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ISSN 2660-7239 (España) #14 enero 2022
De Sur a Sur Revista Poesía y Artes Literarias
Tabla de contenido
Equipo Editorial ...................................................................................................................5
Saludo de Ismael Lorenzo ..................................................................................................6
Editorial. Alonso de Molina.................................................................................................7
Artículos literarios ◆ Cuento..............................................................................................9
Narrativa ◆ Microrrelato......................................................................................................9
Julio González Alonso. España. La muerte de la ilusión 10
Libertad González. España. Microrrelatos 15
Gloria Langle. España. Microrrelatos 18
Antonio Duque. España-Japón. Relato 22
María José Mielgo Busturia. España. Como la vida misma 27
José María de Benito. España. Espacio y tiempo 29
Rocío Ruiz. Portugal. Maldito décimo de lotería 33
María Luisa Lázzaro. Venezuela. Escritura automática 37
Gustavo M. Galliano. Argentina. Relato 45
Higorca Gómez Carrasco. España. Reflexionando 47
Alejandro Blanco Ocampo, Colombia. Viernes Santo 49
Mayra Encarnación. Puerto Rico. Tres Microrrelatos 51
La Voz de los Poetas ...........................................................................................................52
Afganistán. La Historia se repite. Poemas de Pie Quebrado 53
Juan Pomponio. Argentina. Poesía en bicicleta 56
Yankilé Hidalgo. Cuba. Tres Poemas 61
Juan Andrés Gutiérrez. Colombia. Cuatro Poemas 64
Tania Anaid Ramos González Puerto Rico. Poesía 66
Ivan de Monbrison. Rusia. Dos Poemas 68
Ahmed Rifaai. Egipto. Cinco Poemas 69
Damián Jerónimo Andreñuk. Argentina. Cuatro Poemas 71
Elisa Marika Romano. Italia. Tres Poemas 73
Norma Mabel Domancich. Argentina. Ocho Poemas 76
Reseñas. Entrevistas. Libros. Ensayos.............................................................................81
Enrique Arias Beaskoetxea. España. Haiku 82
Juan Pomponio. Argentina. Nuevo Libro 2098. 86
Alonso de Molina. España. ¿Poesía o Prosa Poética? 87
Diana Guemarez-Cruz. Puerto Rico. Reseña 91
María Ángeles Lonardi. Argentina. Entrevista 93
Francisco Aguiar. Venezuela. Nuestros Artistas 110
Dora Isabel Berdugo. Colombia. Reseña 112
ACTIVIDADES Y EVENTOS.................................................................................................115
Instrumentos de Paz Antología Poética 116
Senderismo para homenajear a Federico García Lorca 118
Libertad González. España. Senderismo de Luna Llena 121
Sol Barrera Santiago. México. Día de Muertos " 128
Premio Reinaldo Arenas de Poesía 2021 131
Libros Calentitos Recién Presentados 132
Convocatoria XVIII Encuentro Internacional Tinogasta 136
III Encuentro Poético Musical del Litoral Mediterráneo 138
Homenaje a Frida Kahlo 139
Versos que abrazan para combatir la violencia de género 140
Mujeres Ante Todo. Recital Poético 141
Poesía Necesaria. Poesía para Todos en Todo Lugar 142
Contra el Maltrato: Tolerancia Cero 143
María J. Abad i bueno. III Congrès D’educació per la Pau 145
Poetas de Hoy – Escritores Norte Sur...............................................................................147
De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias...........................................................157
De Sur a Sur. Colaboraciones ............................................................................................169
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ISSN 2660-7239 (España)
RSC 2105017696371
Sumario / Staff
De Sur a Sur Revista Poesía y Artes Literarias
I–Sumario Ejecutivo
Frecuencia: Trimestral
Destinatario: Amantes de la poesía, narrativa, microrrelato, temas poético literarios en general.
Carácter: Especializada, informativa, modo de vida, ocio.
Abierto: A poetas y escritores de habla hispana.
Estilo: Auto–gestión creativa.
Tipo: Digital
Fecha de primera edición: mayo 2017
Presente edición: #14 enero 2022
Edición Electrónica PDF no venal de difusión gratuita.
E-pub / Kindle coste mínimo plataforma
II–Memoria de redacción
1–Posición de la revista en el mercado:
Pretendemos mediante esta publicación contribuir al esparcimiento y acervo cultural de los lectores y
de quienes participan de esta iniciativa.
2–Principios editoriales:
Rige el principio del respeto al Derecho de Autor. Cada autor, al entregarnos su obra para publicar,
ratifica que su obra le pertenece, que no atenta ni afecta Derechos de Terceros y, que siendo de su
entera propiedad, nos autoriza a publicarla y difundirla. La defensa del idioma español figura como un
principio elemental de Revista De Sur a Sur; no se publicarán trabajos con errores ortográficos ni
de sintaxis ni otros que pudieran atentar contra el idioma español o la claridad de los textos. Los
trabajos entregados serán revisados por el editor responsable a cargo. De encontrarse errores, el
autor recibirá una notificación. Solo serán publicados los textos que respondan a este principio.
Revista De Sur a Sur es una publicación digital que respeta a las personas, cualquiera que sea su
color, raza, clase social, religión, educación, por lo que no se publicarán textos considerados ofensivos
o discriminatorios. Revista De Sur a Sur se reserva el derecho, a su entera discreción, de rechazar
cualquier publicación que no cumpla con nuestros principios editoriales aquí expuesto.
El equipo de selección, revisión, edición, maquetación, colaboradores no se hace responsable de las
opiniones de los autores, ni siquiera las comparte. La propiedad intelectual corresponde a cada
autor. Revista de Sur a Sur actúa como mero transmisor.
Los 21 Países Hispanohablantes
América del Norte: México. América Central: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras,
Nicaragua, Panamá. El Caribe: Cuba, Puerto Rico, República Dominicana. América del Sur:
Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela. Europa: España.
África: Guinea Ecuatorial.
Más de 500 millones de personas cuya lengua materna es el español, es el segundo idioma
más hablado del mundo después del chino. El castellano es, además, el tercer idioma más estudiado
del mundo, después del inglés y el francés.
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Equipo Editorial
Portada:
Redacción y archivo
Fotografía y dibujos
Redacción y colaboradores
Imagen de portada: Higorca Gómez Carrasco
Ilustraciones y adaptación de imagen de portada presente número: Libertad González. (España).
Edita
De Sur a Sur Ediciones. Poetas de hoy & Creatividad Internacional
Maquetación
De Sur a Sur Ediciones. España
Pinar Publisher. EEUU
Imágenes de interior: Pxbay y otros autores
Selección de textos:
Alonso de Molina. España
Ana Gracia Jaureguiberry. Argentina
Cecilia Guillén Pérez. España
Dora Isabel Berdugo Iriarte. Colombia
Ismael Lorenzo. CEO Creatividad Internacional. Miami
Lazara Ávila. Pinar Publisher. Georgia EEUU
Libertad González. España
Sol Barrera Santiago. México
Oscar Martínez Molina. México
Lissette Ambrosio Rivas. Casa Azul Ediciones. EEUU. Francia. El Salvador
María Ángeles Lonardi. Argentina. España
Antonio Duque Lara. España. Japón
Coordinación
Alonso de Molina
Ismael Lorenzo
Lazara Ávila
Revisión de textos
Lazara Ávila Fernández
Alonso de Molina
Antonio Duque
Año VI #14 ENERO 2022
Revista digital también en Google Play
Registro Safe Creative 2105017696371
Código ético.
El equipo de selección, revisión, edición, maquetación, colaboradores… no se hace responsable de las
opiniones de los autores, ni siquiera las comparte.
La propiedad intelectual corresponde a cada autor. De Sur a Sur Ediciones actúa como mero
transmisor.
En ningún caso aceptaremos textos o imágenes que puedan difamar, herir, denigrar, injuriar… a
terceras personas ni en ningún caso rechazaremos colaboraciones por motivos de ideología política,
credo religioso, raza o posición social.
Bases para colaboraciones:
Estaremos encantados de recibir tus propuestas, por favor no dejes de ajustarte a las siguientes bases
para facilitar el trabajo de los editores. Clic para leer bases al final de esta revista. Clic para leer bases
en web. Contacto: revistadepoesiadesurasur@gmail.com
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Saludo de Ismael Lorenzo
En esta nueva edición de la Revista De Sur a Sur, ya
en su versión #14, nos encontramos como siempre
una formidable y deleitable recopilación de Poesía y
relatos preparada por el dedicado poeta español
Alonso de Molina.
Quisiera también señalar en esta ocasión la
importancia de las diversas ferias del libro que, desde
finales de noviembre, se abren en esta época y su
necesidad cuando muchas librerías desde el Este de
EEUU hasta toda la América Latina han ido cerrando.
La Feria del Libro de Miami, creada en 1984, este
año ha tenido lugar del 14 al 21 de noviembre, en el
Downtown de Miami en los espacios del Miami Dade
College. También hay que citar, la más reciente pero
creciendo en importancia, a la 4ta Feria Literaria
de San Pedro de Macorís, en República Dominicana, que este año se ha
desarrollado desde el 24 al 28 de noviembre y que ha venido adquiriendo popularidad
desde su creación hace cuatro años atrás, organizada por su directora Aurelia
Castillo, a la que agradezco un espacio en su día de cierre, donde trato precisamente
sobre la desaparición de las librerías en nuestro mundo hispano y la necesidad de
estas Ferias.
Y no podemos dejar de recordar a la gigantesca Feria Internacional del Libro de
Guadalajara, en Jalisco, México, la más grande del mundo hispano y que este
2021 abre sus puertas desde el sábado noviembre 27 hasta el domingo 5 de
diciembre.
También quiero agradecer a todos los que nos ayudaron en la organización del Premio
literario ‘Reinaldo Arenas’, de Creatividad Internacional, 2021, ya en su 7ma versión,
concedido al poeta peruano Carlos Fidel Borjas.
Les deseo a todos que disfruten la lectura de esta nueva maravillosa edición de la
Revista De Sur a Sur, donde autores de reconocido prestigio, exponen artículos
literarios, poesía, narrativa, ensayo; y por otro lado se toma pulso a la actualidad de
los eventos, encuentros, recitales, ferias, congresos… este es el camino, sigamos.
Les saluda
Ismael Lorenzo
CEO Creatividad Internacional
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Editorial. Alonso de Molina
Todo lo que no se puede decir, se dice con poesía
Metaverso y Poesía. El fundador de Facebook, Mark
Zuckerberg, nos presenta lo que él mismo
pronostica como el futuro de Internet:
METAVERSO. Se trata de una red de entornos
virtuales siempre activos en los que muchas
personas pueden interactuar entre sí y con objetos
digitales mientras operan representaciones
virtuales, o avatares, de sí mismos.
Metaverso es un acrónimo de “meta”, que significa
trascendente, y “verso”, relativo al universo. El
término fue acuñado por el novelista de ciencia
ficción Neal Stephenson en su novela Snow Crash
(1992) donde narra la historia de Hiroaki Hiro, un
repartidor de pizza en el mundo real, pero príncipe
samurái en el metaverso, espacio virtual donde
socializa, compra y vence a los enemigos del
mundo real a través de su avatar. Y miren que oportuno, Hiro, en su avatar
metaversiano, se enfrenta a algo mucho más terrible que entregar con retraso una
pizza; se enfrenta al enigmático entresijo de un virus que amenaza con provocar el
infocalipsis, o sea, el caos, la confusión, el enigma, la viralización de falsas noticias.
Todavía es solo un proyecto, pero un proyecto que, a golpe de algoritmo, avanza a
pasos agigantados y son muchísimas las empresas de tecnología que tienen como
objetivo inmediato convertir a metaverso el escenario de actividades online como el
trabajo, el juego, los estudios y, cómo no, las compras. Mark Zuckerberg está tan
seducido del concepto que afirma que Facebook ya está listo para dar el salto y
preponderar el metaverso; nos podremos transportar de una experiencia a otra, salir
del trabajo y tomar unas cervezas con los amigos, ir de tiendas y probarnos ropa,
ver cómo nos queda un tinte de pelo o un peinado, asistir a un concierto o a un recital
de poesía e interactuar con los demás espectadores como si estuviéramos juntos y
ya puestos viajar al pasado interactuar con nuestros tatarabuelos o codearnos con
personajes históricos.
El término nos pilla de sorpresa porque últimamente se menciona mucho, pero el
metaverso ya está aquí desde hace años; los usuarios, tal como ocurre en los foros
de Internet y en las redes sociales, no van a tener un único avatar, van a vivir
diferentes metaversos, diferentes meta-personalidades cada una con sus particulares
meta-perfiles y meta-apariencias. Hace más de veinte años, desde que en internet
empezaron a promulgarse los foros y las redes sociales, la mayoría de navegantes
usaban ya distintos avatares. Y este nos es un proyecto de tantos que mueren antes
de nacer, es una realidad que ha venido para quedarse.
Y no, metaverso no tiene nada que ver con la poesía, aunque la poesía lo tiene todo
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para ser metaverso, pues es capaz de trascender al propio lenguaje, todo lo que no
se puede decir, se dice con poesía.
Y no, no podemos evitarlo, somos parte de nuestro tiempo, un tiempo que corre muy
deprisa y donde se desarrollan proyectos y acontecimientos a velocidad del rayo, que
supera en mucho a la velocidad de la luz, no dándonos tiempo a adaptarnos a los
fulgurantes cambios a que somos sometidos; vivimos tiempos críticos, inestables,
vertiginosos: metavolcanes que no se apagan, metavirus polimórficos en constate
cambio, metapandemia con tercos negacionistas… tiempos difíciles a uno y a otro
lado del planeta, con problemas añadidos a los de siempre: desempleo, precariedad,
escasez de recursos… para toda la globalidad humana, y nuestra experiencia debe
permanecer mostrando con ojo crítico, complacido o indulgente, nuestra complejidad
o abierto antagonismo.
Como autores tenemos la obligación de explorar nuestros límites creativos y publicar
para exteriorizar el momento que nos ha tocado vivir y ser leídos.
Ser trascendental, ir más allá, ser meta, es tan primordial como tener unos objetivos
en la vida y saber contrarrestar, para equilibrar, los distintos avatares que la
existencia o nosotros mismos nos imponemos. Sin metas, sin esperanzas, no somos
nada en la vida, ni a nivel individual ni a nivel colectivo. Pero quién sabe si esto del
metaverso nos hará zombis: personas supuestamente muertas y, según la RAE,
reanimadas por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad.
Libérate. Llega más allá. Lee poesía.
Alonso de Molina
CEO De Sur a Sur Ediciones
POESÍA NECESARIA. PAZ Y FELICIDAD. SIGAMOS ADELANTE. (Imagen de Gordon Johnson)
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Artículos literarios ◆ Cuento
Narrativa ◆ Microrrelato
De Sur a Sur Ediciones
Tú Puedes Publicar Tu Libro en
Nuestra Colección Poetas de Hoy
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Julio González Alonso. España. La muerte de la ilusión
La muerte de la ilusión
El desilusionado caballero don Quijote de la Mancha
Miguel de Cervantes se refiere a don Quijote como “el ingenioso hidalgo”,
en la primera parte de la novela, y como “ingenioso caballero” en la
segunda. La discusión del término “ingenioso” como persona ocurrente
se desliza hacia el espacio de la locura en la distorsionada interpretación
de la realidad y la acción consecuente ante esta realidad interpretada.
Para acabar el ropaje psicológico del personaje es más que probable que
Cervantes leyera y conociera la obra del médico Huarte de San Juan
(1529/1568) y sus observaciones sobre la melancolía.
También el aspecto físico de don Quijote
y Sancho parece responder a su teoría
de los cuatro tipos de humores de las
personas. Según este célebre médico,
que fue una autoridad en toda Europa y
se le considera el patrón de la Psicología
en España, la alimentación desempeña
un papel fundamental en la salud en
general y en la del cerebro en particular,
de modo que cuando es deficiente o
desequilibrada y a su vez el cerebro se
ve expuesto a un gran trabajo y
actividad muy exigente, éste se debilita.
Cervantes nos presenta un hidalgo
enjuto de complexión recia, seco de
carnes, enjuto de rostro, entregado
frenéticamente a la lectura y olvidando
el cuidado de la alimentación de por sí
deficiente y escasa: En resolución, él se
enfrascó tanto en su lectura, que se le
pasaban las noches leyendo de claro en
claro, y los días de turbio en turbio, y
así, del poco dormir y del mucho leer, se
le secó el cerebro, de manera que vino
a perder el juicio.
Si el hidalgo Alonso Quijano, el Bueno,
enfermó de un exceso de trabajo
intelectual y un defecto de su
alimentación, también es verdad que
siguiendo lo que dicta el sentido común
y recomienda Huarte de San Juan, ama
y sobrina intentaron recuperarlo en
cada una de sus vueltas a casa a base
de buenas comidas seguidas de riguroso
descanso y privándole de lecturas, para
lo cual llevaron a cabo junto al cura y el
barbero una gran quema de libros –en
su mayoría de caballerías- en un acto
inquisitorial donde fueron juzgados y
condenados al fuego.
No se hace necesario subrayar el
alcance del significado de esa quema de
libros; considerarlos culpables del mal
de don Quijote sería querer ignorar lo
que significa el uso responsable y
equilibrado de las cosas. No se nos
escapan otros aspectos de este hecho
de la condena de los libros en el
contexto de una España armándose
cada vez más y encastillándose en un
catolicismo excluyente sin reparar en
medios y expulsando a judíos y
musulmanes por, entre otras, razones
de fe.
Pero el caso es que, si Cervantes calificó
a su personaje de “ingenioso”, hidalgo o
caballero, bien podríamos también
tomarnos la licencia de adjudicarle el
calificativo de “ilusionado” y entender,
como a mí me lo parece, que la muerte
de la ilusión fue lo que significó
realmente la muerte de don Quijote.
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Una ilusión es algo que surge de la
imaginación y que carece de verdadera
realidad. Los sentidos nos engañan a
menudo y tenemos una percepción
distorsionada, lo que nos hace
interpretar erróneamente lo observado,
oído o sentido. Este error perceptivo
puede ser inducido externamente o bien
puede deberse a un particular estado
emocional muy intenso.
Cuesta muy poco ver cómo los discursos
agudos, las ensoñaciones, el idealismo y
la ilusión de don Quijote que provienen
de las intensas lecturas le ciegan e
incapacitan para ver el mundo exterior
en su realidad y sólo ve ya y siente su
mundo interior, convirtiéndose, en
palabras de Pérez Galdós sobre uno de
los protagonistas de la novela
Marianela, en “un valiente pájaro con las
alas rotas”. El mismo autor y en la
misma novela, además de acordarse del
Quijote comparando la sima de la
Trascava con la cueva de Montesinos, va
–sin quererlo- más allá en la
representación de sus personajes. La
oscuridad de la cueva es la oscuridad del
ciego, el joven Pablo, en la que adivina
y ve la belleza encantada de Dulcinea,
representación de la poco agraciada
Marianela.
Ilustración: Don Quijote enfermo. WikimediaImages
Si Pablo, el personaje de Galdós, nació
ciego, don Quijote quedó cegado por las
lecturas y de esas lecturas brotó el
idealismo que iluminó su interior de
ilusiones. Ambos personajes viven en su
mundo interior y todo es según lo
imaginan y desean, y así son reales
tanto la belleza de Marianela como la de
Dulcinea, alter ego de la poco agraciada
campesina Aldonza Lorenzo.
Cuando don Quijote se siente morir,
hace testamento y, reunidos en su torno
familiares y amigos, intentan que no se
rinda ante la muerte. ¿Y cómo lo hacen?
Pues, sencillamente, abriéndole de
nuevo las puertas de la ilusión y
estimulando su imaginación, los
cimientos de su mundo interior. Así el
Bachiller le dará nuevas sobre el
desencantamiento de Dulcinea mientras
que el bueno de Sancho, al que la
alegría de tener parte en la herencia no
mataba la pena de ver acabarse la
fuente de la ilusión, le rogará con los
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ojos arrasados en lágrimas que no se
deje morir y que vuelvan a los caminos
y las aventuras o, en traje de pastores,
a los montes:
No se muera vuestra merced, señor
mío, sino tome mi consejo y viva
muchos años, porque la mayor locura
que puede hacer un hombre en esta
vida es dejarse morir sin más ni más,
sin que nadie le mate ni otras manos le
acaben que las de la melancolía. Mire no
sea perezoso, sino levántese desa
cama, y vámonos al campo vestidos de
pastores, como tenemos concertado:
quizá tras de alguna mata hallaremos a
la señora doña Dulcinea desencantada,
que no haya más que ver. Si es que se
muere de pesar de verse vencido,
écheme a mí la culpa, diciendo que por
haber yo cinchado mal a Rocinante le
derribaron; cuanto más que vuestra
merced habrá visto en sus libros de
caballerías ser cosa ordinaria derribarse
unos caballeros a otros y el que es
vencido hoy ser vencedor mañana.
Porque la ilusión, entre sus
características tiene la de ser contagiosa
y, además de vincularse a la esperanza,
es fuente de entusiasmo y sentimiento
de fuerza que motiva y empuja a la
acción. El mundo de la ilusión se
relaciona estrechamente con los sueños
y la imaginación de alcanzar situaciones
felices, así como conseguir la conquista
de objetivos. Como compañera de viaje
ayuda a fijar metas y pasar a la acción
para alcanzarlas, tal y como
puntualmente hizo don Quijote cuando
quiso hacer realidad sus sueños.
Pero el paso de los años trabaja en
contra y parece agotar el depósito de las
ilusiones a través de las experiencias
repetidas; entonces es cuando el
renovar las ilusiones es apostar por
seguir vivos.
Ilustración: Don_Quijote, Luis Tasso (1894). WikimediaImages
Notemos que don Quijote en su ser de
Alonso Quijano, el Bueno, frisaba los
cincuenta años –edad avanzada y
madura para la época- y vivía de las
cortas rentas de su hidalguía en
compañía de su sobrina y el ama,
entregado a la rutinaria tarea de asentar
las mermadas cuentas de su hacienda.
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El aburrimiento lo tenía encerrado y solo
en su casona, con el extenso paisaje
manchego por horizonte y las visitas
ocasionales de algunos de sus vecinos
más relevantes, como el cura, el
barbero o el bachiller Sansón Carrasco.
Fueron las lecturas de los libros de
caballerías las que despertaron su
mundo interior y su idealismo
empujando a su cerebro a las
cavilaciones, las ensoñaciones, las ideas
y los discursos agudos y llenos de
elocuencia y sensatez sobre el mundo y
las cosas del mundo; fueron –en fin- el
motor que dio fuerza y vigor a un cuerpo
entregado ya a los años de vejez para
acometer las aventuras de los sueños.
La coctelera de la ilusión agitó y
combinó la fantasía, la esperanza, los
espejismos, los anhelos, los deseos, la
imaginación. Y la vía para vivir esa
ilusión no podía ser otra que la de
proyectar todo su mundo interior y la
realidad de ese mundo, en la realidad
del mundo exterior.
Hemos dejado dicho que la ilusión es
contagiosa; es, también, uno de los
motores del aprendizaje que se alcanza
junto a la curiosidad que despierta por
las cosas. Aprender significa antes
comprender, poder explicar, y exige
reconstruir conceptualmente nuestra
particular visión del mundo, ajustar su
arquitectura, remover los cimientos con
nuevos, más firmes, sólidos y prácticos
fundamentos. Y en esta tesitura
debemos entender a Sancho Panza, de
rústico y natural entendimiento,
contagiado de ilusión por su amo don
Quijote. Porque al final daba igual ser
caballero, escudero, gobernador de
ínsulas o pastor. Lo importante era vivir,
y para vivir era imprescindible la ilusión.
No matan a don Quijote sus enemigos
por poderosos que fueran, ya gigantes
ya encantadores, ni acaban con su vida
sus derrotas. De cada una de ellas supo
levantarse y, con renovada ilusión,
volver a los campos de la tierra
manchega para dar cumplimiento a las
exigencias de sus sueños, los cuales se
proyectaban sobre un mundo exterior
necesitado de justicia, sobrado de
miseria, preñado de prejuicios, guerras
y fanatismos religiosos; una sociedad
que amparaba el doble rasero de la
moralidad y en la cual la mujer carecía
de carta de naturaleza y libertad,
propiedad del hombre, cosificada. Así se
convierte la figura del caballero
andante, el ilusionado hidalgo don
Quijote de la Mancha, en el reparador de
entuertos de una sociedad de
costumbres hipócritas carente de
escrúpulos, pero guardando las
apariencias, porque “al rey la hacienda
y la vida se ha de dar, pero el honor es
patrimonio del alma, y el alma sólo es
de Dios” (El alcalde de Zalamea. - Pedro
Calderón de la Barca). Nobleza y honor
sostenido por la espada y que hacían
indigno el trabajo manual, pureza de
sangre que amenazaba a los conversos,
la exhibición de la caridad y la picaresca,
esa economía sumergida de
supervivencia, que eran la médula de
una sociedad de relaciones humanas
corrompidas. No fueron buenos tiempos
los que alumbraron el prodigioso Siglo
de Oro.
Todo cuanto le cupo ver, sufrir y
soportar al más grande de la literatura
universal, Miguel de Cerbantes
Saavedra (según quiso ser nombrado
para la posteridad), supo ponerlo a
hombros de su personaje y lo hizo
posible dotándole de la magia de la
ilusión. Cuando su ilusionado hidalgo (o
caballero) se levanta de las arenas de
las playas de Barcino derrotado por la
mezcla de rencor y buena intención del
bachiller Sansón Carrasco en el traje y
figura del Caballero de la Blanca Luna,
se desvanece Dulcinea del Toboso y con
ella todo cuanto le animaba a seguir
batallando en la tarea de restaurar la
justicia y el verdadero sentido de
humanidad. Y al caballero desilusionado
no le queda otro camino que el de su
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casa, la de Alonso Quijano, el Bueno, y
de su muerte tras dejar dictado el
testamento, por lo que replicará a
Sancho y los presentes:
—Señores —dijo don Quijote—,
vámonos poco a poco, pues ya en los
nidos de antaño no hay pájaros hogaño.
Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don
Quijote de la Mancha y soy agora, como
he dicho, Alonso Quijano el Bueno.
Pueda con vuestras mercedes mi
arrepentimiento y mi verdad volverme a
la estimación que de mí se tenía, y
prosiga adelante el señor escribano.
Así lo entendió su creador, Miguel de
Cerbantes Saavedra, y lo quiso:
Este fin tuvo el ingenioso hidalgo de la
Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide
Hamete puntualmente, por dejar que
todas las villas y lugares de la Mancha
contendiesen entre sí por ahijársele y
tenérsele por suyo, como contendieron
las siete ciudades de Grecia por
Homero.
Y previniendo terceras apócrifas y
espurias partes, escribe:
Y el prudentísimo Cide Hamete dijo a su
pluma: «Aquí quedarás colgada desta
espetera y deste hilo de alambre, ni sé
si bien cortada o mal tajada péñola
mía4, adonde vivirás luengos siglos, si
presuntuosos y malandrines
historiadores no te descuelgan para
profanarte.
[ ]
Para mí sola nació don Quijote, y yo
para él: él supo obrar y yo escribir, solos
los dos somos para en uno, a despecho
y pesar del escritor fingido y
tordesillesco que se atrevió o se ha de
atrever a escribir con pluma de avestruz
grosera y mal deliñada las hazañas de
mi valeroso caballero, porque no es
carga de sus hombros, ni asunto de su
resfriado ingenio; a quien advertirás, si
acaso llegas a conocerle, que deje
reposar en la sepultura los cansados y
ya podridos huesos de don Quijote, y no
le quiera llevar, contra todos los fueros
de la muerte, a Castilla la Vieja,
haciéndole salir de la fuesa donde real y
verdaderamente yace tendido de largo a
largo, imposibilitado de hacer tercera
jornada y salida nueva
Como a buen entender pocas palabras
bastan, dejemos aquí en suspenso la
muerte de una ilusión que conmovió al
mundo y la universal literatura. Vale.
Julio González Alonso España
Poeta de reconocido prestigio y larga trayectoria. Forma parte del equipo de
organización Noches Poéticas de Bilbao. En De Sur a Sur, se publican sus
artículos sobre El quijote, obra de la que es un reconocido experto, ofreciendo
una visón amplia y profunda sobre la obra de Cervantes.
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Libertad González. España. Microrrelatos
El Sr. y al Sra. M
El Sr. y al Sra. M llevaban 40 años casados. Trabajaban en la misma empresa familiar,
mismo horario laboral, mismo tiempo libre, mismo domicilio, 24 horas juntos.
Todas las decisiones laborales y domesticas se tomaban según criterio del Sr M.
Cuando ella le pidió el divorcio, el continuó ignorándola.
Terror nocturno
Alicia tenía un miedo irracional a la oscuridad. Temía que llegara la noche. Antes de
ir a la cama miraba por todos los rincones de la habitación, debajo de la cama, en
los cajones de la mesita, en el armario ropero y cuidaba muy bien de cerrar con llave
la puerta del armario. Ella era consciente de que su pánico era psicológico, pero, y
a pesar de que cada noche se prometía a sí misma que sería la última en hacer su
ronda nocturna, siempre lo dejaba para la noche siguiente.
—De esta noche no pasa, se dijo.
—Esta noche me acuesto si mirar el armario. Y eso hizo.
Le costó conciliar el sueño; en la cara unos ojiplatos, pendientes de cualquier sombra,
le impedían la visita de Morfeo. Finalmente, más que nada por propio agotamiento,
le venció el cansancio.
A la mañana siguiente, el armario amaneció con las puertas abiertas. De Alicia nunca
más se supo.
El viejo reloj de cuco
Kiko era el cuclillo que habitaba en el viejo reloj de cuco de la vieja mansión donde
vivía la anciana Rosalinda. Cada hora, durante 60 años, Kiko emergía de su reloj para
anunciar el tiempo. La bailarina de porcelana de la alacena de enfrente esperaba cada
hora este acontecimiento, como única diversión en su estática vida.
Aquella mañana, la bailarina no oyó a Kiko ni a las 8 ni a las 9 ni a la hora siguiente.
—¡shiss! ¡Shiss! Kiko, Kiko, chistó la bailarina.
El cuclillo asomó la cabecilla por una ventana del reloj.
—Buenos días bailarina, dijo.
—¿Por qué no anuncias hoy la hora? Preguntó la bailarina.
—La señora Rosalinda olvidó subir los pesos, creo que se quedó dormida, respondió
Kiko.
La bailarina alzando un poquito el cuello recorrió con la mirada todo el salón.
—No, no está dormida, la veo desde aquí sentada en el sillón. Está muy quieta, pero
tiene los ojos muy abiertos, refrendó la bailarina.
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Un buen partido
La madre de Sara estaba empecinada en que su hija, ya de 30 años, era hora de que
se casara. Constantemente le buscaba pretendientes que, a Sara, por una u otra
razón, no despertaban en ella esas mariposas en el estómago; hasta que un día eso
cambió. En su vida apareció Narciso, un hombre apuesto, trabajador, amable, con
posibles, con una sonrisa embaucadora y una mirada de embrujo. Según la madre
de Sara, todo un partido; según Sara, un sueño hecho realidad
El sueño de Sara se esfumó cuando yerno y suegra huyeron juntos.
Ilustración: Tú Anh. Pxby
El retrato
El llevaba en su cartera la foto de la bella señora que un día le hiciera por un casual.
Miraba la fotografía varias veces al día, presumía con los conocidos de lo afortunado
que era intentando provocar en ellos la envidia. No era raro verle hablar con la
Ilustración y mirar su rostro con ojos de lascivia. Cierto día el hombre cayó enfermo.
Moribundo, llamó a su esposa.
—Pide ayuda, dijo, estoy muy enfermo. La mujer salió del cuarto apresuradamente.
Al rato entró portando un objeto que mostró delante del esposo.
—¿Qué es eso, mujer? La mujer mostró la foto de la bella diva. –Ella fue siempre tu
prioridad. Pídele ayuda ahora. —Y salió de la habitación—.
El hombre murió solo, con la foto sobre su pecho, rota en mil pedazos.
Des—almados
Se entregaron a una noche loca de pasión, sin mediar palabra.
¿Sexo? ¿Amor?… ¡Vacío!
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Sí es no
Si le preguntas, ¿qué te pasa? Dirá: —nada.
Si le preguntas, ¿cómo estás? Dirá: —bien.
Pero tú ya sabes lo bien que se le da mentir.
Ilustración: Mala cosecha. Igor Ovsyannykov. Pxby
Mala cosecha
Aquella mañana, el agricultor estaba realmente furioso. Cuando acudió al campo de
cardos que orgullosamente había sembrado, vio que estos no le dieron la cosecha de
manzanas que esperaba.
Libertad González nacida en Argentina, vive en España desde muy
joven. Es diseñadora gráfica y guía de montaña.
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Gloria Langle. España. Microrrelatos
El huésped
Tenía necesidad de escapar para no dejarse contaminar por su presencia que aún se
respiraba en cada habitación. Eligió un refugio aislado en la montaña con la única
compañía del canto de algunos pájaros.
Al día siguiente escuchó el ruido cercano de unos golpes que parecían querer taladrar
la pared. No era posible. ¿Se había instalado un huésped durante la noche? Buscó y
buscó, y al fin lo encontró en una lágrima.
La camisa
Esa camisa blanca de inmensas mangas la oprimía. No hacía juego con sus uñas rojas
con restos de su piel, ni con sus grietas en la cara. Trató de arrancársela, pero no
pudo. Se odió más aún y no entendió por qué se abrazaba.
La grieta
Llevaban muchos años juntos, pero no en compañía. Habían tirado por el desagüe
las complicidades, la sorpresa, la ternura, los abrazos, el amor... Seguían durmiendo
en la misma cama. Exactamente eso, durmiendo.
Una noche, al acostarse, observaron una grieta en la pared de enfrente. Habría que
llamar a los albañiles. La culpa la tenía la casa, que era muy antigua.
A la mañana siguiente, al mirar a la pared, se vieron reflejados en el espejo.
Luna
Nació un uno de febrero lluvioso y frío como casi todos los febreros. Su cara era tan
blanca y redonda que cuando la vio su madre la llamó Luna. Al reírse le aparecía un
hoyito en la mejilla izquierda, al que su hermano inmediatamente identificó con un
cráter.
Estaba llena de magia. Como un Rey Midas, era capaz de transformar en oro todo lo
que tocaba: El llanto lo convertía en risa; la ignorancia, en sabiduría; la envidia, en
amistad... Y ese fue el motivo por el que convirtió al tirano en su amor. Se equivocó
esta vez como la paloma de Alberti y por más que lo intentó, no consiguió desterrar
del alma de Mario su torpeza, sus celos, su ira... Y así Luna se fue apagando,
haciéndose más pequeña, hasta que un día desapareció. Estaba presente, pero nadie
la veía. Había perdido la batalla, se había rendido.
Una noche apareció luminosa de nuevo. No le dijo nada a Mario. Él era incapaz de
entender. No merecía la pena. No le dejó ni una nota. Salió por la puerta vestida de
blanco en busca de la que fue y de la que había reaparecido al cabo del tiempo. Su
reflejo quedó impregnado en las paredes de su casa y se convirtió en el espejo en el
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que Mario, por primera vez, se vio a sí mismo tal como era.
Techo de cristal
Acababa de estrenar el apartamento. Lo que más le gustaba de su nueva casa era el
patio interior desde el que podría contemplar las nubes e intentar descifrar a través
de sus formas, cuál sería su futuro prometedor con el que siempre soñó.
Apoyó la escalera en la pared y subió y subió...La encontraron en el suelo a la mañana
siguiente.
Tic tac
¡No podía ser! Hacía más de cinco años que no lo veía. Estaba casi igual. No hubo
despedida. Un día desapareció y, con él, también ella. Dejó de ser la misma. Desde
entonces no dormía bien. Se desvelaba de madrugada y pasaba las horas leyendo,
intentando conciliar el sueño. El tic tac del reloj era su nana, su única compañía.
Aquella noche se propuso descansar. A la mañana siguiente lo buscaría. Sabía dónde
encontrarlo. Se tomó un relajante, detuvo el reloj y cerró los ojos, pero un tic tac
mucho más rápido e intenso retumbó en toda la casa.
Ilustración: Jeff Jacobs. Pxby
El arca
Siento el tañido del tiempo apedreando mi sien. En esta arca apátrida viajamos todos
intentando borrar viejas cicatrices. Me empeño en recuperar mi euforia, edulcorando
la arena movediza que intenta absorbernos.
Desde mi ventana escucho el silencio atronador que ruge sobre mares de adoquín y
añoro la estela de aves de acero que duermen en sus hangares. Vivo entre palabras.
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Unas, se escapan del pentagrama que me acompaña mientras camino. Otras se
entrelazan y, como bengalas, alumbran mi mente adormecida por la clausura
impuesta.
Otras, me acarician con su verbo próximo que acude a mi rescate. El faro se enciende
para anunciar la tormenta perfecta que se escucha al unísono en cada uno de los
camarotes. Todos nos transformamos en hadas para caminar sobre el océano sin
rozarlo, con la sola varita de una mascarilla blanca, esperando encontrarnos un día
en nuestro vuelo con una paloma transportando en su pico una ramita de olivo.
El exceso
No tenía límites. Su esencia era el exceso: Con una sola palabra, escribió su primer
cuento. Con una pincelada de rímel, pintó su habitación... o eso creía ella, hasta que
despertó cuando, al querer encender todas las luces, se quedó a oscuras.
El libro
Era un libro que hablaba y hablaba... Un compendio de sabiduría con palabras de su
propio diccionario. No escuchaba más voz que la suya. Un día la perdió y fue entonces
cuando aprendió a leer.
El miedo
Perdió la salud al intentar guardar su secreto. No podía permitir que nadie indagara
en su arca de emociones y pasado turbio. Prefería morir antes de mostrar su
verdadero yo cosido a cicatrices y fingió. El miedo la devoró.
Con el tiempo, se creyó su falsa historia, pero sólo se engañó a sí misma. Nunca
sospechó que, para los demás, su vida siempre fue un libro abierto.
El tenor
El tenor vivió su infancia entre algodones manchados: lo tenía todo menos la
compañía de su madre a la que nunca conoció.
Había aprendido e interpretado las más bellas arias y melodías, pero había algo que
aún no podía cantar porque nunca lo había escuchado: una nana.
Érase una vez
Era un ser especial. Todos la admiraban por su irisado colorido y constantes aleteos
que le permitían viajar por alamedas y jardines.
Nadie sospechaba que echaba de menos su infancia tranquila, rodeada de amigos
con los que jugaba en una pequeña habitación de cartón con techo agujereado, donde
merendaban hojas de morera.
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Érase una vez, una mariposa que añoraba ser oruga.
Planeta inverso
Sólo veo el sol a oscuras, encarcelada tras las persianas de mi planeta minúsculo,
mientras recuerdo el páramo donde me arrastrabas con el ardor de tu abrazo infinito.
El nuevo universo se impone como pesadilla feroz en mi memoria. Fuera de los muros
de mi celda, la calle palpita inundada de corzos y delfines, que muestran triunfales
su victoria en esta realidad recién estrenada. El hambre me empujará a escapar para
buscar alimento, y me adentraré en el bosque, temiendo al nuevo abismo coronado
que ahora es la zarpa del león o el mordisco del tigre o de la pantera.
La profecía es un canto fúnebre que se escucha por cada rincón de mi mausoleo sin
calendario. ¡Cómo llenar mi soledad sino con mi propio espejo! Me he quedado
dormida... ¿Qué día es hoy? ¡Es 31 de diciembre! ¡Por fin comienza el Año Nuevo
Sinfonía
Aspiro el ruidoso silencio que destruye un suspiro. Cada minuto es una nota musical
que lucha por dejarse oír en este oasis taciturno en que se ha convertido nuestra
rutina.
Huelo los acordes pueriles del aire que entra por mi ventana, acompañado por la
sinfonía del trino de las aves que celebran su algarabía sin sombras ajenas a nuestro
infortunio, coronado y encarcelado, veneno impostor exterminador de besos y
abrazos.
Pero esto es sólo el preámbulo, faltan más movimientos en esta sinfonía que es coral,
donde cada uno toca su instrumento y canta alimentando una victoria que ya se
siente en el horizonte.
El solfeo es nuestro alimento. Cada acorde, cada compás, va creando una melodía
de canto esdrújulo con la que saludamos entre aplausos a los gigantes que siguen en
la ciénaga de ese paisaje en blanco y negro.
En el último movimiento de nuestra sinfonía, alegres, derribaremos la fricción
antigua, nos arrancaremos los estigmas de nuestros ojos y nos fundiremos entre
lágrimas en un festival de amor.
Gloria Langle Molina, biznieta del abogado, político y escritor, Plácido Langle
Moya (1858-1934), es Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de
Granada y ha ejercido como profesora de Enseñanza Secundaria. Ha escrito
una novela: “Una mujer interesante” y dos poemarios: “Fénix” (primer premio
de poesía de ALCAP 2012, Castellón, en su modalidad internacional) y “Lunas
de arena”. Ha quedado finalista en el III certamen Umbral de poesía de
Valladolid con su poema "Espera". Forma parte del Colectivo Poetas del Sur.
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Antonio Duque. España-Japón. Relato
EL CHOTACABRAS*
La verdad es que el chotacabras es un pájaro poco agradable a la vista. La
cabeza la tiene llena de pintas café con leche, el pico es plano y, para colmo, rajado
hasta las orejas, y, en cuanto a sus patas, como si fuera un viejo, no puede dar un
paso... En resumen, tan poco agradable que los otros pájaros, só1o con verlo, se
ponían enfermos.
La alondra, por ejemplo, no es que sea un pájaro muy bello, pero ella misma
se tiene por muy superior al chotacabras, hasta tal punto que, cada vez que se
encuentra con él, sea a la hora que sea, echa la cara para otro lado llena de
repugnancia. Otra serie de dicharacheros pajarillos, sin rubor, ante sus mismas
narices lo ponen como un trapo.
—¡Hum! Ya está aquí otra vez. Mira qué tipo, ¡la vergüenza de los pájaros!
—¡Pero qué boca! Parece de la familia de las ranas o algo por el estilo...
Cosas como éstas era lo que decían de él.
Sin embargo, si aquellos pajaruelos, en lugar de ser el chotacabras, fuera el
halcón, sólo con oír el nombre se esconderían, hechos un ovillo, bajo las hojas de
cualquier árbol, temblando de miedo y mudado el color. A propósito, el chotacabras
no es ni hermano, y menos pariente, del halcón. Más bien se podría decir que es el
hermano mayor de pájaros tan bellos como el martín pescador o aquella joya
ornitológica que es el abejaruco. El abejaruco se alimenta del néctar de las flores, el
martín pescador de pececillos mientras que el chotacabras lo hace de insectos. Como
además el chotacabras no tiene ni garras afiladas ni un pico fuerte y agudo, es 1ógico
que ningún pájaro se asustase de él.
Ilustración:Vizetelly. Pxby
Siendo un pobre pájaro como es, bien extraño resulta que su nombre esté
emparentado con el del halcón. Una de las razones estriba en que, como éste, posee
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unas amplias y muy fuertes alas, cortando el aire como si del mismo halcón se
tratase. Otra razón se encuentra en que sus gritos son muy agudos, pareciéndose en
algo al halcón. Por supuesto todo esto era algo que al halcón le tenía muy
preocupado, no gustándole en absoluto, por lo que, cada vez que se lo echaba a la
cara, irguiéndose de hombros, le decía que se cambiara el nombre...
Al cabo, una tarde, el halcón se dirigió a la casa del chotacabras:
—¡Eh, tu! ¿Estás ahí? ¿Todavía no te has cambiado el nombre? En verdad que
eres un tipo desvergonzado. Tú y yo tenemos una personalidad muy distinta. Mira,
yo puedo volar hacia el cielo azul todo lo que quiera mientras que tú no sales nada
más que cuando está nublado, cuando hace un día grisáceo o de noche. Además,
mira mi pico y mis garras. Compáralas con las tuyas...
—Señor Halcón, eso es imposible. Yo no me he puesto este nombre a mi
capricho. Ha sido la naturaleza quien me lo ha dado — protestaba el chotacabras.
—No, no, no... Si quieres puedes decir que yo lo he recibido de la naturaleza,
pero tú no. Tú no, tú lo has cogido prestado de la noche y de mí, así que devuélvelo...
—Señor Halcón, eso no puede ser...
—Sí puede ser. Te voy a decir un buen nombre que puedes utilizar: ICHIZOO.
Bueno, ¿verdad? Entonces, para cambiarte de nombre debes informar a todo el
mundo ¿entiendes? ¿Que cómo puedes hacerlo? Te cuelgas una tablilla al cuello con
el nombre escrito y vas de casa en casa, saludando a todo el mundo, diciendo en voz
alta: “A partir de ahora me llamaré Ichizoo...”
—Yo no puedo hacer eso —, protestaba el chotacabras.
—Sí puedes hacerlo. Si para pasado mañana temprano no lo has hecho, te
cojo y te mato. Tenlo muy en cuenta porque pienso hacerlo. Pasado mañana
temprano me acercaré por las casas de cada uno de los pájaros, como quede una
siquiera a la que no hayas ido, date por muerto...
—Eso es imposible. Prefiero mejor morir aquí mismo que hacer una cosa asi.
Máteme inmediatamente —, imprecó el chotacabras.
—Bueno, bueno... Piénsalo despacio. Ichizoo no es un nombre tan malo.
El halcón extendió sus alas de un golpe y se volvió a su nido. El chotacabras,
cerrando los ojos, estuvo pensando:
—“¿Pero por qué todo el mundo me tiene tanta manía? ¿Por mi color, por mi
pico...? Yo..., yo hasta ahora no he hecho nada malo. Cuando el hijo del zosteropa se
cayó del nido le ayudé, llevándolo hasta su casa. Entonces el zosteropa me quitó al
pequeñuelo como si lo recuperara de manos de un ladrón... además, se burló de mí...
Y ahora, ahora, para colmo, que me ponga por nombre Ichizoo, que me cuelgue una
tablilla al cuello... Esto no lo puedo soportar..."
La tarde iba camino de la noche. Las nubes estaban bajas, brillando iluminadas
por el sol. El chotacabras, a ras de nubes, giraba y giraba sin emitir ningún ruido. De
pronto, como una saeta, cortó el cielo, muy abierta la boca y las alas, rectas, tan
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largas como eran. Los insectos, uno tras otro, le resbalaban por la garganta... Cuando
parecía que iba a rozar tierra, ágilmente, remontó el vuelo. Las nubes se habían
vuelto grises mientras las lejanas montañas ardían en encendido arrebol...
Cuando el chotacabras vuela con decisión, se diría que el cielo se corta en dos.
Un ciervo volante le entró en la boca forcejeando terriblemente por salir. El
chotacabras se lo tragó rápidamente, sintiendo, en ese instante, un terrible escalofrío
por la espalda. Las nubes habían adquirido ya color negro, siendo sólo hacia el este
donde se podían ver un poco los arreboles, dando al momento un aspecto tenebroso.
El chotacabras, sintiendo como si algo se le hubiera clavado en el pecho, volvió
a elevarse hacia el firmamento. Otro ciervo volante le entro hasta la garganta,
arañándole terriblemente al moverse sin cesar. Se lo tragó con un gran esfuerzo,
dándole, en ese momento, un gran dolor en el pecho. El chotacabras empezó a chillar
con una voz agudísima. Mientras chillaba iba dando vueltas por el cielo...
— “Ah, qué cosa más triste. Yo mato un montón de bichos todas las noches y
ahora el halcón quiere matarme a mí. Dejaré de comer insectos y me moriré de
hambre... No, seguro que antes de eso me mata el halcón... No, no, antes me
marcharé lejos, muy lejos...” — pensaba el pobre chotacabras.
El sol arrebolaba las nubes de tal manera que parecían que estaban ardiendo.
Al mismo tiempo el rojizo se extendía como el agua por los montes. El chotacabras
se fue directamente a casa de su hermano el martín pescador, que, hermoso, todavía
no se había acostado y estaba mirando también hacia los montes. Al ver llegar al
chotacabras:
—Hola, hermano. Buenas noches. ¿Qué te trae por aquí? ¿Algo urgente?
—No, nada especial. A partir de ahora pienso irme bastante lejos y quería
verte antes de marcharme.
—No, no te vayas... El abejaruco vive muy lejos también y si tú te vas me
quedo muy solo.
—La verdad es que no me queda otro remedio. No me digas nada, por favor...
Y, en cuanto a tí, eh, no pesques más que lo que necesites. Hazme el favor de dejar
a un lado el pescar sólo por diversión, maltratando a los pobres pececillos, ¿vale?
Bueno, pues adiós...
—Espera ¿qué te pasa? Bueno, espera un poquito...
—No, me quede más o menos, no va a cambiar nada. Cuando veas al
abejaruco dale recuerdos. Adiós, esta es la última vez que nos vemos... Adiós...
El chotacabras, llorando, se volvió a su casa. La noche, corta como todas las
de verano, empezaba a aclararse con los primeros resplandores del alba.
Los helechos, verdes, se balanceaban, frescos por la niebla de la mañana. El
chotacabras, gritando agudamente, arreglaba su nido y su plumaje. Terminó de
arreglarse y voló de nuevo del nido. La niebla empezó a despejarse cuando el sol
salía por el este. El chotacabras, aguantando un deslumbrante sol que mareaba, se
dirigió hacia allí como una flecha.
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—Señor Sol, Señor Sol... Lléveme consigo. No me importa morir ardiendo.
Incluso un pájaro tan feo como yo debe dar alguna luz ¿verdad? Lléveme, por favor...
Volaba, volaba, pero no lograba acercarse, más bien se diría que cada vez
estaba más lejos, viéndose cada vez más pequeñito, a lo que el Sol le dijo:
—Tú eres el chotacabras ¿no? Debes estar pasándolo mal. Esta noche dirígete
hacia las estrellas y les pides a ellas lo que me has pedido a mí. Tú no eres un pájaro
diurno ¿comprendes? —. El chotacabras saludó al sol tras escuchar sus palabras. De
pronto, mareado, dando vueltas, se vió sobre la hierba...
Como soñando, tuvo la impresión de que su cuerpo volaba entre rojas y
amarillas estrellas, que se lo llevaba el viento de un lado a otro, que se acercaba de
nuevo el halcón y lo atrapaba... De pronto le cayó algo frío en el rostro. Abrió los
ojos. De la punta de las hojas de un arbusto de gramíneas goteaba el rocío. Había
oscurecido y en el azul oscuro del cielo brillaban las estrellas. El chotacabras volvio a
emprender el vuelo.
También aquel atardecer parecía arder los montes. El chotacabras, envuelto
en los últimos restos de la luz crepuscular y en la frialdad de plata de la luz estelar
dió unas cuantas vueltas por el firmamento, después, sin pensárselo dos veces, se
dirigió hacia el oeste, hacia la hermosa constelación de Orión, gritando:
—Srª Estrella, Srª Estrella, por favor, lléveme con usted. No me importa morir
ardiendo.
Orión siguió su canto triunfal no haciendo caso, en absoluto, al chotacabras
que empezó a gimotear mientras caía, dando vueltas, hacia tierra. Al cabo, por fin,
pudo parar y, de nuevo, levantó el vuelo, esta vez dirigiéndose hacia el Can.
—Srª Estrella, por favor, lléveme con usted, por favor. No me importa morir
ardiendo...
El Can, azul, violeta, amarillo, mientras, bellísimo, brillaba. Le respondió:
—No digas tonterías. ¿Quién eres tú? Nada más que un pájaro. ¿Cuántos
millones de años crees que tardarías en llegar aquí con esas alas? —Y echó para otro
lado—.
Volvió, desilusionado, a caer y a remontar el vuelo dos veces más y,
decididamente, se dirigió hacia la Osa Mayor.
—Estrella, Señora Estrella, lléveme con usted, por favor.
La Osa Mayor, con toda dulzura, le respondió:
—No digas extravagancias. Refréscate un poco. Cuando te encuentres en una
situación así lo mejor será que te lances sobre cualquier mar donde flote hielo, y si
no tienes un mar cerca en un vaso donde haya unos trozos bien fríos...
Totalmente desilusionado caía y remontaba el vuelo una, dos, tres, cuatro
veces... Dirigiéndose, acto seguido, hacia el Águila, que apareció al otro lado de la
Vía Láctea.
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—Señora Águila, lléveme con usted, por favor. No me importa morir ardiendo.
A lo que el Águila respondió, con una gran exhalación:
—Eso es imposible, no. Se necesita ser de una gran categoría para llegar a
ser estrella. Además de mucho dinero.
El chotacabras se quedó sin fuerzas. Cerro las alas y se dejó caer hacia tierra.
Cuando iba a tocarla con sus débiles patitas, de pronto, como una exhalación, volvió
a elevarse. Subió a una altura inmensa y, como cuando un águila ataca a un oso, se
puso en posición de ataque... gritando agudísimamente como si de un halcón se
tratara. Los pájaros que dormían en bosques y prados despertaron y, asustados,
temblando, miraron extrañados hacia el cielo.
El chotacabras subía recto, recto, sin parar, tanto que las rojas montañas no
parecían más que un punto, rojo como la punta de un cigarro encendido.
Se le congeló la respiración en el pecho a causa del frío y, a causa de la ligereza
del aire tuvo que ponerse a mover las alas a toda velocidad. A pesar de ello la
dimensión de las estrellas no cambiaba en absoluto. Su respiración parecía un fuelle,
mientras, el frío y la escarcha le pinchaban como la punta de un cuchillo. Las alas se
le adormecieron de cansancio, brotándole las lágrimas al tiempo que echaba de nuevo
una mirada al cielo. Ese fue el final del chotacabras. Caía, subía, estaba boca abajo,
estaba boca arriba... El mismo no podría decirlo, sólo que se reía, relajado, con el
pico un poco ladeado y manchado de sangre. Al poco, con toda claridad, abrió los
ojos y vio como su cuerpo ardía, silenciosamente, y como el fósforo, daba una luz
azulada y hermosísima.
Muy cerca estaba la constelación de Casiopea, la luz lechosa de la Vía Láctea
quedaba a su espalda. La estrella en que se había convertido el chotacabras ardía y
ardía... Todavía sigue ardiendo iluminando la noche.
*Chotacabras. - Para entender parte del contenido de este cuento hay que tener en cuenta
el juego de palabras que se produce en japonés entre los nombres del halcón, TAKA, chotacabras,
YOTAKA. YO, de YORU, noche, y TAKA, halcón. Yotaka o halcón nocturno.
ANTONIO DUQUE LARA. (España, 1956)
Era el 25 de septiembre de 1956 cuando llegué al mundo, justo al lado de
la Mezquita de Córdoba. Realicé los estudios de Bachillerato y parte de la
universidad en Córdoba. Los dos últimos años de estudios universitarios
los realicé en Granada. Licenciado en Filosofía y Letras, rama de Filología
Románica. En 1982 empiezo a trabajar en Japón en TOZAI BUNKA
CENTRE, con el tiempo empecé a trabajar en varias universidades.
Los libros publicados hasta el momento son: 44 poemas desde la otra
orilla. Poemillas y variantes. Aires amorosos. Traducción al español, Poesía
errante, de Nakajima Takao y Cristóbal déjame que te cuente, de Oshima
Satoru. Al margen de estos libros, tengo publicados artículos, algunos
poemas, cuentecillos en alguna que otra revista y traducciones de algunos
autores japoneses en revistas y reseñas de varios autores en blogs etc.
Aparte de eso, todos los días un poema en mi Facebook: Antonio Duque
Lara y publicaciones en mi blog.
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María José Mielgo Busturia. España. Como la vida misma
PÁGINAS EN BLANCO
Entré en casa como de costumbre. La jornada se presentó dura. Me levanté pronto,
como era habitual y después realicé instintivamente los actos de cada día: ducharme,
calentarme un café para tomarlo de pie —siempre salgo escopetada de casa—, no
sin antes pasear unos minutos a mis mascotas.
Habían ocurrido muchas cosas últimamente: desagradables y agradables —imagino
que para intentar equilibrar la balanza—. De camino al trabajo, estaba pensando en
las tareas pendientes que tenía por la tarde e intentaba hacer un ejercicio de
memoria, dado que ésta parecía tener grietas y eso, por momentos, me llegaba a
asustar.
Ilustración: Karolina Grabowska. Pxby
El día había transcurrido con normalidad, pero no exento de agobios. De ir de un lado
para otro, con el tiempo justo, lo que no sé si a veces agradecemos, porque no nos
da tiempo de pararnos a pensar en exceso. Pero, por otro lado, la sensación de “no
llegar”, de ir acelerada a todas horas, no me gustaba.
Cuando ya me recogí definitivamente eran las once de la noche. Me duché, me puse
un pijama que años atrás me había regalado mi madre y me dispuse a cenar en la
cocina. En aquella cocina donde precisamente a ella yo la había acompañado en los
últimos meses y que siempre tenía su sitio a mi diestra. No sé por qué, pero en aquel
momento mi mente hizo un flas back: me trasladé cuarenta años atrás en el tiempo.
Me hallé con la Ilustración de mi madre en una cocina de las que llamaban
económicas, su falda a cuadros, una camisa estampada de la época y a mi padre a
mi izquierda, observándome cómo hacía los deberes escolares.
Por primera vez en muchos años y a pesar de nuestra relación, sentí nostalgia.
Recordé consejos y palabras dichas que por aquél entonces no entendía y, aunque
no hubiera sido la Ilustración perfecta alrededor del calor del hogar, añoré aquellos
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instantes. Una lágrima resbaló por mi mejilla, lo que vino a demostrarme que algo
se transforma en el ser humano a medida que vamos envejeciendo: vemos que los
años pasan y es imposible ya un reencuentro, imposible recuperar lo perdido. Me
pesaba la nostalgia de lo que hubo —por un lado— y de lo que añoré siempre —por
otro—. Supongo que pesaba todo, en definitiva: lo que pudo haber sido y no fue, lo
que dijimos y dejamos de decir. Lo que imaginamos que puede ser la vida —cuando
eres demasiado joven— y lo que el destino nos depara, interviniendo nosotros o sin
tomar parte en la partida de ajedrez que nos toca disputar. Y lo peor, es que nadie
nos enseña a jugar: no sabemos cuándo debemos mover a la reina, al peón o al alfil.
Ahora, después de tantos años, sé que hay una fuerza superior a nosotros que nos
hace ver momentos, instantes, páginas de ese libro –que es nuestra existencia– de
colores muy distintos, con visiones diferentes y hasta contradictorias a veces. Que,
aunque el TÍTULO sea diferente, la TRAMA, elegida o no, y el DESARROLLO el que
toca —cada cual sabe su historia— el FIN tiende a ser el mismo –si tienes algo de
humanidad y no te has endurecido en exceso–: tratar de reconciliarnos con no sabes
muy bien qué y quién o
quiénes, porque deseas que el destino te trate bien y que cuando eches a “volar para
siempre” te hayas reconciliado con el mundo, sin dejar nada pendiente.
Pero aun así… la vida te demuestra que siempre habrá PÁGINAS EN BLANCO.
María José Mielgo Busturia (Bilbao, 1965). Es Fundadora y
directora de la revista literaria Alborada-Goizaldia,
actualmente denominada LITERARTE. y directora de la
editorial LITERARTE y organizadora de eventos.
Publicó su primer poemario Corazón Ardido (Edic. Carena en
2003) y Equidistancia (Literarte editorial 2017).
Colaboró con su participación en el poemario Poetas a una
(Bilbao 2003), dedicado a la Paz y sus obras han sido
publicadas en diversas revistas: Estío, Escribir y publicar,
Diálogos, Oriflama, Aguamarina, Arboleda, El Mirador, entre
otras.
Ha publicado Las Ventanas de la Vida (Granada Club Selección
2012), colección de relatos que obtuvo el Premio a la Crítica
“Granada Club” y Como la vida misma (Literarte editorial) que
quedó Finalista de los Premios de Euskadi 2016. Ha dirigido
varios programas radiofónicos y de TV. Está para editar su
primera novela.
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José María de Benito. España. Espacio y tiempo
ESPACIO Y TIEMPO: DOS CONCEPTUALIZACIONES SOCIALES
Introducción
Los seres humanos normalmente nos movemos en 2 dimensiones: tiempo y
espacio1. Las cuales "percibimos" a través del sistema de medición creado por el
mismo hombre, pero realmente la mayoría no las conceptualizamos, como dice
Harvey: "Tiempo y espacio son dos categorías básicas de la existencia humana, pero
rara vez se discuten" (HARVEY: 2000: p. 2).
Si realizáramos una encuesta donde se preguntará ¿qué es tiempo? o ¿qué es
espacio?, las respuestas serían muy diversas, desde el silencio, hasta una respuesta
complicada intentando explicar algo que comúnmente no se cuestiona: simplemente
se acepta. En cuanto a la segunda pregunta, tal vez habrá quien la quiera contestar
diciendo que es lo que visitan los astronautas, o quien diga que es el hueco entre dos
cosas.
Ilustración: Malo Martínez
Estas mismas preguntas las ha venido
realizando el hombre desde los inicios de
la ciencia, aunque antes de
conceptualizarlas se realizó un sistema
para medirlos. Es así como desde la
civilización Babilónica ya existen
vestigios de la medida del tiempo a
través de relojes de sol (FREVER: 1954:
p. 629), o los sistemas de medidas
terrestres usados desde que las
civilizaciones se convierten de nómadas
a sedentarias.
Así mismo, para su medida formal son
dos conceptos vinculados entre sí, ya
que ambos tiempos y espacio2, son
medidos bajo el mismo sistema: el
sexagesimal. El tiempo a través de 60
segundos que hacen un minuto, y 60
minutos que hacen una hora; mientas
que la circunferencia terrestre 60
segundos hacen un minuto, 60 minutos
hacen un grado, es decir que si
colocamos lecturas de estas medidas
tendremos:
• Tiempo 13 horas, 40 minutos, 20
segundos
• Latitud/Longitud 13 grados, 40
minutos, 20 segundos
Es decir que tiempo y espacio tienen una
base métrica matemáticamente cercana,
basada en el sistema de medida de la
circunferencia.
Este proceso de conceptualizar espacio y
tiempo dio como resultado una
separación de estos, simplificándolos
para su posible comprensión, por lo que
así analizaremos en principio los
diferentes conceptos vertidos a través de
la historia de la ciencia.
El interés del presente trabajo se basa en
rescatar el uso que la geografía le da al
concepto de espacio, (concepto a partir
del cual trabaja esta ciencia), y como a
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partir de este aparecen otros más
específicos para el trabajo propio de la
disciplina.
Espacio y tiempo
Una de las ciencias que más han
aportado a este proceso es la física,
donde destacan Newton, y Kant, entre
otros, aunque no por ello las
matemáticas y la filosofía son menos.
Algunos pensadores dieron sus
conceptos por separado, como Kant en el
siglo XVIII, heredero de la Geometría
Euclidiana, quien define al espacio "un
orden de existencia de las cosas que se
manifiesta en su simultaneidad".
(GARDNER: 1994: p. 229) mientras que
el tiempo es "el orden sucesivo de lo que
acontece".
Lo que destaca de este autor es
precisamente que todo está definido
través del "orden" de las cosas, es decir
como algo regido y controlado de
antemano, y que no se debe romper, es
decir, que se concibe como una "cosa",
ya que se puede ordenar y medir.
Si analizamos los antecesores de Kant,
encontraremos que su discurso es más
bien corto y se relaciona en función de
cómo se percibe pues Aristóteles
consideraba el espacio absoluto, en
función del orden total, mientras que
Newton, después de descubrir la Ley de
la Gravedad, llega a la conclusión de que
el espacio no es absoluto. Sin embargo,
para ambos el tiempo si es absoluto.
Mientras que para Berkley "el tiempo y el
espacio son solo una ilusión",
(HAWKING: 1992: p. 37) a diferencia de
los anteriores donde tiempo y espacio
son elementos separados e
independientes. Esta visión se mantuvo
hasta la mitad de siglo XX, ya que
debemos recordar que la concepción
filosófica y científica occidental está
basada en el pensamiento griego, con
una gran aportación Newtoniana.
Sin embargo, Leibniz en el siglo XVII, ya
cuestionaba esta posición absolutista de
tiempo y espacio, ya que decía que si
tuvieran esta categoría "no habría
ninguna diferencia interna entre 2
mundos creados en diferentes lugares o
tiempos" (KANT: 1993: p. 30), por lo que
su visión de ambos era a favor de la
relatividad, por lo que los consideraba
"idealidades", ya afirmaba que "con
independencia de las cosas, los lugares y
los instantes no son nada. Por fuera del
universo material no hay espacio, ni
tiempos reales". (KANT: 1993: p. 30).
Sin embargo, para el propio Kant, el
espacio y el tiempo eran "dimensiones"
utilizadas por el ser humano para
comprender su realidad, su entorno,
como algo donde el hombre refleja su
transcurrir, y para él lo único absoluto
era "Dios".
El concepto tiempo siempre ha estado
privilegiado por las ciencias sociales,
mientras que el concepto espacio lo ha
estado por las naturales, que en muchos
casos solo lo han visto como continente,
como el gran contenedor inamovible y
ajeno a lo que ahí sucede, visión que
actualmente no puede sustentarse, ya
que hemos visto las consecuencias de
una visión donde la naturaleza es
inacabable e inalterable La situación
actual de la misma ha demostrado que
esa visión no es la más correcta.
Desde el siglo XIX, ya se tenía una
concepción de un tiempo dialéctico, es
decir cambiante y vivo, principalmente
por las miembros de la corriente de la
Teoría Social (Marx, Smith y Webber,
entre otros), pero quienes mantuvieron
esa visión de un espacio "muerto", esto
es, inmóvil.
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No es hasta que Einstein, desde la Física,
y Poincaré, desde las matemáticas,
cuestionan esta percepción que los
conceptos son nuevamente definidos, a
partir de la conformación de la Teoría de
la Relatividad, donde no son absolutos,
ni independientes, sino que generan una
nueva visión el espacio / tiempo, pues se
miden cada uno en función de la relación
entre los fenómenos (objetos) y sus
movimientos, que ahí existan.
Espacio / tiempo.
Esta nueva manera de percibir espacio
tiempo como una dualidad inseparable,
con una posición de relatividad, dinámica
y enfocada principalmente al estudio de
procesos y relaciones que ahí se dan, es
decir, que los fenómenos que se dan en
un espacio determinado y en un
"momento" determinado son irrepetibles
y diferentes.
Los fenómenos analizados bajo esta
nueva categoría dual son resultado de un
proceso a lo largo del tiempo, pero
influenciado por las relaciones en un
lugar determinado. Bajo esta
perspectiva más que buscar Leyes
generales, se buscan similitudes,
igualdades, en cada uno de ellos, que
permita llegar a generalidades.
Dentro de esta conceptualización
encontramos que el espacio deja de ser
un continente para pasar a una de
espacio "contingente", donde todo lo que
suceda en él le afectará en mayor o en
menor grado, por lo que las nuevas
concepciones ambientalistas3 caben
perfectamente, al ser visto como algo
dialéctico, "vivo", que se transforma y su
situación actual es resultado de procesos
verificados en él.
En esta tendencia dual y relativa,
debemos toman en cuenta otra rama de
estudio ¿cuándo nace tiempo y espacio?,
¿es un argumento construido por el
hombre a partir del propio hombre?, o
como afirman algunos pensadores como
Harvey4, ¿aparece junto con la materia
al inicio del proceso del Big Bang?
Son preguntas cuyas respuestas nos
llevarán a seguir desarrollando el
pensamiento y el saber humano, como
ha sido siempre en las ciencias, las
dudas, los cuestionamientos, son los que
la hacen avanzar al buscar las
respuestas, proceso que no acaba al
encontrar una de ellas, pues ésta a su
vez puede ser cuestionada.
Debemos destacar que las ciencias
sociales deben rescatar estos
cuestionamientos ya que como dice
Harvey "las concepciones objetivas de
tiempo y espacio son creadas
necesariamente pensando
materialmente los proceso y las prácticas
que sirven para reproducir la vida social
y por la variación que eso tenga
geográfica e históricamente" (HARVEY:
p. 4).
Así la geografía y la historia son las que
mayor responsabilidad tienen, pero
también las mayormente impactadas por
las aportaciones a esto dos conceptos,
por lo que esta "Dualidad" proporciona
una de las más fuertes líneas de relación
entre ambas ciencias, pues un fenómeno
geográfico es resultado de un proceso
histórico, y un suceso histórico tiene
como escenario un espacio (lugar)
determinado.
Conclusiones
Aquí las ciencias sociales, entre las que
se encuentra la Geografía, son las que
más reciben beneficios, ya que desde
siempre los problemas de su área de
estudio deben ser abordados bajo esta
perspectiva, pues un fenómeno de estas
características es resultado de todo un
proceso.
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Un "suceso", (a partir de lo cual
comúnmente se inicia un proceso de
investigación), tiene siempre diversas
causas, que se han desarrollado a lo
largo del tiempo y en un espacio
específico, lo que le da características
muy particulares, que tienen que ver con
la "herencia" que ha recibido ese grupo
social (valores, cultura, tradición y
costumbres, entre otras), así como la
información externa que recibe otros
grupos que con el interactúa en ese
momento.
Ningún proceso es aislado, en mayor o
menor medida, siempre está vinculado al
resto de nuestra "realidad", es decir del
resto de cosas que suceden en el mundo
en general, y en esa sociedad
específicamente.
Bajo esta perspectiva la Geografía y la
Historia son las ciencias que por su área
de conocimiento, espacio y tiempo
respectivamente, deberán realizar
mayores aportaciones, metodológicas y
conceptuales, al resto de las ciencias sin
perder de vista el propio vínculo entre
ellas, pues como se mencionó al inicio de
este trabajo, de todos es aceptado que
el ser humano se mueve en dos
dimensiones "espacio y tiempo", dentro
de los cuales deja una huella a su paso
transformado la naturaleza, a través de
su vida.
José María de Benito Buzón. Madrid, 1958. Se ha pasado la vida de un lado para otro. Entre los años 70 y
80 del siglo pasado viaja a los EE. UU, donde cursa estudios de Marketing, abundando también en ingeniería, y
estudiando posteriormente Física Cuántica. Inicia así un itinerario vital que le llevará sucesivamente a Santo
Domingo, Londres, Roma... A mediados de los 80 vuelve a instalarse en Madrid, y sigue viajando constantemente,
esta vez por motivos profesionales. Estudia CINE en el T.A.I. Y es discípulo del maestro Albaicín, del que aprende
guitarra flamenca. En 1993 se instala en Ciudad de México. En enero de 1999, de nuevo por motivos laborales,
cambia de residencia con destino a Almería: se instala en Aguadulce y retoma su nunca olvidada vocación literaria,
participando en foros y portales de arte a través de internet. Entre viaje y viaje ha escrito una novela (La sala),
un libro de poesía (Intento de Poemas Breves), y algún relato (Ciudadano del Mundo, Nuevo Tratado Sobre la
Letra I), hasta ahora inéditos. El auriga de Delfos, publicado por Ediciones del Primor, es el primer poemario del
autor. En los años posteriores (hasta el 2011) sigue publicando, hasta cuatro libros más: Cuadernos de Aguadulce,
Aguadulce (Editorial Belgeuse), Tráfico, con José Zúñiga y Bayyana, con edición propia, WEB de publicaciones en
formato digital
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Rocío Ruiz. Portugal. Maldito décimo de lotería
Lo intuía, esto tarde o temprano tendría que ocurrir, pero nunca pensé que fuese así
tan de repente. Lo venía presintiendo, porque ya no te acercabas a mí con la misma
frecuencia, sintiéndome por ello cada vez menos necesaria. Incluso el otro día me
llegaste a decir que era una inútil, que no soportabas mi lentitud. ¡Me dolió tanto el
insulto! Nada pude hacer, sino tragármelo, como al orgullo, por no poder salir
corriendo debido a mi inmovilidad. ¿Dime en qué he fallado? Tienes razón en afirmar
que no tengo la misma energía de antes, pero tú tampoco eres el mismo hombre
vigoroso y fuerte de cuando nos conocimos.
—¿Dónde has dejado varado tu brío de antaño, que ahora, hasta agacharte, te cuesta
tanto? — Te excusas ante mí, diciendo que el culpable es el tiempo. Sí, solo de él es
la culpa —argumentas— que con su inexorable paso ha dejado mella en tus huesos,
y a mí me ha deteriorado tanto por dentro. Él es el único responsable de que tus
artríticas manos, a duras penas, consigan encenderme, y de que yo, con secuelas de
las repetitivas intervenciones, me enfríe sin apenas calentarme.
Lejano queda ya el día que te fijaste en mí. Nada más verme, ansioso quisiste
llevarme rápidamente a tu casa. Estabas solo y me necesitabas. Lo primero que te
atrajo de mí, fue mi sencillez, me confesaste un día, y la facilidad con la que podías
manejarme a tu antojo. Y yo portaba esas innatas cualidades, por eso me escogiste
a mí y no a otra cualquiera. Me alzaste con tus robustos brazos y subiste desde el
portal, de dos en dos, los peldaños que nos separaban hasta el segundo piso.
Atravesando el umbral de la puerta, ya sin aliento, me posaste en el suelo. Presuroso
me quitaste el superfluo ropaje, desgarrándolo rápidamente para estrenarme. Ante
mi blanca desnudez parecías el Rey pasmado, mirándome como si fuese Marfisa. Solo
que yo no estaba tumbada, sino que permanecía inamovible de pie. Pasmado, y lerdo,
añado ahora, porque con tus trémulas manos buscabas desesperadamente cómo
conectar con mi cuerpo, sin conseguirlo. Y es que, aunque te cueste reconocerlo,
siempre has sido un poco torpe y no sabias ni por dónde empezar. Tan rudo eras,
que nuestra primera vez fue un rotundo fracaso.
Desesperado, no te quedó más remedio que recurrir a un manual para hallar
información, y así, poco a poco, tomándote el debido tiempo, librito en mano, fuiste
conociendo cada parte de mi cuerpo, desde lo más externo hasta el más profundo
recoveco. Fuimos experimentando todas las técnicas, hasta la total compenetración.
Acoplándonos, como en una perfecta simbiosis, con efectos benéficos para los dos.
Aunque ahora me haces dudarlo, quizá estaba confundida y solo los obtenías tú, y
por mi parte sufriese, sin saberlo, del síndrome de Estocolmo.
Ahora ya es tarde. La tragedia se cierne sobre mi cabeza, desde hace escasos días,
cuando escuché tu conversación en el teléfono. Lo descubrí todo el pasado día 22 de
diciembre. Siempre recordaré esa fatídica mañana cuando, exactamente a las diez y
diez, mi suerte estaba echada. A partir de ese momento descubrí que mis horas en
esta casa estaban contadas. Te creías que no te podía oír porque otras voces
resonaban más altas que la tuya. Esa mañana habías cambiado los villancicos, por la
letanía del Sorteo extraordinario de la Navidad. Pero agudicé todos mis sentidos y
tus palabras entrecortadas me llegaron mezcladas con las vocecitas angelicales, que
no pudieron mitigar mi dolor. Pedías que me llevasen, y, añadiste haciendo hincapié,
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que fuese antes que llegara ella…Te oí, y tus palabras se me clavaron como dardos
envenenados. En ese instante, la melodía repetitiva que cantaban los niños de San
Ildefonso, se convirtió en estridente sonido. Cancioncilla desapacible y chirriante, que
se colaba por entre las rendijas, como el aire gélido que auguraba una fría Navidad.
Ahora tengo la certeza que otra ocupará mi lugar.
Y ahora me arrinconas como a un trasto viejo. ¿Ya no te acuerdas de lo imprescindible
que fui para ti? Siempre dispuesta, a cualquier hora, sin recriminarte nunca que
llegases tarde o al romper el alba.
Solícita me encontrabas en el mismo lugar para cumplir con mi obligación, aunque
tu ropa oliese a leña de otro hogar. Después de cada uno de tus viajes, de tus
prolongadas ausencias, te recibía con la puerta abierta de par en par, esperando que
inundaras todos los poros de mi ser de tus diversos olores. En cuclillas abrías tu
maleta, que se ofrecía ante mí como tu más íntimo Diario sin candado. Acercándome
la llave de tus secretos, y yo, clara y transparente, vibraba de emoción mostrándote
mi interior. Al principio, te quedabas embobado mirándome como daba vueltas de
alegría, impregnada con tu aroma, revolcándome entre tus pertenencias más íntimas.
Girar y girar, vuelta aquí, vuelta allá, en un baile de espuma, aclarando algo más que
tus ideas. No era necesario hablar, porque tus arrugadas prendas traían marcas,
como huellas indelebles, que me contaban tus avatares.
Tus camisas con manchas etílicas, no podían ocultarme tus excesos en trasnochadas
bacanales.
Así como el desconsuelo que vino pintado en tu pañuelo de seda, que tanto te gustaba
llevar al cuello, donde venía estampado en él, como un encarnado lacre, un beso de
despedida. Tus pantalones me hablaban del pánico que sentías al subirte a los
aviones. Ahora me resulta cómico al recordarlo, y me río por no llorar. En tu último
viaje, sin ir más lejos, la marca del miedo traspasó tu ropa interior, extendiéndose
hasta la entrepierna de tus pantalones. Éstos, acartonados y mugrientos, cuando
salieron de la maleta, se asemejaban a viejos pergaminos, y sobre ellos pude,
emulando a Santo Domingo, “leer palabras vivas en pieles muertas”.
Ardua tarea me encomendabas: La de limpiar tus heridas, enjuagar tus lágrimas y
hasta borrar la marca de tus miedos, entre otras que recordar no quiero.
***
¿Y dices que es inteligente y dulce a la vez? Y más rápida, añades cabizbajo, mientras
tus cobardes ojos no se atreven a mirarme. Con un tenue hilo de voz, agregas una
cualidad más de ella, pues en tan solo 59 minutos, en menos de una hora, recalcas,
como si yo fuese tan idiota como tú en entender las cosas, que te hará lo mismo que
yo te hacía en dos horas, y con mejores resultados. Ahorrarás tiempo, me dices,
intentando justificar tu decisión. Desde luego, no me puedo equiparar con ella…y
continúas dándome tantas razones, que ya no me importan…porque la Parca con su
guadaña viene a por mí. Se acerca, disfrazada con bata blanca, pero no me engaña,
porque en ella viene impregnado el olor a muerte. Te sigues justificando, pero ya no
te escucho. Apañado estás, si no te pones al día en tecnología... ¡Si conmigo tenías
que doblarte, con ella te veo doblegándote!
Maldigo al azar en forma de décimo premiado, desencadenante de esta tragedia
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incipiente. Y me maldigo por ser tan estúpida de rescatarlo de morir ahogado, cuando
extraviado lo encontraste en el bolsillo de tus pantalones, entre la ropa sucia. Todo
mi sistema se paralizó y pudiste rescatarlo de una muerte segura. Me arrepiento, sí.
Me arrepiento una y mil veces de no haberlo mandado por el abismo de la cañería
abajo. Él ha puesto al alcance de tu mano lo que antes te resultaba inaccesible. Apelo
a tu espíritu navideño, si te queda algo, para que no prolongues más mi agonía. Te
suplico que te agaches por última vez ante mí y cortes rápidamente, antes de que
llegue ella, el cordón umbilical que me une a ti, desconectándome de los cables que
me mantienen con vida. Después no olvides secar ese salado charco que mi tubo de
desagüe ha dejado, que no se note que he llorado…
***
El operario depositó la nueva adquisición con cuidado, y retiró la antigua, con la
naturalidad de quien lo hace varias veces al día. Cargó con la vieja maquina a sus
espaldas y ambos fueron descendiendo poco a poco, de uno en uno, los mismos
peldaños que años atrás ella subiera, jubilosa, en los brazos de su vigoroso dueño.
Mientras éste, alelado intenta descifrar, sin apenas conseguirlo, el panel que Candy
Bianca, la máquina de lavar más inteligente del mercado, lleva tatuado en su joven
y metalizada piel.
Candy Bianca, la más Smart, frente al más lerdo. Un versus entre el nuevo dueño y
el más inteligente y dulce regalo navideño. Cual jeroglífico , comenzó a descifrar con
dificultad todas las funciones de su innovadora compañera: “Al utilizar Zoom el
exclusivo Mix Power Jet+System inyecta detergente directamente en las fibras de las
prendas, y junto al sistema Boost Heating y el acelerador CPU, los mejores lavados
en el menor tiempo quedan garantizados_continuó leyendo con el corazón acelerado_
La inclinación de 11º del Smart Ring te permite interactuar con la lavadora sin tener
que agacharte, manteniendo la espalda recta, la postura erguida. Con su Chekup
avanzado, recibirá notificaciones de cuando debes limpiar el filtro. Sonrió satisfecho,
haciendo una pausa, porque todo eran ventajas. Y prosiguió leyendo: “Talkyng Bianca
es solo una de las muchas funciones que gracias al APP Simply-FY. permite mejorar
tu experiencia de usuario desde tu Smartphone o Tablet.” Paró de leer porque un
sudor frío le subió por el cuello, recordándole que ni siquiera tenía móvil,
precisamente por no saber usarlo.
Era evidente que ya no tendría que agacharse, incluso podría ponerla a trabajar a
distancia, programándola cuando estuviese de viaje, entre otras múltiples funciones,
que ahora, su mermado intelecto no llegaba a comprender, porque para empezar
tendría que comprarse un diccionario de inglés.
¡Ay! —Ya se lamentaba— La dulce Bianca le facilitaría la vida en el futuro, en eso no
cabía ninguna duda, pero ahora, recién llegada comenzaba a complicársela. Ya
añoraba a la anterior, más lenta, más gruesa, incluso menos bella, al menos por
fuera, pero que llegó a entender a la perfección, y ahora, aunque le costaba
reconocerlo, daría su vida por tenerla de vuelta a casa.
***
Tumbada en la furgoneta, camino al Punto Limpio, por el cristal de su orondo ojo, se
desliza una furtiva lágrima, cuando siente pegados junto a su filtro, como reliquias
sagradas, un pañuelo de seda, ya sin carmín y un desparejado calcetín.
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María Luisa Lázzaro. Venezuela. Escritura automática
Del libro Eulinda Mimisma (2020)
"En sí, la escritura automática, consiste en transmitir tal cual surgían las
ideas de la mente, sin reflexionarlas y sin tener un tema preciso. Se
trata de plasmarlas directamente a un texto o poema. Esto, porque las
frases procederían directamente del subconsciente y no tendrían
coherencia lógica entre sí".
André Bretón.
Los relatos sobre Eulinda, lo comencé a comienzos de 2020 y van casi
600 textos en dos años. Y siguen naciendo, la mayoría de las veces
asalta una idea y palabras a las 5 de la madrugada o en la noche. Sé
cómo empieza, pero no tengo idea de cómo lo terminaría, me dejo llevar
por esas primeras frases y me sorprendo yo misma del cierre de cada
texto, es como escritura automática, donde se da un discurso poético
narrativo que rebasa el orden estético, vivencial. Sé cómo comienza,
pero no cómo va a terminar. Es un regalo de la divinidad y no he parado
en dos años de escribir esos textos, siempre diferentes.
María Luisa Lázzaro
CUERPO PERFECTO A LO JLO
—Eulinda, voy a cambiar la alimentación, acabo de entender lo que debo mejorar
para llegar al cuerpo de Jennifer López, JLO, especialmente sus piernas tan perfectas.
—¡Ajá, y ahora que vas a dejar de comer!
—Carnes, pollo y vegetales.
—¿Y qué vas a comer?
—Metales, pero no preciosos.
—Me asustas cuando te da por el loco de adentro.
—Acabo de ver un video de una eminencia de la medicina, y dice que la vitamina
más importante del Complejo B es el "cobalto" que es un mineral, y que el zinc y el
hierro también son vitales para el organismo humano.
—¿Y?
—Pues que debe salir mejor, más expedito, más económico, ir directamente a los
insumos minerales, comer ventanas de hierro, techos de zinc, el cobalto de la tierra
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(no fumigada), el calcio de la cáscara de huevos, etc.
—¿Dónde quieres internarte en tu casa o en una clínica?
—No entenderme... no entenderte. Creo que llegó la hora del divorcio vacacional.
Necesitamos vacaciones por separado.
EULINDA TOCÓ LA PUERTA
—Una tarde de lluvia tormentosa, Eulinda tocó mi puerta, le di posada a cambio
de que me hiciera reír. Se quedó en silencio, se rascó una oreja, la otra la pellizcó. Y
de sopetón me dijo:
—De acuerdo. Usted será mi ventrílocua.
—Confieso que me asusté, pero como me gusta desmenuzar las palabras para
encontrar algún sentido oculto, me puse lápiz a la obra: «Ven trí lo cua». O locúa,
locá, locuela, ven…
También fui a la casa del maestro Google y, confieso que, creo que Eulinda me
quiere enredar en sus derechos de autoría de dummy o vent figure.
DUDA TRASCENDENTAL
—Eulinda, tengo una duda trascendental. Si tú eres yo en otro plano, y yo soy la
que dirijo la batuta mientras tú me secundas, quién de las dos es persona singular y
quién es personaje, personificado entre dendritas y axones, con voz y mirada certera,
y que siempre tiene la última palabra en los dictámenes orales literarios; en otras
palabras, ¿quién es dueña de la oralidad cotidiana y quién es literatura?
—A mí que me registren, yo solamente respondo lo que me pregunta la vida, que
eres tú.
—Te lo pongo más fácil, ¿quién es vida y quién es literatura?
—Vida, lo que es vida, pues... Déjame rascarme la rodilla... Ni rodilla tengo. Mejor
me regreso a la página... Esto está más complicado que tener un noviazgo de lejos,
y que él ni siquiera se entere.
AMIGO IMAGINARIO
—¿Abuela, abuela!, tienes un amigo imaginario?
—Por qué lo preguntas, ¿cómo te diste cuenta?
—Porque todas las madrugadas te escucho discutiendo: “Si no te gusta mi café
colado te vas para otra casa". "Hoy volviste a llegar tarde". "¿Te cansaste de mí?".
"Hoy sí estás lindo conmigo, así me derrites el alma. Me recuerdas al 'Piojito, piojito',
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que le hacíamos en la cabeza al lorito de la infancia".
—¿Por qué te asombras, si de niños nos aceptaban a los amigos imaginarios, por
qué a las abuelas no?
ELLA LE DIJO
—¿Eulinda, escuchaste?
—Sí, ella le dijo: “Regálame cinco años”. Y él desapareció en silencio.
Y se le fueron cayendo los cabellos y los dientes.
—¿A ella o a él?
—A ella, por supuesto.
—Qué tonta.
—Espera que no ha terminado.
—¡Ah! ¿Y a él se le cayó algo?
—Espera.
—Ella retrocedió el tiempo y volvió a decirle: “Regálame cinco años de ti, contigo".
—Y se fue volviendo cada día más esplendorosa, vital, vívida, tierna, dulce. Y él
adherido a ella como un solo cuerpo de puro amor.
—Es decir, ¡que hay que explicarle bien el asunto para que a ella no se le caigan
los dientes esperándolo!
TENEMOS QUE HABLARLO
—Eulinda, sé que tenemos que hablar para acomodar lo que hay que recomponer.
Te entendí que tenía que poner orden en los cuatro cuerpos.
—El cuerpo físico está a punto de colapsar es el que, en la cuarentena, ocupa casi
veinte horas en un ir y venir entre el sucio y el orden.
—Cierto, ya les hice horario a los otros tres que se hacen los desentendidos de que
no hay nada por hacer. Empecé por el cuerpo intelectual, le puse su horario de
lecturas. El cuerpo espiritual tiene asignadas sus horas de meditación, respiración y
yoga.
—El que más me preocupa es ese cuerpo tuyo emocional que anda de ensueño en
ensueño, arreglándose el cabello, las uñas, y en especial, las tantas horas que dedica
a ponerse menjurjes en la cara y hasta en los codos, y que por hacerle guerra a las
arrugas.
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—Sí, ya le prohibí las novelas de Corín Tellado y esas cumbias y guarachas que
pone desde la mañana hasta la noche. Aunque dice, que es su forma de mantener
activas sus caderas y sus pies.
¿ESTÁS DORMIDA?
—Eulinda... ¿ya estás dormida? Necesito decirte algo.
—¿Y no puedes esperar, es tan urgente?
— Es que en la mañana ya nada existe.
—Date con furia, pues.
—Nooo. Es delicado y suave.
—¿Quién? Cuéntame, cuéntame.
—Tu siempre mal pensada.
—Dime, rápido que tengo sueño.
—Quisiera vestirme de ángel y volar contigo por el supra mundo, por qué no me
llevas. Ya sé que mi cuerpo es pesado, nada que bajo de peso, aunque estoy cenando
puro coco seco. Entre mordisco y mordisco me lleno, pero nada que adelgazo para
volar contigo. Aunque he estado pensando que podría volar desde otra forma, no
física.
—Ya te dije que tú eres cuerpo pesado y yo liviano, solo yo puedo ir y venir.
—Es que no es lo mismo, tú eres tú y yo soy yo. Yo quiero ser ángel, pero con
cuerpo físico.
—El problema es que los ángeles no sienten lo que tu sientes. Esos
estremecimientos artísticos terrenales están vedados en nosotros.
—Entonces, me vestiré la piel de ángel, nadie me lo va a impedir.
—¿Y cómo?
—Pacificando la piel.
—A bueno, esa es tu decisión. Después no te quejas, de que nadie te mira, nadie
te nota, nadie te lee; digo, los sentimientos.
SUEÑO ES SUEÑO
—Eulinda, tuve un sueño.
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—¿Sueño o ensueño?
—No, chica, sueño de soñar dormida.
—Ajá, cuéntamelo todo.
—Me vi chiquita, como de cuatro años, catirita como en las fotos que pude salvar
del álbum familiar; con un montón de rizos en la cabeza. Estaba en la escuelita de la
maestra Serafina. Yo era muy tímida hasta que vi a un muchachito de la misma edad
y muy inventor, se la pasaba dándole forma a los cuentos que yo le echaba. Y de
pronto, los dos nos hicimos pipí encima y nos dio por reírnos a carcajada. Cuando la
maestra Serafina se acercó nos dijo que no nos preocupáramos, que ella nos iba a
atender. Y que la próxima vez no nos riéramos tan fuerte.
Y de pronto, éramos dos viejitos leyéndonos cuentos que nos hacían reír
muchísimo. Y Serafina ahí atenta, cuidándonos. Alentándonos a seguir riéndonos.
Será que es un ángel que nos cuida y nos acompaña.
—No te olvides que cuento es cuento, no le eches más coco a eso. Aunque dicen
que el aceite de coco es malo para el Alzheimer porque lo corre.
—De todas formas, por un si acaso, ¿podría ser una manera de dulcificar los años
venideros, no te parece?
REGRESAR O IRSE DEFINITIVAMENTE
—Eulinda, prométeme que no te vas a ir todavía.
—Imposible. Si yo me voy, tú también te vas. Venimos en el mismo paquete.
—Pero, ¿tú te irías primero, o yo?
—Yo después que tú, pero solo mientras recojo lo que no se debe quedar.
—Y, ¿qué tenemos que llevarnos?
—Nada físico. Solo tenemos que cerrar bien algunas puertas, para no dejar
desperdigados asuntos que nos dejen con un pie aquí y otro más allá.
—¿Y si alguien me necesita podría regresar?
—Depende, si está en el orden matemático de las circunstancias y si ese ser en
verdad te necesita y tiene fuerza para atraerte.
—¿Cómo para qué?
—¿Cómo arreglarles una camita, recoger peroles desperdigados, cambiarles el
agua todos los días? Lo que haces con tu perrito.
—¡Ah...!
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DUALIDAD
—Eulinda, ¿qué estás pensando, te siento como si estuvieras escuchando detrás
de la puerta de la casa vecina? Tienes demasiado rato perdida en ese mundo.
—Mijita, es que no deja de sorprenderme el humano ser. Figúrate que los vecinos
del 10-4 tienen un problema inimaginable. Resulta que se detestan físicamente, no
se soportan, pero se van para el astral y son amantes, se aman, se entiende a
perfección y les cuesta regresar. Lo hacen por razones humanas, órdenes del acuerdo
planetario.
—Debe haber algo físico que les molesta, Eulinda. ¿Podrás echarles una mano a
ver si se reconcilian? Porque, de no ser así, se van a ir muriendo de mengua.
—Por eso mismo he estado observando, y creo que es que por la falta de agua y
otros insumos cotidianos.
—¿Puedes hacer algo al respecto? Será que, disimuladamente, les regalamos
jabón, champú, crema de dientes. Lo demás, vendrá por añadidura, bastaría un día
con la rosadita de encajes rojos, otro día azul tierno, verde menta y los domingos,
doradas con negro en los bordes.
—Pero, tienes que hacerlo de manera delicada como si le echaras un cuento... «Me
sobró todo esto, les aseguro que no es de la caja de abastecimiento, es del
supermercado de Islandia”.
—Hasta yo me asusto, no entiendo esa dualidad de la perfección humana, tan
sabios, tan analíticos y creadores y, si descuidamos nuestro cuerpo físico se
resquebraja, como cualquier racimo de bananos, con la madurez, o simplemente el
mismo hacer nos hace perder la pristinidad de nuestro ser, oloroso a amor humano
y divino.
—Será ese el castigo por habernos comido la manzana, que hay que bañarse
después de saborearla y antes.
EBRIAS LAS MANOS
—Eulinda, ¿Las manos pueden andar por ahí, de farra, solas?
—¡En la cabeza cualquier cosa puede suceder!
—Es que anoche mis manos se fueron solas, y que a pasear. Como si se mandaran
por voluntad propia. Me juraron que se portarían bien, con todas las normas de la
cuarentena.
—Lo que me preocupa es que llegaron ebrias, como si hubieran bebido whisky 18
años.
—Lo importante es que regresaron temprano, en la madrugada, sanas y salvas, y
cantando «Si tú me dices ven, lo dejó todo, si tú me dices ven seré todo para ti...»
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LAS AMISTADES
—Confieso no ser muy amiguera de visitas ni de muchas palabras, Eulinda.
—Me consta.
—Las amistades siempre me han reclamado mi no participar, no alborozos. Como
si la casa y los silencios fueran una dulce prisión. Ir a eventos, compartir el afuera
no fue una tarea a cumplir, aún las tantas invitaciones.
—Pero, me da la impresión de que algo va trasmutar... algo que aun indagamos...
que tiene que ver con otra forma de amar menos silenciosa, más expresiva...
—Cierto, en especial con las amistades con las que “compartimos” ese extraño
cautiverio, tan prolongado.
—Las amistades son, en el fondo, las vitaminas que nos faltan para completarnos;
el calcio, el hierro, el fósforo... los abrazos, las palabras que son palmadas en la
espalda.
—El amor, el afecto, el compañerismo, nos ha hecho recordar tantos momentos
hermosos y profundos, vividos, compartidos aun sin presencia física.
ESPANTAR LA SOLEDAD
—Eulinda, te vas a quedar patitiesa con lo que acabo de ver y escuchar.
—Qué broma contigo, deja de estar curioseando a los vecinos.
—Es que cada ser humano es tan particular que da para una novela diaria.
—¿Qué pasó ahora?
—En el apartamento 7-4 la pareja que se mudó hace cuatro meses, ya se están
separando. Desde que llegaron trajeron cada uno su soledad, y al juntarse se volvió
al cuadrado.
—¡Pobres!, se veían como tristicos desde que llegaron, casi no sonreían.
—Es que antes de juntarse debieron espantar la soledad de cada uno, y así
empezar una nueva vida.
VIÓ ALGO
—Eulinda, él vio algo, se le acercó y la miró.
—Sí, ella tenía los ojos abiertos, pero sin mirada.
—Él sopló una palabra tierna, solidaria.
—Ella empezó a ver el mundo de otra forma, con sus colores.
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—Su corazón volvió a latir como en los tiempos del paraíso, donde se sueña con
los ojos del alma.
¿Y TODAVÍA DUDAS?
—Eulinda, mira lo que estoy sintiendo: “Desde la montaña, más alta, Dios ve por
ustedes”.
—¿Y cómo no estabas segura, se lo hiciste saber a la voz?
—Sí. Entonces, una ráfaga, de manos humanas se posaron como pájaros de colores
en mi cabeza.
—¡Qué hermoso!
—Y todos los días siento un canto que peina con sutileza cada una de las hebras
de mi cabello, desde el amanecer hasta las noches más oscuras.
—¿Y todavía dudas?
Ilustración: JMalo
María Luisa Lázzaro. [Mérida. Venezuela, 1950]. Es vicepresidenta de la Asociación de Escritores de
Mérida. Nació en Caracas. Licenciada en Bioanálisis, Licenciada en Letras y Magister. Es catedrática de
la Escuela de Letras de la Universidad de Los Andes (ULA). Premio Poesía Alfonsina Storni (Buenos
Aires, Argentina, 1978), entre muchos otros. Ha impartido conferencias en diversas universidades,
como la Universidad Complutense en Madrid (España), Universidad de Northridge (California) y otras.
Ha publicado 26 libros, de ellos cinco poemarios y dos novelas: “Habitantes de tiempo subterráneo”
(Pomaire, 1990) y “Tantos Juanes o la venganza de la Sota” (Planeta, 1993). Tres libros de Crítica
literaria: “Viaje inverso: sacralización de la sal” (1985), “La inquietud de la memoria en el caos
familiar” (1995) y “Dos lecturas y una novela, “Mis parientes, de Hernando Track” (2017). Dos libros
de relatos cortos y una decena de libros para niños y jóvenes.
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Talitha cumi. Levántate y anda
La autora, la escritora venezolana María Luisa Lázzaro, trata un tema que le
concierne de manera directa, y como si fuera un personaje de ficción aborda con
maestría el duelo, la superación del dolor ante la pérdida de un hijo; y lo hace
desde lo cotidiano, como si fuera la norma el perder al hijo y seguir la vida con
sus quehaceres, sus clases en la universidad, sus tareas domésticas, su tiempo
en soledad. Narrativa auto referencial, ficción y realidad en el mismo saco de la
vida, del dolor y de la muerte.
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Gustavo M. Galliano. Argentina. Relato
El marchar de las palabras.
Estoy un poco preocupado, hijo. Me pregunto qué me estará pasando. Llevo una
temporada difícil y me preguntaba si te has dado cuenta de ello.
Ha comenzado hace algunos años. Cierta dificultad en encontrar ciertas palabras,
ciertos objetos ciertos… Al inicio no le dediqué demasiada atención, pero
precisamente se trata de mi atención dispersa, y no recuerdo entonces si fue así, o
esa dispersión devino en falta de dedicación a la mencionada atención.
Inicialmente fueron pequeños detalles, como ir extraviando cabellos, o perder ciertas
cosas, principalmente gran parte de la visión perfecta que poseía. O que mi prolija
barba azabache se convierta en un revoltijo gris, que tan mal luce.
Ir cambiando la vestimenta, y en lugar de vestir como el joven que soy, pues me
queda la ropa de más talle, usar el horrible atuendo de gastados colores que visten
los mayores.
Pero no es lo más grave. No. Hay otros síntomas que me asustan aún más, hijo.
Te menciono los más aterradores. He comenzado a olvidar palabras, entiendes,
¡palabras! La mayor bendición que he tenido en la vida… palabras.
Las primeras que olvidé pronunciar fueron: abuelos. En ambos géneros. No recuerdo
la fecha ni la temporada, solo que repentinamente esas palabras y sus sinónimos se
fueron alejando de mi boca. Y aunque mi mente recuerda y reconoce hasta las
lágrimas, en imágenes, ya no pude volver a pronunciarlas.
Le siguieron otras, pero fue tremendo cuando ya no volví a mencionar “Papá”. Era
apenas un jovencito y aunque en cada sueño él me visitaba, ya no pude decirlo, no
entiendo, no pude. El sufrimiento me turbó tanto que hasta olvidé por unos años el
llanto. Pero éste, como perro fiel, siempre regresa.
Le siguieron otras como “mejores amigos”, “reuniones sociales”, “risas distendidas”,
“abrazos afectuosos”, pero son frases más complejas que fui omitiendo quizás para
que no se evidenciara el avance de mi estado.
Al transcurrir de unos años, que se me dificulta mensurar, fui perdiendo otras
palabras muy importantes… “Esposa”, por ejemplo. ¿Cómo hacer para ya no poder
mencionar esta palabra cuando el corazón sangra de continuo? … se extraña, que
resulta extraña, la palabra.
Tal situación me ha generado graves consecuencias. El médico me ha indicado que
quizás me afecten los síntomas de algún cuadro severo de ansiedad, de alguna fobia.
Él intenta medicarme, pero me resisto a depender de unas píldoras, que
probablemente pronto olvidaría tomar.
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De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias 14

  • 3. Página 3 de 170 ISSN 2660-7239 (España) #14 enero 2022 De Sur a Sur Revista Poesía y Artes Literarias Tabla de contenido Equipo Editorial ...................................................................................................................5 Saludo de Ismael Lorenzo ..................................................................................................6 Editorial. Alonso de Molina.................................................................................................7 Artículos literarios ◆ Cuento..............................................................................................9 Narrativa ◆ Microrrelato......................................................................................................9 Julio González Alonso. España. La muerte de la ilusión 10 Libertad González. España. Microrrelatos 15 Gloria Langle. España. Microrrelatos 18 Antonio Duque. España-Japón. Relato 22 María José Mielgo Busturia. España. Como la vida misma 27 José María de Benito. España. Espacio y tiempo 29 Rocío Ruiz. Portugal. Maldito décimo de lotería 33 María Luisa Lázzaro. Venezuela. Escritura automática 37 Gustavo M. Galliano. Argentina. Relato 45 Higorca Gómez Carrasco. España. Reflexionando 47 Alejandro Blanco Ocampo, Colombia. Viernes Santo 49 Mayra Encarnación. Puerto Rico. Tres Microrrelatos 51 La Voz de los Poetas ...........................................................................................................52 Afganistán. La Historia se repite. Poemas de Pie Quebrado 53 Juan Pomponio. Argentina. Poesía en bicicleta 56 Yankilé Hidalgo. Cuba. Tres Poemas 61 Juan Andrés Gutiérrez. Colombia. Cuatro Poemas 64 Tania Anaid Ramos González Puerto Rico. Poesía 66 Ivan de Monbrison. Rusia. Dos Poemas 68 Ahmed Rifaai. Egipto. Cinco Poemas 69 Damián Jerónimo Andreñuk. Argentina. Cuatro Poemas 71 Elisa Marika Romano. Italia. Tres Poemas 73 Norma Mabel Domancich. Argentina. Ocho Poemas 76 Reseñas. Entrevistas. Libros. Ensayos.............................................................................81 Enrique Arias Beaskoetxea. España. Haiku 82 Juan Pomponio. Argentina. Nuevo Libro 2098. 86 Alonso de Molina. España. ¿Poesía o Prosa Poética? 87 Diana Guemarez-Cruz. Puerto Rico. Reseña 91 María Ángeles Lonardi. Argentina. Entrevista 93 Francisco Aguiar. Venezuela. Nuestros Artistas 110 Dora Isabel Berdugo. Colombia. Reseña 112 ACTIVIDADES Y EVENTOS.................................................................................................115 Instrumentos de Paz Antología Poética 116 Senderismo para homenajear a Federico García Lorca 118 Libertad González. España. Senderismo de Luna Llena 121 Sol Barrera Santiago. México. Día de Muertos " 128 Premio Reinaldo Arenas de Poesía 2021 131 Libros Calentitos Recién Presentados 132 Convocatoria XVIII Encuentro Internacional Tinogasta 136 III Encuentro Poético Musical del Litoral Mediterráneo 138 Homenaje a Frida Kahlo 139 Versos que abrazan para combatir la violencia de género 140 Mujeres Ante Todo. Recital Poético 141 Poesía Necesaria. Poesía para Todos en Todo Lugar 142 Contra el Maltrato: Tolerancia Cero 143 María J. Abad i bueno. III Congrès D’educació per la Pau 145 Poetas de Hoy – Escritores Norte Sur...............................................................................147 De Sur a Sur Revista de Poesía y Artes Literarias...........................................................157 De Sur a Sur. Colaboraciones ............................................................................................169
  • 4. Página 4 de 170 ISSN 2660-7239 (España) RSC 2105017696371 Sumario / Staff De Sur a Sur Revista Poesía y Artes Literarias I–Sumario Ejecutivo Frecuencia: Trimestral Destinatario: Amantes de la poesía, narrativa, microrrelato, temas poético literarios en general. Carácter: Especializada, informativa, modo de vida, ocio. Abierto: A poetas y escritores de habla hispana. Estilo: Auto–gestión creativa. Tipo: Digital Fecha de primera edición: mayo 2017 Presente edición: #14 enero 2022 Edición Electrónica PDF no venal de difusión gratuita. E-pub / Kindle coste mínimo plataforma II–Memoria de redacción 1–Posición de la revista en el mercado: Pretendemos mediante esta publicación contribuir al esparcimiento y acervo cultural de los lectores y de quienes participan de esta iniciativa. 2–Principios editoriales: Rige el principio del respeto al Derecho de Autor. Cada autor, al entregarnos su obra para publicar, ratifica que su obra le pertenece, que no atenta ni afecta Derechos de Terceros y, que siendo de su entera propiedad, nos autoriza a publicarla y difundirla. La defensa del idioma español figura como un principio elemental de Revista De Sur a Sur; no se publicarán trabajos con errores ortográficos ni de sintaxis ni otros que pudieran atentar contra el idioma español o la claridad de los textos. Los trabajos entregados serán revisados por el editor responsable a cargo. De encontrarse errores, el autor recibirá una notificación. Solo serán publicados los textos que respondan a este principio. Revista De Sur a Sur es una publicación digital que respeta a las personas, cualquiera que sea su color, raza, clase social, religión, educación, por lo que no se publicarán textos considerados ofensivos o discriminatorios. Revista De Sur a Sur se reserva el derecho, a su entera discreción, de rechazar cualquier publicación que no cumpla con nuestros principios editoriales aquí expuesto. El equipo de selección, revisión, edición, maquetación, colaboradores no se hace responsable de las opiniones de los autores, ni siquiera las comparte. La propiedad intelectual corresponde a cada autor. Revista de Sur a Sur actúa como mero transmisor. Los 21 Países Hispanohablantes América del Norte: México. América Central: Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá. El Caribe: Cuba, Puerto Rico, República Dominicana. América del Sur: Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela. Europa: España. África: Guinea Ecuatorial. Más de 500 millones de personas cuya lengua materna es el español, es el segundo idioma más hablado del mundo después del chino. El castellano es, además, el tercer idioma más estudiado del mundo, después del inglés y el francés.
  • 5. Página 5 de 170 Equipo Editorial Portada: Redacción y archivo Fotografía y dibujos Redacción y colaboradores Imagen de portada: Higorca Gómez Carrasco Ilustraciones y adaptación de imagen de portada presente número: Libertad González. (España). Edita De Sur a Sur Ediciones. Poetas de hoy & Creatividad Internacional Maquetación De Sur a Sur Ediciones. España Pinar Publisher. EEUU Imágenes de interior: Pxbay y otros autores Selección de textos: Alonso de Molina. España Ana Gracia Jaureguiberry. Argentina Cecilia Guillén Pérez. España Dora Isabel Berdugo Iriarte. Colombia Ismael Lorenzo. CEO Creatividad Internacional. Miami Lazara Ávila. Pinar Publisher. Georgia EEUU Libertad González. España Sol Barrera Santiago. México Oscar Martínez Molina. México Lissette Ambrosio Rivas. Casa Azul Ediciones. EEUU. Francia. El Salvador María Ángeles Lonardi. Argentina. España Antonio Duque Lara. España. Japón Coordinación Alonso de Molina Ismael Lorenzo Lazara Ávila Revisión de textos Lazara Ávila Fernández Alonso de Molina Antonio Duque Año VI #14 ENERO 2022 Revista digital también en Google Play Registro Safe Creative 2105017696371 Código ético. El equipo de selección, revisión, edición, maquetación, colaboradores… no se hace responsable de las opiniones de los autores, ni siquiera las comparte. La propiedad intelectual corresponde a cada autor. De Sur a Sur Ediciones actúa como mero transmisor. En ningún caso aceptaremos textos o imágenes que puedan difamar, herir, denigrar, injuriar… a terceras personas ni en ningún caso rechazaremos colaboraciones por motivos de ideología política, credo religioso, raza o posición social. Bases para colaboraciones: Estaremos encantados de recibir tus propuestas, por favor no dejes de ajustarte a las siguientes bases para facilitar el trabajo de los editores. Clic para leer bases al final de esta revista. Clic para leer bases en web. Contacto: revistadepoesiadesurasur@gmail.com
  • 6. Página 6 de 170 Saludo de Ismael Lorenzo En esta nueva edición de la Revista De Sur a Sur, ya en su versión #14, nos encontramos como siempre una formidable y deleitable recopilación de Poesía y relatos preparada por el dedicado poeta español Alonso de Molina. Quisiera también señalar en esta ocasión la importancia de las diversas ferias del libro que, desde finales de noviembre, se abren en esta época y su necesidad cuando muchas librerías desde el Este de EEUU hasta toda la América Latina han ido cerrando. La Feria del Libro de Miami, creada en 1984, este año ha tenido lugar del 14 al 21 de noviembre, en el Downtown de Miami en los espacios del Miami Dade College. También hay que citar, la más reciente pero creciendo en importancia, a la 4ta Feria Literaria de San Pedro de Macorís, en República Dominicana, que este año se ha desarrollado desde el 24 al 28 de noviembre y que ha venido adquiriendo popularidad desde su creación hace cuatro años atrás, organizada por su directora Aurelia Castillo, a la que agradezco un espacio en su día de cierre, donde trato precisamente sobre la desaparición de las librerías en nuestro mundo hispano y la necesidad de estas Ferias. Y no podemos dejar de recordar a la gigantesca Feria Internacional del Libro de Guadalajara, en Jalisco, México, la más grande del mundo hispano y que este 2021 abre sus puertas desde el sábado noviembre 27 hasta el domingo 5 de diciembre. También quiero agradecer a todos los que nos ayudaron en la organización del Premio literario ‘Reinaldo Arenas’, de Creatividad Internacional, 2021, ya en su 7ma versión, concedido al poeta peruano Carlos Fidel Borjas. Les deseo a todos que disfruten la lectura de esta nueva maravillosa edición de la Revista De Sur a Sur, donde autores de reconocido prestigio, exponen artículos literarios, poesía, narrativa, ensayo; y por otro lado se toma pulso a la actualidad de los eventos, encuentros, recitales, ferias, congresos… este es el camino, sigamos. Les saluda Ismael Lorenzo CEO Creatividad Internacional
  • 7. Página 7 de 170 Editorial. Alonso de Molina Todo lo que no se puede decir, se dice con poesía Metaverso y Poesía. El fundador de Facebook, Mark Zuckerberg, nos presenta lo que él mismo pronostica como el futuro de Internet: METAVERSO. Se trata de una red de entornos virtuales siempre activos en los que muchas personas pueden interactuar entre sí y con objetos digitales mientras operan representaciones virtuales, o avatares, de sí mismos. Metaverso es un acrónimo de “meta”, que significa trascendente, y “verso”, relativo al universo. El término fue acuñado por el novelista de ciencia ficción Neal Stephenson en su novela Snow Crash (1992) donde narra la historia de Hiroaki Hiro, un repartidor de pizza en el mundo real, pero príncipe samurái en el metaverso, espacio virtual donde socializa, compra y vence a los enemigos del mundo real a través de su avatar. Y miren que oportuno, Hiro, en su avatar metaversiano, se enfrenta a algo mucho más terrible que entregar con retraso una pizza; se enfrenta al enigmático entresijo de un virus que amenaza con provocar el infocalipsis, o sea, el caos, la confusión, el enigma, la viralización de falsas noticias. Todavía es solo un proyecto, pero un proyecto que, a golpe de algoritmo, avanza a pasos agigantados y son muchísimas las empresas de tecnología que tienen como objetivo inmediato convertir a metaverso el escenario de actividades online como el trabajo, el juego, los estudios y, cómo no, las compras. Mark Zuckerberg está tan seducido del concepto que afirma que Facebook ya está listo para dar el salto y preponderar el metaverso; nos podremos transportar de una experiencia a otra, salir del trabajo y tomar unas cervezas con los amigos, ir de tiendas y probarnos ropa, ver cómo nos queda un tinte de pelo o un peinado, asistir a un concierto o a un recital de poesía e interactuar con los demás espectadores como si estuviéramos juntos y ya puestos viajar al pasado interactuar con nuestros tatarabuelos o codearnos con personajes históricos. El término nos pilla de sorpresa porque últimamente se menciona mucho, pero el metaverso ya está aquí desde hace años; los usuarios, tal como ocurre en los foros de Internet y en las redes sociales, no van a tener un único avatar, van a vivir diferentes metaversos, diferentes meta-personalidades cada una con sus particulares meta-perfiles y meta-apariencias. Hace más de veinte años, desde que en internet empezaron a promulgarse los foros y las redes sociales, la mayoría de navegantes usaban ya distintos avatares. Y este nos es un proyecto de tantos que mueren antes de nacer, es una realidad que ha venido para quedarse. Y no, metaverso no tiene nada que ver con la poesía, aunque la poesía lo tiene todo
  • 8. Página 8 de 170 para ser metaverso, pues es capaz de trascender al propio lenguaje, todo lo que no se puede decir, se dice con poesía. Y no, no podemos evitarlo, somos parte de nuestro tiempo, un tiempo que corre muy deprisa y donde se desarrollan proyectos y acontecimientos a velocidad del rayo, que supera en mucho a la velocidad de la luz, no dándonos tiempo a adaptarnos a los fulgurantes cambios a que somos sometidos; vivimos tiempos críticos, inestables, vertiginosos: metavolcanes que no se apagan, metavirus polimórficos en constate cambio, metapandemia con tercos negacionistas… tiempos difíciles a uno y a otro lado del planeta, con problemas añadidos a los de siempre: desempleo, precariedad, escasez de recursos… para toda la globalidad humana, y nuestra experiencia debe permanecer mostrando con ojo crítico, complacido o indulgente, nuestra complejidad o abierto antagonismo. Como autores tenemos la obligación de explorar nuestros límites creativos y publicar para exteriorizar el momento que nos ha tocado vivir y ser leídos. Ser trascendental, ir más allá, ser meta, es tan primordial como tener unos objetivos en la vida y saber contrarrestar, para equilibrar, los distintos avatares que la existencia o nosotros mismos nos imponemos. Sin metas, sin esperanzas, no somos nada en la vida, ni a nivel individual ni a nivel colectivo. Pero quién sabe si esto del metaverso nos hará zombis: personas supuestamente muertas y, según la RAE, reanimadas por arte de brujería con el fin de dominar su voluntad. Libérate. Llega más allá. Lee poesía. Alonso de Molina CEO De Sur a Sur Ediciones POESÍA NECESARIA. PAZ Y FELICIDAD. SIGAMOS ADELANTE. (Imagen de Gordon Johnson)
  • 9. Página 9 de 170 Artículos literarios ◆ Cuento Narrativa ◆ Microrrelato De Sur a Sur Ediciones Tú Puedes Publicar Tu Libro en Nuestra Colección Poetas de Hoy
  • 10. Página 10 de 170 Julio González Alonso. España. La muerte de la ilusión La muerte de la ilusión El desilusionado caballero don Quijote de la Mancha Miguel de Cervantes se refiere a don Quijote como “el ingenioso hidalgo”, en la primera parte de la novela, y como “ingenioso caballero” en la segunda. La discusión del término “ingenioso” como persona ocurrente se desliza hacia el espacio de la locura en la distorsionada interpretación de la realidad y la acción consecuente ante esta realidad interpretada. Para acabar el ropaje psicológico del personaje es más que probable que Cervantes leyera y conociera la obra del médico Huarte de San Juan (1529/1568) y sus observaciones sobre la melancolía. También el aspecto físico de don Quijote y Sancho parece responder a su teoría de los cuatro tipos de humores de las personas. Según este célebre médico, que fue una autoridad en toda Europa y se le considera el patrón de la Psicología en España, la alimentación desempeña un papel fundamental en la salud en general y en la del cerebro en particular, de modo que cuando es deficiente o desequilibrada y a su vez el cerebro se ve expuesto a un gran trabajo y actividad muy exigente, éste se debilita. Cervantes nos presenta un hidalgo enjuto de complexión recia, seco de carnes, enjuto de rostro, entregado frenéticamente a la lectura y olvidando el cuidado de la alimentación de por sí deficiente y escasa: En resolución, él se enfrascó tanto en su lectura, que se le pasaban las noches leyendo de claro en claro, y los días de turbio en turbio, y así, del poco dormir y del mucho leer, se le secó el cerebro, de manera que vino a perder el juicio. Si el hidalgo Alonso Quijano, el Bueno, enfermó de un exceso de trabajo intelectual y un defecto de su alimentación, también es verdad que siguiendo lo que dicta el sentido común y recomienda Huarte de San Juan, ama y sobrina intentaron recuperarlo en cada una de sus vueltas a casa a base de buenas comidas seguidas de riguroso descanso y privándole de lecturas, para lo cual llevaron a cabo junto al cura y el barbero una gran quema de libros –en su mayoría de caballerías- en un acto inquisitorial donde fueron juzgados y condenados al fuego. No se hace necesario subrayar el alcance del significado de esa quema de libros; considerarlos culpables del mal de don Quijote sería querer ignorar lo que significa el uso responsable y equilibrado de las cosas. No se nos escapan otros aspectos de este hecho de la condena de los libros en el contexto de una España armándose cada vez más y encastillándose en un catolicismo excluyente sin reparar en medios y expulsando a judíos y musulmanes por, entre otras, razones de fe. Pero el caso es que, si Cervantes calificó a su personaje de “ingenioso”, hidalgo o caballero, bien podríamos también tomarnos la licencia de adjudicarle el calificativo de “ilusionado” y entender, como a mí me lo parece, que la muerte de la ilusión fue lo que significó realmente la muerte de don Quijote.
  • 11. Página 11 de 170 Una ilusión es algo que surge de la imaginación y que carece de verdadera realidad. Los sentidos nos engañan a menudo y tenemos una percepción distorsionada, lo que nos hace interpretar erróneamente lo observado, oído o sentido. Este error perceptivo puede ser inducido externamente o bien puede deberse a un particular estado emocional muy intenso. Cuesta muy poco ver cómo los discursos agudos, las ensoñaciones, el idealismo y la ilusión de don Quijote que provienen de las intensas lecturas le ciegan e incapacitan para ver el mundo exterior en su realidad y sólo ve ya y siente su mundo interior, convirtiéndose, en palabras de Pérez Galdós sobre uno de los protagonistas de la novela Marianela, en “un valiente pájaro con las alas rotas”. El mismo autor y en la misma novela, además de acordarse del Quijote comparando la sima de la Trascava con la cueva de Montesinos, va –sin quererlo- más allá en la representación de sus personajes. La oscuridad de la cueva es la oscuridad del ciego, el joven Pablo, en la que adivina y ve la belleza encantada de Dulcinea, representación de la poco agraciada Marianela. Ilustración: Don Quijote enfermo. WikimediaImages Si Pablo, el personaje de Galdós, nació ciego, don Quijote quedó cegado por las lecturas y de esas lecturas brotó el idealismo que iluminó su interior de ilusiones. Ambos personajes viven en su mundo interior y todo es según lo imaginan y desean, y así son reales tanto la belleza de Marianela como la de Dulcinea, alter ego de la poco agraciada campesina Aldonza Lorenzo. Cuando don Quijote se siente morir, hace testamento y, reunidos en su torno familiares y amigos, intentan que no se rinda ante la muerte. ¿Y cómo lo hacen? Pues, sencillamente, abriéndole de nuevo las puertas de la ilusión y estimulando su imaginación, los cimientos de su mundo interior. Así el Bachiller le dará nuevas sobre el desencantamiento de Dulcinea mientras que el bueno de Sancho, al que la alegría de tener parte en la herencia no mataba la pena de ver acabarse la fuente de la ilusión, le rogará con los
  • 12. Página 12 de 170 ojos arrasados en lágrimas que no se deje morir y que vuelvan a los caminos y las aventuras o, en traje de pastores, a los montes: No se muera vuestra merced, señor mío, sino tome mi consejo y viva muchos años, porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir sin más ni más, sin que nadie le mate ni otras manos le acaben que las de la melancolía. Mire no sea perezoso, sino levántese desa cama, y vámonos al campo vestidos de pastores, como tenemos concertado: quizá tras de alguna mata hallaremos a la señora doña Dulcinea desencantada, que no haya más que ver. Si es que se muere de pesar de verse vencido, écheme a mí la culpa, diciendo que por haber yo cinchado mal a Rocinante le derribaron; cuanto más que vuestra merced habrá visto en sus libros de caballerías ser cosa ordinaria derribarse unos caballeros a otros y el que es vencido hoy ser vencedor mañana. Porque la ilusión, entre sus características tiene la de ser contagiosa y, además de vincularse a la esperanza, es fuente de entusiasmo y sentimiento de fuerza que motiva y empuja a la acción. El mundo de la ilusión se relaciona estrechamente con los sueños y la imaginación de alcanzar situaciones felices, así como conseguir la conquista de objetivos. Como compañera de viaje ayuda a fijar metas y pasar a la acción para alcanzarlas, tal y como puntualmente hizo don Quijote cuando quiso hacer realidad sus sueños. Pero el paso de los años trabaja en contra y parece agotar el depósito de las ilusiones a través de las experiencias repetidas; entonces es cuando el renovar las ilusiones es apostar por seguir vivos. Ilustración: Don_Quijote, Luis Tasso (1894). WikimediaImages Notemos que don Quijote en su ser de Alonso Quijano, el Bueno, frisaba los cincuenta años –edad avanzada y madura para la época- y vivía de las cortas rentas de su hidalguía en compañía de su sobrina y el ama, entregado a la rutinaria tarea de asentar las mermadas cuentas de su hacienda.
  • 13. Página 13 de 170 El aburrimiento lo tenía encerrado y solo en su casona, con el extenso paisaje manchego por horizonte y las visitas ocasionales de algunos de sus vecinos más relevantes, como el cura, el barbero o el bachiller Sansón Carrasco. Fueron las lecturas de los libros de caballerías las que despertaron su mundo interior y su idealismo empujando a su cerebro a las cavilaciones, las ensoñaciones, las ideas y los discursos agudos y llenos de elocuencia y sensatez sobre el mundo y las cosas del mundo; fueron –en fin- el motor que dio fuerza y vigor a un cuerpo entregado ya a los años de vejez para acometer las aventuras de los sueños. La coctelera de la ilusión agitó y combinó la fantasía, la esperanza, los espejismos, los anhelos, los deseos, la imaginación. Y la vía para vivir esa ilusión no podía ser otra que la de proyectar todo su mundo interior y la realidad de ese mundo, en la realidad del mundo exterior. Hemos dejado dicho que la ilusión es contagiosa; es, también, uno de los motores del aprendizaje que se alcanza junto a la curiosidad que despierta por las cosas. Aprender significa antes comprender, poder explicar, y exige reconstruir conceptualmente nuestra particular visión del mundo, ajustar su arquitectura, remover los cimientos con nuevos, más firmes, sólidos y prácticos fundamentos. Y en esta tesitura debemos entender a Sancho Panza, de rústico y natural entendimiento, contagiado de ilusión por su amo don Quijote. Porque al final daba igual ser caballero, escudero, gobernador de ínsulas o pastor. Lo importante era vivir, y para vivir era imprescindible la ilusión. No matan a don Quijote sus enemigos por poderosos que fueran, ya gigantes ya encantadores, ni acaban con su vida sus derrotas. De cada una de ellas supo levantarse y, con renovada ilusión, volver a los campos de la tierra manchega para dar cumplimiento a las exigencias de sus sueños, los cuales se proyectaban sobre un mundo exterior necesitado de justicia, sobrado de miseria, preñado de prejuicios, guerras y fanatismos religiosos; una sociedad que amparaba el doble rasero de la moralidad y en la cual la mujer carecía de carta de naturaleza y libertad, propiedad del hombre, cosificada. Así se convierte la figura del caballero andante, el ilusionado hidalgo don Quijote de la Mancha, en el reparador de entuertos de una sociedad de costumbres hipócritas carente de escrúpulos, pero guardando las apariencias, porque “al rey la hacienda y la vida se ha de dar, pero el honor es patrimonio del alma, y el alma sólo es de Dios” (El alcalde de Zalamea. - Pedro Calderón de la Barca). Nobleza y honor sostenido por la espada y que hacían indigno el trabajo manual, pureza de sangre que amenazaba a los conversos, la exhibición de la caridad y la picaresca, esa economía sumergida de supervivencia, que eran la médula de una sociedad de relaciones humanas corrompidas. No fueron buenos tiempos los que alumbraron el prodigioso Siglo de Oro. Todo cuanto le cupo ver, sufrir y soportar al más grande de la literatura universal, Miguel de Cerbantes Saavedra (según quiso ser nombrado para la posteridad), supo ponerlo a hombros de su personaje y lo hizo posible dotándole de la magia de la ilusión. Cuando su ilusionado hidalgo (o caballero) se levanta de las arenas de las playas de Barcino derrotado por la mezcla de rencor y buena intención del bachiller Sansón Carrasco en el traje y figura del Caballero de la Blanca Luna, se desvanece Dulcinea del Toboso y con ella todo cuanto le animaba a seguir batallando en la tarea de restaurar la justicia y el verdadero sentido de humanidad. Y al caballero desilusionado no le queda otro camino que el de su
  • 14. Página 14 de 170 casa, la de Alonso Quijano, el Bueno, y de su muerte tras dejar dictado el testamento, por lo que replicará a Sancho y los presentes: —Señores —dijo don Quijote—, vámonos poco a poco, pues ya en los nidos de antaño no hay pájaros hogaño. Yo fui loco y ya soy cuerdo; fui don Quijote de la Mancha y soy agora, como he dicho, Alonso Quijano el Bueno. Pueda con vuestras mercedes mi arrepentimiento y mi verdad volverme a la estimación que de mí se tenía, y prosiga adelante el señor escribano. Así lo entendió su creador, Miguel de Cerbantes Saavedra, y lo quiso: Este fin tuvo el ingenioso hidalgo de la Mancha, cuyo lugar no quiso poner Cide Hamete puntualmente, por dejar que todas las villas y lugares de la Mancha contendiesen entre sí por ahijársele y tenérsele por suyo, como contendieron las siete ciudades de Grecia por Homero. Y previniendo terceras apócrifas y espurias partes, escribe: Y el prudentísimo Cide Hamete dijo a su pluma: «Aquí quedarás colgada desta espetera y deste hilo de alambre, ni sé si bien cortada o mal tajada péñola mía4, adonde vivirás luengos siglos, si presuntuosos y malandrines historiadores no te descuelgan para profanarte. [ ] Para mí sola nació don Quijote, y yo para él: él supo obrar y yo escribir, solos los dos somos para en uno, a despecho y pesar del escritor fingido y tordesillesco que se atrevió o se ha de atrever a escribir con pluma de avestruz grosera y mal deliñada las hazañas de mi valeroso caballero, porque no es carga de sus hombros, ni asunto de su resfriado ingenio; a quien advertirás, si acaso llegas a conocerle, que deje reposar en la sepultura los cansados y ya podridos huesos de don Quijote, y no le quiera llevar, contra todos los fueros de la muerte, a Castilla la Vieja, haciéndole salir de la fuesa donde real y verdaderamente yace tendido de largo a largo, imposibilitado de hacer tercera jornada y salida nueva Como a buen entender pocas palabras bastan, dejemos aquí en suspenso la muerte de una ilusión que conmovió al mundo y la universal literatura. Vale. Julio González Alonso España Poeta de reconocido prestigio y larga trayectoria. Forma parte del equipo de organización Noches Poéticas de Bilbao. En De Sur a Sur, se publican sus artículos sobre El quijote, obra de la que es un reconocido experto, ofreciendo una visón amplia y profunda sobre la obra de Cervantes.
  • 15. Página 15 de 170 Libertad González. España. Microrrelatos El Sr. y al Sra. M El Sr. y al Sra. M llevaban 40 años casados. Trabajaban en la misma empresa familiar, mismo horario laboral, mismo tiempo libre, mismo domicilio, 24 horas juntos. Todas las decisiones laborales y domesticas se tomaban según criterio del Sr M. Cuando ella le pidió el divorcio, el continuó ignorándola. Terror nocturno Alicia tenía un miedo irracional a la oscuridad. Temía que llegara la noche. Antes de ir a la cama miraba por todos los rincones de la habitación, debajo de la cama, en los cajones de la mesita, en el armario ropero y cuidaba muy bien de cerrar con llave la puerta del armario. Ella era consciente de que su pánico era psicológico, pero, y a pesar de que cada noche se prometía a sí misma que sería la última en hacer su ronda nocturna, siempre lo dejaba para la noche siguiente. —De esta noche no pasa, se dijo. —Esta noche me acuesto si mirar el armario. Y eso hizo. Le costó conciliar el sueño; en la cara unos ojiplatos, pendientes de cualquier sombra, le impedían la visita de Morfeo. Finalmente, más que nada por propio agotamiento, le venció el cansancio. A la mañana siguiente, el armario amaneció con las puertas abiertas. De Alicia nunca más se supo. El viejo reloj de cuco Kiko era el cuclillo que habitaba en el viejo reloj de cuco de la vieja mansión donde vivía la anciana Rosalinda. Cada hora, durante 60 años, Kiko emergía de su reloj para anunciar el tiempo. La bailarina de porcelana de la alacena de enfrente esperaba cada hora este acontecimiento, como única diversión en su estática vida. Aquella mañana, la bailarina no oyó a Kiko ni a las 8 ni a las 9 ni a la hora siguiente. —¡shiss! ¡Shiss! Kiko, Kiko, chistó la bailarina. El cuclillo asomó la cabecilla por una ventana del reloj. —Buenos días bailarina, dijo. —¿Por qué no anuncias hoy la hora? Preguntó la bailarina. —La señora Rosalinda olvidó subir los pesos, creo que se quedó dormida, respondió Kiko. La bailarina alzando un poquito el cuello recorrió con la mirada todo el salón. —No, no está dormida, la veo desde aquí sentada en el sillón. Está muy quieta, pero tiene los ojos muy abiertos, refrendó la bailarina.
  • 16. Página 16 de 170 Un buen partido La madre de Sara estaba empecinada en que su hija, ya de 30 años, era hora de que se casara. Constantemente le buscaba pretendientes que, a Sara, por una u otra razón, no despertaban en ella esas mariposas en el estómago; hasta que un día eso cambió. En su vida apareció Narciso, un hombre apuesto, trabajador, amable, con posibles, con una sonrisa embaucadora y una mirada de embrujo. Según la madre de Sara, todo un partido; según Sara, un sueño hecho realidad El sueño de Sara se esfumó cuando yerno y suegra huyeron juntos. Ilustración: Tú Anh. Pxby El retrato El llevaba en su cartera la foto de la bella señora que un día le hiciera por un casual. Miraba la fotografía varias veces al día, presumía con los conocidos de lo afortunado que era intentando provocar en ellos la envidia. No era raro verle hablar con la Ilustración y mirar su rostro con ojos de lascivia. Cierto día el hombre cayó enfermo. Moribundo, llamó a su esposa. —Pide ayuda, dijo, estoy muy enfermo. La mujer salió del cuarto apresuradamente. Al rato entró portando un objeto que mostró delante del esposo. —¿Qué es eso, mujer? La mujer mostró la foto de la bella diva. –Ella fue siempre tu prioridad. Pídele ayuda ahora. —Y salió de la habitación—. El hombre murió solo, con la foto sobre su pecho, rota en mil pedazos. Des—almados Se entregaron a una noche loca de pasión, sin mediar palabra. ¿Sexo? ¿Amor?… ¡Vacío!
  • 17. Página 17 de 170 Sí es no Si le preguntas, ¿qué te pasa? Dirá: —nada. Si le preguntas, ¿cómo estás? Dirá: —bien. Pero tú ya sabes lo bien que se le da mentir. Ilustración: Mala cosecha. Igor Ovsyannykov. Pxby Mala cosecha Aquella mañana, el agricultor estaba realmente furioso. Cuando acudió al campo de cardos que orgullosamente había sembrado, vio que estos no le dieron la cosecha de manzanas que esperaba. Libertad González nacida en Argentina, vive en España desde muy joven. Es diseñadora gráfica y guía de montaña.
  • 18. Página 18 de 170 Gloria Langle. España. Microrrelatos El huésped Tenía necesidad de escapar para no dejarse contaminar por su presencia que aún se respiraba en cada habitación. Eligió un refugio aislado en la montaña con la única compañía del canto de algunos pájaros. Al día siguiente escuchó el ruido cercano de unos golpes que parecían querer taladrar la pared. No era posible. ¿Se había instalado un huésped durante la noche? Buscó y buscó, y al fin lo encontró en una lágrima. La camisa Esa camisa blanca de inmensas mangas la oprimía. No hacía juego con sus uñas rojas con restos de su piel, ni con sus grietas en la cara. Trató de arrancársela, pero no pudo. Se odió más aún y no entendió por qué se abrazaba. La grieta Llevaban muchos años juntos, pero no en compañía. Habían tirado por el desagüe las complicidades, la sorpresa, la ternura, los abrazos, el amor... Seguían durmiendo en la misma cama. Exactamente eso, durmiendo. Una noche, al acostarse, observaron una grieta en la pared de enfrente. Habría que llamar a los albañiles. La culpa la tenía la casa, que era muy antigua. A la mañana siguiente, al mirar a la pared, se vieron reflejados en el espejo. Luna Nació un uno de febrero lluvioso y frío como casi todos los febreros. Su cara era tan blanca y redonda que cuando la vio su madre la llamó Luna. Al reírse le aparecía un hoyito en la mejilla izquierda, al que su hermano inmediatamente identificó con un cráter. Estaba llena de magia. Como un Rey Midas, era capaz de transformar en oro todo lo que tocaba: El llanto lo convertía en risa; la ignorancia, en sabiduría; la envidia, en amistad... Y ese fue el motivo por el que convirtió al tirano en su amor. Se equivocó esta vez como la paloma de Alberti y por más que lo intentó, no consiguió desterrar del alma de Mario su torpeza, sus celos, su ira... Y así Luna se fue apagando, haciéndose más pequeña, hasta que un día desapareció. Estaba presente, pero nadie la veía. Había perdido la batalla, se había rendido. Una noche apareció luminosa de nuevo. No le dijo nada a Mario. Él era incapaz de entender. No merecía la pena. No le dejó ni una nota. Salió por la puerta vestida de blanco en busca de la que fue y de la que había reaparecido al cabo del tiempo. Su reflejo quedó impregnado en las paredes de su casa y se convirtió en el espejo en el
  • 19. Página 19 de 170 que Mario, por primera vez, se vio a sí mismo tal como era. Techo de cristal Acababa de estrenar el apartamento. Lo que más le gustaba de su nueva casa era el patio interior desde el que podría contemplar las nubes e intentar descifrar a través de sus formas, cuál sería su futuro prometedor con el que siempre soñó. Apoyó la escalera en la pared y subió y subió...La encontraron en el suelo a la mañana siguiente. Tic tac ¡No podía ser! Hacía más de cinco años que no lo veía. Estaba casi igual. No hubo despedida. Un día desapareció y, con él, también ella. Dejó de ser la misma. Desde entonces no dormía bien. Se desvelaba de madrugada y pasaba las horas leyendo, intentando conciliar el sueño. El tic tac del reloj era su nana, su única compañía. Aquella noche se propuso descansar. A la mañana siguiente lo buscaría. Sabía dónde encontrarlo. Se tomó un relajante, detuvo el reloj y cerró los ojos, pero un tic tac mucho más rápido e intenso retumbó en toda la casa. Ilustración: Jeff Jacobs. Pxby El arca Siento el tañido del tiempo apedreando mi sien. En esta arca apátrida viajamos todos intentando borrar viejas cicatrices. Me empeño en recuperar mi euforia, edulcorando la arena movediza que intenta absorbernos. Desde mi ventana escucho el silencio atronador que ruge sobre mares de adoquín y añoro la estela de aves de acero que duermen en sus hangares. Vivo entre palabras.
  • 20. Página 20 de 170 Unas, se escapan del pentagrama que me acompaña mientras camino. Otras se entrelazan y, como bengalas, alumbran mi mente adormecida por la clausura impuesta. Otras, me acarician con su verbo próximo que acude a mi rescate. El faro se enciende para anunciar la tormenta perfecta que se escucha al unísono en cada uno de los camarotes. Todos nos transformamos en hadas para caminar sobre el océano sin rozarlo, con la sola varita de una mascarilla blanca, esperando encontrarnos un día en nuestro vuelo con una paloma transportando en su pico una ramita de olivo. El exceso No tenía límites. Su esencia era el exceso: Con una sola palabra, escribió su primer cuento. Con una pincelada de rímel, pintó su habitación... o eso creía ella, hasta que despertó cuando, al querer encender todas las luces, se quedó a oscuras. El libro Era un libro que hablaba y hablaba... Un compendio de sabiduría con palabras de su propio diccionario. No escuchaba más voz que la suya. Un día la perdió y fue entonces cuando aprendió a leer. El miedo Perdió la salud al intentar guardar su secreto. No podía permitir que nadie indagara en su arca de emociones y pasado turbio. Prefería morir antes de mostrar su verdadero yo cosido a cicatrices y fingió. El miedo la devoró. Con el tiempo, se creyó su falsa historia, pero sólo se engañó a sí misma. Nunca sospechó que, para los demás, su vida siempre fue un libro abierto. El tenor El tenor vivió su infancia entre algodones manchados: lo tenía todo menos la compañía de su madre a la que nunca conoció. Había aprendido e interpretado las más bellas arias y melodías, pero había algo que aún no podía cantar porque nunca lo había escuchado: una nana. Érase una vez Era un ser especial. Todos la admiraban por su irisado colorido y constantes aleteos que le permitían viajar por alamedas y jardines. Nadie sospechaba que echaba de menos su infancia tranquila, rodeada de amigos con los que jugaba en una pequeña habitación de cartón con techo agujereado, donde merendaban hojas de morera.
  • 21. Página 21 de 170 Érase una vez, una mariposa que añoraba ser oruga. Planeta inverso Sólo veo el sol a oscuras, encarcelada tras las persianas de mi planeta minúsculo, mientras recuerdo el páramo donde me arrastrabas con el ardor de tu abrazo infinito. El nuevo universo se impone como pesadilla feroz en mi memoria. Fuera de los muros de mi celda, la calle palpita inundada de corzos y delfines, que muestran triunfales su victoria en esta realidad recién estrenada. El hambre me empujará a escapar para buscar alimento, y me adentraré en el bosque, temiendo al nuevo abismo coronado que ahora es la zarpa del león o el mordisco del tigre o de la pantera. La profecía es un canto fúnebre que se escucha por cada rincón de mi mausoleo sin calendario. ¡Cómo llenar mi soledad sino con mi propio espejo! Me he quedado dormida... ¿Qué día es hoy? ¡Es 31 de diciembre! ¡Por fin comienza el Año Nuevo Sinfonía Aspiro el ruidoso silencio que destruye un suspiro. Cada minuto es una nota musical que lucha por dejarse oír en este oasis taciturno en que se ha convertido nuestra rutina. Huelo los acordes pueriles del aire que entra por mi ventana, acompañado por la sinfonía del trino de las aves que celebran su algarabía sin sombras ajenas a nuestro infortunio, coronado y encarcelado, veneno impostor exterminador de besos y abrazos. Pero esto es sólo el preámbulo, faltan más movimientos en esta sinfonía que es coral, donde cada uno toca su instrumento y canta alimentando una victoria que ya se siente en el horizonte. El solfeo es nuestro alimento. Cada acorde, cada compás, va creando una melodía de canto esdrújulo con la que saludamos entre aplausos a los gigantes que siguen en la ciénaga de ese paisaje en blanco y negro. En el último movimiento de nuestra sinfonía, alegres, derribaremos la fricción antigua, nos arrancaremos los estigmas de nuestros ojos y nos fundiremos entre lágrimas en un festival de amor. Gloria Langle Molina, biznieta del abogado, político y escritor, Plácido Langle Moya (1858-1934), es Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad de Granada y ha ejercido como profesora de Enseñanza Secundaria. Ha escrito una novela: “Una mujer interesante” y dos poemarios: “Fénix” (primer premio de poesía de ALCAP 2012, Castellón, en su modalidad internacional) y “Lunas de arena”. Ha quedado finalista en el III certamen Umbral de poesía de Valladolid con su poema "Espera". Forma parte del Colectivo Poetas del Sur.
  • 22. Página 22 de 170 Antonio Duque. España-Japón. Relato EL CHOTACABRAS* La verdad es que el chotacabras es un pájaro poco agradable a la vista. La cabeza la tiene llena de pintas café con leche, el pico es plano y, para colmo, rajado hasta las orejas, y, en cuanto a sus patas, como si fuera un viejo, no puede dar un paso... En resumen, tan poco agradable que los otros pájaros, só1o con verlo, se ponían enfermos. La alondra, por ejemplo, no es que sea un pájaro muy bello, pero ella misma se tiene por muy superior al chotacabras, hasta tal punto que, cada vez que se encuentra con él, sea a la hora que sea, echa la cara para otro lado llena de repugnancia. Otra serie de dicharacheros pajarillos, sin rubor, ante sus mismas narices lo ponen como un trapo. —¡Hum! Ya está aquí otra vez. Mira qué tipo, ¡la vergüenza de los pájaros! —¡Pero qué boca! Parece de la familia de las ranas o algo por el estilo... Cosas como éstas era lo que decían de él. Sin embargo, si aquellos pajaruelos, en lugar de ser el chotacabras, fuera el halcón, sólo con oír el nombre se esconderían, hechos un ovillo, bajo las hojas de cualquier árbol, temblando de miedo y mudado el color. A propósito, el chotacabras no es ni hermano, y menos pariente, del halcón. Más bien se podría decir que es el hermano mayor de pájaros tan bellos como el martín pescador o aquella joya ornitológica que es el abejaruco. El abejaruco se alimenta del néctar de las flores, el martín pescador de pececillos mientras que el chotacabras lo hace de insectos. Como además el chotacabras no tiene ni garras afiladas ni un pico fuerte y agudo, es 1ógico que ningún pájaro se asustase de él. Ilustración:Vizetelly. Pxby Siendo un pobre pájaro como es, bien extraño resulta que su nombre esté emparentado con el del halcón. Una de las razones estriba en que, como éste, posee
  • 23. Página 23 de 170 unas amplias y muy fuertes alas, cortando el aire como si del mismo halcón se tratase. Otra razón se encuentra en que sus gritos son muy agudos, pareciéndose en algo al halcón. Por supuesto todo esto era algo que al halcón le tenía muy preocupado, no gustándole en absoluto, por lo que, cada vez que se lo echaba a la cara, irguiéndose de hombros, le decía que se cambiara el nombre... Al cabo, una tarde, el halcón se dirigió a la casa del chotacabras: —¡Eh, tu! ¿Estás ahí? ¿Todavía no te has cambiado el nombre? En verdad que eres un tipo desvergonzado. Tú y yo tenemos una personalidad muy distinta. Mira, yo puedo volar hacia el cielo azul todo lo que quiera mientras que tú no sales nada más que cuando está nublado, cuando hace un día grisáceo o de noche. Además, mira mi pico y mis garras. Compáralas con las tuyas... —Señor Halcón, eso es imposible. Yo no me he puesto este nombre a mi capricho. Ha sido la naturaleza quien me lo ha dado — protestaba el chotacabras. —No, no, no... Si quieres puedes decir que yo lo he recibido de la naturaleza, pero tú no. Tú no, tú lo has cogido prestado de la noche y de mí, así que devuélvelo... —Señor Halcón, eso no puede ser... —Sí puede ser. Te voy a decir un buen nombre que puedes utilizar: ICHIZOO. Bueno, ¿verdad? Entonces, para cambiarte de nombre debes informar a todo el mundo ¿entiendes? ¿Que cómo puedes hacerlo? Te cuelgas una tablilla al cuello con el nombre escrito y vas de casa en casa, saludando a todo el mundo, diciendo en voz alta: “A partir de ahora me llamaré Ichizoo...” —Yo no puedo hacer eso —, protestaba el chotacabras. —Sí puedes hacerlo. Si para pasado mañana temprano no lo has hecho, te cojo y te mato. Tenlo muy en cuenta porque pienso hacerlo. Pasado mañana temprano me acercaré por las casas de cada uno de los pájaros, como quede una siquiera a la que no hayas ido, date por muerto... —Eso es imposible. Prefiero mejor morir aquí mismo que hacer una cosa asi. Máteme inmediatamente —, imprecó el chotacabras. —Bueno, bueno... Piénsalo despacio. Ichizoo no es un nombre tan malo. El halcón extendió sus alas de un golpe y se volvió a su nido. El chotacabras, cerrando los ojos, estuvo pensando: —“¿Pero por qué todo el mundo me tiene tanta manía? ¿Por mi color, por mi pico...? Yo..., yo hasta ahora no he hecho nada malo. Cuando el hijo del zosteropa se cayó del nido le ayudé, llevándolo hasta su casa. Entonces el zosteropa me quitó al pequeñuelo como si lo recuperara de manos de un ladrón... además, se burló de mí... Y ahora, ahora, para colmo, que me ponga por nombre Ichizoo, que me cuelgue una tablilla al cuello... Esto no lo puedo soportar..." La tarde iba camino de la noche. Las nubes estaban bajas, brillando iluminadas por el sol. El chotacabras, a ras de nubes, giraba y giraba sin emitir ningún ruido. De pronto, como una saeta, cortó el cielo, muy abierta la boca y las alas, rectas, tan
  • 24. Página 24 de 170 largas como eran. Los insectos, uno tras otro, le resbalaban por la garganta... Cuando parecía que iba a rozar tierra, ágilmente, remontó el vuelo. Las nubes se habían vuelto grises mientras las lejanas montañas ardían en encendido arrebol... Cuando el chotacabras vuela con decisión, se diría que el cielo se corta en dos. Un ciervo volante le entró en la boca forcejeando terriblemente por salir. El chotacabras se lo tragó rápidamente, sintiendo, en ese instante, un terrible escalofrío por la espalda. Las nubes habían adquirido ya color negro, siendo sólo hacia el este donde se podían ver un poco los arreboles, dando al momento un aspecto tenebroso. El chotacabras, sintiendo como si algo se le hubiera clavado en el pecho, volvió a elevarse hacia el firmamento. Otro ciervo volante le entro hasta la garganta, arañándole terriblemente al moverse sin cesar. Se lo tragó con un gran esfuerzo, dándole, en ese momento, un gran dolor en el pecho. El chotacabras empezó a chillar con una voz agudísima. Mientras chillaba iba dando vueltas por el cielo... — “Ah, qué cosa más triste. Yo mato un montón de bichos todas las noches y ahora el halcón quiere matarme a mí. Dejaré de comer insectos y me moriré de hambre... No, seguro que antes de eso me mata el halcón... No, no, antes me marcharé lejos, muy lejos...” — pensaba el pobre chotacabras. El sol arrebolaba las nubes de tal manera que parecían que estaban ardiendo. Al mismo tiempo el rojizo se extendía como el agua por los montes. El chotacabras se fue directamente a casa de su hermano el martín pescador, que, hermoso, todavía no se había acostado y estaba mirando también hacia los montes. Al ver llegar al chotacabras: —Hola, hermano. Buenas noches. ¿Qué te trae por aquí? ¿Algo urgente? —No, nada especial. A partir de ahora pienso irme bastante lejos y quería verte antes de marcharme. —No, no te vayas... El abejaruco vive muy lejos también y si tú te vas me quedo muy solo. —La verdad es que no me queda otro remedio. No me digas nada, por favor... Y, en cuanto a tí, eh, no pesques más que lo que necesites. Hazme el favor de dejar a un lado el pescar sólo por diversión, maltratando a los pobres pececillos, ¿vale? Bueno, pues adiós... —Espera ¿qué te pasa? Bueno, espera un poquito... —No, me quede más o menos, no va a cambiar nada. Cuando veas al abejaruco dale recuerdos. Adiós, esta es la última vez que nos vemos... Adiós... El chotacabras, llorando, se volvió a su casa. La noche, corta como todas las de verano, empezaba a aclararse con los primeros resplandores del alba. Los helechos, verdes, se balanceaban, frescos por la niebla de la mañana. El chotacabras, gritando agudamente, arreglaba su nido y su plumaje. Terminó de arreglarse y voló de nuevo del nido. La niebla empezó a despejarse cuando el sol salía por el este. El chotacabras, aguantando un deslumbrante sol que mareaba, se dirigió hacia allí como una flecha.
  • 25. Página 25 de 170 —Señor Sol, Señor Sol... Lléveme consigo. No me importa morir ardiendo. Incluso un pájaro tan feo como yo debe dar alguna luz ¿verdad? Lléveme, por favor... Volaba, volaba, pero no lograba acercarse, más bien se diría que cada vez estaba más lejos, viéndose cada vez más pequeñito, a lo que el Sol le dijo: —Tú eres el chotacabras ¿no? Debes estar pasándolo mal. Esta noche dirígete hacia las estrellas y les pides a ellas lo que me has pedido a mí. Tú no eres un pájaro diurno ¿comprendes? —. El chotacabras saludó al sol tras escuchar sus palabras. De pronto, mareado, dando vueltas, se vió sobre la hierba... Como soñando, tuvo la impresión de que su cuerpo volaba entre rojas y amarillas estrellas, que se lo llevaba el viento de un lado a otro, que se acercaba de nuevo el halcón y lo atrapaba... De pronto le cayó algo frío en el rostro. Abrió los ojos. De la punta de las hojas de un arbusto de gramíneas goteaba el rocío. Había oscurecido y en el azul oscuro del cielo brillaban las estrellas. El chotacabras volvio a emprender el vuelo. También aquel atardecer parecía arder los montes. El chotacabras, envuelto en los últimos restos de la luz crepuscular y en la frialdad de plata de la luz estelar dió unas cuantas vueltas por el firmamento, después, sin pensárselo dos veces, se dirigió hacia el oeste, hacia la hermosa constelación de Orión, gritando: —Srª Estrella, Srª Estrella, por favor, lléveme con usted. No me importa morir ardiendo. Orión siguió su canto triunfal no haciendo caso, en absoluto, al chotacabras que empezó a gimotear mientras caía, dando vueltas, hacia tierra. Al cabo, por fin, pudo parar y, de nuevo, levantó el vuelo, esta vez dirigiéndose hacia el Can. —Srª Estrella, por favor, lléveme con usted, por favor. No me importa morir ardiendo... El Can, azul, violeta, amarillo, mientras, bellísimo, brillaba. Le respondió: —No digas tonterías. ¿Quién eres tú? Nada más que un pájaro. ¿Cuántos millones de años crees que tardarías en llegar aquí con esas alas? —Y echó para otro lado—. Volvió, desilusionado, a caer y a remontar el vuelo dos veces más y, decididamente, se dirigió hacia la Osa Mayor. —Estrella, Señora Estrella, lléveme con usted, por favor. La Osa Mayor, con toda dulzura, le respondió: —No digas extravagancias. Refréscate un poco. Cuando te encuentres en una situación así lo mejor será que te lances sobre cualquier mar donde flote hielo, y si no tienes un mar cerca en un vaso donde haya unos trozos bien fríos... Totalmente desilusionado caía y remontaba el vuelo una, dos, tres, cuatro veces... Dirigiéndose, acto seguido, hacia el Águila, que apareció al otro lado de la Vía Láctea.
  • 26. Página 26 de 170 —Señora Águila, lléveme con usted, por favor. No me importa morir ardiendo. A lo que el Águila respondió, con una gran exhalación: —Eso es imposible, no. Se necesita ser de una gran categoría para llegar a ser estrella. Además de mucho dinero. El chotacabras se quedó sin fuerzas. Cerro las alas y se dejó caer hacia tierra. Cuando iba a tocarla con sus débiles patitas, de pronto, como una exhalación, volvió a elevarse. Subió a una altura inmensa y, como cuando un águila ataca a un oso, se puso en posición de ataque... gritando agudísimamente como si de un halcón se tratara. Los pájaros que dormían en bosques y prados despertaron y, asustados, temblando, miraron extrañados hacia el cielo. El chotacabras subía recto, recto, sin parar, tanto que las rojas montañas no parecían más que un punto, rojo como la punta de un cigarro encendido. Se le congeló la respiración en el pecho a causa del frío y, a causa de la ligereza del aire tuvo que ponerse a mover las alas a toda velocidad. A pesar de ello la dimensión de las estrellas no cambiaba en absoluto. Su respiración parecía un fuelle, mientras, el frío y la escarcha le pinchaban como la punta de un cuchillo. Las alas se le adormecieron de cansancio, brotándole las lágrimas al tiempo que echaba de nuevo una mirada al cielo. Ese fue el final del chotacabras. Caía, subía, estaba boca abajo, estaba boca arriba... El mismo no podría decirlo, sólo que se reía, relajado, con el pico un poco ladeado y manchado de sangre. Al poco, con toda claridad, abrió los ojos y vio como su cuerpo ardía, silenciosamente, y como el fósforo, daba una luz azulada y hermosísima. Muy cerca estaba la constelación de Casiopea, la luz lechosa de la Vía Láctea quedaba a su espalda. La estrella en que se había convertido el chotacabras ardía y ardía... Todavía sigue ardiendo iluminando la noche. *Chotacabras. - Para entender parte del contenido de este cuento hay que tener en cuenta el juego de palabras que se produce en japonés entre los nombres del halcón, TAKA, chotacabras, YOTAKA. YO, de YORU, noche, y TAKA, halcón. Yotaka o halcón nocturno. ANTONIO DUQUE LARA. (España, 1956) Era el 25 de septiembre de 1956 cuando llegué al mundo, justo al lado de la Mezquita de Córdoba. Realicé los estudios de Bachillerato y parte de la universidad en Córdoba. Los dos últimos años de estudios universitarios los realicé en Granada. Licenciado en Filosofía y Letras, rama de Filología Románica. En 1982 empiezo a trabajar en Japón en TOZAI BUNKA CENTRE, con el tiempo empecé a trabajar en varias universidades. Los libros publicados hasta el momento son: 44 poemas desde la otra orilla. Poemillas y variantes. Aires amorosos. Traducción al español, Poesía errante, de Nakajima Takao y Cristóbal déjame que te cuente, de Oshima Satoru. Al margen de estos libros, tengo publicados artículos, algunos poemas, cuentecillos en alguna que otra revista y traducciones de algunos autores japoneses en revistas y reseñas de varios autores en blogs etc. Aparte de eso, todos los días un poema en mi Facebook: Antonio Duque Lara y publicaciones en mi blog.
  • 27. Página 27 de 170 María José Mielgo Busturia. España. Como la vida misma PÁGINAS EN BLANCO Entré en casa como de costumbre. La jornada se presentó dura. Me levanté pronto, como era habitual y después realicé instintivamente los actos de cada día: ducharme, calentarme un café para tomarlo de pie —siempre salgo escopetada de casa—, no sin antes pasear unos minutos a mis mascotas. Habían ocurrido muchas cosas últimamente: desagradables y agradables —imagino que para intentar equilibrar la balanza—. De camino al trabajo, estaba pensando en las tareas pendientes que tenía por la tarde e intentaba hacer un ejercicio de memoria, dado que ésta parecía tener grietas y eso, por momentos, me llegaba a asustar. Ilustración: Karolina Grabowska. Pxby El día había transcurrido con normalidad, pero no exento de agobios. De ir de un lado para otro, con el tiempo justo, lo que no sé si a veces agradecemos, porque no nos da tiempo de pararnos a pensar en exceso. Pero, por otro lado, la sensación de “no llegar”, de ir acelerada a todas horas, no me gustaba. Cuando ya me recogí definitivamente eran las once de la noche. Me duché, me puse un pijama que años atrás me había regalado mi madre y me dispuse a cenar en la cocina. En aquella cocina donde precisamente a ella yo la había acompañado en los últimos meses y que siempre tenía su sitio a mi diestra. No sé por qué, pero en aquel momento mi mente hizo un flas back: me trasladé cuarenta años atrás en el tiempo. Me hallé con la Ilustración de mi madre en una cocina de las que llamaban económicas, su falda a cuadros, una camisa estampada de la época y a mi padre a mi izquierda, observándome cómo hacía los deberes escolares. Por primera vez en muchos años y a pesar de nuestra relación, sentí nostalgia. Recordé consejos y palabras dichas que por aquél entonces no entendía y, aunque no hubiera sido la Ilustración perfecta alrededor del calor del hogar, añoré aquellos
  • 28. Página 28 de 170 instantes. Una lágrima resbaló por mi mejilla, lo que vino a demostrarme que algo se transforma en el ser humano a medida que vamos envejeciendo: vemos que los años pasan y es imposible ya un reencuentro, imposible recuperar lo perdido. Me pesaba la nostalgia de lo que hubo —por un lado— y de lo que añoré siempre —por otro—. Supongo que pesaba todo, en definitiva: lo que pudo haber sido y no fue, lo que dijimos y dejamos de decir. Lo que imaginamos que puede ser la vida —cuando eres demasiado joven— y lo que el destino nos depara, interviniendo nosotros o sin tomar parte en la partida de ajedrez que nos toca disputar. Y lo peor, es que nadie nos enseña a jugar: no sabemos cuándo debemos mover a la reina, al peón o al alfil. Ahora, después de tantos años, sé que hay una fuerza superior a nosotros que nos hace ver momentos, instantes, páginas de ese libro –que es nuestra existencia– de colores muy distintos, con visiones diferentes y hasta contradictorias a veces. Que, aunque el TÍTULO sea diferente, la TRAMA, elegida o no, y el DESARROLLO el que toca —cada cual sabe su historia— el FIN tiende a ser el mismo –si tienes algo de humanidad y no te has endurecido en exceso–: tratar de reconciliarnos con no sabes muy bien qué y quién o quiénes, porque deseas que el destino te trate bien y que cuando eches a “volar para siempre” te hayas reconciliado con el mundo, sin dejar nada pendiente. Pero aun así… la vida te demuestra que siempre habrá PÁGINAS EN BLANCO. María José Mielgo Busturia (Bilbao, 1965). Es Fundadora y directora de la revista literaria Alborada-Goizaldia, actualmente denominada LITERARTE. y directora de la editorial LITERARTE y organizadora de eventos. Publicó su primer poemario Corazón Ardido (Edic. Carena en 2003) y Equidistancia (Literarte editorial 2017). Colaboró con su participación en el poemario Poetas a una (Bilbao 2003), dedicado a la Paz y sus obras han sido publicadas en diversas revistas: Estío, Escribir y publicar, Diálogos, Oriflama, Aguamarina, Arboleda, El Mirador, entre otras. Ha publicado Las Ventanas de la Vida (Granada Club Selección 2012), colección de relatos que obtuvo el Premio a la Crítica “Granada Club” y Como la vida misma (Literarte editorial) que quedó Finalista de los Premios de Euskadi 2016. Ha dirigido varios programas radiofónicos y de TV. Está para editar su primera novela.
  • 29. Página 29 de 170 José María de Benito. España. Espacio y tiempo ESPACIO Y TIEMPO: DOS CONCEPTUALIZACIONES SOCIALES Introducción Los seres humanos normalmente nos movemos en 2 dimensiones: tiempo y espacio1. Las cuales "percibimos" a través del sistema de medición creado por el mismo hombre, pero realmente la mayoría no las conceptualizamos, como dice Harvey: "Tiempo y espacio son dos categorías básicas de la existencia humana, pero rara vez se discuten" (HARVEY: 2000: p. 2). Si realizáramos una encuesta donde se preguntará ¿qué es tiempo? o ¿qué es espacio?, las respuestas serían muy diversas, desde el silencio, hasta una respuesta complicada intentando explicar algo que comúnmente no se cuestiona: simplemente se acepta. En cuanto a la segunda pregunta, tal vez habrá quien la quiera contestar diciendo que es lo que visitan los astronautas, o quien diga que es el hueco entre dos cosas. Ilustración: Malo Martínez Estas mismas preguntas las ha venido realizando el hombre desde los inicios de la ciencia, aunque antes de conceptualizarlas se realizó un sistema para medirlos. Es así como desde la civilización Babilónica ya existen vestigios de la medida del tiempo a través de relojes de sol (FREVER: 1954: p. 629), o los sistemas de medidas terrestres usados desde que las civilizaciones se convierten de nómadas a sedentarias. Así mismo, para su medida formal son dos conceptos vinculados entre sí, ya que ambos tiempos y espacio2, son medidos bajo el mismo sistema: el sexagesimal. El tiempo a través de 60 segundos que hacen un minuto, y 60 minutos que hacen una hora; mientas que la circunferencia terrestre 60 segundos hacen un minuto, 60 minutos hacen un grado, es decir que si colocamos lecturas de estas medidas tendremos: • Tiempo 13 horas, 40 minutos, 20 segundos • Latitud/Longitud 13 grados, 40 minutos, 20 segundos Es decir que tiempo y espacio tienen una base métrica matemáticamente cercana, basada en el sistema de medida de la circunferencia. Este proceso de conceptualizar espacio y tiempo dio como resultado una separación de estos, simplificándolos para su posible comprensión, por lo que así analizaremos en principio los diferentes conceptos vertidos a través de la historia de la ciencia. El interés del presente trabajo se basa en rescatar el uso que la geografía le da al concepto de espacio, (concepto a partir del cual trabaja esta ciencia), y como a
  • 30. Página 30 de 170 partir de este aparecen otros más específicos para el trabajo propio de la disciplina. Espacio y tiempo Una de las ciencias que más han aportado a este proceso es la física, donde destacan Newton, y Kant, entre otros, aunque no por ello las matemáticas y la filosofía son menos. Algunos pensadores dieron sus conceptos por separado, como Kant en el siglo XVIII, heredero de la Geometría Euclidiana, quien define al espacio "un orden de existencia de las cosas que se manifiesta en su simultaneidad". (GARDNER: 1994: p. 229) mientras que el tiempo es "el orden sucesivo de lo que acontece". Lo que destaca de este autor es precisamente que todo está definido través del "orden" de las cosas, es decir como algo regido y controlado de antemano, y que no se debe romper, es decir, que se concibe como una "cosa", ya que se puede ordenar y medir. Si analizamos los antecesores de Kant, encontraremos que su discurso es más bien corto y se relaciona en función de cómo se percibe pues Aristóteles consideraba el espacio absoluto, en función del orden total, mientras que Newton, después de descubrir la Ley de la Gravedad, llega a la conclusión de que el espacio no es absoluto. Sin embargo, para ambos el tiempo si es absoluto. Mientras que para Berkley "el tiempo y el espacio son solo una ilusión", (HAWKING: 1992: p. 37) a diferencia de los anteriores donde tiempo y espacio son elementos separados e independientes. Esta visión se mantuvo hasta la mitad de siglo XX, ya que debemos recordar que la concepción filosófica y científica occidental está basada en el pensamiento griego, con una gran aportación Newtoniana. Sin embargo, Leibniz en el siglo XVII, ya cuestionaba esta posición absolutista de tiempo y espacio, ya que decía que si tuvieran esta categoría "no habría ninguna diferencia interna entre 2 mundos creados en diferentes lugares o tiempos" (KANT: 1993: p. 30), por lo que su visión de ambos era a favor de la relatividad, por lo que los consideraba "idealidades", ya afirmaba que "con independencia de las cosas, los lugares y los instantes no son nada. Por fuera del universo material no hay espacio, ni tiempos reales". (KANT: 1993: p. 30). Sin embargo, para el propio Kant, el espacio y el tiempo eran "dimensiones" utilizadas por el ser humano para comprender su realidad, su entorno, como algo donde el hombre refleja su transcurrir, y para él lo único absoluto era "Dios". El concepto tiempo siempre ha estado privilegiado por las ciencias sociales, mientras que el concepto espacio lo ha estado por las naturales, que en muchos casos solo lo han visto como continente, como el gran contenedor inamovible y ajeno a lo que ahí sucede, visión que actualmente no puede sustentarse, ya que hemos visto las consecuencias de una visión donde la naturaleza es inacabable e inalterable La situación actual de la misma ha demostrado que esa visión no es la más correcta. Desde el siglo XIX, ya se tenía una concepción de un tiempo dialéctico, es decir cambiante y vivo, principalmente por las miembros de la corriente de la Teoría Social (Marx, Smith y Webber, entre otros), pero quienes mantuvieron esa visión de un espacio "muerto", esto es, inmóvil.
  • 31. Página 31 de 170 No es hasta que Einstein, desde la Física, y Poincaré, desde las matemáticas, cuestionan esta percepción que los conceptos son nuevamente definidos, a partir de la conformación de la Teoría de la Relatividad, donde no son absolutos, ni independientes, sino que generan una nueva visión el espacio / tiempo, pues se miden cada uno en función de la relación entre los fenómenos (objetos) y sus movimientos, que ahí existan. Espacio / tiempo. Esta nueva manera de percibir espacio tiempo como una dualidad inseparable, con una posición de relatividad, dinámica y enfocada principalmente al estudio de procesos y relaciones que ahí se dan, es decir, que los fenómenos que se dan en un espacio determinado y en un "momento" determinado son irrepetibles y diferentes. Los fenómenos analizados bajo esta nueva categoría dual son resultado de un proceso a lo largo del tiempo, pero influenciado por las relaciones en un lugar determinado. Bajo esta perspectiva más que buscar Leyes generales, se buscan similitudes, igualdades, en cada uno de ellos, que permita llegar a generalidades. Dentro de esta conceptualización encontramos que el espacio deja de ser un continente para pasar a una de espacio "contingente", donde todo lo que suceda en él le afectará en mayor o en menor grado, por lo que las nuevas concepciones ambientalistas3 caben perfectamente, al ser visto como algo dialéctico, "vivo", que se transforma y su situación actual es resultado de procesos verificados en él. En esta tendencia dual y relativa, debemos toman en cuenta otra rama de estudio ¿cuándo nace tiempo y espacio?, ¿es un argumento construido por el hombre a partir del propio hombre?, o como afirman algunos pensadores como Harvey4, ¿aparece junto con la materia al inicio del proceso del Big Bang? Son preguntas cuyas respuestas nos llevarán a seguir desarrollando el pensamiento y el saber humano, como ha sido siempre en las ciencias, las dudas, los cuestionamientos, son los que la hacen avanzar al buscar las respuestas, proceso que no acaba al encontrar una de ellas, pues ésta a su vez puede ser cuestionada. Debemos destacar que las ciencias sociales deben rescatar estos cuestionamientos ya que como dice Harvey "las concepciones objetivas de tiempo y espacio son creadas necesariamente pensando materialmente los proceso y las prácticas que sirven para reproducir la vida social y por la variación que eso tenga geográfica e históricamente" (HARVEY: p. 4). Así la geografía y la historia son las que mayor responsabilidad tienen, pero también las mayormente impactadas por las aportaciones a esto dos conceptos, por lo que esta "Dualidad" proporciona una de las más fuertes líneas de relación entre ambas ciencias, pues un fenómeno geográfico es resultado de un proceso histórico, y un suceso histórico tiene como escenario un espacio (lugar) determinado. Conclusiones Aquí las ciencias sociales, entre las que se encuentra la Geografía, son las que más reciben beneficios, ya que desde siempre los problemas de su área de estudio deben ser abordados bajo esta perspectiva, pues un fenómeno de estas características es resultado de todo un proceso.
  • 32. Página 32 de 170 Un "suceso", (a partir de lo cual comúnmente se inicia un proceso de investigación), tiene siempre diversas causas, que se han desarrollado a lo largo del tiempo y en un espacio específico, lo que le da características muy particulares, que tienen que ver con la "herencia" que ha recibido ese grupo social (valores, cultura, tradición y costumbres, entre otras), así como la información externa que recibe otros grupos que con el interactúa en ese momento. Ningún proceso es aislado, en mayor o menor medida, siempre está vinculado al resto de nuestra "realidad", es decir del resto de cosas que suceden en el mundo en general, y en esa sociedad específicamente. Bajo esta perspectiva la Geografía y la Historia son las ciencias que por su área de conocimiento, espacio y tiempo respectivamente, deberán realizar mayores aportaciones, metodológicas y conceptuales, al resto de las ciencias sin perder de vista el propio vínculo entre ellas, pues como se mencionó al inicio de este trabajo, de todos es aceptado que el ser humano se mueve en dos dimensiones "espacio y tiempo", dentro de los cuales deja una huella a su paso transformado la naturaleza, a través de su vida. José María de Benito Buzón. Madrid, 1958. Se ha pasado la vida de un lado para otro. Entre los años 70 y 80 del siglo pasado viaja a los EE. UU, donde cursa estudios de Marketing, abundando también en ingeniería, y estudiando posteriormente Física Cuántica. Inicia así un itinerario vital que le llevará sucesivamente a Santo Domingo, Londres, Roma... A mediados de los 80 vuelve a instalarse en Madrid, y sigue viajando constantemente, esta vez por motivos profesionales. Estudia CINE en el T.A.I. Y es discípulo del maestro Albaicín, del que aprende guitarra flamenca. En 1993 se instala en Ciudad de México. En enero de 1999, de nuevo por motivos laborales, cambia de residencia con destino a Almería: se instala en Aguadulce y retoma su nunca olvidada vocación literaria, participando en foros y portales de arte a través de internet. Entre viaje y viaje ha escrito una novela (La sala), un libro de poesía (Intento de Poemas Breves), y algún relato (Ciudadano del Mundo, Nuevo Tratado Sobre la Letra I), hasta ahora inéditos. El auriga de Delfos, publicado por Ediciones del Primor, es el primer poemario del autor. En los años posteriores (hasta el 2011) sigue publicando, hasta cuatro libros más: Cuadernos de Aguadulce, Aguadulce (Editorial Belgeuse), Tráfico, con José Zúñiga y Bayyana, con edición propia, WEB de publicaciones en formato digital
  • 33. Página 33 de 170 Rocío Ruiz. Portugal. Maldito décimo de lotería Lo intuía, esto tarde o temprano tendría que ocurrir, pero nunca pensé que fuese así tan de repente. Lo venía presintiendo, porque ya no te acercabas a mí con la misma frecuencia, sintiéndome por ello cada vez menos necesaria. Incluso el otro día me llegaste a decir que era una inútil, que no soportabas mi lentitud. ¡Me dolió tanto el insulto! Nada pude hacer, sino tragármelo, como al orgullo, por no poder salir corriendo debido a mi inmovilidad. ¿Dime en qué he fallado? Tienes razón en afirmar que no tengo la misma energía de antes, pero tú tampoco eres el mismo hombre vigoroso y fuerte de cuando nos conocimos. —¿Dónde has dejado varado tu brío de antaño, que ahora, hasta agacharte, te cuesta tanto? — Te excusas ante mí, diciendo que el culpable es el tiempo. Sí, solo de él es la culpa —argumentas— que con su inexorable paso ha dejado mella en tus huesos, y a mí me ha deteriorado tanto por dentro. Él es el único responsable de que tus artríticas manos, a duras penas, consigan encenderme, y de que yo, con secuelas de las repetitivas intervenciones, me enfríe sin apenas calentarme. Lejano queda ya el día que te fijaste en mí. Nada más verme, ansioso quisiste llevarme rápidamente a tu casa. Estabas solo y me necesitabas. Lo primero que te atrajo de mí, fue mi sencillez, me confesaste un día, y la facilidad con la que podías manejarme a tu antojo. Y yo portaba esas innatas cualidades, por eso me escogiste a mí y no a otra cualquiera. Me alzaste con tus robustos brazos y subiste desde el portal, de dos en dos, los peldaños que nos separaban hasta el segundo piso. Atravesando el umbral de la puerta, ya sin aliento, me posaste en el suelo. Presuroso me quitaste el superfluo ropaje, desgarrándolo rápidamente para estrenarme. Ante mi blanca desnudez parecías el Rey pasmado, mirándome como si fuese Marfisa. Solo que yo no estaba tumbada, sino que permanecía inamovible de pie. Pasmado, y lerdo, añado ahora, porque con tus trémulas manos buscabas desesperadamente cómo conectar con mi cuerpo, sin conseguirlo. Y es que, aunque te cueste reconocerlo, siempre has sido un poco torpe y no sabias ni por dónde empezar. Tan rudo eras, que nuestra primera vez fue un rotundo fracaso. Desesperado, no te quedó más remedio que recurrir a un manual para hallar información, y así, poco a poco, tomándote el debido tiempo, librito en mano, fuiste conociendo cada parte de mi cuerpo, desde lo más externo hasta el más profundo recoveco. Fuimos experimentando todas las técnicas, hasta la total compenetración. Acoplándonos, como en una perfecta simbiosis, con efectos benéficos para los dos. Aunque ahora me haces dudarlo, quizá estaba confundida y solo los obtenías tú, y por mi parte sufriese, sin saberlo, del síndrome de Estocolmo. Ahora ya es tarde. La tragedia se cierne sobre mi cabeza, desde hace escasos días, cuando escuché tu conversación en el teléfono. Lo descubrí todo el pasado día 22 de diciembre. Siempre recordaré esa fatídica mañana cuando, exactamente a las diez y diez, mi suerte estaba echada. A partir de ese momento descubrí que mis horas en esta casa estaban contadas. Te creías que no te podía oír porque otras voces resonaban más altas que la tuya. Esa mañana habías cambiado los villancicos, por la letanía del Sorteo extraordinario de la Navidad. Pero agudicé todos mis sentidos y tus palabras entrecortadas me llegaron mezcladas con las vocecitas angelicales, que no pudieron mitigar mi dolor. Pedías que me llevasen, y, añadiste haciendo hincapié,
  • 34. Página 34 de 170 que fuese antes que llegara ella…Te oí, y tus palabras se me clavaron como dardos envenenados. En ese instante, la melodía repetitiva que cantaban los niños de San Ildefonso, se convirtió en estridente sonido. Cancioncilla desapacible y chirriante, que se colaba por entre las rendijas, como el aire gélido que auguraba una fría Navidad. Ahora tengo la certeza que otra ocupará mi lugar. Y ahora me arrinconas como a un trasto viejo. ¿Ya no te acuerdas de lo imprescindible que fui para ti? Siempre dispuesta, a cualquier hora, sin recriminarte nunca que llegases tarde o al romper el alba. Solícita me encontrabas en el mismo lugar para cumplir con mi obligación, aunque tu ropa oliese a leña de otro hogar. Después de cada uno de tus viajes, de tus prolongadas ausencias, te recibía con la puerta abierta de par en par, esperando que inundaras todos los poros de mi ser de tus diversos olores. En cuclillas abrías tu maleta, que se ofrecía ante mí como tu más íntimo Diario sin candado. Acercándome la llave de tus secretos, y yo, clara y transparente, vibraba de emoción mostrándote mi interior. Al principio, te quedabas embobado mirándome como daba vueltas de alegría, impregnada con tu aroma, revolcándome entre tus pertenencias más íntimas. Girar y girar, vuelta aquí, vuelta allá, en un baile de espuma, aclarando algo más que tus ideas. No era necesario hablar, porque tus arrugadas prendas traían marcas, como huellas indelebles, que me contaban tus avatares. Tus camisas con manchas etílicas, no podían ocultarme tus excesos en trasnochadas bacanales. Así como el desconsuelo que vino pintado en tu pañuelo de seda, que tanto te gustaba llevar al cuello, donde venía estampado en él, como un encarnado lacre, un beso de despedida. Tus pantalones me hablaban del pánico que sentías al subirte a los aviones. Ahora me resulta cómico al recordarlo, y me río por no llorar. En tu último viaje, sin ir más lejos, la marca del miedo traspasó tu ropa interior, extendiéndose hasta la entrepierna de tus pantalones. Éstos, acartonados y mugrientos, cuando salieron de la maleta, se asemejaban a viejos pergaminos, y sobre ellos pude, emulando a Santo Domingo, “leer palabras vivas en pieles muertas”. Ardua tarea me encomendabas: La de limpiar tus heridas, enjuagar tus lágrimas y hasta borrar la marca de tus miedos, entre otras que recordar no quiero. *** ¿Y dices que es inteligente y dulce a la vez? Y más rápida, añades cabizbajo, mientras tus cobardes ojos no se atreven a mirarme. Con un tenue hilo de voz, agregas una cualidad más de ella, pues en tan solo 59 minutos, en menos de una hora, recalcas, como si yo fuese tan idiota como tú en entender las cosas, que te hará lo mismo que yo te hacía en dos horas, y con mejores resultados. Ahorrarás tiempo, me dices, intentando justificar tu decisión. Desde luego, no me puedo equiparar con ella…y continúas dándome tantas razones, que ya no me importan…porque la Parca con su guadaña viene a por mí. Se acerca, disfrazada con bata blanca, pero no me engaña, porque en ella viene impregnado el olor a muerte. Te sigues justificando, pero ya no te escucho. Apañado estás, si no te pones al día en tecnología... ¡Si conmigo tenías que doblarte, con ella te veo doblegándote! Maldigo al azar en forma de décimo premiado, desencadenante de esta tragedia
  • 35. Página 35 de 170 incipiente. Y me maldigo por ser tan estúpida de rescatarlo de morir ahogado, cuando extraviado lo encontraste en el bolsillo de tus pantalones, entre la ropa sucia. Todo mi sistema se paralizó y pudiste rescatarlo de una muerte segura. Me arrepiento, sí. Me arrepiento una y mil veces de no haberlo mandado por el abismo de la cañería abajo. Él ha puesto al alcance de tu mano lo que antes te resultaba inaccesible. Apelo a tu espíritu navideño, si te queda algo, para que no prolongues más mi agonía. Te suplico que te agaches por última vez ante mí y cortes rápidamente, antes de que llegue ella, el cordón umbilical que me une a ti, desconectándome de los cables que me mantienen con vida. Después no olvides secar ese salado charco que mi tubo de desagüe ha dejado, que no se note que he llorado… *** El operario depositó la nueva adquisición con cuidado, y retiró la antigua, con la naturalidad de quien lo hace varias veces al día. Cargó con la vieja maquina a sus espaldas y ambos fueron descendiendo poco a poco, de uno en uno, los mismos peldaños que años atrás ella subiera, jubilosa, en los brazos de su vigoroso dueño. Mientras éste, alelado intenta descifrar, sin apenas conseguirlo, el panel que Candy Bianca, la máquina de lavar más inteligente del mercado, lleva tatuado en su joven y metalizada piel. Candy Bianca, la más Smart, frente al más lerdo. Un versus entre el nuevo dueño y el más inteligente y dulce regalo navideño. Cual jeroglífico , comenzó a descifrar con dificultad todas las funciones de su innovadora compañera: “Al utilizar Zoom el exclusivo Mix Power Jet+System inyecta detergente directamente en las fibras de las prendas, y junto al sistema Boost Heating y el acelerador CPU, los mejores lavados en el menor tiempo quedan garantizados_continuó leyendo con el corazón acelerado_ La inclinación de 11º del Smart Ring te permite interactuar con la lavadora sin tener que agacharte, manteniendo la espalda recta, la postura erguida. Con su Chekup avanzado, recibirá notificaciones de cuando debes limpiar el filtro. Sonrió satisfecho, haciendo una pausa, porque todo eran ventajas. Y prosiguió leyendo: “Talkyng Bianca es solo una de las muchas funciones que gracias al APP Simply-FY. permite mejorar tu experiencia de usuario desde tu Smartphone o Tablet.” Paró de leer porque un sudor frío le subió por el cuello, recordándole que ni siquiera tenía móvil, precisamente por no saber usarlo. Era evidente que ya no tendría que agacharse, incluso podría ponerla a trabajar a distancia, programándola cuando estuviese de viaje, entre otras múltiples funciones, que ahora, su mermado intelecto no llegaba a comprender, porque para empezar tendría que comprarse un diccionario de inglés. ¡Ay! —Ya se lamentaba— La dulce Bianca le facilitaría la vida en el futuro, en eso no cabía ninguna duda, pero ahora, recién llegada comenzaba a complicársela. Ya añoraba a la anterior, más lenta, más gruesa, incluso menos bella, al menos por fuera, pero que llegó a entender a la perfección, y ahora, aunque le costaba reconocerlo, daría su vida por tenerla de vuelta a casa. *** Tumbada en la furgoneta, camino al Punto Limpio, por el cristal de su orondo ojo, se desliza una furtiva lágrima, cuando siente pegados junto a su filtro, como reliquias sagradas, un pañuelo de seda, ya sin carmín y un desparejado calcetín.
  • 36. Página 36 de 170 Publicidad: TODOS LOS LUNES PROMOCIÓN DE LIBRO GRATUITO Suscríbete a nuestra lista de distribución
  • 37. Página 37 de 170 María Luisa Lázzaro. Venezuela. Escritura automática Del libro Eulinda Mimisma (2020) "En sí, la escritura automática, consiste en transmitir tal cual surgían las ideas de la mente, sin reflexionarlas y sin tener un tema preciso. Se trata de plasmarlas directamente a un texto o poema. Esto, porque las frases procederían directamente del subconsciente y no tendrían coherencia lógica entre sí". André Bretón. Los relatos sobre Eulinda, lo comencé a comienzos de 2020 y van casi 600 textos en dos años. Y siguen naciendo, la mayoría de las veces asalta una idea y palabras a las 5 de la madrugada o en la noche. Sé cómo empieza, pero no tengo idea de cómo lo terminaría, me dejo llevar por esas primeras frases y me sorprendo yo misma del cierre de cada texto, es como escritura automática, donde se da un discurso poético narrativo que rebasa el orden estético, vivencial. Sé cómo comienza, pero no cómo va a terminar. Es un regalo de la divinidad y no he parado en dos años de escribir esos textos, siempre diferentes. María Luisa Lázzaro CUERPO PERFECTO A LO JLO —Eulinda, voy a cambiar la alimentación, acabo de entender lo que debo mejorar para llegar al cuerpo de Jennifer López, JLO, especialmente sus piernas tan perfectas. —¡Ajá, y ahora que vas a dejar de comer! —Carnes, pollo y vegetales. —¿Y qué vas a comer? —Metales, pero no preciosos. —Me asustas cuando te da por el loco de adentro. —Acabo de ver un video de una eminencia de la medicina, y dice que la vitamina más importante del Complejo B es el "cobalto" que es un mineral, y que el zinc y el hierro también son vitales para el organismo humano. —¿Y? —Pues que debe salir mejor, más expedito, más económico, ir directamente a los insumos minerales, comer ventanas de hierro, techos de zinc, el cobalto de la tierra
  • 38. Página 38 de 170 (no fumigada), el calcio de la cáscara de huevos, etc. —¿Dónde quieres internarte en tu casa o en una clínica? —No entenderme... no entenderte. Creo que llegó la hora del divorcio vacacional. Necesitamos vacaciones por separado. EULINDA TOCÓ LA PUERTA —Una tarde de lluvia tormentosa, Eulinda tocó mi puerta, le di posada a cambio de que me hiciera reír. Se quedó en silencio, se rascó una oreja, la otra la pellizcó. Y de sopetón me dijo: —De acuerdo. Usted será mi ventrílocua. —Confieso que me asusté, pero como me gusta desmenuzar las palabras para encontrar algún sentido oculto, me puse lápiz a la obra: «Ven trí lo cua». O locúa, locá, locuela, ven… También fui a la casa del maestro Google y, confieso que, creo que Eulinda me quiere enredar en sus derechos de autoría de dummy o vent figure. DUDA TRASCENDENTAL —Eulinda, tengo una duda trascendental. Si tú eres yo en otro plano, y yo soy la que dirijo la batuta mientras tú me secundas, quién de las dos es persona singular y quién es personaje, personificado entre dendritas y axones, con voz y mirada certera, y que siempre tiene la última palabra en los dictámenes orales literarios; en otras palabras, ¿quién es dueña de la oralidad cotidiana y quién es literatura? —A mí que me registren, yo solamente respondo lo que me pregunta la vida, que eres tú. —Te lo pongo más fácil, ¿quién es vida y quién es literatura? —Vida, lo que es vida, pues... Déjame rascarme la rodilla... Ni rodilla tengo. Mejor me regreso a la página... Esto está más complicado que tener un noviazgo de lejos, y que él ni siquiera se entere. AMIGO IMAGINARIO —¿Abuela, abuela!, tienes un amigo imaginario? —Por qué lo preguntas, ¿cómo te diste cuenta? —Porque todas las madrugadas te escucho discutiendo: “Si no te gusta mi café colado te vas para otra casa". "Hoy volviste a llegar tarde". "¿Te cansaste de mí?". "Hoy sí estás lindo conmigo, así me derrites el alma. Me recuerdas al 'Piojito, piojito',
  • 39. Página 39 de 170 que le hacíamos en la cabeza al lorito de la infancia". —¿Por qué te asombras, si de niños nos aceptaban a los amigos imaginarios, por qué a las abuelas no? ELLA LE DIJO —¿Eulinda, escuchaste? —Sí, ella le dijo: “Regálame cinco años”. Y él desapareció en silencio. Y se le fueron cayendo los cabellos y los dientes. —¿A ella o a él? —A ella, por supuesto. —Qué tonta. —Espera que no ha terminado. —¡Ah! ¿Y a él se le cayó algo? —Espera. —Ella retrocedió el tiempo y volvió a decirle: “Regálame cinco años de ti, contigo". —Y se fue volviendo cada día más esplendorosa, vital, vívida, tierna, dulce. Y él adherido a ella como un solo cuerpo de puro amor. —Es decir, ¡que hay que explicarle bien el asunto para que a ella no se le caigan los dientes esperándolo! TENEMOS QUE HABLARLO —Eulinda, sé que tenemos que hablar para acomodar lo que hay que recomponer. Te entendí que tenía que poner orden en los cuatro cuerpos. —El cuerpo físico está a punto de colapsar es el que, en la cuarentena, ocupa casi veinte horas en un ir y venir entre el sucio y el orden. —Cierto, ya les hice horario a los otros tres que se hacen los desentendidos de que no hay nada por hacer. Empecé por el cuerpo intelectual, le puse su horario de lecturas. El cuerpo espiritual tiene asignadas sus horas de meditación, respiración y yoga. —El que más me preocupa es ese cuerpo tuyo emocional que anda de ensueño en ensueño, arreglándose el cabello, las uñas, y en especial, las tantas horas que dedica a ponerse menjurjes en la cara y hasta en los codos, y que por hacerle guerra a las arrugas.
  • 40. Página 40 de 170 —Sí, ya le prohibí las novelas de Corín Tellado y esas cumbias y guarachas que pone desde la mañana hasta la noche. Aunque dice, que es su forma de mantener activas sus caderas y sus pies. ¿ESTÁS DORMIDA? —Eulinda... ¿ya estás dormida? Necesito decirte algo. —¿Y no puedes esperar, es tan urgente? — Es que en la mañana ya nada existe. —Date con furia, pues. —Nooo. Es delicado y suave. —¿Quién? Cuéntame, cuéntame. —Tu siempre mal pensada. —Dime, rápido que tengo sueño. —Quisiera vestirme de ángel y volar contigo por el supra mundo, por qué no me llevas. Ya sé que mi cuerpo es pesado, nada que bajo de peso, aunque estoy cenando puro coco seco. Entre mordisco y mordisco me lleno, pero nada que adelgazo para volar contigo. Aunque he estado pensando que podría volar desde otra forma, no física. —Ya te dije que tú eres cuerpo pesado y yo liviano, solo yo puedo ir y venir. —Es que no es lo mismo, tú eres tú y yo soy yo. Yo quiero ser ángel, pero con cuerpo físico. —El problema es que los ángeles no sienten lo que tu sientes. Esos estremecimientos artísticos terrenales están vedados en nosotros. —Entonces, me vestiré la piel de ángel, nadie me lo va a impedir. —¿Y cómo? —Pacificando la piel. —A bueno, esa es tu decisión. Después no te quejas, de que nadie te mira, nadie te nota, nadie te lee; digo, los sentimientos. SUEÑO ES SUEÑO —Eulinda, tuve un sueño.
  • 41. Página 41 de 170 —¿Sueño o ensueño? —No, chica, sueño de soñar dormida. —Ajá, cuéntamelo todo. —Me vi chiquita, como de cuatro años, catirita como en las fotos que pude salvar del álbum familiar; con un montón de rizos en la cabeza. Estaba en la escuelita de la maestra Serafina. Yo era muy tímida hasta que vi a un muchachito de la misma edad y muy inventor, se la pasaba dándole forma a los cuentos que yo le echaba. Y de pronto, los dos nos hicimos pipí encima y nos dio por reírnos a carcajada. Cuando la maestra Serafina se acercó nos dijo que no nos preocupáramos, que ella nos iba a atender. Y que la próxima vez no nos riéramos tan fuerte. Y de pronto, éramos dos viejitos leyéndonos cuentos que nos hacían reír muchísimo. Y Serafina ahí atenta, cuidándonos. Alentándonos a seguir riéndonos. Será que es un ángel que nos cuida y nos acompaña. —No te olvides que cuento es cuento, no le eches más coco a eso. Aunque dicen que el aceite de coco es malo para el Alzheimer porque lo corre. —De todas formas, por un si acaso, ¿podría ser una manera de dulcificar los años venideros, no te parece? REGRESAR O IRSE DEFINITIVAMENTE —Eulinda, prométeme que no te vas a ir todavía. —Imposible. Si yo me voy, tú también te vas. Venimos en el mismo paquete. —Pero, ¿tú te irías primero, o yo? —Yo después que tú, pero solo mientras recojo lo que no se debe quedar. —Y, ¿qué tenemos que llevarnos? —Nada físico. Solo tenemos que cerrar bien algunas puertas, para no dejar desperdigados asuntos que nos dejen con un pie aquí y otro más allá. —¿Y si alguien me necesita podría regresar? —Depende, si está en el orden matemático de las circunstancias y si ese ser en verdad te necesita y tiene fuerza para atraerte. —¿Cómo para qué? —¿Cómo arreglarles una camita, recoger peroles desperdigados, cambiarles el agua todos los días? Lo que haces con tu perrito. —¡Ah...!
  • 42. Página 42 de 170 DUALIDAD —Eulinda, ¿qué estás pensando, te siento como si estuvieras escuchando detrás de la puerta de la casa vecina? Tienes demasiado rato perdida en ese mundo. —Mijita, es que no deja de sorprenderme el humano ser. Figúrate que los vecinos del 10-4 tienen un problema inimaginable. Resulta que se detestan físicamente, no se soportan, pero se van para el astral y son amantes, se aman, se entiende a perfección y les cuesta regresar. Lo hacen por razones humanas, órdenes del acuerdo planetario. —Debe haber algo físico que les molesta, Eulinda. ¿Podrás echarles una mano a ver si se reconcilian? Porque, de no ser así, se van a ir muriendo de mengua. —Por eso mismo he estado observando, y creo que es que por la falta de agua y otros insumos cotidianos. —¿Puedes hacer algo al respecto? Será que, disimuladamente, les regalamos jabón, champú, crema de dientes. Lo demás, vendrá por añadidura, bastaría un día con la rosadita de encajes rojos, otro día azul tierno, verde menta y los domingos, doradas con negro en los bordes. —Pero, tienes que hacerlo de manera delicada como si le echaras un cuento... «Me sobró todo esto, les aseguro que no es de la caja de abastecimiento, es del supermercado de Islandia”. —Hasta yo me asusto, no entiendo esa dualidad de la perfección humana, tan sabios, tan analíticos y creadores y, si descuidamos nuestro cuerpo físico se resquebraja, como cualquier racimo de bananos, con la madurez, o simplemente el mismo hacer nos hace perder la pristinidad de nuestro ser, oloroso a amor humano y divino. —Será ese el castigo por habernos comido la manzana, que hay que bañarse después de saborearla y antes. EBRIAS LAS MANOS —Eulinda, ¿Las manos pueden andar por ahí, de farra, solas? —¡En la cabeza cualquier cosa puede suceder! —Es que anoche mis manos se fueron solas, y que a pasear. Como si se mandaran por voluntad propia. Me juraron que se portarían bien, con todas las normas de la cuarentena. —Lo que me preocupa es que llegaron ebrias, como si hubieran bebido whisky 18 años. —Lo importante es que regresaron temprano, en la madrugada, sanas y salvas, y cantando «Si tú me dices ven, lo dejó todo, si tú me dices ven seré todo para ti...»
  • 43. Página 43 de 170 LAS AMISTADES —Confieso no ser muy amiguera de visitas ni de muchas palabras, Eulinda. —Me consta. —Las amistades siempre me han reclamado mi no participar, no alborozos. Como si la casa y los silencios fueran una dulce prisión. Ir a eventos, compartir el afuera no fue una tarea a cumplir, aún las tantas invitaciones. —Pero, me da la impresión de que algo va trasmutar... algo que aun indagamos... que tiene que ver con otra forma de amar menos silenciosa, más expresiva... —Cierto, en especial con las amistades con las que “compartimos” ese extraño cautiverio, tan prolongado. —Las amistades son, en el fondo, las vitaminas que nos faltan para completarnos; el calcio, el hierro, el fósforo... los abrazos, las palabras que son palmadas en la espalda. —El amor, el afecto, el compañerismo, nos ha hecho recordar tantos momentos hermosos y profundos, vividos, compartidos aun sin presencia física. ESPANTAR LA SOLEDAD —Eulinda, te vas a quedar patitiesa con lo que acabo de ver y escuchar. —Qué broma contigo, deja de estar curioseando a los vecinos. —Es que cada ser humano es tan particular que da para una novela diaria. —¿Qué pasó ahora? —En el apartamento 7-4 la pareja que se mudó hace cuatro meses, ya se están separando. Desde que llegaron trajeron cada uno su soledad, y al juntarse se volvió al cuadrado. —¡Pobres!, se veían como tristicos desde que llegaron, casi no sonreían. —Es que antes de juntarse debieron espantar la soledad de cada uno, y así empezar una nueva vida. VIÓ ALGO —Eulinda, él vio algo, se le acercó y la miró. —Sí, ella tenía los ojos abiertos, pero sin mirada. —Él sopló una palabra tierna, solidaria. —Ella empezó a ver el mundo de otra forma, con sus colores.
  • 44. Página 44 de 170 —Su corazón volvió a latir como en los tiempos del paraíso, donde se sueña con los ojos del alma. ¿Y TODAVÍA DUDAS? —Eulinda, mira lo que estoy sintiendo: “Desde la montaña, más alta, Dios ve por ustedes”. —¿Y cómo no estabas segura, se lo hiciste saber a la voz? —Sí. Entonces, una ráfaga, de manos humanas se posaron como pájaros de colores en mi cabeza. —¡Qué hermoso! —Y todos los días siento un canto que peina con sutileza cada una de las hebras de mi cabello, desde el amanecer hasta las noches más oscuras. —¿Y todavía dudas? Ilustración: JMalo María Luisa Lázzaro. [Mérida. Venezuela, 1950]. Es vicepresidenta de la Asociación de Escritores de Mérida. Nació en Caracas. Licenciada en Bioanálisis, Licenciada en Letras y Magister. Es catedrática de la Escuela de Letras de la Universidad de Los Andes (ULA). Premio Poesía Alfonsina Storni (Buenos Aires, Argentina, 1978), entre muchos otros. Ha impartido conferencias en diversas universidades, como la Universidad Complutense en Madrid (España), Universidad de Northridge (California) y otras. Ha publicado 26 libros, de ellos cinco poemarios y dos novelas: “Habitantes de tiempo subterráneo” (Pomaire, 1990) y “Tantos Juanes o la venganza de la Sota” (Planeta, 1993). Tres libros de Crítica literaria: “Viaje inverso: sacralización de la sal” (1985), “La inquietud de la memoria en el caos familiar” (1995) y “Dos lecturas y una novela, “Mis parientes, de Hernando Track” (2017). Dos libros de relatos cortos y una decena de libros para niños y jóvenes. Publicidad Talitha cumi. Levántate y anda La autora, la escritora venezolana María Luisa Lázzaro, trata un tema que le concierne de manera directa, y como si fuera un personaje de ficción aborda con maestría el duelo, la superación del dolor ante la pérdida de un hijo; y lo hace desde lo cotidiano, como si fuera la norma el perder al hijo y seguir la vida con sus quehaceres, sus clases en la universidad, sus tareas domésticas, su tiempo en soledad. Narrativa auto referencial, ficción y realidad en el mismo saco de la vida, del dolor y de la muerte.
  • 45. Página 45 de 170 Gustavo M. Galliano. Argentina. Relato El marchar de las palabras. Estoy un poco preocupado, hijo. Me pregunto qué me estará pasando. Llevo una temporada difícil y me preguntaba si te has dado cuenta de ello. Ha comenzado hace algunos años. Cierta dificultad en encontrar ciertas palabras, ciertos objetos ciertos… Al inicio no le dediqué demasiada atención, pero precisamente se trata de mi atención dispersa, y no recuerdo entonces si fue así, o esa dispersión devino en falta de dedicación a la mencionada atención. Inicialmente fueron pequeños detalles, como ir extraviando cabellos, o perder ciertas cosas, principalmente gran parte de la visión perfecta que poseía. O que mi prolija barba azabache se convierta en un revoltijo gris, que tan mal luce. Ir cambiando la vestimenta, y en lugar de vestir como el joven que soy, pues me queda la ropa de más talle, usar el horrible atuendo de gastados colores que visten los mayores. Pero no es lo más grave. No. Hay otros síntomas que me asustan aún más, hijo. Te menciono los más aterradores. He comenzado a olvidar palabras, entiendes, ¡palabras! La mayor bendición que he tenido en la vida… palabras. Las primeras que olvidé pronunciar fueron: abuelos. En ambos géneros. No recuerdo la fecha ni la temporada, solo que repentinamente esas palabras y sus sinónimos se fueron alejando de mi boca. Y aunque mi mente recuerda y reconoce hasta las lágrimas, en imágenes, ya no pude volver a pronunciarlas. Le siguieron otras, pero fue tremendo cuando ya no volví a mencionar “Papá”. Era apenas un jovencito y aunque en cada sueño él me visitaba, ya no pude decirlo, no entiendo, no pude. El sufrimiento me turbó tanto que hasta olvidé por unos años el llanto. Pero éste, como perro fiel, siempre regresa. Le siguieron otras como “mejores amigos”, “reuniones sociales”, “risas distendidas”, “abrazos afectuosos”, pero son frases más complejas que fui omitiendo quizás para que no se evidenciara el avance de mi estado. Al transcurrir de unos años, que se me dificulta mensurar, fui perdiendo otras palabras muy importantes… “Esposa”, por ejemplo. ¿Cómo hacer para ya no poder mencionar esta palabra cuando el corazón sangra de continuo? … se extraña, que resulta extraña, la palabra. Tal situación me ha generado graves consecuencias. El médico me ha indicado que quizás me afecten los síntomas de algún cuadro severo de ansiedad, de alguna fobia. Él intenta medicarme, pero me resisto a depender de unas píldoras, que probablemente pronto olvidaría tomar.