La flor y la oruga sobreviven a un incendio forestal que destruye su hogar. La flor propone un pacto donde ella alimentará a la oruga con sus hojas hasta que se convierta en mariposa a cambio de que la mariposa la polinice para que pueda dar semillas y repoblar el bosque. Aceptan el pacto y trabajando juntas logran sobrevivir. Con el tiempo, las mariposas cambian su boca con mandíbulas por una trompa delgada para cumplir mejor con su parte del pacto de polinizar
RETO MES DE ABRIL .............................docx
El pacto de la flor y la oruga
1. El Pacto de la Flor y la Oruga
José Acevedo J.
Tiempo después de la extinción de los dinosaurios, era frecuente ver sobre la faz de la
tierra toda clase de pequeños insectos rastreros y voladores. Entre los voladores se encontraban
las mariposas, que aunque parecidas a las que hoy día vemos guardaban ciertas diferencias,
como la boca, por ejemplo, en vez de una trompa enrollable aquellas poseían una boca con
mandíbulas, parecidas a las que tienen las libélulas.
En aquellos días, una gran sequía azotaba gran parte del planeta. Las altas temperaturas
provocaron un incendio que arrasó con el lugar donde vivían una hermosa flor y una oruga.
- No ha quedado nada.- Dijo la oruga llorando.
- ¡Claro que sí! – exclamó la flor a ver la oruga llorar. – Quedamos tú y yo.
- ¿Quién ha dicho eso? – preguntó la oruga asombrada.
- Yo he sido, estoy justo aquí, debajo de la gran roca.- Respondió la flor asomándose un
poco para que la oruga le pudiera ver.
- Debimos ser consumidas por el fuego, juntas con nuestros hermanos, de nada ha
servido. No ha quedado comida y el agua es escasa. – Dijo la oruga sollozando.
- ¡No digas eso! nunca debemos perder las esperanzas, si seguimos aquí ha de ser por
una buena razón.
- Es bueno que seas optimista, pero debes enfrentar la realidad, no hay nada que comer.
Muy pronto moriremos de hambre. – Expresó la oruga.
- Aún no lo entiendes, tú y yo podemos ayudarnos mutuamente, así lograremos
sobrevivir. – Dijo la flor.
- ¿Cómo? – preguntó la oruga.
- Desde hoy haremos un pacto, para sobrevivir una necesita de la otra. Yo te alimentaré
con mis hojas hasta que te conviertas en una linda mariposa y puedas volar, a cambio,
tú me polinizaras para que pueda dar semillas y así poder nuevamente poblar el bosque
con hermosas flores.
2. - Me parece muy bien. – Dijo la oruga esperanzada.
Así fue como lograron sobrevivir la flor y la oruga, trabajando juntas. Una vez adulta, la
mariposa no volvió alimentarse más con las hojas de las plantas. Para hacer efectivo el
pacto bebió el néctar de las flores. Al cambiar su hábito de alimentación, las nuevas
generaciones de mariposas no necesitarían las útiles mandíbulas que tienen las orugas,
y así con el paso de los años fueron cambiando la forma de su boca hasta terminar en
una gran trompa delgada y en espirar. De esa forma, al cambiar la mandíbula por la
trompa, las mariposas de las generaciones venideras recordarían y respetarían el pacto
que una vez le salvó la vida.