La estimulación no reactiva consiste en inyectar surfactantes y fluidos a baja presión que no reaccionan químicamente con las rocas. Estos fluidos pueden ser oleosos, acuosos, alcoholes o solventes. Reducen la saturación de agua cerca del pozo, solubilizan parte del agua en la fase de hidrocarburos, y estabilizan emulsiones. Al realizar este tipo de estimulación es importante considerar las características de la formación, las condiciones del pozo, la mineralogía y la compactibilidad