1. Guerra de supremacismos
Los distintos ataques y atentados de grupos radicales no solo islámicos sino ahora
también por parte de los denominados supremacistas blancos, quienes han tomado
fuerza en los últimos años tanto en Europa como en los Estados Unidos.
El movimiento supremacista que aboga por un nacionalismo blanco tiene sus
bases en movimientos de superioridad étnica, nacional y racial, muy similares a los que
hacía mención el fascismo, el nacional socialismo, los movimientos paneslavistas y las
políticas racistas de países como Sudáfrica o los Estados Unidos.
Hay inspiraciones en filósofos y pensadores desde hace algunos siglos donde se
mencionaba y se argumentaba contra las personas de diferente grupo étnico, el ataque
contra las personas negras entre los europeos fue el común en algunos casos, aunque
por supuesto el etnicismo y la discriminación contra los diferentes queda reflejado en
casos de grupos como los indios o los chinos contra los europeos o contra los foráneos en
general. Sin embargo, los grandes pensamientos que trascienden a nuestra sociedad
occidental trascendieron y sirvieron de justificación por mucho tiempo.
Importantes pensadores destacados agregaban en sus análisis niveles y
subniveles de “seres humanos”, categorizándolos dependiendo de su nivel de “evolución”
o “rezago” étnico – racial en ocasiones tendiendo a compararlos con otros tipos de
primates. En algunos casos elementos no visibles como el comportamiento humano era
asociado como un supuesto genético generalizado que hacía señalamientos contra
algunos grupos humanos como portadores del “gen del mal”.
De hecho se podría señalar este como uno de los tantos elementos de excusa por
parte de los nazis para justificar el exterminio de seis millones de judíos o la persecución
contra minorías catalogadas como inferiores o “poco capaces de sobrevivir”.
Actualmente los europeos nuevamente bajo la excusa de los peligros asociados
contra la sociedad “blanca”, cristiana y europea, vuelve a cometer actos discriminatorios y
a justificar la ´violencia y el odio contra minorías. Como si se tratara de los mismos
mantras con los que se justificaron los genocidios del siglo pasado, pero bajo otra
premisa; la de un supuesto de preservación de la “pureza europea”.
2. Utilizando el término “europeo” promovido por el neonazi norteamericano Francis
Parker Yockey haciendo una clara división entre lo que es “blanco” y lo que es ajeno a
Europa, sumando argumentos de una supuesta conspiración para exterminar a los
blancos mediante una asimilación racial – religiosa por medio de la inmigración.
El temor ante un supuesto de sustitución poblacional por parte de los inmigrantes
es el punto que une a todos los que se denominan a sí mismos como “europeos”. Y por
eso es común que manifiesten algún tipo de animadversión discriminatoria contra un
minoría, como lo es el antisemitismo, la Islamofobia, las posiciones anti capitalistas, anti
globalistas y hasta anti socialista. De ahí que las nuevas políticas continentales apunten
en ocasiones a impedir que sigan llegando grupos de inmigrantes, habiendo quienes han
impulsado la persecución y ataques contra estos grupos.
El temor para los europeos de ser desplazados de los lugares donde tienen fuerte
influencia desde hace varios siglos, por medio de aquellas personas que llegan con otra
identidad, con ideas nuevas, una cultura distinta, etc. es real. Los actos políticos y los
ataques contra estas minorías no son poca cosa ni tienen una base poco infundada, sin
duda hay todo un esquema de justificación hasta ideológica que de reiterar en las ideas
de forma insistente se puede decir que para la conciencia general hasta cobra cierto
“sentido”.
Una frase en el argot popular dice algo así: “Quien teme que algo ocurra, terminará
provocándolo”. Si bien, no es que los migrantes estén sustituyendo propiamente a los
europeos, sí existen grupos islámicos radicales que están aprovechando del temor
infundado para tener su agenda alternativa y nutrir a los grupo integristas que han
encontrado un nicho importante para crecer en el terreno europeo, donde expanden su
ideología a través de la Dawah (invitación) en fuertes campañas proselitistas sobre no
musulmanes y expandiendo su germen radical entre los musulmanes moderados,
afectando tanto a quienes están ahí desde hace siglos, como a quienes tienen algunas
décadas de haberse empezado a desarrollar en la zona, los cuales además se han
comenzado a sentir vulnerables por las circunstancias de la región.
Los musulmanes radicalizados están aprovechando el odio que se ha desarrollado
en contra de ellos para atraer nuevos adeptos a sus células integristas y de ese modo
mantener una guerra abierta contra los grupos supremacistas blancos utilizando los
enfrentamientos como una forma de justificar actos violentos y el terrorismo.
3. Los musulmanes que mueren en los ataques terroristas de supremacistas blancos
serán “vengados” por grupos radicales islamistas, aunque probablemente no lo hagan en
nombre de las víctimas sino de su enferma causa poniéndole cara a la violencia que de
forma miserable practican. Adoptan las muertes de correligionarios solamente como una
excusa de guerra próximos ataques.
El reconocido “choque de civilizaciones de Huntington” sin duda está a la orden del
día, aunque expresado de otra forma. Es en verdad el choque entre radicales
supremacistas blancos y estos que podríamos llamar radicales supremacistas islamistas,
dejando en medio todos aquellos quienes no tienen una posición hacia ninguno de los
extremos, pero en caso de sentirse indefensos optarán por tomar lugar al lado de quienes
sienten que les representa más por su “cercanía”, étnica, religiosa o ideológica.
Está claro que el moderno nacionalismo blanco, ha logrado tener más presencia
en la vida pública gracias a la aparición y empoderamiento de políticos que apoyan una
línea dura contra la inmigración, Marine Le Pen, en Francia, y Viktor Orban, en Hungría,
Vladimir Putin en Rusia, Geert Wilders en Holanda, entre otros.
Mientras que en los Estados Unidos ha ocurrido un fenómeno similar pero
diferente al mismo tiempo, ya que si bien no se puede hablar de un supremacismo o
racismo por parte del presidente Donald Trump su discurso anti migratorio durante la
campaña política le sumó puntos provenientes de los grupos supremacistas y neonazis.
Sumando que las marchas de estas agrupaciones beneficiados con los principios de
libertad de expresión garantizados por ley y el envalentonamiento de activistas de
extrema derecha.
Mientras tanto, las posiciones políticas migratorias laxas por parte de algunos
líderes políticos, quienes abogan a favor de las migraciones sin controles eficientes, les
ha permitido sumar votos de los menos conservadores, quienes se consideran más
liberales, y estar cumpliendo a favor de los Derechos Humanos, pero son quienes al
mismo tiempo les abre de par las puertas a los movimientos radicales que promueven una
agenda alternativa de buscar atacar al interior de los países que captan migrantes, estos
líderes occidentales son los gestores de un “Caballo de Troya” migratorio.
Se debe mencionar que a través de distintos medios se han intentado justificar los
actos de terror de supremacistas blancos, señalando que los musulmanes y, o los judíos
4. son culpables por sus comportamientos o su “naturaleza distinta”. Están quienes utilizan
como excusa los atentados islamistas en distintas partes de Europa para atentar contra
ciudadanos musulmanes como un tipo de “respuesta natural”, así como están también los
que aprueban el terrorismo contra los judíos por lo que ocurre con el Estado de Israel en
el Medio Oriente.
Es importante resaltar que es en las redes como Internet, principalmente en donde
se ha convertido en un campo de batalla, reclutamiento y exaltación del terrorismo en los
últimos años, basta con darse una vuelta por algún foro neonazi o islamista para ver el
trabajo que realizan para perpetuar esta guerra abierta de extremistas.
La sociedad actual está en medio de lo que parece una guerra sin retorno entre los
grupos radicales de supremacistas y los grupos radicales islámicos, quienes compiten por
ver cuál ocasiona el caos más grande, quién se ve más afectado, pero logra justificar y
blanquear sus oscuros actos, aunque queda claro que ambos tienen las manos sucias de
sangre.