2. IMPORTANCIA DE LA PLANIFICACIÓN
¿Cómo puedo planificar el estudio?
Pregúntate
Planifica
¿Qué materiales puedo utilizar para realizar mi planificación?
3. La base para conseguir unos buenos resultados es llevar a cabo una
buena planificación del trabajo que debemos realizar. Si queremos mejorar
nuestros resultados académicos debemos comprender la importancia de una
buena planificación y cumplir con ella.
Una buena planificación nos permitirá alcanzar la meta deseada, disminuyendo
esa sensación de agobio que sentimos cuando se nos echa el tiempo encima y
aún nos queda mucho estudio por delante.
Uno de los problemas a los que nos enfrentamos es que estudiar no es la tarea
más entretenida del mundo, por lo que no es una actividad que nos apetezca
hacer en cualquier momento. El resultado de esto es que la vamos posponiendo
hasta días previos del examen y ya, en esos momentos, no nos queda más
remedio que hincar nuestros codos en el escritorio.
4. La importancia de una buena planificación
¿Por qué es importante?
Planificar nos da la sensación de control de lo que tenemos que hacer. Al tener
nuestras acciones totalmente dirigidas hacia nuestros objetivos, el camino hacia
alcanzar nuestra meta será mucho más fácil. Con nuestra mente libre de estas
preocupaciones, podremos focalizar nuestra atención en lo verdaderamente
importante, siendo nuestro camino mucho más fluido.
5. La importancia de una buena planificación
¿Cómo puedo planificar el estudio?
Es fundamental tener en cuenta que nuestra planificación tiene que estar basada
en nosotros mismos, en nuestras capacidades, en las tareas que tenemos que
realizar y en el tiempo que disponemos para poder llevarlo a cabo. Pero,
vayamos paso por paso.
6. La importancia de una buena planificación
¿Cómo planifico el estudio?
El primer paso de todos es sacar la información necesaria para poder llevar a
cabo una buena planificación que te permita alcanzar tu meta. ¿Qué tienes que
hacer? ¿cuánto tienes que estudiar? ¿qué asignatura/as tienes que prepararte?
¿cuál es la dificultad? ¿y su extensión? ¿cómo es el examen? ¿tienes el material
necesario? ¿cuánto tiempo (REAL) tienes para estudiar?
7. Cuando hayas recabado esta información,
podremos pasar al siguiente paso.
Planifica
Ahora que ya tenemos toda la información, podremos planificar ajustándonos a
nuestras necesidades.
¿Cuánto tiempo voy a necesitar?
Estima el tiempo que vas a necesitar para poder trabajar cada materia y
distribuye éste en el tiempo que dispongas para hacerlo. Acertar con el tiempo
estimado puede ser una tarea complicada, sobre todo, si no estás acostumbrado
a estudiar de forma diaria. Mi consejo es que, si cuentas con tiempo suficiente,
seas generoso/a con el tiempo que estimes. ¿Por qué? La razón es sencilla,
siempre surge algo que nos retrasa. Por esta razón, es mejor que nos sobre
tiempo y podamos emplearlo para adelantar materia (por ejemplo).
8. PLANIFICA
Horario
Establecer un horario fijo para estudiar cada día nos permitirá crear una rutina de estudio. Si no tienes
costumbre, al principio te costará un poco, pero con el paso de los días te será mucho más fácil ponerte
a estudiar. Además, puedes ir incrementando el tiempo de estudio de forma paulatina (si cuentas con el
tiempo suficiente).
¡No te olvides de los ratos de descanso! Son muy importantes y te ayudarán a refrescar tu mente cuando tu
atención sostenida no pueda continuar.
Marca tus objetivos
Un error muy común es plantear objetivos demasiado exigentes y difícilmente alcanzables. Es fundamental
que seamos realistas y, para ello, es necesario fragmentar ese gran objetivo en otros más pequeños. ¿Qué
conseguiremos con ello? Iremos viendo resultados de forma más fácil, nuestra motivación se incrementará
por ello, será más sencillo alcanzar ese objetivo principal y evitaremos posibles frustraciones por no cumplir
ante tanta exigencia.
Tareas a realizar
Marcados tus objetivos, tienes que tener presente que tienes que hacer para cumplirlos. ¿Qué necesitas
hacer para cumplir con tu objetivo? ¿Resúmenes, esquemas, ejercicios, memorizar, otra técnica de estudio…?
9. PLANIFICA
¿Con qué intensidad?
Puedes modular la intensidad de estudio de forma progresiva, incrementando ésta a medida que vayas
adquiriendo tu rutina de estudio. Al igual que los objetivos marcados, la intensidad de estudio tiene que ser
realista.
Descansos
Los descansos también tienen que tener su lugar en tu planificación. Gracias a ellos conseguiremos que
nuestra atención permanezca focalizada en la tarea que nos atañe.
Flexibilidad
Nuestra planificación, sobre todo si es a largo plazo, tiene que ser muy flexible. Es imposible adivinar los
imprevistos que pueden ir surgiendo (enfermedad, viajes, realización de otras tareas importantes que nos
impidan estudiar…). Por esta razón, gracias a la flexibilidad de nuestra planificación, podremos ir ajustando
ésta a medida que vayan surgiendo esos imprevistos.
Recompensas
Sí, como lo lees. Si cumples con tus objetivos puedes recompensarte por el trabajo bien hecho. Si has
terminado con tu jornada de estudio y has cumplido todo lo que te habías propuestos, puedes recompensarte
realizando alguna tarea que te sea agradable: un paseo, ver el capítulo de una serie que te guste…
10. PLANIFICA
¿Qué materiales puedo utilizar para realizar mi planificación?
Para planificar tu estudio no necesitas mucho, con un simple lápiz y una hoja de papel te es
suficiente.
Siguiendo estos puntos mejorarás tus resultados. Y, para ello, la planificación y la constancia serán
tus mejores aliadas.
Establecer un horario fijo para estudiar cada día nos permitirá crear una rutina de estudio. Si no
tienes costumbre, al principio te costará un poco, pero con el paso de los días te será mucho más
fácil ponerte a estudiar. Además, puedes ir incrementando el tiempo de estudio de forma paulatina
(si cuentas con el tiempo suficiente).
¡No te olvides de los ratos de descanso! Son muy importantes y te ayudarán a refrescar tu mente
cuando tu atención sostenida no pueda continuar.
11. Preparar un examen
La preparación de un examen se inicia a principio de curso. Tener el programa de
la asignatura, conocerlo, mentalizarse del programa y de su temario durante
todo el año, asistir a las clases, libros, materiales de apoyo...
Piensa que cuanto mayor sea el tiempo invertido en esa asignatura, más
probabilidad hay de que la superes de manera satisfactoria. El examen sólo es la
meta de una larga carrera.
12. Preparación de los exámenes
En primer lugar, es muy importante mantener alta la motivación.
Ten una buena estrategia de aprendizaje de cada materia. El método de estudio a explorar,
preguntar, leer, recitar y repasar nos proporciona una buena estrategia para asentar por fases y
gradualmente los conocimientos y su comprensión de cara a un examen.
Toma buenos apuntes en cada clase.
Planifica el estudio.
Utiliza trucos para memorizar aquellos contenidos fundamentales.
No olvides repasa constantemente.
El día del examen, controla tus nervios.
Elimina los pensamientos negativos como “seguro que suspendo” o “no soy capaz”. Son sólo
un lastre que te limitan e impiden que rindas al nivel del que eres capaz.
Lee bien las preguntas del examen.
13. Si hemos cuidado otros aspectos (Técnicas de memorización, motivación,
hábitos, etc) hemos sentado las bases para planificar convenientemente la
realización de un examen sin dejarlo todo para última hora.
La higiene mental es un concepto utilizado para referirnos al conjunto de
hábitos y actividades dirigidos a cuidar nuestros pensamientos, gestionar
mejor las emociones y mantener comportamientos positivos y constructivos,
gracias a los cuales podemos mejorar la calidad de nuestra vida y la de las
relaciones personales.
14. IMPORTANCIA DE LA HIGIENE MENTAL
La preocupación por nuestra salud y la de los
demás, por las condiciones laborales y
además la incertidumbre y la soledad, son
algunos de los efectos que nos ha traído esta
pandemia. Por ello es muy importante
mantener la higiene mental.
15. Nueve claves para mantener la Higiene
Mental
1- Fortalecer la autoestima. Atrévete a reconocer, resaltar y apreciar tus mejores características,
tus talentos, tus valores, tus cualidades, tus buenos sentimientos e ideas, y sobre todo lo que has
aprendido a lo largo de tus experiencias de vida y que conforman la persona que eres.
2- Sentir confianza. Es importante aprender a tener más confianza en nosotros mismos, en que
tenemos el conocimiento, las cualidades, las fortalezas y la capacidad para afrontar la vida de la
mejor manera posible. También necesitamos tener confianza en que tendremos el apoyo Divino
para resolver cualquier situación que se nos presente. No estamos solos.
3- Mantener el bienestar. Necesitamos mantener una rutina sencilla y disciplinada de ejercicios
físicos para canalizar el estrés y ganar vitalidad. También adoptar una dieta alimenticia más
balanceada y saludable que incluya menos alimentos refinados y más alimentos naturales. Y por
supuesto dormir entre 6 y 8 horas para descansar lo suficiente y poder recargar las baterías
esenciales. Practicar yoga, relajación, taichí y la meditación con frecuencia contribuye con
nuestro bienestar integral.
16. Nueve claves para mantener la Higiene
Mental
Tener inteligencia emocional. Cuando nos dejamos llevar por las emociones alteradas casi siempre
terminamos reaccionando de manera equivocada, al hacernos parte del problema y no de la
solución. Respirar conscientes del aire que entra y sale de nuestros pulmones, despacio y con
atención, hará que la calma regrese a nosotros y de esta manera reconocer y canalizar las
emociones negativas y conservar la calma y la claridad que necesitamos para responder a la
situación de la mejor forma posible.
Practicar la atención plena. Esta es una forma consciente de prestar atención al momento presente
con interés, curiosidad, sin juicios y con capacidad de aceptación. El estado de atención plena nos
permite estar abiertos a reconocer todo lo que ocurre en el presente y a observar nuestros
pensamientos y sentimientos verdaderos, sin dejarnos afectar por ellos al no hacer juicios de
nuestra parte que nos lleven a considerar si son buenos o malos. Esta práctica nos llevará a
conocernos mejor y a estar abiertos a cada experiencia.
Cuidar nuestras relaciones personales. Las relaciones basadas en el respeto y la tolerancia, donde
se utiliza la escucha activa y la buena comunicación, terminan siendo duraderas y satisfactorias. El
elemento necesario para conseguirlo es la empatía, porque esta nos permite conocer y comprender
mejor a los demás y reconocer su valor para nosotros; a través de su práctica aprendemos a
ponernos en su lugar, sin juicios, críticas o suposiciones, para experimentar relaciones más
saludables.
17. Nueve claves para mantener la Higiene
Mental
Tener pensamientos positivos. Construye pensamientos e ideas positivas, cultiva el entusiasmo y
el optimismo, renueva tu ánimo y mantente siempre sonriente. No te dejes paralizar por el
miedo ni desanimar por el fracaso. Crea frases positivas y afirmativas para ganar fortaleza y
búscale siempre el lado positivo a la vida.
Manejar las preocupaciones. Las preocupaciones son un ladrón de la serenidad y del bienestar.
Cuando nos sentimos preocupados se instalan en nuestra mente ideas negativas que se tornan
obsesivas cuando les prestamos atención. Dramatizar o exagerar el efecto o las consecuencias de
una situación, imaginando todo lo que pudiera suceder de la peor manera, solo te traerá estrés,
ansiedad y la sensación de sentirte incapaz de manejar el momento.
Aprender resiliencia. Esta surge del convencimiento de que tenemos la capacidad de superar los
obstáculos y las dificultades de forma exitosa, sin pensar en el fracaso o a pesar de encontrarnos
en el medio de una situación difícil. Además, nos ayuda a retomar el control y el ritmo de
nuestra vida cuando hemos experimentado alguna perdida, un fracaso o una dificultad.
18. Dinámica de las prioridades
Esta actividad grupal tiene por objetivo conocernos
más a nosotros mismos y conocer más a los demás.
Un ejercicio muy útil para realizar con familiares y
amistades para abrirnos a nivel personal a través de
un juego divertido.
Consiste en realizar una lista de las 10 cosas que te
llevarías a una isla desierta. Deben ser cosas muy
concretas. Los participantes deben exponer su lista y
compartir opiniones. Para continuar el ejercicio,
debemos eliminar 7 cosas y quedarnos con solo 3.
Serán las 3 cosas que más valoramos, así que se
puede percibir tu escala de valores y tus prioridades.
Podemos compartir sensaciones, impresiones y
conclusiones derivadas de la actividad.