La zona abisal de los océanos se encuentra entre 3,000 y 6,000 metros de profundidad, ocupa el 70% de los océanos y se caracteriza por bajas temperaturas, alta presión y oscuridad permanente. La vida en esta zona depende de la llegada de materia orgánica desde las capas superiores y algunos microorganismos realizan quimiosíntesis obteniendo energía de sustancias inorgánicas.