástica negra, mascarillas ya utilizadas, una
bolsa de golosina, un guante por otro lado. Seguí caminando y me
encontré un par de hombres arreglando la fachada de una casa,
terminaban de tomar refresco de un vaso de poliestireno, tomaron el
último trago, aplastaron el vaso con fuerza y lo arrojaron a la zanja.
luego de mi recorrido llego a casa. Las personas volvieron a su
normalidad, me pregunto ¿el virus ya ha desaparecido? La respuesta
es un definitivo no, pero no entiendo como las personas no pueden
seguir con los buenos hábitos que crearon en cuarentena. Según mis
lecturas un hábito tarda veintiún días en formarse, la cuarentena duró
casi un año y no consiguieron cambiar sus malas acciones hacia el
medio ambiente, todos vimos las noticias en otros países de cómo los
animales salían a las calles, las aguas se volvieron más cristalinas, las
4. emisiones de CO2 disminuyeron, la calidad del aire mejoró pero lo malo
es que nos hemos quedado con él “¡sí, que bonito!” y no tratamos de
seguir tomando medidas para mantenerlo así, ¿necesitamos de un
nuevo confinamiento para hacer que la contaminación baje
nuevamente? El efecto de esta espantosa pandemia en cuestión de un
medio ambiente más sano depende de las acciones que realicemos
luego de la crisis sanitaria. El profesor Kaufmann, un profesor
universitario estadounidense de biología, uno de los más importantes
en esa área dice: “la pandemia nos está mostrando formas alternativas
de hacer las cosas”. Dado al comportamiento de la sociedad ante la
pandemia una nueva ola de residuos médicos impacta nuestro planeta,
la de desechos médicos. Las personas desechan de manera incorrecta
las mascarillas que son las más utilizadas, esto es una amenaza grave
al ambiente, además de ser foco de infección toparse con una
mascarilla infectada en la calle, antes era rarísimo encontrar una
mascarilla en el mar, hoy es normal. La sociedad sigue sin comprender
la mala jugada que nos va a hacer la crisis ambiental en algún momento
¿tendrá que ver con la cultura? Seguí leyendo las reflexiones que hacía
el doctor Kaufmann, una de ellas decía: “cuando la crisis climática
llegue será más severa...y no la vas a solucionar de la noche a la
mañana con una maravillosa vacuna”.
Terminaré mi relato aquí, pero te pregunto: ¿permitirías que esta nueva
ola de residuos impacte fuertemente tu vida y la de tus seres queridos?
Autores:
Melissa Abigail Flores Alfaro. Segundo año de bachillerato (17 años).
Andrea Alejandra López León. Segundo año de bachillerato (17 años).
Colegio Español Padre Arrupe (San Salvador, El Salvador, Centroamérica)
5. Bibliografía
C. (2021, 16 abril). Entrevista: Un biólogo de la complejidad llamado Stuart
Kauffman. NAUKAS. https://naukas.com/2021/04/16/entrevista-un-biologo-
de-la-complejidad-llamado-stuart-kauffman/