1. Participación y comunidad
La Diablada es una parte importante de la identidad cultural en las regiones donde
se practica, como Bolivia y Perú. La participación en esta danza une a las personas
a través de su pertenencia a una comunidad cultural común, lo que puede generar
un sentimiento de orgullo y pertenencia compartida.
La danza suele requerir la colaboración de numerosos miembros de la comunidad,
desde los bailarines y músicos hasta los artesanos que confeccionan los trajes y las
personas que ayudan con la organización de eventos. Esta participación colectiva
fortalece los lazos entre las personas, ya que trabajan juntas para lograr un objetivo
común.
Participar en la Diablada puede hacer que las personas se sientan parte de algo
más grande que ellas mismas. La danza y las festividades asociadas ofrecen un
sentido de pertenencia a una comunidad cultural y un vínculo con sus tradiciones
ancestrales.
Transmisión intergeneracional de conocimientos: La enseñanza de la Diablada de
una generación a otra es una forma importante de mantener viva la tradición.
Cuando las personas mayores comparten sus conocimientos y habilidades con los
jóvenes, se crea un lazo intergeneracional que fortalece la continuidad de la danza
y la conexión entre las edades.
La participación de la comunidad hacia esta danza se puede ver manifestado mediante:
1. Bailarines y músicos: La Diablada involucra a un gran número de bailarines y músicos
que representan a diferentes personajes, como diablos, ángeles, vírgenes y otros. Estos
participantes suelen ser miembros de la comunidad local y participan en los desfiles y
representaciones durante las festividades.
2. Confección de trajes: La comunidad se involucra en la elaboración de los elaborados
trajes que usan los participantes en la Diablada. La confección de estos trajes requiere
habilidades artesanales y esfuerzo colectivo.
3. Preparación de escenografía: Para las representaciones de la Diablada, se suelen
construir escenografías y decorados elaborados que representan el infierno, el cielo u
otros escenarios relacionados con la historia de la danza. La comunidad se encarga de
diseñar y construir estas escenografías.
4. Organización de eventos: Las festividades que incluyen la Diablada requieren una
gran organización, desde la planificación de los desfiles hasta la programación de las
actividades relacionadas. La comunidad trabaja en conjunto para asegurarse de que
todo salga según lo planeado.
2. Género y danza
La Diablada es una celebración cultural que se caracteriza por su dramatismo,
colorido y la representación de elementos simbólicos profundos es una parte
integral del folklore y la tradición de las regiones donde se practica, como Bolivia y
Perú. Para muchas personas, esta danza es una forma de preservar y celebrar las
creencias, historias y mitos que han sido transmitidos de generación en generación.
En muchas representaciones de la Diablada, los roles de género tradicionales son
evidentes. Los diablos, que representan fuerzas del mal, suelen ser interpretados por
hombres, mientras que los ángeles, vírgenes o personajes buenos son representados
por mujeres. Esto refleja una división tradicional de género en la que se asignan roles
específicos a hombres y mujeres.
La Diablada a menudo representa una lucha entre el bien y el mal, y esta dualidad se
refleja en los roles de género. Esta dualidad puede estar relacionada con conceptos
culturales y religiosos sobre la lucha entre fuerzas opuestas. Los hombres que
interpretan a los diablos a menudo tienen roles más activos y poderosos en la danza,
con movimientos audaces y enérgicos (esto puede reflejar ideas de dominio y control
asociadas tradicionalmente con la masculinidad en muchas culturas). Las mujeres que
interpretan a los ángeles o vírgenes suelen representar la pureza y la protección (sus
movimientos pueden ser más suaves y delicados, lo que refuerza estereotipos de
feminidad relacionados con la delicadeza y la pureza).
Es importante destacar que, aunque la Diablada refleja roles de género tradicionales en
su representación, también es una forma de expresión artística y cultural que evoluciona
con el tiempo. En algunas regiones y comunidades, se han realizado esfuerzos para
cuestionar o redefinir los roles de género en la Diablada. Por ejemplo, algunas mujeres
han comenzado a interpretar roles tradicionalmente masculinos, desafiando las normas
de género establecidas.
Por lo tanto, la danza de la Diablada a menudo sigue roles de género tradicionales
en su representación, con hombres interpretando personajes malévolos y mujeres
personajes buenos. Esto refleja una dualidad simbólica, pero también puede
perpetuar estereotipos de género. Sin embargo, en algunas comunidades, se han
producido cambios y redefiniciones en los roles de género dentro de la Diablada, lo
que refleja una evolución en la interpretación de esta tradición cultural.
Efectos de la Globalización
La globalización ha facilitado la difusión de información sobre la Diablada a nivel
internacional. Esto puede llevar a una mayor comprensión y aprecio de la danza por
parte de personas de todo el mundo
Con la globalización, las influencias culturales de todo el mundo se han vuelto más
accesibles a través de los medios de comunicación, la tecnología y la migración.
Esto puede llevar a la incorporación de elementos de otras culturas en la Diablada,
como la música contemporánea, la moda o las tendencias de baile.
¿Cómo se vio afectado la diablada con la globalización?
En algunas comunidades, la globalización ha llevado ciertas variaciones en la
participación en la Diablada. Las personas jóvenes pueden estar menos interesadas
en aprender y participar en tradiciones culturales antiguas, lo que puede afectar la
continuidad de la danza, pero, también la globalización trajo cambios a la danza de
3. la Diablada, como la influencia de la cultura global, la comercialización, la difusión
de información y cambios en la participación. Si bien estos cambios pueden
presentar desafíos para la autenticidad y la preservación de la tradición, también
pueden ofrecer oportunidades para que la Diablada evolucione y se adapte a los
tiempos modernos, y para que se comparta y aprecie en un contexto global.