Con las recientes balaceras entre narcos y fuerzas federales del orden ocurridas en Tamaulipas y que tuvieron saldo de varios muertos, heridos y detenidos, surgió nuevamente a primera plana el tema de la seguridad nacional. Ayer el Presidente Calderón refrendó el compromiso de su gobierno de luchar a brazo partido contra el crimen organizado, y afirmó que sí es posible ganarle la batalla, porque se ha venido demostrando con pequeños pero efectivos golpes a sus infinitas huestes. Para tal efecto el Mandatario llamó a la unidad para lograr alcanzar la meta, además pidió la participación de los tres órdenes de gobierno para evitar la corrupción y el encubrimiento de criminales. Po su parte el Secretario de Gobernación, Francisco Ramírez Acuña, aseguró que el gobierno federal hará todo lo necesario para restablecer el orden en aquella golpeada entidad, donde se ha aumentado en número de elementos policiacos y del Ejército para que den la batalla al crimen organizado. Por su parte el gobernador Eugenio Hernández Flores, pidió una mayor presencia de fuerzas federales, al considerar que sólo el gobierno federal tiene la capacidad y la obligación de combatir la delincuencia. Lo anterior no está nada mal pero, siempre hay un pero, mientras no se haga una limpia al interior de las fuerzas policiacas de todo el país, será más dificil ganarle la partida al crimen organizado, al narcotráfico y a todas las fuerzas del mal. Cuántas veces no hemos escuchado que son policías recién despedidos o aún en activo quienes capitanean las bandas delictivas dedicadas al secuestro, al robo de bancos o al narcomenudeo. A diario caen bandas donde uno o más de sus integrantes son policías, municipales, judiciales o de los que sean pero policías. Por eso así como la seguridad es una prioridad para la administración del Presidente Calderón, la limpieza de las fuerzas policiacas deben también ser prioritarias en los tres órdenes de gobierno, pues sólo teniendo policías limpios la ciudadanía podrá confiar en los uniformados, aportando con ello santo y seña de los pequeños delincuentes que viven en sus colonias. Así que primero a ganarse la confianza de la gente común, luego tener una mejor policía y finalmente entrarle al toro por los cuernos y dar la batalla sin cuartel al crimen organizado.