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Poesía novohispana.pptx
1. Versificación: el arte de combinar el lenguaje en
periodos rítmicos fijos. El conjunto de reglas
relativas a la versificación se llama arte
métrica, y enseña la medida de los versos, su
estructura, las leyes que los rigen y las
diversas combinaciones que con ellos pueden
lograrse.
2. Sistemas de versificación: el ritmo del verso se
establece por medio de sistemas métricos, los
más comunes están basados en:
El paralelismo (un ritmo del pensamiento, que no
cuenta ni número de sílabas ni toma en cuenta la
disposición de los acentos. Toma como punto de
partida el contenido lógico y la repetición u oposición
de determinadas ideas. Usado en los pueblos
orientales, especialmente hebreos, árabes y chinos).
La aliteración (se basa en un fenómeno puramente
fonético: la repetición de un sonido constante dentro
de un verso, muy usado en la antigua literatura
anglosajona o nórdica)
3. La cantidad silábica (los poetas griegos y latinos fundaban su
versificación en la medida del tiempo necesario para recitar los versos.
Distinguían las sílabas en largas y breves, y de su adecuada
combinación nacía el verso. La sílaba larga valía dos tiempos y la
breve, uno y se agrupaban en pies, que era la unidad métrica más
simple.
Los principales pies grecorromanos son:
Troqueo (larga y breve) — ˘
Yambo (breve y larga) ˘ —
Espondeo(dos largas) — —
Tríbraco (tres breves) ˘ ˘ ˘
Anfíbraco (breve, larga, breve) ˘ — ˘
Crético (larga, breve, larga) — ˘ —
Anapesto (dos largas y breve) — — ˘
Dáctilo (larga y dos breves) — ˘ ˘
4. En el verso en español también se toman en
cuenta el número de sílabas y la rima.
• El número de sílabas
Las sílabas en un verso en español se cuentan
por el número de sílabas gramaticales, salvo en
las excepciones que indicamos a continuación:
5. Diéresis: Consisten en disolver el diptongo y hacer
de él dos sílabas.
Sinéresis: Es lo contrario de la anterior. Forma una
sola sílaba de dos vocales fuertes que no suelen
diptongarse
alma real en cuerpo hermoso
6. Las dos anteriores son poco usadas, caso
contrario de la
Sinalefa: unión de la última vocal de una
palabra con la primera de la siguiente en una
sola sílaba. La sinalefa se cumple
corrientemente dentro del verso, aunque exista
entre la vocales una división lógica equivalente
a un punto y como o a un punto final. Donde no
se practica por lo general, es en el enlace de los
versos sucesivos.
Un hombre entró embozado hasta los ojos
7. Acento final.
Además de la sinalefa, que (casi) siempre debe
practicarse, para la medida de un verso hay que
tomar en cuenta el acento final.
Si la última palabra del verso es grave, el número de
sílabas es el que se ha contado.
Si la última palabra del verso es aguda, se contará
una más.
Si la última palabra del verso es esdrújula, se contará
una menos.
8. -No/ rei/na en/ mi/ co/ra/zón7 + 1
o/tra/ co/sa/ que/ mu/jer, 7 + 1
ni hay/ bien/ a/ mi/ pa/re/cer7 + 1
más/ dig/no/ de es/ti/ma/ción. 7 + 1
Todo es ventura, Ac. III
Juan Ruiz de Alarcón
9. ¿Qué adornada primavera
de fuentes, plantas y flores;
qué divinos resplandores
del sol en su cuarta esfera;
qué purpúreo amanecer,
qué cielo lleno de estrellas
iguala a las partes bellas
del rostro de una mujer?
10. Los acentos
Su colocación influye en la estructura y medida del verso.
Acento prosódico (mayor elevación o intensidad de la voz.
Lo llevan todas las palabras, excepto las enclíticas y
proclíticas que se apoyan en la anterior).
Acento ortográfico
Acento rítmico, es el que une los diversos vocablos de una
frase entre sí. Coincide siempre con uno de los prosódicos y
suele distinguirse por la mayor intensidad o duración que
guarda respecto de los demás acentos prosódicos de la
misma frase.
11. Reglas de acentuación
Todos los versos en español llevan un acento
predominante en la penúltima sílaba métrica (si el
verso es agudo, llevará el acento en la última sílaba y
se cuenta una más, etc.)
No puede haber acento rítmico en dos palabras
consecutivas.
El acento predominante final ha de recaer siempre
sobre una palabra importante, no sobre artículos,
preposiciones, monosílabos
Los versos de arte menor, además del acento
predominante en la penúltima, pueden llevar acentos
secundarios en cualquier sílaba.
Los versos de arte mayor se rigen por reglas
especiales.
12. Pausa: es una ligera parada que debe
hacerse al final de cada verso, además de las
marcadas por los signos de puntuación
Cesura es una pequeña pausa, corte o
descanso que se da en un lugar determinado
del verso. Las partes en que éste queda
dividido, iguales o desiguales, se llaman
hemistiquios. Todos los versos largos suelen
dividirse en dos hemistiquios.
13. Los versos
De arte menor (de dos a ocho sílabas) o arte
mayor (de nueve en adelante).
Bisílabo (acento en la primera sílaba)
Trisílabo (en la segunda sílaba)
Tetrasílabo (acentos en la 1ª y 3ª sílabas)
Pentasílabo (1ª y 3ª o 2ª y 4ª)
Hexasílabo (en sílabas impares o en la 2ª y 5ª)
Heptasílabo (2ª y 6ª o 1ª y 6ª)
Octosílabo (sólo es constante el de la 7ª)
14. Eneasílabos (sólo la 8ª es constante).
Decasílabos (bipartitos: 4ª y 9ª, simples: 3ª, 6ª
y 9ª)
Endecasílabos
Propio: 6ª y 10ª
Sáfico: 4ª, 8ª y 10ª
Gaita gallega: 1ª, 4ª, 7ª y 10ª
15. Rima: es la igualdad o semejanza de sonidos
que tienen algunas palabras, a partir de la
última vocal acentuada. Es un procedimiento
medieval.
Rima consonante: cuanto todos los sonidos
son iguales a partir de la última vocal
acentuada:
No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido;
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
16. Rima asonante, cuando desde el último acento sólo
coinciden las vocales:
En un pastoral albergue
que la guerra entre unos robles
lo dejó por escondido
o lo perdonó por pobre,
do la paz viste pellico
y conduce entre pastores
ovejas del monte al llano
y cabras del llano al monte,
17. La estrofa
Redondilla. Se convirtió en una de las estrofas más
utilizadas en la poesía barroca, especialmente en
el teatro. Esta estrofa se compone de cuatro
versos octosílabos; con rima consonante (abba):
Su Majestad habla, en fin,
como quien tanto ha acertado.
Y aquí, discreto senado,
Fuente Ovejuna da fin.
Fuenteovejuna, LOPE DE VEGA
18. Quintilla. Fue muy usada en este período, aunque no
alcanzó la popularidad de la redondilla. Es una estrofa
compuesta por cinco versos octosílabos con rima
consonante (ababa):
Y advertid que es baja acción,
que sólo a una fiera toca,
madre de engaño y traición,
el halagar con la boca
y matar con la intención.
La vida es sueño, PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
19. Los poetas barrocos:
– Se ocupan más en reelaborar y depurar las formas métricas
heredadas del período anterior que en introducir nuevas
variantes.
– No sólo se sirven de la métrica italiana, sino que vuelven a
utilizar los versos de arte menor (especialmente el
octosílabo) y las composiciones de la tradición popular
española, tales como villancicos, letrillas, romances, etc.
– Llevan al teatro las mismas formas métricas que en la poesía
lírica.
20. Décima. Se conoce también con el nombre de espinela, porque fue
difundida por Vicente Espinel. Su uso y popularidad se extendieron con
gran rapidez.
Esta estrofa consta de diez versos octosílabos con rima consonante (abbaa
- ccddc). Frecuentemente el tema de la estrofa se presenta en la primera
redondilla, la segunda completa el pensamiento y la transición entre ambas
la realizan los versos de enlace (abba - ac - cddc).
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidado le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
La vida es sueño, PEDRO CALDERÓN DE LA BARCA
21. Romance. Gozó de un gran prestigio y fue muy utilizado en este
período. A su difusión contribuyó el teatro, en el que llegó a ocupar
un lugar tan importante como el de la redondilla. El romance es una
composición no estrófica de versos octosílabos. Los versos pares
tienen rima asonante y los impares quedan libres.
Ha sido muy utilizado tanto en composiciones populares como
cultas, de las cuales la siguiente es ejemplo:
Las venas con poca sangre,
los ojos con mucha noche,
lo halló en el campo aquélla,
vida y muerte de los hombres.
Del palafrén se derriba,
no porque el moro conoce,
sino por ver que la hierba
tanta sangre paga en flores.
Romance de Angélica y Medoro, LUIS DE GÓNGORA
22. Soneto
Consta de dos cuartes y dos tercetos.
Versos endecasílabos, los dos cuartetos con las
mismas rimas y los tercetos con rimas alternas
(ABBA) (ABBA) (CDC) (DCD).
Los dos cuartetos sirven para exponer la idea,
mientras los tercetos recogen las consecuencias
de la exposición, para finalizar de manera
concisa y rotunda por lo general.
23. El barroco consiste, sobre todo, en la
búsqueda de una refiguración del movimiento
obtenida a través del matiz, del contraste entre
luces y sombras, de la disolución de los
contornos, del rechazo a la simetría. A esto
se añade la referencia a lo indeterminado, a lo
inaprensible, a lo ilimitado, que se manifiesta
formalmente en el cubrir, ocultar, esconder
ciertas partes esenciales de aquello que se
desea traer a escena: eso que se encuentra
bajo la superficie de las formas o, incluso,
aquello que está fuera de ellas, que excita la
fantasía y la introduce en mundos
maravillosos, inmensos, inescrutables.
24. El rasgo quizá más acusado del barroco literario es el
contraste. Claroscuro que en las obras se manifiesta
como paradoja, oxímoron, antítesis.
La paradoja y oxímoron: en ambas se da la
aproximación de dos ideas opuestas y en apariencia
irreconciliables, que manifiestas un absurdo si se
toman al pie de la letra, pero que contienen una
profunda y sorprendente coherencia en su sentido
figurado .
La paradoja es más amplia que el oxímoron, la
contradicción afecta al contexto y su interpretación
exige apelar a otros datos que revelen su sentido.
25. Paradoja: Vivo sin vivir en mí;
y tan alta vida espero,
que muero porque no muero.
Santa Teresa de Jesús
El oxímoron resulta de la relación sintáctica de dos
antónimos. Involucra generalmente dos palabras
o frases: un sustantivo y un adjetivo que se
vinculan en un contexto abstracto.
26. Oxímoron:
en poco mar de luz se ve oscuras ruinas
Luis de Sandoval Zapata
Antítesis: Consiste en contraponer una ideas a
otras (cualidades, objetos, afectos, situaciones),
con mucha frecuencia a través de términos
abstractos que ofrecen un elemento en común,
semas comunes:
Ayer naciste y morirás mañana (Góngora)
27. A diferencia de lo que ocurre en el oxímoron y
en la paradoja, la oposición semántica de las
expresiones contiguas de la antítesis no llega
a ofrecer contradicción, por lo que la isotopía
(coherencia) no se ve afectada.
28. Hipérbaton: alteración del orden lógico de los
términos que constituyen una frase.
Alegoría: consiste en representar una idea
figuradamente a través de formas humanas,
animales o seres inanimados.
Aliteración: consiste en repetir o combinar
varios sonidos a lo largo de una misma
frase para es conseguir un efecto sonoro.
29. Anáfora: consiste en la repetición de palabras al
comienzo de una frase o verso.
¡Oh noche que guiaste!
¡oh noche amable más que el
alborada!
¡oh noche que juntaste!
San Juan de la Cruz
Alusión: consiste en hacer referencia a un
hecho o realidad sin nombrarlo.
30. Era del año la estación florida
en que el mentido robador de Europa
(media luna las armas de su frente
y el Sol todos los rayos de su pelo),
luciente honor del cielo,
en campos de zafiros pace estrellas,
cuando el que ministrar podía la copa
a Júpiter mejor que el garzón de Ida,
náufrago, y desdeñado sobre ausente,
lagrimosos de amor dulces querellas
da al mar; que condolido,
fue a las ondas, fue al viento
el mísero gemido,
segundo de Arión dulce instrumento…
(Soledades) Góngora
31. En el siglo XVII los escritores se reunían en
academias y existía un elevado número de torneos,
certámenes, homenajes.
En América también abundan las academias, pero
aún más los torneos literarios: fiestas religiosas (y
beatificaciones), la llegada de un Arzobispo, la llegada
del nuevo Virrey, un tratado de paz, casamientos,
muertes, nacimientos de príncipes, etc., eran motivos
frecuentes de certámenes. Y poco a poco estos
motivos se extendieron a sucesos minúsculos.
32. VERDE EMBELESO
Verde embeleso de la vida humana,
loca Esperanza, frenesí dorado,
sueño de los despiertos intrincado,
como de sueños, de tesoros vana;
alma del mundo, senectud lozana,
decrépito verdor imaginado;
el hoy de los dichosos esperado,
y de los desdichados el mañana:
sigan tu sombra en busca de tu día
los que, con verdes vidrios por anteojos,
todo lo ven pintado a su deseo;
que yo, más cuerda en la fortuna mía,
tengo en entrambas manos ambos ojos
y solamente lo que toco veo.
Sor Juan Inés de la Cruz
33. 4 8 10
Ver-de em-be-le-so -de -la –vi-da hu-ma-na,
11-A
lo-ca es-pe-ran-za, -fre-ne-sí –do-ra-do, 11-B
6 10
sue-ño -de -los –des-pier-tos –in-trin-ca-do, (PAR)
11-B
co-mo -de –sue-ños, -de –te-so-ros –va-na;
11-A
Loca Esperanza, embeleso (seducción) verde de la vida humana, frenesí
dorado, sueño intrincado de los despiertos, vana (vacía) de tesoros (y) de
sueños.
4 8 10
al-ma -del –mun-do, -se-nec-tud –lo-za-na, (OX) 11-A
de-cré-pi-to –ver-dor –i-ma-gi-na-do; 11-B
6 10
el -hoy -de -los –di-cho-sos –es-pe-ra-do, 11-B
y -de -los –des-di-cha-dos- el –ma-ña-na: (ANT) 11-A
(Esperanza), alma del mundo, senectud lozana, verdor decrépito (e)
imaginado, el hoy esperado de (por) los dichosos, y el mañana (esperado)
de (por) los desdichados.
34. Detente, sombra de mi bien
Detente, sombra de mi bien esquivo,
imagen del hechizo que más quiero,
bella ilusión por quien alegre muero,
dulce ficción por quien penosa vivo.
Si al imán de tus gracias, atractivo,
sirve mi pecho de obediente acero,
¿para qué me enamoras lisonjero,
si has de burlarme luego fugitivo?
Mas blasonar no puedes, satisfecho,
de que triunfa en mí tu tiranía:
que aunque dejas burlado el lazo
estrecho,
que tu forma fantástica ceñía,
poco importa burlar brazos y pecho
si te labra prisión mi fantasía
35. En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?
¿En qué te ofendo, cuando sólo intento
poner bellezas en mi entendimiento
y no mi entendimiento en las bellezas?
Yo no estimo tesoros ni riquezas;
y así, siempre me causa más contento
poner riquezas en mi pensamiento
que no mi pensamiento en las riquezas.
Y no estimo hermosura que,
vencida,
es despojo civil de las edades,
ni riqueza me agrada fementida,
teniendo por mejor, en mis
verdades,
consumir vanidades de la vida
que consumir la vida en
vanidades.
36. Éste que ves, engaño colorido
que del arte ostentando los primores
con falsos silogismos de colores
es cauteloso engaño del sentido;
éste, en quien la lisonja ha pretendido
excusar de los años los horrores
y venciendo del tiempo los rigores
triunfar de la vejez y del olvido,
es un vano artificio del cuidado,
es una flor al viento delicada,
Es un resguardo inútil para el hado:
es una necia diligencia errada,
es un afán caduco y, bien mirado,
es cadáver, es polvo, es sombra, es nada.
37. No me mueve, mi Dios, para quererte,
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor: muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme el ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme en fin tu amor, de tal manera
que aunque no hubiera cielo yo te amara
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
porque aunque lo que espero no esperara
lo mismo que te quiero te quisiera.
Fray Miguel de Guevara
38. Perdido ando, señora, entre la gente
sin vos, sin mí, sin ser, sin Dios, sin vida:
sin vos porque de mí no sois servida,
sin mí porque con vos no estoy presente;
sin ser porque del ser estando ausente
no hay cosa que del ser no me despida;
sin Dios porque mi alma a Dios olvida
por contemplar en vos continuamente;
sin vida porque ausente de su alma
nadie vive, y si ya no estoy difunto
es en fe de esperar vuestra venida.
¡Oh bellos ojos, luz preciosa y alma,
volved a mirarme, volveréisme al punto
a vos, a mí, a mi ser, mi Dios, mi vida!
Bernardo de Balbuena