1. Trastorno de consumo de drogas
Ocurre cuando el consumo de alcohol u otra sustancia (droga) de una persona lleva a que se
presenten problemas de salud o en el trabajo, escuela o casa.
Este trastorno también se denomina abuso de sustancias.
Causas
La causa exacta del consumo de drogas se desconoce. Los genes de una persona, la acción de las
drogas, la presión de compañeros, el sufrimiento emocional, la ansiedad, la depresión y el estrés
ambiental pueden ser todos factores intervinientes.
Muchas personas que desarrollan un problema de consumo de sustancias tienen depresión,
trastorno de déficit de atención, trastorno de estrés postraumático u otro problema de salud mental.
Un estilo de vida estresante y caótico y la baja autoestima son también comunes.
Es posible que los niños que crezcan viendo a sus padres consumiendo drogas tengan un mayor
riesgo de presentar un problema de consumo de sustancias más adelante en la vida tanto por
razones ambientales como genéticas.
Entre las sustancias más comúnmente consumidas se encuentran:
Los opiáceos y otros narcóticos son calmantes muy potentes que pueden causar somnolencia y
algunas veces sentimientos intensos de bienestar, regocijo, euforia, entusiasmo y júbilo. Entre ellos
se encuentran la heroína, el opio, la codeína y los analgésicos narcóticos que pueden ser recetados
por el médico o se pueden comprar de manera ilícita.
Los estimulantes son medicamentos que estimulan el cerebro y el sistema nervioso. Ellos incluyen
cocaína y anfetaminas, como las drogas utilizadas para tratar el trastorno de hiperactividad con
déficit de atención (THDA) (el metilfenidato o la Ritalina). Una persona puede empezar a necesitar
cantidades mayores de ellas con el tiempo para sentir el mismo efecto.
Los depresivos causan somnolencia y reducen la ansiedad. Ellos incluyen alcohol, barbitúricos,
benzodiazepinas (Valium, Ativan, Xanax), hidrato de cloral y paraldehído. El uso de estas sustancias
puede llevar a que se desarrolle adicción.
El LSD, la mescalina, la psilocibina ("setas u hongos") y la fenciclidina (PCP o "polvo de ángel")
pueden hacer que las personas vean cosas que no existen (alucinaciones) y pueden llevar a
dependencia psicológica.
La marihuana (cannabis o hashish).
Hay varias etapas del consumo de drogas que pueden llevar a la adicción. Las personas jóvenes
parecen pasar más rápidamente a través de las etapas que los adultos. Las etapas son:
Consumo experimental -- típicamente involucra a los compañeros, se hace para uso recreativo; el
consumidor puede disfrutar del hecho de desafiar a los padres u otras figuras de autoridad.
Consumo regular -- el consumidor falta cada vez más a la escuela o al trabajo; le preocupa perder
la fuente de droga; utiliza las drogas para "remediar" sentimientos negativos; empieza a apartarse
de los amigos y la familia; puede cambiar los amigos por aquellos que son consumidores regulares;
muestra aumento de la tolerancia y capacidad para "manejar" la droga.
2. Consumo problemático o riesgoso -- el consumidor pierde cualquier motivación; no le importa la
escuela ni el trabajo; tiene cambios de comportamiento obvios; pensar acerca del consumo de
drogas es más importante que todos los otros intereses, incluso las relaciones interpersonales; el
consumidor se torna reservado; puede comenzar a vender drogas para ayudarse a sostener el
hábito; el consumo de otras drogas más fuertes puede aumentar; se pueden incrementar los
problemas legales.
Adicción -- no puede enfrentar la vida diaria sin las drogas; niega el problema; el estado físico
empeora; pierde el "control" sobre el consumo; puede volverse suicida; los problemas financieros y
legales empeoran; puede haber roto los lazos con los miembros de la familia o los amigos.
El incremento de la violencia en los delitos
La violencia contra la mujer por parte del cónyuge o pareja es un problema social y de salud pública.
Se presenta a nivel mundial, pero es en los países subdesarrollados donde se agrava, como
resultado de la prevalencia de normas culturales que son tolerantes con los hombres que ejercen
poder sobre las mujeres. Este poder por lo general se lleva a la práctica mediante la violencia
psicológica, física, sexual y económica con graves consecuencias para la salud. (Ambriz, Zonana y
Ansaldo, 2015).
Mala salud de por vida
El daño que causa la violencia va mucho más allá del daño físico. La violencia provoca depresión,
ansiedad y otros trastornos de salud mental. También contribuye a la aparición de cánceres,
enfermedades del corazón, accidentes cerebrovasculares y VIH/sida, pues las víctimas de la
violencia a menudo tratan de hacer frente a sus experiencias traumáticas adoptando
comportamientos de riesgo, como consumir tabaco, alcohol y drogas, así como con prácticas
sexuales de riesgo. En ese sentido también, la violencia puede provocar una muerte temprana o
mala salud durante toda la vida.
Cuando se ponen en perspectiva esas consecuencias sanitarias considerando el gran número de
personas afectadas, se empieza a descubrir la enormidad del problema. Por ejemplo, una quinta
parte de las niñas han sido víctimas de abusos sexuales; una cuarta parte de los niños han sido
maltratados físicamente, y una tercera parte de las mujeres han sufrido, en algún momento de su
vida, violencia física o sexual por parte de su pareja.
La violencia es previsible y prevenible.
“La violencia se puede afrontar de manera eficaz con iniciativas de salud pública muy
parecidas a las utilizadas para controlar enfermedades.”
3. Dr. Etienne Krug, Director del Departamento de Prevención de la Violencia y los
Traumatismos y Discapacidad
Ahora bien, no tenemos que ser fatalistas con respecto a la violencia, ya que es previsible y
prevenible. Cuando trabajaba en los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades me
di cuenta de que la violencia se puede afrontar de manera eficaz con iniciativas de salud pública
muy parecidas a las utilizadas para controlar enfermedades.
En 2002, la OMS publicó el primer Informe mundial sobre la violencia y la salud, que a día de hoy
sigue siendo una de las publicaciones más vendidas de la OMS. Recientemente acometimos la
tarea de evaluar cómo se han aplicado las recomendaciones de ese informe en el mundo entero,
tarea que ha llevado a la elaboración del Informe sobre la situación mundial de la prevención de la
violencia 2014. En este informe, para el que se reunieron y analizaron datos de 133 países (el 88%
de la población mundial), se describe la situación actual de la prevención de la violencia
interpersonal en relación con el maltrato infantil, la violencia juvenil, la violencia de pareja y sexual
y el maltrato de personas mayores.
El número de homicidios está disminuyendo a nivel
mundial
Las conclusiones del informe me parecen alentadoras; por ejemplo, en muchos países se habla
ahora de la violencia como problema de salud pública, y cada vez son más los países que están
elaborando y aplicando programas y leyes para la prevención de la violencia y estableciendo
servicios para las víctimas. Las estadísticas indican que se está avanzando en la buena dirección.
El número mundial de homicidios, que asciende a 475 000, sigue siendo inaceptablemente alto,
pero supone una disminución de un 16% con respecto a la cifra correspondiente a 2000, y en los
países de ingresos altos ese descenso es aún mayor, pues se sitúa en un 39%.
Ningún país puede dormirse en los laureles
Ahora bien, queda mucho por hacer. Para el informe sobre la situación mundial se examinó la
ejecución de 18 programas de prevención de la violencia considerados «inversiones óptimas»,
una decena de leyes relacionadas con la prevención de la violencia y diversos servicios para las
víctimas de la violencia con que todos los países deberían contar. Se concluyó, por ejemplo, que
solo una tercera parte de los países han puesto en práctica los 18 programas de prevención, como
los de desarrollo de aptitudes para la vida para prevenir la violencia juvenil, de educación de los
padres para prevenir el maltrato infantil y de apoyo a los cuidadores para prevenir el maltrato de
personas mayores.
4. También se determinó que, aunque la mayoría de los países cuentan con disposiciones
legislativas para la prevención de la violencia, solo la mitad de ellos han informado de que esas
leyes –sobre la violación, la violencia doméstica, las armas en las escuelas o el maltrato de
personas mayores– se aplican plenamente.
Por último, aunque se reconoce de forma generalizada que los servicios de salud mental para las
víctimas de la violencia son esenciales para atenuar las consecuencias a largo plazo de la
violencia –incluido el riesgo de que las víctimas cometan a su vez actos de violencia–, menos de
la mitad de los países han establecido servicios de ese tipo.
La OMS ha prestado ayuda a los países para reforzar su respuesta a la violencia, y es mucho el
camino recorrido desde finales de la década de 1990. Espero que este nuevo informe, la adopción
de la reciente resolución de la Asamblea Mundial de la Salud, los actuales esfuerzos para elaborar
un plan de acción mundial y las deliberaciones en curso sobre los objetivos de desarrollo
sostenible para después de 2015 contribuirán a situar las iniciativas nacionales e internacionales
de prevención de la violencia en un nuevo nivel.
¿Qué a contribuido para que exista un aumento en la delincuencia y la violencia en México?
Para ello construimos un modelo que contempla once variables que inciden en la propensión a la violencia y la
inseguridad:
(1) pobreza y marginación;
(2) infraestructura física precaria;
(3) violencia intrafamiliar;
(4) presencia de pandillas juveniles;
(5) presencia de delincuencia organizada;
(6) presencia de armas
La delincuencia es un problema social y de seguridad que viven muchas personas día a día, y actualmente es el
problema que más sucede en el país.
La incidencia delictiva se ha incrementado progresivamente desde el año 2001; principalmente los delitos
de robo a transeúnte, secuestro, y homicidio doloso (estos últimos a razón de la guerra contra el narcotráfico).
Las tasas bajas de aprehensión y encarcelamiento contribuyen al problema. Muchas causas han generado la
delincuencia, las más importantes son el narcotráfico, el tráfico de armas, los asaltos, el desempleo, la
polarización económica y la debilidad de las instituciones de seguridad pública y justicia, resaltando la colusión
entre el crimen organizado y las autoridades en diferentes escalas gubernamentales (como los casos
de Michoacán).
También debe tomarse en consideración, que cada vez los que incurren en la delincuencia en México, son
jóvenes, que no tienen ninguna ocupación formal y que dejaron de lado su educación, puesto que las
necesidades económicas eran más fuertes. Otra causa importante de la delincuencia en jóvenes es la adicción a
algunas drogas, por lo cual los jóvenes son capaces de ejercer dicha delincuencia con el fin de obtener recursos
para seguir manteniendo su adicción. Es impactante darse cuenta también, que una de las causas por las que
los jóvenes ejercen la delincuencia es por el ambiente en el que se encuentran: desigualdades sociales, familias
no funcionales, discriminación o racismo.
En términos comparativos, internacionalmente, las tasas delictivas en México son altas. La delincuencia se
puede dividir en varios apartados, siendo los más comunes el robo o asalto al transeúnte, seguido del robo a
casa-habitación o a negocios. Otros tipos son la extorsión, la trata de personas, el narcomenudeo, el lavado de
dinero, la pornografía infantil y el secuestro, los cuales entran en la categoría de la delincuencia organizada.
5. Acapulco (2012) ocupa el segundo lugar dentro de las ciudades más violentas del mundo.[cita requerida]
Según informes publicados a principios del 2011, 13 de las 50 ciudades más peligrosas del mundo se
encuentran en México, siendo las siguientes:
Acapulco, Ciudad
Juárez, Chilpancingo, Torreón, Cuernavaca, Durango, Chihuahua, Reynosa, Mazatlán, Culiacán, Nuevo
Laredo, Tepic y Ciudad Obregón.1[cita requerida]
Otras ciudades inseguras: Mexicali, Tam
Resumen
La violencia no es producida aleatoriamente, sino que parte de una cultura de conflictos familiares,
sociales, económicos y políticos, y en general, del sistema globalizado que a su vez permea las diferentes
formas de vida en la sociedad, donde los estilos de vida de los jóvenes son catalogados como formas de
delincuencia. El objetivo de esos estilos de vida, sin embargo, sólo consiste en distanciarse culturalmente
de una sociedad que los jóvenes no han fabricado. Víctimas de la discriminación social y excluidos de las
decisiones importantes, muchos jóvenes carecen de planes o proyectos de vida, y son considerados
incapaces de adaptarse al medio social, por lo cual toman la delincuencia como alternativa de
sobrevivencia. El fácil acceso a las drogas, la falta de oportunidades de empleo, salud, educación y
espacios para la cultura y el deporte, la desintegración familiar, la impunidad, entre otros factores,
componen el contexto en el que nace y crece la juventud mexicana del siglo XXI.
Palabras clave: delincuencia juvenil, jóvenes, delincuencia, exclusión social, México.
Qué factores son fundamentales para la creacion de nuevos delitos?
Las circunstancias económicas y sociales de un país, su nivel de desarrollo y capacidad y su historia política son también
factores que influyen en las necesidades del mismo, el tipo de problemas delictivos que tiene y la viabilidad e idoneidad
de las intervenciones.