1. “MUERTOS AL PECADO”
APÓSTOL DOCTOR JOSÉ LUIS DE JESÚS
MIRANDA
JESUCRISTO HOMBRE
27 de junio de 2012
Pues, yo quisiera comenzar con Romanos capítulo 8, versos 1 al 3. Dice el
primer verso:
“Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús,
los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.”
O sea, si usted anda conforme a la carne, la circuncisión, pues para usted hay
condenación. Ahora, los que andan conforme al Espíritu no hay condenación
para ellos. Porque ellos en el espíritu pueden ver la libertad gloriosa en la que
están ellos posicionados.
Verso 2:
“Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús, no que te va a librar,
me ha librado de la ley del pecado y de la muerte.”
Yo no entiendo cómo este sistema puede persistir que hay pecado y tratan a
los miembros como pecadores. Entonces, ¿qué hizo la ley del Espíritu vida?
¿No hizo nada? ¿Saben ellos que la ley del Espíritu de vida ya te libró de la ley
del pecado y de la muerte? Si lo supieran no celebran la misa. Si el pastor
evangélico, pentecostal o carismático supiera ese verso, aunque sea ése, que
ya la ley del pecado, el creyente fue librado de ella, no te invita a pasar al frente
a arrepentirte.
Eso es una ley poderosa. Esa es una ley, eso no es un movimiento del Espíritu.
No, esa es la ley del Espirita de vida. Ahí estaba Dios involucrado
completamente, dio su vida para librar a sus bendecidos, a sus escogidos de
esa ley de pecado y de la muerte.
¿Qué hizo Cristo en la cruz? ¿Qué hizo Jesús de Nazaret cuando murió? Quitó
el pecado. Ahora, Pablo más tarde explica que la ley del Espíritu de vida lo que
hizo fue eso, que te libró de la ley del pecado y de la muerte.
Diga: ME LIBRÓ. YO NO SOY UN PECADOR. YO SOY UN ESPÍRITU JUSTO
HECHO PERFECTO. ¡ABBA PADRE!
2. Mira lo que dice el verso 3:
“Porque lo que era imposible para la ley,
Para la circuncisión, para Moisés, para los mandamientos, para las obras,
lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne,
Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado
y a causa del pecado, qué hizo, condenó al pecado en la carne.”
¿En su carne? No. En la carne. El pecado quedó condenado.
El Papa no conoce esta ciencia, los sacerdotes no conocen esa ciencia, que el
pecado fue condenado en la carne.
No puede, el pecado, el pecado quedó condenado. Una persona que está
condenada, si le dan una perpetua, él, aunque esté vivo, es ineficiente, porque
está condenado. Cuando un líder que mueve una revolución lo meten preso y
le dan una condena larga, aunque respire, aunque escriba, mientras ese líder
está tras las rejas, está condenado, no puede hacer nada.
Así está el pecado, que a veces tú sientes y ves la debilidad en tu cuerpo. Por
eso es que ellos, el sistema que tiene el velo, cuando ven las tentaciones le
creen a la mentira y no le creen a la verdad bíblica. Por eso, cuando nosotros le
decimos a la prensa –no, el pecado fue quitado-. Ellos dicen – ¿cómo? Porque
ellos usan lógica humana para entender esa verdad.
Es como las vacunas y los gérmenes y las epidemias; las epidemias están
presentes, pero como su niño fue vacunado, la epidemia le pasa por encima a
su niño así y tiene la vacuna, no le puede hacer daño. Por eso usted se esmera
tanto que sus niños tengan todas las vacunas. ¿Para qué? Para que cuando
venga la enfermedad sobre él, diga –ah, está vacunado, no puedo hacerle
daño-. Y así le pasa al pecado, quedó condenado porque tú tienes la mejor
vacuna. Fuiste librado de la ley del pecado y de la muerte. Estás libre de
pecado. La iglesia, la amada no es pecadora. La iglesia está sin arruga, sin
mancha, limpia.
Todavía, en dos mil años, no se ha visto un líder que diga: -En esta iglesia,
aquí no hay pecado. Todos estamos limpios por la sangre de Cristo-. Nadie lo
ha dicho.
El pecado quedó condenado, la religión no ha entendido eso. Los líderes que
me escuchan, los Presidentes de las naciones, Gobernadores, Miembros del
Congreso, toda representación política del país, -ustedes está oyendo hoy el
verdadero evangelio-
(Romanos 8:2) Ese verso nunca ha sido explicado por la religión, lo leen, pero
el velo no les deja ver que ya ellos están libres de pecado.
¿Qué hizo Cristo? Te libró. Diga: ME LIBRÓ. No es que te va a librar es que te
libró, pasado, ya. La iglesia está libre de pecado. No hay pecado en la iglesia.
No hay un pecador en la iglesia.
3. Los líderes que nos escuchan, si pudieran entender ese verso jamás se
atreven decir: -¿hay aquí una vida en pecado que quiera pasar a confesar?-
Porque el pecado fue extirpado, fue llevado hace dos mil años.
¿Por qué razón este verso no se ha entendido por dos mil años? Mira lo que
dijo Juan. Primera carta de Juan capítulo 1, verso 8.
Mira quién era este líder, que se recostaba del pecho del Maestro y que le
llaman ‘el apóstol del amor’. Le llaman el apóstol del amor y no sabe lo que
hizo el que estaba al lado por los pecados de la iglesia.
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros.”
¿Cómo es? ¿Y, qué usted dice, que tiene pecado? No hay pecado ¿Qué le
pasó al pecado? Lo condenaron ¿Y, cómo él se atreve, cómo él se atreve casi
ochenta años, después de la muerte de Cristo, quizás 20 años después que a
Pablo lo mataron, escribir esto?
Por eso fue que Pablo dijo: Tengan cuidado. No se turben de ninguna manera,
ni por pensamiento, ni por espíritu, ni por carta como si fuera nuestra
(2Tesalonicenses 2:3), porque ya Pablo sabía que Juan, varios años después
iba a escribir esta carta.
Mira cómo trataba a la amada. Dice:
“Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos,
y la verdad no está en nosotros.”
¿Tú sabes lo que es eso?
Y, mira cómo dice en el capítulo 2, verso 1 de Primera de Juan.
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis;
y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo
el justo.”
O sea, que no quito el pecado, ahora se fue y que de abogado.
Ese hombre fue un mentiroso, hombre de pecado, blasfemo. Aquí, desde
Bogotá, Colombia para todas las naciones, identificando a uno de los
hijos de perdición, hombres malos. Los hombres que dañaron la iglesia.
Si tú te llamas apóstol y te atreves decir: “Si alguno ha pecado”, en este pacto;
entonces, estás teniendo la sangre del pacto por inmunda, estás teniendo la
sangre de Jesucristo como una sangre cualquiera.
Fíjate lo que le tuvo que decir Pablo a Pedro, en Gálatas capítulo 2, verso 14
en adelante. Mira lo que le tuvo que decir:
4. “Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del
evangelio, dije a Pedro delante de todos: si tú siendo judío vives como los
gentiles y no como judío, ¿Por qué obligas a los gentiles a judaizar?
Nosotros, judíos de nacimiento, y no pecadores de entre los gentiles, sabiendo
que el hombre no es justificado por las obras de la ley, sino por la fe de
Jesucristo, nosotros también hemos creído en Jesucristo, para ser justificados
por la fe de Cristo y no por las obras de la ley,
por cuanto por las obras de la ley nadie será justificado.
Y si buscando ser justificado en Cristo, también nosotros somos hallados
pecadores, ¿es por eso Cristo ministro de pecado? En ninguna manera.”
Tuvo que reprender a Pedro, porque al Pedro judaizar colocaba bajo pecado a
la iglesia. Y, tuvo que reprenderlo: Pedro, tú estás de condenar. Estás de
condenar, estás mintiendo, no estás en línea con la palabra del pacto-. Pedro y
los otros apóstoles presentaban a la iglesia en pecado.
Ese sistema se ha salido con la suya, por causa de que al matar a Pablo en
Roma, Pablo no pudo llegar a España. Y, entonces, llegaron los discípulos del
papado de Pedro y de ahí, de España, a través de la reina Isabel y Cristóbal
Colon, pues enviaron esos abusadores para todos nuestros países y nos
envenenaron haciéndonos pensar que éramos pecadores. No explicaron a
Romanos 8:2 y 3. Ellos no dijeron, -mis hijos, el pecado fue condenado en la
carne, no te tienes que confesar – la ley del espíritu de vida te libró del pecado.
No, sino que te dijeron: -tú eres un pecador, rézate varios Ave Marías y varios
Padres Nuestros-.
Con esos engaños se han mantenido por tantos años. ¡No puede ser!, hay
que cerrarles todas esas iglesias. Deben irse. Deben irse de nuestros
países.
Vamos a ver a Segunda carta a los Corintios, capítulo 5, verso 14. Otro
ángulo, otra cámara otra perspectiva para que entiendas este misterio.
Dice:
“Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando, esto…”
Diga: PENSANDO. Diga: YO PIENSO, PORQUE CON LA MENTE YO LE
SIRVO A DIOS, ENTONCES, LO MEJOR QUE PUEDO HACER ES PENSAR.
“…pensando, esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron…”
¿Quién murió por todos? Jesús de Nazaret. Entonces, tú tienes que pensar,
-O.K., si uno murió por todos luego todos qué, luego todos murieron.
¿Usted está muerto? Esa es la explicación, que uno murió por todos y usted
piensa y dice, -oye uno murió por todos, pues entonces, todos hemos muerto.
5. Ahora, ¿qué le sucede a las personas que están muertas delante de la
presencia de Dios, posicionalmente, muerto?
Mire a Romanos 6:7, a ver si lo entiende, porque lo vas a pensar.
“Porque el que ha muerto, ¿qué dice?... ha sido justificado del pecado.”
¿Cómo es? Si uno murió por todos, luego todos qué, murieron. Y, si usted ha
muerto, ¿qué paso? HA SIDO JUSTIFICADO DEL PECADO.
Entonces, ¿se te puede llamar pecador? No. Oye, más claro no canta un gallo.
Si tú te dejas llamar pecador, tú que estás leyendo por el internet, oye, si tú te
dejas llamar pecador, la verdad es que tú das pena, tú eres un mal negociante.
Yo no sé dónde tú tienes los ojos puestos.
Digo, si tú lees la Biblia y dice -que uno murió por todos, luego todos murieron y
el que ha muerto ha sido justificado del pecado-, entonces, tú estás muerto. Y,
si tú crees que estás muerto, tú sabes y bien lo sabes, que tú has sido
justificado del pecado, el pecado fue condenado en la carne y tú estás
libre. No te dejes engañar, por favor. No te dejes engañar. O es que acaso
tú piensas que tu eres ese cuerpo de carne y no el espíritu.
La religión le mintió al mundo. Oye, por favor, un poquito de lógica. Honra al
Cristo ese, que tú dices que crees en él.
YO CREO EN ÉL. YO LO PREDICO. YO SOY JESUCRISTO HOMBRE. YO
DEFIENDO LO QUE ÉL HIZO ALLÁ EN LA CRUZ, DEFIÉNDELO TÚ, HONRA
ESA VERDAD.
Entonces, estos pastores, y curas, y reverendos que te dicen a ti -que el
pecado, el pecado todavía está en pie-, ellos no saben un ajo del evangelio. No
saben lo que tienen entre manos.
Por la verdad, vamos a seguir. No cojas miedo, por favor. Mira, de los
miedosos no se ha escrito nada. Sí, tenemos que seguir libertando. No peleen
por estupideces, nosotros tenemos metas más grandes que alcanzar. Tenemos
que estar unidos, en la unidad del Espíritu, algo que nadie ha tenido en 2,000
años.
Los amo mucho. Los amo. Los quiero mucho. Gracias. Los amo. HASTA LA
PROXIMA.