Eliminacion de la violencia contra las mujeres y niñas
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Relatos tan duros como necesarios de escuchar
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Denunciar
Noticias y política
Cientos de mujeres residentes en pequeños municipios de Araba víctimas de la violencia
machista solicitan ayuda cada año para dejar atrás los abusos. 8 Diciembre 2012 Gara
lectores con
criterio
KULTURA El Gobierno de Lakua en funciones dejará sin adjudicar las nuevas licencias de radio >47
LARUNBATA
XIV. urtea | 5.022. zenbakia
1,80 euro
2012/12/8
www.gara.net
FRANCISCO ONECA >22
«Aitaren gorpua
aurkitu ondoren, lasai
hiltzeko moduan naiz»>4 PORTO ALEGRE
Palestinarekiko elkartasuna
indartzeko deia egin dute
>11 IÑAKI ALTUNA
Herri babesetik ez datorren
indarra
Berea kontatzeko historia da, kontatu beharrekoa;
1936ko gudan eta ondorengo urteetan herritarrek bizi
izandako kalbarioaren adierazpena da bere bizitza. 83
urte ditu, eta bilaketa luzearen ostean, orain bi aste
lortu zuen bere aita Kasedako hilerrian lurperatzea.
Giza eskubideen aldeko
Argituz elkarteak Arabako
landa guneetako indarke-
ria matxista ikertu eta
txostena egin du. Horreta-
rako, tratu txarren bikti-
ma izandako hogei ema-
kumek hartu dute parte,
euren testigantza gogo-
rren bidez, asistentzia sis-
teman hobekuntzak egite-
ko helburuaz. >4-5
El Acuerdo de Gernika
pide la implicación de
la UE en la resolución
Una delegación de los colectivos
firmantes del Acuerdo de Gerni-
ka se trasladará a Estrasburgo
para solicitar a la UE su implica-
ción directa en «la resolución
del conflicto vasco» y que lidere
ese proceso en caso de que los
estados español y francés sigan
negándose a abordar «las conse-
cuencias del conflicto». >2-3
Una delegación entregará el martes en Estrasburgo una carta a los prin-
cipales dirigentes de la Unión, galardonada con el Nobel de la Paz 2012
Al hilo del nuevo ciclo po-
lítico, la producción edito-
rial vasca lleva a Durango
más de una docena de tí-
tulos que buscan ofrecer
herramientas para el me-
jor conocimiento y com-
prensión del conflicto que
Euskal Herria mantiene
con los estados español y
francés. Son herramientas
de papel. >41-42
LA OPOSICIÓN
EGIPCIA SIGUE
EN LA CALLE
PESE AL POSIBLE
RETRASO DEL
REFERÉNDUM
La oposición egipcia rompió ayer
el bloqueo del palacio presidencial
y consiguió que el presidente,
Mohamed Morsi, se mostrara
dispuesto, con condiciones, a
retrasar el referéndum
constitucional. Pero la crisis
política continúa y los opositores
mantienen su pulso a Morsi en la
calle. >6-7
Texto: Alberto PRADILLA, enviado especial
Fotografía: Gianluigi GUERCIA | AFP
ERREPORTAJEA
OIHANE LARRETXEA
Arabako landa
guneetako tratu
txarren kasuak,
aztergai
REPORTAJE
ÁLVARO HILARIO
Debate y
construcción
nacional en
Durango
EDITORIALA >8
Puede y debe
aportar al proceso
táculos con los que se topan las mujeres en
los itinerarios de salida de la violencia sexis-
ta. Subsanar las carencias es el segundo reto.
Para la elaboración de este vasto trabajo
ha sido muy importante la colaboración de
las veinte víctimas, con la aportación de du-
ros testimonios. Su voz resultaba necesaria.
Las mujeres entrevistadas tienen entre 24 y
78 años, aunque la franja de edad mayorita-
ria oscila entre los 36 y los 45 años.
Otra característica común de todas ellas es
que han dejado atrás la situación que vivían
utilizando, en los últimos cuatro años, algu-
no de los servicios de apoyo que ofrece la Di-
putación alavesa. De las veinte mujeres, ca-
torce habían denunciado a su maltratador, y
seis no lo habían hecho.
En cuanto al nivel educativo, seis de ellas
poseen estudios de enseñanza primaria;
T
ienen en común su condi-
ción de mujer y que habi-
tan en zonas rurales de
Araba, en municipios que
cuentan con menos de
3.000 habitantes. No obs-
tante, no es eso lo que las
une, sino el drama de ha-
ber sufrido malos tratos físicos, síquicos y/o
sexuales, así como amenazas a manos de
sus respectivas parejas o exparejas durante
años.
La asociación pro derechos humanos Argi-
tuz presentó ayer en Gasteiz el informe que
lleva por título “Necesidades, obstáculos y
buenas prácticas en los itinerarios de la sali-
da de la violencia de género, desde la expe-
riencia de mujeres del área rural de Araba”,
con un primer objetivo de detectar los obs-
Cientos de mujeres residentes
en pequeños municipios de
Araba víctimas de la violencia
machista solicitan ayuda cada
año para dejar atrás los abu-
sos. A raíz del testimonio de
veinte mujeres, la asociación
pro derechos humanos Argi-
tuz ha realizado un informe
donde analiza las necesidades
y obstáculos en materia de
atención, protección y justicia.
RELATOS TAN DUROS COMO
NECESARIOS DE ESCUCHAR
REPORTAJE
•••
Oihane
LARRETXEA
EG2
EGUNEKO GAIAK
LA VIOLENCIA MACHISTA EN LAS ZONAS RURALES DE ARABA
2012 12 8 larunbata GARA4
ocho cuentan con formación secundaria,
cinco han realizado estudios universitarios
y una mujer no posee ningún tipo de estu-
dios. Aunque la gran mayoría desempeña
una ocupación laboralremunerada –a excep-
ción de una desempleada y dos jubiladas–,
casi todas tienen dificultades económicas y
solo cuatro reconocen llegar sin apuros a fin
de mes. Por último, añadir que a excepción
de dos, todas ellas son madres.
miedo al «qué dirán»
No es casual que el estudio se haya centrado
en el análisis de las zonas rurales del territo-
rio, porque sus autores pretendían identifi-
car los elementos diferenciadores respecto a
lo vivido por mujeres de entornos urbanos,
tanto en la propia experiencia como en las
vías de salida. La primera conclusión es que
el entorno rural no es descrito por las muje-
res como un obstáculo importante, salvo en
el caso de la mayor. No obstante, el informe
constata que aparecen de manera reiterada
menciones al control social, al «qué dirán».
De hecho, algunas han reconocido haber
ocultado en el pueblo su experiencia, y otras
han apuntado que las medidas de protec-
ción, a menudo, se compaginan mal con la
necesidad de intimidad de las víctimas.
«Me dijeron, cuando me pasó eso, ‘podías
haber llamado a la Ertzaintza y hubiera ido a
casa’, pero yo quería evitar que la gente lo
viera y todo eso», relata una de las mujeres
entrevistadas. También apuntan a la parado-
ja de que, aunque en los pequeños pueblos
todos sepan de todos, es necesario un es-
fuerzo para ocultar la violencia machista.
«Se sabe, pero que no se sepa», cuenta otra
de las víctimas.
Reconocimiento y culpabilidad
Otro de los aspectos analizados, y si cabe
uno de los más importantes en la vida de es-
tas mujeres, es la salida de la relación. Ocho
de las mujeres ha permanecido durante más
de diez años en la relación violenta, seis con-
vivieron entre cinco y diez años, cinco per-
manecieron menos de cuatro años, y solo
una convivió menos de un año con su agre-
sor.
La primera barrera para salir de la situa-
ción que viven es la dificultad de reconocer
la relación como una relación violenta, y por
ende, de reconocerse como víctimas de la
violencia sexista. «He tenido momentos en
que me he tenido que encerrar en el baño
por miedo, pero bueno, yo no veía esas cosas
como maltrato (…). Ahora veo que no se pue-
de vivir con…, yo vivía con miedo, mucho
miedo», se rememora en un relato.
Una de las mujeres que ha participado en
el proyecto destaca la utilidad y la impor-
tancia del trabajo que realizó con ella la sicó-
loga para, en primer lugar, ampliar la des-
cripción social de la violencia de género y
después poder englobar las formas más in-
visibles y las más dañinas a largo plazo, co-
mo es el caso de los abusos sicológicos. «El
maltrato no es que te metan dos hostias y
que te pongan contra la pared, sino que es
un trabajo diario de hacerte sentir que tú no
vales nada y tú no eres nadie, que tú eres
culpable de todo», cuenta.
El informe ha determinado que esta falta
de reconocimiento genera un gran senti-
miento de culpabilidad en las mujeres, en su
relación de pareja con el agresor, que en mu-
chos casos recuerdan que consideran su ac-
tuación el desencadenante de la violencia.
El miedo a una mayor violencia, o las
amenazas que pudiera verter el agresor con-
tra los hijos e hijas de la pareja eran también
motivos por los que las víctimas dudaban de
su capacidad para dejar la relación. Sin em-
bargo, es el apoyo de la familia, amistades y
vecinos uno de los factores clave para que
estas mujeres tomaran la determinación, y
en este aspecto no ha tenido gran relevancia
el factor de que residieran en un pequeño
municipio.
Terapia personalizada
Según el informe, uno de los aspectos que
mejor han valorado «con diferencia», tanto
las mujeres que denunciaron, como las que
no lo hicieron, ha sido el servicio de aten-
ción sicológica especializada de la Diputa-
ción alavesa, y resaltan la importancia de
que la terapia sea especializada. Todas reco-
nocen la necesidad de un apoyo en el que se
sintieran «acogidas, comprendidas y creí-
das», y tanto en la terapia individual como
en las de grupo, afirmaron encontrar todo
eso. «Una opinión tuya puede animar a una
compañera y la de una compañera te puede
ayudar a ti en un momento dado (…). Hay
muchas veces que te sientes como yo, yo, yo,
pero no en el plan egoísta, sino de decir ‘esto
solo me pasa a mí’».
Teniendo en cuenta que uno de los aspec-
tos que más preocupaba a las víctimas era
las consecuencias de la violencia en los hijos
e hijas –la mayoría tenían descendencia con
el agresor–, valoran muy positivamente que
la atención sicológica de la Diputación in-
cluya un servicio de terapia infantil, pues,
aunque en la mayoría de los casos los abu-
sos se limitaban a la mujer, el ambiente del
hogar tenía graves efectos. Una madre relata
que su hija empezó a robar en la ikastola y
que adoptó una actitud violenta.
Romper la relación y denunciar
Frente a la visión de que la denuncia repre-
senta la «puerta de entrada» del recorrido
de salida de la violencia, algunas han apun-
tado que esa decisión requiere «un plus de
preparación» y distinguen claramente la de-
cisión de romper la relación de pareja con el
agresor, de la iniciativa de denunciarle. Se-
gún las Macroencuestas realizadas por el
Gobierno español desde 1999, la vía de sali-
da de la mayoría de las mujeres no es la de-
nuncia, sino la separación de agresor. Según
los datos del 2011, solo el 29% de las mujeres
que reconoció haber cortado con su agresor
había interpuesto una denuncia.
Entre los factores que les impulsaron a in-
terponer la correspondiente denuncia des-
tacan el hecho de considerarla como un ins-
trumento de protección, y la convicción de
que la convivencia violenta era perjudicial
para los hijos e hijas. De hecho, una de las
entrevistadas confiesa que tuvo fuerzas pa-
ra dar el paso al comprobar que los malos
tratos se extendían a las hijas.
En cuanto a las barreras que mencionaron
las mujeres, destacan tres: la protección del
agresor –no querer hacerle daño–, el miedo
a sus represalias, y la falta de convicción de
que los abusos pudieran ser denunciables y
demostrables, en el caso de las víctimas de
violencia sicológica no acompañada de ma-
los trato físicos.
De todas formas, tanto las que sí denun-
ciaron como las que no lo hicieron, subra-
yan la presión que sintieron sobre ellas por
parte de los medios de comunicación, de fa-
miliares y de profesionales. También se re-
coge en el informe que de las catorce que
presentaron denuncia contra su agresor, so-
lo dos han quedado conformes, y con mati-
ces, con el trato recibido durante el proceso
judicial, con la protección y con la sentencia
definitiva.
Miembros de la
asociación pro
derechos humanos
Argituz pusieron sobre
el suelo figuras de
mujeres y carteles de
denuncia contra la
violencia machista
para presentar el
informe, ayer en
Gasteiz.
Juanan RUIZ | ARGAZKI PRESS
EG2GARA 2012 12 8 larunbata 5
RECOMENDACIONES DE LAS MUJERES ENTREVISTADAS
Una de las primeras necesidades expresadas por las
mujeres ha sido la de reconocer la experiencia vivida
como un abuso de género, y para ello piden que se
profundice en el apoyo y la información para que las
mujeres reconozcan las diferentes formas de violencia
machista que existen.
Las acciones para una mejor inserción laboral y
ayudas específicas es otra de las peticiones que
destaca el informe, pues aseguran que tras la
separación la emancipación económica no se adecua a
las necesidades.
Entre otras demandas destacan la mejora de la
calidad y accesibilidad de los centros de emergencia,
más información y apoyo en el momento de la
denuncia, mayor acompañamiento durante el proceso
penal, mayor flexibilidad en el acceso a la justicia
gratuita, y un trato respetuoso y mayor
especialización en la Policía como en los juzgados. O.L.