La prisión preventiva es una medida cautelar personal, excepcional e indispensable que tiene como objetivo asegurar el desarrollo del proceso penal y el sometimiento del imputado al proceso, así como precautelar las pruebas. Para decretarla se requiere que existan elementos de convicción sobre la existencia de un hecho punible grave, que sea necesaria la presencia del imputado por su probable participación en el hecho, o que exista peligro de fuga u obstrucción de la investigación. Su duración no puede extenderse por un tiempo mayor