El documento presenta una oración al Espíritu Santo en varias partes, invocándolo a entrar en las almas y corazones de los presentes, a repartir sus dones, y a dar gozo eterno. También incluye pasajes bíblicos del Antiguo y Nuevo Testamento relacionados con el Espíritu Santo.
5. Todos repiten
Ven, Espíritu divino;
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
Fuente del mayor consuelo.
6. Ven dulce huésped del alma;
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
7. Entra hasta el fondo del alma,
divina luz y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre si tú le
faltas por dentro;
Mira el poder del pecado cuando no
envías tu aliento.
8. Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía el que tuerce el sendero.
9. Reparte tus siete dones según la fe de
tus siervos.
Por tu bondad y
tu gracia dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos el gozo eterno.
Amén.
10. “Ven, Espíritu Santo, llena
los corazones de tus fieles
y enciende en ellos el
fuego de tu amor”.
11. Consagracion
Toma, Señor y recibe, toda mi
li-bertad, mi memoria, mi
entendi-miento y toda mi voluntad;
todo lo que tengo y poseo. Tú me lo
diste; a ti, te lo devuelvo, todo es
tuyo, haz de ello lo que tú quieras.
Dame tu amor y gracia, que esto me
basta
16. Espíritu Santo,
dame el don de la Sabiduría
para ser capaz de hacer lo justo
y de distinguir lo verdadero de lo falso.
17. Espíritu Santo,
dame el don del Entendimiento
para conocerte y comprenderte
mejor a Ti,
conocer y comprender
mejor a los demás,
y conocerme y comprenderme
mejor a mí mismo.
18. Espíritu Santo,
dame el don del Consejo
para poder decir en el momento oportuno
las palabras apropiadas
a las personas que lo necesitan.
19. Espíritu Santo,
dame el don de Ciencia
para saber hablar mejor
de Dios,
mejor de los demás,
mejor de mí mismo.
20. Espíritu Santo,
dame el don de Fortaleza
para ser capaz de hacer lo que debo hacer,
aún cuando me cueste y sea difícil.
21. Espíritu Santo,
dame el don de Piedad
para amar, respetar y perdonar,
teniendo confianza en Ti y en los hermanos.
22. Espíritu Santo,
dame el don Temor de Dios
para ser consciente de tu presencia amorosa
que me hace sentirme hijo tuyo.
26. Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
PADRE AMOROSO DEL POBRE;
DON, EN TUS DONES
ESPLÉNDIDO;
LUZ QUE PENETRA LAS ALMAS;
fuente del
mayor
consuelo.
27. Ven, dulce descanso de
huésped nuestro
del alma, esfuerzo,
gozo que enjuga TREGUA EN EL
DURO
las lágrimas TRABAJO,
BRISA EN LAS
HORAS DE
y reconforta en FUEGO,
los duelos.
28. mira el poder Mira el vacío
del pecado, del hombre,
cuando no si tú le faltas
envías tu por dentro;
aliento.
Entra hasta el
fondo del
alma,
divina luz, y
Entra hasta el fondo del alma,
enriquécenos.
divina luz, y enriquécenos.
29. sana el
corazón
enfermo,
lava las manchas,
infunde calor
de vida en el
hielo,
Riega la tierra
en sequía,
30. doma el
espíritu
indómito,
GUÍA AL QUE
TUERCE EL
SENDERO.
36. Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
37. Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
38. Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
39. Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas, infunde
calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
40. Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
Y danos tu gozo eterno.
45. Hch 2,1-11
Al llegar el día de Pentecostés, estaban
todos juntos en el mismo lugar. De repente
vino del cielo un ruido, semejante a un
viento impetuoso, y llenó toda la casa
donde se encontraban. Entonces
aparecieron lenguas como de fuego, que
se repartían y se posaban sobre cada uno
de ellos. Todos quedaron llenos del
Espíritu Santo y comenzaron a hablar en
lenguas extrañas, según el Espíritu Santo
los movía a expresarse.
46. Se hallaban por entonces en
Jerusalén judíos piadosos venidos de
todas las naciones de la tierra. Al oír
el ruido, acudieron en masa y
quedaron estupefactos, porque cada
uno los oía hablar en su propia
lengua. Todos, atónitos y admirados,
decían:
47. –¿No son galileos todos los que hablan?
Entonces ¿cómo es que cada uno de
nosotros los oímos hablar en nuestra
lengua materna? Partos, medos, elamitas,
y los que viven en Mesopotamia, Judea y
Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y
Panfilia, Egipto y la parte de Libia que
limita con Cirene, los forasteros romanos,
judíos y prosélitos, cretenses y árabes,
todos los oímos proclamar en nuestras
lenguas las grandezas de Dios.
48. Hch 2,1-11 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos
juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido,
semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde
se encontraban. Entonces aparecieron lenguas como de
fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de
ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y
comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el Espíritu
Santo los movía a expresarse.
Se hallaban por entonces en Jerusalén judíos piadosos
venidos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido,
acudieron en masa y quedaron estupefactos, porque cada
uno los oía hablar en su propia lengua. Todos, atónitos y
admirados, decían:
–¿No son galileos todos los que hablan? Entonces ¿cómo es
que cada uno de nosotros los oímos hablar en nuestra
lengua materna? Partos, medos, elamitas, y los que viven
en Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia
y Panfilia, Egipto y la parte de Libia que limita con Cirene,
los forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y
árabes, todos los oímos proclamar en nuestras lenguas las
grandezas de Dios.
49. Antiguo testamento
Isaías, 11
1.Saldrá un vástago del tronco de Jesé, y un retoño
de sus raíces brotará.
2.Reposará sobre él el espíritu de Yahveh: espíritu de
sabiduría e inteligencia, espíritu de consejo y
fortaleza, espíritu de ciencia y temor de Yahveh.
3.Y le inspirará en el temor de Yahveh. No juzgará
por las apariencias, ni sentenciará de oídas.
50. Nuevo testamento
Hechos, 2
1.Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar. 2.De
repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó
toda la casa en la que se encontraban. 3.Se les aparecieron unas lenguas como de
fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; 4.quedaron todos
llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu
les concedía expresarse. 5.Había en Jerusalén hombres piadosos, que allí residían,
venidos de todas las naciones que hay bajo el cielo. 6.Al producirse aquel ruido la
gente se congregó y se llenó de estupor al oírles hablar cada uno en su propia
lengua. 7.Estupefactos y admirados decían: «¿Es que no son galileos todos estos que
están hablando? 8.Pues ¿cómo cada uno de nosotros les oímos en nuestra propia
lengua nativa? 9.Partos, medos y elamitas; habitantes de Mesopotamia, Judea,
Capadocia, el Ponto, Asia, 10.Frigia, Panfilia, Egipto, la parte de Libia fronteriza con
Cirene, forasteros romanos, 11.judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos les
oímos hablar en nuestra lengua las maravillas de Dios.» 12.Todos estaban
estupefactos y perplejos y se decían unos a otros: «¿Qué significa esto?» 13.Otros en
cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!»
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51. Galatas 5, 22-25. 6,8
22.En cambio el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, afabilidad,
bondad, fidelidad,
23.mansedumbre, dominio de sí; contra tales cosas no hay ley.
24.Pues los que son de Cristo Jesús, han crucificado la carne con sus pasiones y sus
apetencias.
25.Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu.
Hermanos, aun cuando alguno incurra en alguna falta, vosotros, los espirituales,
corregidle con espíritu de mansedumbre, y cuídate de ti mismo, pues también tú
puedes ser tentado. 2.Ayudaos mutuamente a llevar vuestras cargas y cumplid así la
ley de Cristo. 3.Porque si alguno se imagina ser algo, no siendo nada, se engaña a sí
mismo. 4.Examine cada cual su propia conducta y entonces tendrá en sí solo, y no
en otros, motivo para glorificarse, 5.pues cada uno tiene que llevar su propia carga.
6.Que el discípulo haga partícipe en toda suerte de bienes al que le instruye en la
Palabra. 7.No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso
cosechará: 8.el que siembre en su carne, de la carne cosechará corrupción; el que
siembre en el espíritu, del espíritu cosechará vida eterna.