Disciplinas espirituales en el Ministerio de Alabanza.pptx
Entrenarse en el espíritu
1. ENTRENARSE EN EL ESPÍRITU
Por: Máximo T. Hurtado Moscol
ESCUELA MISIOLOGICA LATINOAMERICANA (EMLA-NEWMA)
“Por consiguiente, no hay ahora condenación para los que están en Cristo Jesús, los que no andan
conforme a la carne, sino conforme al Espíritu”.(Romanos 8:1)
Al introducir el término “entrenar”, este denota la idea de preparar, adiestrar, especialmente para la
práctica de un deporte, u otro of
icio. Pareciera que este termino era parte de la teología de misión que San Pablo elaboraba en sus
postulados eclesiológicos pues él va a decir “con miras al perfeccionamiento de los santos para la
obra del ministerio” (Ef. 4,12). El vocablo “perfeccionamiento”, tiene una raíz griega que es:
“kataptizo” que usado en voz media significaría preparar, capacitar, perfeccionar. A un verdadero
entrenador lo sobre posee la idea de perfección, por ello es que el Espíritu Santo es el entrenador
de verdaderos y perfectos ministros, misioneros, evangelistas pastores, apóstoles. Del mismo
modo, las Escuelas de Misiones, o Centros Teológicos en Latinoamérica no pueden impactar el
mundo si es que no tiene este perfeccionamiento del Espíritu. Por lo que se nota, gran parte de la
educación para las misiones ha caído en ser, un entrenamiento en las letras muertas, solo lo que
importa es obtener el “cartón”, y que diga “A nombre de la Nación”. Consecuentemente también, a
causa de la frialdad académica, está ha eclipsado el llamamiento y el fuego del Espíritu Santo,
dando como resultado que hoy, la mayor parte de la juventud cristiana no quiere saber nada de la
obra misionera, o de la obra ministerial, por ello es que este ensayo del camino, se propone trazar
“Un entrenamiento con el Espíritu de las Misiones”, que partiendo de Romanos ocho, buscará
estimular la reflexión y la acción desde un continente que le embarga la pobreza, pero sobre todo
que, dentro de la realidad peruana ha sobrevenido una enorme desilusión desesperanzada, porque
a causa del sistema, no se ha podido resolver los grandes problemas que la ahogan en frustración.
¿Qué nos tiene que decir Dios en estos días?¿Cual es la voluntad del Padre de toda la creación?
Aproximadamente por el año 57 DC. El apóstol San Pablo escribe desde la ciudad de Corinto está
epístola a los Romanos, él quiere hacer una exposición doctrinal de su evangelio, destinado a judíos
y gentiles en orden a la salvación en la fe de Cristo. Al darle un vistazo a este capítulo se hace
ineludible mencionar una interrelación entre Dios, Padre, Hijo, y Espíritu Santo; buena parte de este
episodio, también apunta al hombre, a la ley, la condenación, el pecado, la muerte, la carne, la
vida, la libertad, y el protagonismo de la Iglesia. Es así como se identifican estos tópicos paulinos.
Ahora bien, el tópico acerca de la “CONDENACIÓN” dice San Pablo en el verso 3: “Pues lo que la
ley no pudo hacer, ya que era débil por causa de la carne, Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo
en semejanza de carne de pecado y como ofrenda por el pecado, condenó al pecado en la carne” A
causa de la justicia y la ética, Dios condenó al pecado en la carne. Hubo un juicio moral a la
maldad, por eso es que Dios, siempre rechaza el pecado y la injusticia. Se puede inferir también
que, si hay una condenación a los creyentes carnales, que a su vez estos, son pecadores que están
condenados irremediablemente. Pero también se afirma que el que está “en Cristo” no tiene
ninguna condenación, la fe viva y activa en el Salvador, ha quitado todo castigo y juicio, pues Dios
ha dado salvación completa.
EL PECADO, como segundo tópico, al examinarse se diría que el tal, lo produce el hombre, y esto le
acarrea la muerte espiritual. Cristo siendo Dios, se hizo hombre igual a nosotros los humanos, con
una similitud en nuestra propia semejanza de pecado. También se dice que el pecado es una ley,
que como principio regulador ejerce una autoridad sobre el hombre, el pecado es un poder
incontrolable en el hombre, de allí que el pecado fue enjuiciado por la Santidad de Dios. La única
manera de quitarle al pecado el poder que tenía, era a través de un sacrificio con sangre, de un
cordero sin defecto, por eso, para San Pablo la encarnación del Hijo de Dios, era para destruir al
pecado, él lo dice así: “Dios lo hizo: enviando a su propio Hijo en semejanza de carne de pecado y
2. como ofrenda por el pecado”. Cristo es la ofrenda y sacrificio vivo, que anuló completamente al
pecado y todo poder del mal desde las raíces. Esto se logro en la cruz del calvario, y cuando
resucito de los muertos.
LA MUERTE es archiconocida como enemiga de Dios, igual que el pecado; se muestra como una
consecuencia final, y es el resultado del vivir bajo el poder de la naturaleza pecaminosa. Es también
una ley espiritual, porque ejerce su poder sobre la vida ética y moral en los creyentes carnales; de
allí que en el verso seis dice que esta en complicidad con la carne que es igual a naturaleza débil, la
cual es apetitosa al hombre: “Porque la mente puesta en la carne es muerte”, entonces ella es
contraria a los deseos del Espíritu Santo.
LA CARNE, tiene que ver con una forma de vida en la que solamente se está pensando en todo lo
malo que nuestros cuerpos desean, se dulcifica al quedar separado de Dios. La carne como
condición de vida es rechazada por Dios, pero esta carne ha tomado el control total de la mente del
creyente, por eso dice el verso cinco: “Porque los que viven conforme a la carne, ponen la mente
en las cosas de la carne”. Al apoderarse de la mente, sin que el creyente se de cuenta, está hace
que se produzca un estilo de vida contrario al Señor Jesucristo, de allí que esta forma de vida tiene
muchos seguidores en la Iglesia. El resultado de estar en esta condición es la muerte espiritual y
eterna. Porque el Dios Santo, no convive con la carne, en seguida se resuelve decir que la
mentalidad pecaminosa es enemiga de Dios, lo que le pasa además al creyente carnal es que,
también le produce una incapacidad moral y espiritual, por lo cual se queda en la nada, un ser sin
propósito.
El poder de la carne, tuvo su mayor desarrollo porque anuló el poder de la ley, además le quito a la
ley su propósito y su función vital. La carne no se somete a la ley de Dios, por eso al creyente lo
hace un rebelde, un anticristiano, un ateo, entonces la carne actúa como una ley / poder
controlador de la vida; lastimosamente redujo el plan de salvación. El que vive en la carne no
agrada a Dios, de allí que este es rechazado; frente a esto se analiza que es el Espíritu Santo el
único que puede ayudar a cumplir la ley de Dios, pero además, El Santo Consolador se vale de la
mente humana para generar deseos y pensamientos que producen la vida de Dios. La personalidad
del Espíritu Santo inyecta en el creyente una mentalidad, llena de deseos, y unas aspiraciones en el
hombre de fe, para que este se dirija a Dios y lo llame ¡Abba Padre! El ESPIRITU hace un combate
abierto a la carne, y la elimina, logrando que el creyente tenga toda la ayuda siempre para vencerla
a la carne como naturaleza pecaminosa, el Espíritu es el que da vida. Es necesario mencionar que,
en la encarnación de Cristo esta tiene una similitud con el hombre pecador; Cristo como Hijo de
Dios, fue enviado en la condición de carne, y en esa encarnación ha vencido a sus enemigos
totalmente, de esto Pablo escribió en el verso nueve lo siguiente: “Sin embargo, vosotros no estáis
en la carne sino en el Espíritu, si en verdad el Espíritu de Dios habita en vosotros. Pero si alguno no
tiene el Espíritu de Cristo, el tal no es de Él.
VIDA vocablo que realza la esencia de Dios, y es el centro en la revelación de la Biblia, es también
una ley, es decir un poder que obra en el propósito perfeccionador de Dios. Espíritu y Vida son
sinónimos en la revelación bíblica; y a través del Santo Consolador se crea una condición de vida,
una situación extraordinaria de satisfacción plena, en donde se participa del fruto abundante de la
paz duradera. Existe para el creyente auténticamente completo, una vida sobrenatural que es vida
espiritual. Esa es la clave mayor para la obra misionera.
LIBERTAD esta en contraposición con toda clase de esclavitud o corrupción, siendo la libertad
cristiana un conflicto permanente dentro del mundo de los poderes y principados, está no se sujeta
a ninguna ley, salvo a la ley del amor. Es Cristo el único que da libertad auténtica.
IGLESIA como comunidad lucha entre sus dos maneras de mentalidad, la de la carne o la del
3. Espíritu. La Iglesia esta llamada a cumplir las leyes espirituales de Dios, como pueblo heredero del
Padre de las luces, esta bajo un régimen de salvación, es a través de ella que se hará conocer la
justicia de Dios, el Espíritu Santo la vivifica permanentemente, de allí que en cada creyente ya mora
El Espíritu Santo. El que tiene al Santo Consolador pertenece a Cristo y es parte del pueblo
redimido, ese es el pueblo que esta en misión de llevar la buena noticia a todos.
REFLEXIONES PARA LA MISION
Los Siete Tópicos que se han compartido, quieren mostrar que el rol del Espíritu Santo es de vital
importancia en la Misión de la Iglesia. La condenación ya no existe para los que están bajo el
entrenamiento perfeccionador del Espíritu de la Misión. Todo poder contrario a Dios ya ha sido
resuelto como es el pecado, la carne y la muerte, todo esto fue sustituido por el poder de la vida, y
la libertad en EL Espíritu de Cristo. No debemos dejar que nos avasallen los enemigos de la Misión
de Dios, tampoco no debemos permitir que el odio entre hermanos, la venganza o la indiferencia,
quiten de nosotros el ser el Cuerpo de Cristo y el templo del Espíritu. Como servidores que vamos
tras el perfeccionamiento, o mejor dicho tras el entrenamiento del Espíritu en la Misión, levantemos
como una ofrenda y un sacrificio vivo a las naciones que, aun no conocen el Evangelio de la Verdad
y la Reconciliación.