La anemia infecciosa equina es una enfermedad vírica crónica transmitida por artrópodos que causa crisis hemolíticas febriles intermitentes en los équidos. El virus pertenece al género Lentivirus y puede presentarse de forma aguda, crónica o subclínica. No existe tratamiento, por lo que los caballos infectados deben ser sacrificados para prevenir la transmisión. El diagnóstico se realiza mediante pruebas serológicas como ELISA o la prueba de Coggins, y la preven
2. Etiología
• La anemia infecciosa equina es una enfermedad vírica crónica, exclusiva de los équidos y
transmitida habitualmente por artrópodos, con clínica caracterizada por crisis hemolíticas
febriles intermitentes.
• El virus causal pertenece al Género Lentivirus, Familia Retroviridae.
• Muy resistente a desecación y temperaturas inferiores a 50 ℃, sensible a desinfectantes y
cambios de pH.
• La enfermedad se presenta en forma aguda y subaguda en caballos susceptibles (no
expuestos con anterioridad al virus AIE), sin embargo, su curso más frecuente es el crónico.
Diversos investigadores consideran además, el estado de "infección inaparente" en el cual
los caballos son clínicamente normales, pero al mismo tiempo son portadores del virus AIE y
presentan anticuerpos específicos en su sangre.
• La anemia implica una disminución considerable en la cantidad de los glóbulos rojos
(eritrocitos) y/o en la hemoglobina, lo que conlleva a una disminución del oxigeno que llega
a los músculos y a los órganos y causa un deterioro rápido y general del cuerpo.
3. Síntomas
La sintomatología consigna varias presentaciones:
Sobreagudo: presentación poco frecuente en la cual el animal muere súbitamente antes de presentar signos
clínicos
Aguda: en esta presentación se asocia con la viremia inicial y usualmente ocurre dentro de la 1ª y 4ª semana
post infección. Se observan; fiebre alta (por arriba de 41ºC.) e intermitente, depresión, falta de apetito,
anemia, mucosas de tonalidad entre roja oscura a ictéricas (coloración amarillenta), petequias (puntos
rojos) en las mucosas (especialmente en la lengua y conjuntiva) y sangrado nasal, pudiendo finalizar con la
muerte del animal.
4. Crónico: cuando los caballos sobreviven al cuadro agudo y sobreviene un
largo período de recuperación de 5 a 30 días, donde el nivel de virus en
sangre y los signos clínicos se resuelven en ese momento cuando sobreviene
la presentación crónica, la cual se caracteriza por ciclos de viremia
intermitentes y recurrentes acompañados de fiebre, depresión, pérdida de
peso, ictericia, hemorragias, edema ventral (abdomen hinchado) y anemia.
Subclínico o inaparente: generalmente al año post-infección en aquellos
caballos que logran sobrevivir. En esta etapa el caballo luce sano, los signos
clínicos no son aparentes por lo que nadie advierte su enfermedad pudiendo
el caballo mantenerse en esta condición gran parte de su vida.
5. ¿Cómo diagnosticar la
anemia infecciosa equina?
El diagnóstico se realiza
principalmente mediante dos técnicas
serológicas: ensayo por
inmunoabsorción ligado a enzimas
(ELISA) y prueba de inmunodifusión en
gel de agar (AGID o test de Coggins).
• El test de Coggins es el test oficial
de referencia para el diagnóstico de la
AIE. Es capaz de detectar anticuerpos
a partir de las 2-3 semanas post-
infección, aunque se han descrito
casos de caballos seronegativos hasta
los 60 días post-infección. Los
resultados son obtenidos a las 48
horas y se requiere experiencia en su
interpretación.
6. Tratamiento de la anemia infecciosa
equina:
• No existe un tratamiento efectivo
contra el virus causante de la anemia
infecciosa equina, por este motivo, los
veterinarios suelen recomendar la
eutanasia de animales infectados, para
prevenir la transmisión hacia otros
équidos. Por este motivo, la
prevención se vuelve tan importante.
7. Prevención de la anemia
infecciosa equina:
• Precisamente por lo anteriormente indicado, la prevención de
esta enfermedad es vital. Los pasos más eficaces que podemos
seguir para evitar el contagio y la propagación de esta
enfermedad incurable para los équidos son:
• Primero, deberemos llevar a cabo habitualmente la forma de
prevención más básica, que es mantener las zonas y los
materiales (tanto como material quirúrgico u otras
herramientas) comunes bien limpios y esterilizados para evitar
el virus. Con la limpieza y desinfección adecuadas también
mantendremos alejados a los vectores de la enfermedad.
• Segundo, es imprescindible que nuestro veterinario
especialista de confianza haga análisis rutinarios cada cierto
tiempo, se recomienda un par de veces al año, a todos los
équidos.
• Tercero, si somos conscientes de que tenemos algún animal
enfermo, deberemos mantenerlo aislado de los demás de la
mejor forma posible para los demás, pero también para él.
8. Control:
• Para prevenir o controlar la
anemia infecciosa equina (AIE) se
concentran en la detección de
equinos portadores mediante el
test diagnóstico de laboratorio y
la posterior eliminación del
animal.
• Por lo que si se detecta un
equino positivo, se deberá
proceder a su eliminación por
medio del sacrificio sanitario o
envío a faena, de este modo se
evitará que otros caballos del
rodeo sean contagiados.