Características del realismo mágico latinoamericano
1.
2. Fusión de lo real y lo fantástico
Lo onírico: Los relatos muchas veces parten de sueños que
tienen los protagonistas o, incluso, las historias mismas se
desarrollan en el terreno de los sueños como escenario
atractivo para contribuir al relato.
Realismo:toma una expresión transparente y concreta del
lenguaje, presentando para tal fin descripciones detalladas
que incluyen elementos ordinarios y conocidos,
sentimientos familiares, datos históricos, entre otros.
Fantasía apreciada como real: Existe una aceptación
instantánea de la fantasía por parte de los personajes.
Primera, Segunda o Tercera persona: Los relatos del
realismo mágico latinoamericano pueden ser relatados en
primera persona, segunda personas o tercera persona.
Existencia de múltiples narradores: Éstos suelen
alternarse a lo largo del relato.
3. Los escenarios suelen ser americanos: Esto se
debe a que los autores del realismo mágico están
empapados de esa realidad.
Mitología y factor sorpresa: Los relatos hacen
uso de los mitos, los cuales aportan a este
género un matiz exótico.
Entornos de pobreza y marginación: Esta es la
manera de dar a conocer diferentes realidades,
para algunos, desconocidas, desde la postura
social del autor.
Percepción sensorial de la realidad: Los autores
suelen darle mayor importancia a lo sensorial a
la hora de percibir la realidad.
El tiempo del relato: El tiempo es distorsionable
y los acontecimientos no suelen sucederse
en forma lineal.
4. Arturo Uslar Pietri: La lluvia (cuento de 1935). Sería el
antecedente más antiguo.
Jorge Luis Borges: Ficciones (1941), El Aleph (1949).
Miguel Ángel Asturias: El señor presidente (1946), Hombres de
maíz (1949).
Alejo Carpentier: El reino de este mundo (1949), El siglo de las
luces (1963).
Julio Cortázar: Bestiario (1951), Final de juego (1956).
Juan Rulfo: Pedro Páramo (1955).
Günter Grass: El tambor de hojalata (1959).
Carlos Fuentes: La muerte de Artemio Cruz (1962).
Gabriel García Márquez: Cien años de soledad (1967), Crónica de
una muerte anunciada (1981).
Milan Kundera: El libro de la risa y el olvido (1978).
Salman Rushdie: Hijos de la medianoche (1980).
Mario Vargas Llosa: La guerra del fin del mundo (1981).
Laura Esquivel: Como agua para chocolate (1989).