Los alimentos pasan por varias etapas, incluyendo la siembra, crecimiento, cosecha y transporte antes de llegar a los mercados. Durante cualquiera de estas etapas, los alimentos pueden contaminarse si se manipulan incorrectamente, lo que puede ocasionar enfermedades estomacales o más graves como parasitosis, cólera o hepatitis. La contaminación puede ocurrir en la granja o durante el transporte inadecuado, permitiendo el crecimiento de microorganismos dañinos.