El león rugió sobre las maravillosas cosas que podría escribir si supiera escribir. La leona del libro le preguntó por qué no escribió él mismo, a lo que el león respondió que no sabía escribir. La leona sonrió y empujó al león con su nariz, llevándoselo con ella. Se dice que el león aprendió el alfabeto y escribió palabras de amor para cada letra con la leona.