1. EL CLIMA LABORAL
La Psicología General manifiesta que “el ambiente que rodea al niño, hace al niño”, situación que
ha sido comprobada científicamente por más de un investigador, de idéntica manera somos
conscientes quienes trabajamos en educación, que las instituciones educativas son para los
niño(a)s y jóvenes un ambiente importantísimo dentro de su vida diaria, no olvidemos que cerca
de la mitad del tiempo en vigilia lo pasan en el centro educativo, y como un tercer elemento la
sabiduría popular revela que “nadie puede dar lo que no tiene”.
Las premisas antes citadas deben servirnos para reflexionar sobre lo vital que resulta tener un
clima laboral adecuado, lo significativo que resulta dejar más de la mitad de nuestro día, y en
muchos casos de nuestra vida en un ambiente agradable, lleno de camaradería, en donde
practicando la empatía y valores como el respeto, la solidaridad, la justicia, responsabilidad, entre
otros, podamos hacer frente a una serie de amenazas que se ciernen sobre nuestra profesión.
En el caso de quienes tenemos el privilegio de laborar en el Colegio Nacional Mejía, yo diría que
nuestro compromiso es aún mayor, el considerarnos como el primer colegio laico del país nos hace
un referente, un modelo para las demás instituciones, aceptemos el reto y vayamos en esa
dirección, aprendamos a ser propositivos a generar espacios de debate, de consensos, en donde el
bien común se imponga al sectarismo, en donde el rumor, el comentario malicioso tengan muy
poca cabida.
Es hora compañeros de hacer un alto a aquellas posiciones que van en contra de esta necesidad,
tanto por la salud mental y física de cada uno de nosotros, cuanto por la enorme responsabilidad
que tenemos al ser formadores de la generaciones presentes y futuras.
Café Mejía desea ser ese espacio pluralista en donde cada uno de nosotros podamos emitir
nuestra opinión con altura, un espacio para el debate, para el comentario oportuno, para trasmitir
nuestras ideas, opiniones e inquietudes, en donde con un nivel adecuado a nuestra condición de
profesionales de la educación podamos aportar a mejorar nuestro clima laboral, a combatir con
ideas, con argumentos, con altivez, sin olvidar que somos transitorios y que la institución queda.
Soñemos y construyamos una institución aún más sólida de lo que por historia y tradición se nos
legó, vivir del pasado no es una buena alternativa, creer en la renovación diaria es el camino
porque parafraseando a lo que dice Bertolt Brecht, “los que luchan toda la vida… esos son
indispensables”.