2. Un emoticono o emoticón1 (del acrónimo
inglés emoticon) es una secuencia de caracteres ASCII que,
en un principio, representaba una cara humana y
expresaba una emoción. Posteriormente, fueron
creándose otros emoticonos con significados muy
diversos. Los emoticonos que expresan alegría u otras
emociones positivas se clasifican normalmente
como smileys (de smile, «sonrisa» en inglés). En el sistema
operativo Windows se pueden obtener smileys pulsando
la tecla Alt + 1: ☺X (sonriente blanco) y Alt + 2: ☻
(sonriente negro). Los emoticonos se emplean
frecuentemente en mensajes de correo electrónico,
en foros, SMS y en los chats mediante servicios de
mensajería instantánea.
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El Diccionario de la RAE recoge el término emoticono como una palabra formada
por emoción e icono, y lo define como «símbolo gráfico que se utiliza en las comunicaciones
a través del correo electrónico y sirve para expresar el estado de ánimo del remitente».
Cada día usamos más el correo electrónico y menos el teléfono para nuestras
comunicaciones profesionales. El mail es rápido y la información queda por escrito, con lo
cual no hay posibilidad (o no debería haberla) de decir: «Tú no dijiste eso sino lo contrario» o
«No quedamos así sino asá».
El correo electrónico tiene grandes ventajas, pero también el gran inconveniente de
que aumenta las probabilidades de conflictos por mala interpretación. Esto es así porque en
un texto no hay tono, voz, gestos, sonrisas, dudas, ironía… Falta el lenguaje no verbal.
Aunque uno tenga dotes de escritor romántico, corre más riesgo de que sus emociones no
sean correctamente interpretadas en un escrito, donde el lenguaje es, en cierto modo,
incompleto.
Eso sin contar con que mucha gente escribe fatal (los correctores damos fe de ello), que
puede ser impulsiva, que a menudo responde los correos o los wasaps a toda velocidad, sin
tiempo para reflexionar, sin ponerse las gafas, en el metro, desde el móvil… Unos cuantos
golpes de pulgar y ya le damos a la tecla fatídica: «enviado desde mi iPhone».
Los emoticonos son necesarios porque contribuyen a humanizar nuestros correos y nuestra
imagen en redes sociales. Esas caritas simples provocan una reacción positiva en el
destinatario porque nuestro cerebro está genéticamente dispuesto a prestar atención a los
rostros humanos. Un emoticono disipa dudas, suaviza cualquier mensaje crítico, ofrece un
plus de amabilidad y, aunque decir esto parezca más ñoño que un teletubbie, contribuye a
crear un entorno más feliz.
5. Modo de empleo de los emoticonos
Sin embargo, dicho todo lo anterior, tampoco podemos ir poniendo caritas
como si tuviéramos 15 años. Hay unas normas de uso:
•No utilices un emoticono en las primeras comunicaciones por correo
electrónico con un nuevo cliente. Tómate un poco de tiempo para conocerle
antes de ponerle caritas; o sea, igual que en las relaciones de pareja: no
pretendas intimar antes de tiempo.
•Puedes y debes usar emoticonos en las redes sociales de tus clientes,
como Facebook y Twitter. Los emoticonos tienen un gran poder social.
•No te pases con los emoticonos, con una carita es suficiente, no es
necesario poner tres ni siete.
•Da igual que tu dispositivo tenga un emoticono para cada situación en la que
pueda encontrarse el ser humano; limítate a los básicos: sonrisa, tristeza,
guiño y poco más.
•Relee tu texto antes de enviarlo, cuida tus saludos y despedidas, y
si sospechas que algo puede malinterpretarse, emoticono al canto.
•El correo electrónico no reconoce el sentido del humor ni la la ironía. Si eres
graciosillo o utilizas el doble sentido, pon una sonrisa