1. .los= lARlA MERlilo
"l,as librerías son lugares llenos de sect'etos"
¿Oué significan para us-ted
las librerías?
Mi padre era un gran lec-tor
y frecuentaba especial-mente
alguna libreria de
León. Desde qLe era n'c,
yo a veces lo acompañaba,
y sentía una excitación es-pecial
cuando Ia visita te-nía
como objeto Ilevarnos
algún libro prohibido que el
librero le había conseguido
y que le entregaba en la
trastienda, con mucho si-gilo.
En las librerías nunca
perderé esa sensación de
lugar lleno de secretos.
¿Cómo cree que serán
las librerías del f uturo?
En Madrid hay ya libre-rías
donde puedes tomar-te
un café, y hasta leer,
presentar un libro, tener
una tertulia o dar una char-la.
Esa sensación de lugar
cercano, familiar, creo que
debe ir imponiéndose,
frente al estilo gran super-ficie.
Una Iibrería no debe
ser solamente una tienda,
como el editor no debe es-tar
encerrado en su torre...
¿Cómo debe afrontar el
mundo del libro el cambio
tecnológico para que la
experiencia empiece a ser
rentable ,¡ Ccs,: ., e :'
)eqn rcq a= i 2-" - -
ra, el lrbro ;n c.ss: ^r :-:-
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na0o trpo ce i,bi-cs. srer,-
pre que nuestra socieciad
sepa valorar el discurso
lirerario. Si n;est.a socie-dad
crea una cultura don-de
la palabra esclia solo
Se muestra en ir,x,ee¡s y
whatsapps, la culca no es
de Ias nuevas tecnolog:as,
sino de la estupidez hlrra-na.
Y ya dilo i-ro'ac o o-e
frente ra esttp'dez. :as:a
los dioses se enc-=i:'a^
impotentes.
¿Cree que las librerías
deben apostar oo{ ej fct-mato
digrta, er pe' - : c
del papel?
En las libre''¿s: 3'l
de papel debe sei el lrc-tagon
sta, pero .c:' c-e
no vender descargas ci'gt-talesT
Claro c;e e f,-=c c
de cada ura ce :aiss ces-cargas
no deoer;a ser s!-
perior a io que cuesla Lia
revista de papel, y srn em-bargo
los l:bros crg,:aies
Apoyar a las biblrote-cas
públicas y al srstema
educativo, procurando
que nuestros jóvenes tu-viesen
una f ormación
cultural y literaria sólrda,
sería un modo de revitali-zar
el mundo de las libre-rías.
Pero la crisis es una
coartada magníf ica para
quitarle fuerzaa lo público,
como está sucediendo...
El resultado, una ciudada-nía
menos instruida y más
manipulable... Y adiós a las
librerías, a los libros y a las
brbliotecas.
José María Merino acompañado de Alex Cerrudo, uno de los
libreros de La Central de Callao, responsable de su sección de
Ciencias Sociales.