1. ¿Usas muchos diminutivos en el micrófono?
Todo lo que voy a escribir aquí es subjetivo, y no intento molestar ni
ofender a nadie, pero me veo en la obligación moral de hacerlo como
instructor y oyente. Sé que no hay ley alguna que prohíba el uso de los
diminutivos en los medios de comunicación como no la hay que obligue a
usarlos constantemente. Par mí el uso excesivo del diminutivo es
directamente proporcional al nivel de ridículo que hace el que los utiliza (lo
siento).
Pero pongamos un ejemplo para verlo más claro. Un/a locutor/a se dirige a
su audiencia:
“Buenos días, ¡Qué mañana más soleada tenemos! ¿Qué tal gente? Luce un
sol radiante y el termómetro de nuestra ventana marca los veinte grados.
Para comenzar la jornada que os parece si escuchamos un canción cristiana
de una chica mexicana que nos cuenta cosas interesantes sobre la vida de
las tortugas en cautiverio. Marta Martínez y su tema: “Mi tortuga Lulú”…
Es una forma más o menos tópica y que se podría escuchar, cualquier
mañana, en infinidad de emisoras.
Pero la cruda realidad es otra (póngase tono de terror para leer este
párrafo). En muchísimas emisoras el ejemplo anterior, se escucharía así:
“Buenos diítas, ¡Qué mañanita más soleadita tenemos! ¿Qué tal gentecita?
Luce un solecito radiante y el termómetrito de nuestra ventanita marca los
veinte graditos. Para comenzar la jornadita que os parece si escuchamos un
cancioncita de una chiquita francesa que nos cuenta cositas interesantes
sobre la vida de las tortuguitas en cautiverio. Martita Marquez y su temita:
”Mi tortuguita Lulú”. ¡Ay, perdón!: “Mi tortuga Lulú”.
2. Ya sé que esto es como predicar en el desierto y que no cambiará mientras
no haya manifestaciones por las calles con pancartas del tipo: “Abajo la
reforma laboral y abajo los diminutivos en los medios” o “Cárcel para el
que diga dos diminutivos seguidos”, “Los diminutivos no nos representan”,
" No a la caza del elefante ni al exceso de diminutivos en la radio", etc…
En mi opinión el uso excesivo de diminutivos en el micrófono es una moda
que algún día pasará (o eso espero) y como tantos otros defectos de los
locutores nace de imitar a otros compañeros. Habrá alguien que al leer esto
dirá “pero es que yo en mi comunicación cotidiana los uso mucho”. Vale,
pero su uso excesivo no es correcto. Lee de nuevo la definición y analiza tu
forma de comunicar. Recuerda que el comunicador profesional debe
exigirse hablar con corrección. De acuerdo que yo defiendo la naturalidad
pero si en el lenguaje cotidiano cometemos errores, hemos de corregirlos si
queremos dedicarnos a esto.