1. Un placer que no tiene fin<br />Las letras nos hacen hombres, nos diferencian de los animales y nos llevan a lugares nunca conocidos y nunca olvidados, son la mejor herramienta de la memoria, no dejan lugar al olvido. Es necesario, que entendamos que sin los libros no somos ángeles, no tenemos nada que nos haga especiales y nuestras vidas no tienen trascendencia alguna; sin las historias de las páginas maravillosas, no tenemos nada.<br />La lectura nos lleva a parajes desconocidos que conocemos después de leerlos, nos impulsa a crear, a crecer y a vivir más plenamente, nos conecta en un nivel más puro cono nuestro sentido humano y nos lleva a conectarnos con los demás a ese mismo nivel. <br />Creo yo, que las historias contadas en letras tienen más valor que las resumidas y diez mil veces alteradas historias audiovisuales, que aunque traen una magia intrínseca que nos hace ver a través de ojos ajenos, nos quitan una capacidad asombrosa: la de crear por medio de las letras, a través de manos ajenas que nos invitan a viajar con solo nuestra imaginación; nos quitan la posibilidad de interpretar las historias como nuestra esencia nos lo permita y estandarizan una historia de tal forma que se hace casi imposible sentirla de formas diferentes.<br />Cuando por el camino de las personas se cruza un buen libro, dejan de sentirse tan solas, encuentran una amistad incondicional que no pide nada, solo da. Da buenos momentos y emociones puras, da entretenimiento limpio y permite que cada una de las personas obtenga todo esto a su propio ritmo. En un momento como éste, en el que la humanidad está cada vez más desligada de sus emociones y en el que las personas pasan por la vida como entes, sin apegarse a nada ni a nadie, es maravilloso que un simple objeto nuevo o con siglos de antigüedad pueda acercarnos tanto a la realidad y pueda despertar en nosotros todo eso que ningún otro objeto puede, como puede también alejarnos de nuestros problemas y permitirnos ser todo lo que no somos y descubrir eso que siempre hemos querido.<br />¿Alguna vez ha sentido un leve calor en la espalda mientras espera? Esa especie de rabia que causa la impaciencia? Remedio infalible es un buen libro de bolsillo, que vuelve la espera insoportable en una grandiosa oportunidad para vivir esa historia que estuvo, como usted, en espera hasta que decidió continuarla. En este mundo de afanes y desesperos, un buen libro nos permite poner nuestro propio ritmo, no hay un horario que cumplir, no hay una cita a la que llegar, siempre que sea necesario o simplemente querido, estará allí para nosotros, para aquellos que nos aventuramos a abrirlo, sin apuro, sin ninguna prisa, como nuestro ritmo interno lo necesite y nos lo permita. “No hay ritmo que esté tan cerca de nuestras experiencias profundas y, diría yo, de toda nuestra vida anímica como el orden corriente del lenguaje.” (Ospina William, La decadencia de los dragones, Pág. 18).<br />Los libros, las buenas historias, con un propósito o sin él, hacen a las personas más pacientes, más pacíficas y respetuosas, porque les permiten ver y escuchar en serio el pensamiento de los demás, sus historias y tal vez, las hacen seres más centrales.<br />