Este documento presenta una crónica de la experiencia de Evangelina García Prince en la capacitación política de mujeres en Venezuela desde 1972 hasta 1996. Describe cómo ayudó a transformar el Departamento de Acción Femenina de su partido político para enfocarse en la capacitación de mujeres líderes. Esto resultó en que más mujeres alcanzaran posiciones prominentes en el gobierno. También discute las tendencias en la capacitación política de mujeres a nivel internacional y latinoamericano según su experiencia trabajando en diferentes países.

1. IV ENCUENTRO ANDALUZ DE FORMACION FEMINISTA
“EL SABER DE LAS MUJERES”
Instituto Andaluz de la Mujer
Centro Carmen de Burgos
Baeza, Jaen
Septiembre 1997
CRÓNICA DE UNA EXPERIENCIA DE
CAPACITACION POLITICA DE MUJERES
1972 – 1996
Evangelina García Prince
Venezuela
Introducción.
La experiencia a que voy a referirme no es homogénea. Lo que voy a señalar no es el
producto de las vivencias de una sola persona. Tampoco se refiere solamente a
iniciativas de capacitación para el liderazgo político, aun cuando debo reconocer que
ha sido uno de los temas a los que he dispensado mayor tiempo y esfuerzo, en
relación con mi interés por la intervención política de las mujeres. Por diversas razones
que explicaré posteriormente, la capacitación política ha convocado mi dedicación por
mucho tiempo. Ha sido parte del proceso de mi participación en la vida política, pero
no el todo.
Sólo pretendo registrar lo que he logrado observar y vivir, no sólo desde mi
experiencia política personal dentro y fuera de un partido político en mi país,
Venezuela, sino desde altas posiciones del Parlamento y del Gobierno, donde he
ocupado posiciones de Senadora y Ministra y también, desde mis experiencias como
instructora y profesora de hombres y mujeres dirigentes, desde la cátedra universitaria
que desempeñe por varias décadas, y desde la ONG que dirijo y en la cual atiendo los
menesteres de la investigación y la formación extra universitaria.

2. 2
Me ha correspondido en la vida política de algo más de 40 años, ir desde la militancia
de base hasta elevadas posiciones dentro de la estructura del partido y en los
Poderes Legislativo y Ejecutivo, como he señalado previamente. He participado en
diversos tipos de acciones políticas: desde las tareas de organización y dirección, hasta
labores de activismo directo en las bases.
Desde principios de los 70, hace 25 años, he venido trabajando sistemáticamente en la
capacitación política de mujeres. Fueron circunstancias especialmente favorables que
se dieron en ese momento, las que permitieron dar un cambio significativo al
Departamento de Acción Femenina del Partido Acción Democrática. El espíritu
reivindicativo de la época que compartíamos algunas militantes de inclinación
feminista, fue uno de los factores que determinaron tales cambios, pese a las
resistencias que abiertamente despertaba el feminismo en las estructuras partidarias.
Esto en ese momento no representó un gran obstáculo porqué éramos mujeres que
habíamos legitimado la aspiración reivindicativa, desde los orígenes del partido y en
las luchas clandestinas contra la última dictadura.
A fines de la década anterior, había tenido lugar un Congreso de la Mujer Venezolana
(1968) que, pese a su escasa representatividad nacional, ya que en él sólo
participaron mujeres de la capital, resultó una oportunidad para el encuentro de
mujeres políticas. En este Congreso se dieron dos fenómenos que estimo de la mayor
importancia para la evolución política de las mujeres venezolanas: a) se juntaron
mujeres de ideologías, partidos y organizaciones distintas y hasta rivales, quienes
intercambiaron sin acentos competitivos ni conflictivos, puntos de vista y experiencias
en el que todas o casi todas nos reconocimos, y b) surgió de esa experiencia un clima
de tolerancia y entendimiento mínimo que nos permitió, hasta el presente
encontrarnos, entendernos, relacionarnos, conversar, entablar amistad pese a las
diferencias políticas, y llegar a ciertos acuerdos, en algunas circunstancias.
En aquella oportunidad se produjo un amplio reconocimiento de la comunidad de
situaciones de subordinación que vivíamos al interior del sistema político y de los
partidos, y el carácter subalterno de las tareas que el partido nos asignaba, así como
de las barreras que debíamos salvar para lograr el ascenso político.

3. 3
Este fermento trajo al partido aires de renovación del aparato femenino, anquilosado
en los últimos años en el destino predeterminado por la dirigencia masculina que,
dicho sea de paso, había disminuido la jerarquía del Departamento al pasarlo de la
condición de Secretaría con autonomía con la cual había sido creado, a la condición de
Departamento dependiente de la Secretaría de Organización.
De cualquier manera, el Departamento era fundamentalmente un órgano dedicado al
proselitismo y activismo electoral, orientado a asegurar una, la mayor posible, masa
de militantes y simpatizantes para el partido y la aceptación en el electorado
femenino, de las candidaturas, casi todas masculinas, que se ofrecían. Pese a ello,
hubo un giro importante, a principios de los 70 en la orientación del departamento. La
nueva Directora, Elia Borges de Tapia, una militante que había ascendido desde la
base con gran esfuerzo y persistente deseo de llegar a la dirección nacional, decidió
modificar las pautas.
Elia, quien entró en el mecanismo femenino en los años 40 y fue miembra activa de la
lucha clandestina de las mujeres contra la dictadura, (1948 -1958), era una mujer de
gran experiencia política y excelentes dotes de organizadora. Reproducía las pautas de
los liderazgos masculinos, pero estaba firmemente interesada en incrementar la
calidad y cantidad de las mujeres líderes. En aquel momento, tuvo la acertada idea de
reorganizar los cuadros del Departamento Nacional y consolidar la creación y
funcionamiento de los Departamentos Seccionales.
Abrió el organismo, no sólo a las mujeres que cumplían funciones de activismo directo,
sino a otras, profesionales y académicas, muchas de ellas hasta entonces distantes del
interés por los asuntos de las mujeres pero que vieron en el Departamento Femenino
una opción para la militancia y la influencia en procesos partidarios. Estas mujeres
jugaron un importante rol organizativo y de ideólogas del movimiento interno. Fue en
esos años cuando se institucionalizó como un programa sistemático, la capacitación
para mujeres dirigentes, dentro del marco de una actividad de gran empuje y sólida
organización, que incrementó muy sustantivamente la visibilidad del Departamento y
de las mujeres.

4. 4
Gracias al estímulo que Elia Borges de Tapia le dio a estas iniciativas de capacitación
y a la continuidad que se les imprimió hasta mediados de 1985, una generación de
mujeres alcanzó posiciones prominentes, que todavía muchas ostentan en el Congreso
Nacional, en los cuadros del partido y en otros importantes destinos nacionales y de
provincia.
Entre las acciones de mayor peso que se dieron en los primeros años de
transformación del Departamento Femenino del Partido están, la creación de una
Coordinación de Capacitación Política, que brindó formación a mujeres militantes de
todo el país para el liderazgo político, y la celebración anual de unas Jornadas
Nacionales que tenían el propósito de presentar al partido y al candidato a la
Presidencia de las próximas elecciones, posteriormente al Presidente de la República,
la propuesta de las mujeres para el programa de acción de gobierno y la oferta
electoral. En total se celebraron tres de estas Jornadas anuales.
El impacto de estas acciones fue notable. El Presidente electo en 1974, creó una
Comisión Femenina Asesora de la Presidencia de la República integrada por 21
mujeres, que organizó el Primer Congreso Venezolano de Mujeres, multipartidario y
masivo. Se logró incrementar el número de mujeres en la Administración Pública y se
concretaron, por solicitud de las mujeres del partido y las que intervinieron en aquel
Primer Congreso, varias instituciones novedosas de beneficio para el colectivo
femenino.
El Programa de Capacitación se institucionalizó y fue descentralizado. A lo largo de los
años, registró altibajos, otras directoras de la ahora Secretaría de Acción Femenina, no
pusieron el mismo empeño que se puso al principio.
Mientras esto ocurría en mi partido, tuve la gran fortuna de que mi experiencia en
capacitación política fuese llamada a contribuir al desarrollo de iniciativas semejantes
en otros países. Muchas de estas acciones de capacitación en las que me ha
correspondido trabajar han sido auspiciadas, no sólo por partidos, sino por
instituciones de gobierno, tales como los Institutos de la Mujer, por ONGs y por
Cooperantes Internacionales, entre los cuales, precisamente, está España, quien ha

5. 5
financiado muchas experiencias sobre todo en Centroamérica, especialmente en el
período posterior a los últimos conflictos que se han vivido en esa sub-región.
Esto me ha dado la oportunidad de intervenir, cooperar e incluso crear modalidades de
capacitación para el liderazgo, que ya no es sólo del interés de las mujeres políticas,
sino de mujeres en la gerencia privada y de ONGs.
He creído que pudiera ser de interés para las participantes de este Encuentro, conocer
la visión que tengo de la evolución de las tendencias de capacitación política para las
mujeres, tal como la percibo en América Latina y en mi país, cuyas dinámicas en ese
plano conozco muy de cerca, por numerosas experiencias personales, desde hace
algunos años.
Antes de entrar en ese análisis he creído igualmente útil, contextualizar el tema de la
capacitación política de mujeres, en el marco de las discusiones e intereses que en los
últimos años han girado en torno al fenómeno más inclusivo de la participación política
y la presencia de las mujeres en la toma de decisiones.
El tema de la Capacitación Política en la discusión internacional y
regional en las últimas décadas.
Desde la Primera Conferencia Mundial de la Mujer en México en 1975, entre las
recomendaciones más reiteradas en todas las reuniones mundiales y regionales, sobre
todo en las convocatorias intergubernamentales, está la capacitación política y
entrenamiento para el liderazgo.
Las organizaciones no gubernamentales se han interesado bastante menos por el
asunto, hasta que en los últimos años, se ha incrementado su atención, sobre todo en
la formación de líderes comunales y en ciertas áreas vinculadas a disciplinas
gerenciales.
En México, donde se plantearon los asuntos sustantivos que han dominado la agenda

6. 6
del resto de las reuniones internacionales acerca de la participación de las mujeres en
las posiciones de toma de decisiones y en el liderazgo, se comprendió que esa era una
de las áreas claves para la "integración de la mujer al desarrollo", que como sabemos
fue el "lei motiv" de la reunión.
Para esos momentos, aun cuando no se había planteado un claro enfoque de género
en los debates, el tema del poder aparecía como elemento fundamental en el destino
de las mujeres. Aquella reunión urgió a los gobiernos a que promoviesen en brevísimo
plazo "una amplia participación de las mujeres en la toma de decisiones a nivel local,
nacional e internacional", dado el carácter "desproporcionadamente minoritario de la
presencia de mujeres en posiciones de liderazgo" en el sector público, "lo que las
excluía de la toma de decisiones y provocaba la omisión de sus puntos de vista y sus
necesidades en la planificación del desarrollo".
Pasaron casi 20 años antes de que estas reuniones se acercaran a la necesidad de
examinar la materia de la participación de las mujeres en las estructuras formales del
poder, con la intención de concretar las recomendaciones e incorporar una perspectiva
género sensitiva. El análisis de los informes de todas estas conferencias revela la
relativamente limitada variedad de propuestas sobre el tema, el bajo nivel de
concreción de la mayoría de ellas, y su carácter repetitivo, aun dentro de las
conclusiones de una misma conferencia, como ocurre con la Plataforma de Acción de
Beijing. Sorprende descubrir estos rasgos sobre todo porque se trata de un asunto que
desde el principio (1975), se consideró clave en la superación de la situación de las
mujeres. Esto podría ser asumido como un indicador de las dificultades que han vivido
las mujeres para legitimar, al interior del aparato público, la consideración de su
situación, aparte de mostrar simultáneamente, algunos límites de las propias mujeres
para determinar con suficiencia y claridad las necesidades y soluciones que plantea
nuestro acceso al poder y a la toma de decisiones.
En el caso de la capacitación política o la capacitación para el liderazgo, hay
referencias directas permanentes, sin mayores exigencias de propósito u objetivos de
tal capacitación. No obstante, en una importante reunión regional convocada por la
Comisión Interamericana de Mujeres de la Organización de Estados Americanos, en

7. 7
Washington en 1988, se tocó el asunto como una de las estrategias principales que
tenían que ser puestas en marcha para superar algunos de los más grandes obstáculos
que enfrentan las mujeres en su aspiración a ingresar en la toma de decisiones.1
Ese Seminario Interamericano para la Preparación de Estrategias de Participación de la
Mujer en la Política, convocó un grupo de experimentadas mujeres política con el
objetivo de que hiciesen un diagnóstico de los obstáculos que impiden el ingreso de las
mujeres al poder. Entre los muy numerosos que se citaron hubo muchos que tocaban
con la falta de experiencia y conocimientos sobre la dinámica del acceso al poder, la
inseguridad personal, la poca confianza en si mismas y la escasa solidaridad que
demuestran las mujeres respecto a candidaturas de otras mujeres. Sobre estos
aspectos específicos las estrategias plantearon la necesidad de ejecutar acciones de
sensibilización para la emergencia de actitudes solidarias intra-género y la formación y
capacitación para el desempeño eficiente en procesos de selección y promoción de
candidaturas a cargos de decisión.
Sin embargo, la experiencia nos está indicando que son muy pocos los países donde
todas estas recomendaciones de tantas conferencias y reuniones se han atendido con
seriedad y sistematicidad. Se han tenido experiencias de ese tipo, incluso ya desde los
años 60, pero sin coherencia, y no como respuesta a una clara conciencia de la
necesidad de efectuar tales acciones como tácticas valiosas en las estrategias de
ascenso de las mujeres a la toma de decisiones.
Ha sido en los últimos 10 años cuando con mayor intensidad y frecuencia se ha
intentado la capacitación política, casi siempre circunscripta a iniciativas de algunas
organizaciones partidistas o de clara vocación política, por su interés en temas
diversos como la ciudadanía, el liderazgo, la participación comunitaria y otras.
1
Documento de la CIM: CIM/CEMEP. Doc. 26/88 Rev.1

8. 8
El tema del liderazgo en los abordajes que se han intentado
últimamente sobre los asuntos de la articulación mujer y poder.2
Sin pretender agotar las posibilidades que un tema como el que se analiza plantea
para su sistematización, un somero análisis de las vertientes desde las cuales ha sido
abordado en los últimos cincuenta años, muestra los siguientes enfoques:
a) El enfoque más tradicional, ha estado principalmente interesado en el
denominado "rol posicional" del liderazgo, es decir, en la presencia de mujeres en
procesos y en posiciones visibles o de alto y significativo nivel en las organizaciones
formales que dominan la vida pública y política. Ha sido un punto de vista que se ha
centrado en la exploración cuantitativa y, en ciertos aspectos, cualitativa de la
participación de las mujeres. El conocimiento de las cantidades, las áreas y las
jerarquías donde están las mujeres, ha sido uno de los factores que ha fundamentado,
por la evidencia que representa, las demandas de cambio en favor de la igualdad.
b) Otro enfoque, que aparece hacia los años 70, se ha interesado, además del
conocimiento de las proporciones de hombres y mujeres en la toma de decisiones, por
el análisis del liderazgo de las mujeres, desde una perspectiva de alcance
macroscópico. El interés ha estado fijado en examinar el rol del liderazgo de las
mujeres en el cambio social y sobre todo en la condición de las otras mujeres. Este
enfoque ha tratado de relacionar el interés por la relación Mujer y Poder, con las
Agendas Públicas, en términos de la presencia o ausencia de la consideración de las
mujeres y sus intereses en esas agendas y la intervención de sus criterios en ellas.
c) Un tercer abordaje que se inicia, aproximadamente, en la misma década citada,
desarrolla especial interés en el examen del proceso de llegar al desempeño de
posiciones de liderazgo, de llegar al ejercicio del poder. Dentro de este abordaje se
2
Parte de lo que se señala en estas partes del documento, corresponden a hallazgos y
sistematizaciones que la autora ha intentado sobre el tema de la presencia de las mujeres en los procesos
de toma de decisiones en el continente americano, y que han sido desarrollados extensamente en el
informe de una investigación regional sobre las mujeres y el liderazgo, especialmente realizado para la
Comisión Interamericana de Mujeres, que aun no ha concluido.

9. 9
han distinguido diversas temáticas:
-El interés por los aspectos organizacionales que están planteados en el
ejercicio del liderazgo: los criterios y mecanismos de selección, los canales y
prácticas que permiten o impiden llegar al poder.
-El interés en el examen de los obstáculos socio culturales, organizacionales y
sicológicos que pudieran enfrentar las mujeres para llegar a la toma de
decisiones.
d) Un cuarto tipo de intereses en el tema se ha concentrado en el fenómeno del
liderazgo propiamente dicho. Este es un enfoque más reciente y apunta en varias
direcciones:
-Una vertiente apunta a la investigación y reflexión general sobre las
posibilidades y dificultades de la emergencia de actitudes sobre el liderazgo y
las conductas que en tal sentido desarrollan las mujeres: motivaciones, auto-
percepciones, expectativas, limites personales percibidos o sentidos, etc.
-Otra, se interesa por las características específicas de los liderazgos en ciertos
contextos y las condiciones que se exigen a las mujeres para ocupar posiciones
de liderazgos en ellos: partidos políticos, empresas, sindicatos, etc.
-Otra vertiente se dirige a la exploración de los mecanismos de sucesión en el
liderazgo de hombres y mujeres. Se interesa en conocer cómo surgen los
nuevos liderazgos y cuáles son los fenómenos o hechos que determinan la
continuidad de las tareas que otros líderes han iniciado. Se trata del examen de
los modelos de liderazgo y las influencias intergeneracionales. Esta es una
corriente muy reciente.
-Una cuarta también muy novedosa, se ha dirigido al diseño y ejecución de
iniciativas de capacitación de mujeres en las tecnologías sociopolíticas y
gerenciales para el ejercicio efectivo de posiciones de liderazgo.

10. 10
-También se inicia la investigación sobre las condiciones y la naturaleza del
llamado "liderazgo compartido", es decir, de los mecanismos de redes que
emplean muchas mujeres en determinados contextos para ascender a
posiciones de liderazgo y participar en procesos de empoderamiento,
(empowerment) colectivo o grupal.
e) Finalmente, aunque vinculada a algunas de las opciones anteriormente
anotadas, y no por final menos importante, está el enfoque que apunta al análisis de la
relación Mujeres - Estado, que abarca amplias temáticas como las de : Reforma del
Estado, Políticas Públicas, Derechos Humanos y Derechos Políticos, Legislaciones
Igualitaristas, Ciudadanía y temas conexos.
Todas estas vertientes se hacen presentes en la rica y multidisciplinaria discusión
actual, algunas con interés teórico principalmente, otras interesadas en la descripción
y conocimiento de la situación; algunas con un carácter más propositivo legislativo,
político y programático, y otras interesadas directamente en las intervenciones
concretas sobre las organizaciones, los procesos y las propias mujeres.
Desde la filosofía, las ciencias sociales, las disciplinas gerenciales aplicadas, las
tecnologías socio políticas, son numerosas las contribuciones con las que actualmente
se cuenta para trazar la fisonomía simbólica e instrumental de la presencia de las
mujeres en las posiciones de liderazgo.
Tal como hemos señalado, el asunto de la capacitación para las mujeres, aparece
como una de las más importantes vertientes que en el orden instrumental se están
intentando para potenciar y hacer posible la presencia de mujeres en el poder.
Sabemos que la capacitación política y para el liderazgo no es la panacea que puede
poner fin a la realidad excluyente, pero también sabemos, por las experiencias vividas,
que proporciona conocimientos y habilidades sobre aspectos de la realidad y la
práctica política, de las cuales nunca pudimos apropiarnos por la sempiterna exclusión.
La evolución de las experiencias de capacitación política de las

11. 11
mujeres en Venezuela, y otros países de la región.
Infortunadamente, los partidos políticos en muchos países de la región, son
organizaciones sin memoria. Digo esto, porque son realmente excepcionales los casos
de organizaciones políticas en los que hay registros y archivos de documentación. Esta
circunstancia hace muy difícil reconstruir los procesos internos, por lo cual, las
apreciaciones que se vierten a continuación son el producto de los registros y archivos
personales de la autora.
En términos generales es posible distinguir tres grandes etapas en la evolución de las
experiencias de capacitación política que, con ligeras variantes, se han dado al interior
de los partidos políticos de varios países de la región, donde estas organizaciones han
tenido una historia relativamente continua y/o estable.
La primera etapa estuvo centrada en el propósito de crear conciencia entre las mujeres
del partido, acerca de la importancia de su participación política y de la necesidad de
movilizar a la militancia femenina, por el interés del partido y de los ideales y doctrina
de la organización.
En la segunda etapa o fase intermedia, la capacitación política se orientó a actualizar
ideológica y técnicamente a la militancia femenina de los partidos, abriendo los cauces
de la formación a horizontes más amplios y profundos de conocimiento, siempre en
beneficio de los objetivos de la organización.
La tercera etapa, que tiene vigencia en la actualidad apunta a brindar capacitación
política mas integral, aun cuando hay grandes diferencias en las prioridades que se
establecen para el logro de esa integralidad.
PRIMERA ETAPA: 1972 - 1980
En esta fase el objetivo se centró en: a) la creación de conciencia en las mujeres
acerca del valor de su presencia y participación en las actividades del partido. B)
Además, hubo interés en crear estímulos e incentivos a la movilización de los cuadros

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femeninos, como sector importante del partido, y c) en concientizar, en general,
para el rechazo de las asignaciones de tareas partidarias que sólo tuviesen que ver con
los roles tradicionales de las mujeres.
LAS PRINCIPALES AREAS DE CAPACITACIÓN QUE SE INTENTARON FUERON:
1.- Area de Capacitación teórico ideológica: Con interés centrado en temas
como:
- Sistemas políticos existentes en el momento
-Democracia: principios, valores, sistemas.
-Pluralismo político en el país
- Historia e ideología del Partido
- cción de Gobierno del Partido en el poder
2.- Área de entrenamiento en habilidades:
- Oratoria tradicional
- Dinámica de grupos
- Formación de equipos
- Trabajo de activismo político y proselitismo
en campañas electorales.
- Liderazgo institucional.(desde perspectivas tradicionales)
3.- Formación en temas de las mujeres:
- Diagnósticos de la situación de las mujeres
- Identificación de obstáculos que se oponen a la integración de las mujeres al
desarrollo
- Primeras agendas centradas en igualdad legal y otros beneficios inmediatos
- Intervención de asuntos de mujeres en la oferta o plataforma electoral del partido
FASE INTERMEDIA:1980 - hasta finales de esa década.
En esta fase los objetivos giraron alrededor de lo siguiente:

13. 13
- Se acumularon enseñanzas y experiencias de la fase anterior.
- creció el interés por capacitar para la actualización ideológica de las mujeres
desde una perspectiva más crítica acerca de su posición al interior del partido y
de las posiciones en los poderes públicos.
- También hubo interés en capacitar para disciplinas técnicas relacionadas con
la gerencia y conducción, aunque de manera incipiente.
Las Áreas de formación que se trataron fueron:
1.- Concientización y sensibilización sobre organización interna del movimiento de
mujeres y mejoramiento de la posición de las mujeres en las estructuras y sobre
temas como los siguientes:
- Creación de frentes internos de mujeres al interior de los partidos o
consolidación de los existentes.
- Canales y medios para la presentación de intereses de las mujeres ante las
instancias decisorias del partido.
- Activismo entre mujeres
- Capacitación para desempeño en cargos electivos municipales
- Contribución a la conformación de Plataformas Electorales y de Agendas
Públicas
- Modificación de normas internas. Cuotas.
- Advocacy interno
- Primeros intentos de coaliciones interpartidarias
- Reivindicaciones
2.- Capacitación para habilidades:
- Énfasis en liderazgo basado en principios de gerencia de calidad
- Elementos básicos para negociar estratégicamente la creación de políticas
públicas de beneficio para la mujeres
- Políticas sociales

14. 14
ULTIMAS EXPERIENCIA: AñOS 90:
Actualmente se pueden observar diversos propósitos y objetivos en los esfuerzos que
se desarrollan en muchos países de la región:
-tendencia a la integralidad de la formación;
-surgimiento de nuevas áreas: información, capacitación, entrenamiento,
actualización, desarrollo de habilidades personales.
-no existe un patrón homogéneo.
-hay gran interés en la formación para el liderazgo y en la capacitación en
tecnologías socio políticas.
-Hay interés en la formación conceptual sobre pensamiento feminista, temática
de género, políticas públicas y teoría política.
ENFASIS QUE SE OBSERVAN:
- Temática del poder abordada desde diferentes ángulos
- Características de la intervención política de las mujeres
- Capacitación en experticias políticas: negociación, advocacy, planificación
estratégica, etc
- Analisis y formulación de políticas con enfoque de género
- Liderazgo: técnicas y habilidades
LA FORMACION Y CAPACITACION POLITICA iende a verse como un proceso continuo,
estructurado modularmente, flexible, con gran interés en la capacitación para el
empleo de tecnologías políticas y liderazgo.
ALGUNAS ENSEÑANZAS SOBRE FORMACIÓN POLÍTICA DE LAS MUJERES
DERIVADAS DE NUESTRA EXPERIENCIA
1.- En relación con el tema que nos ocupa, la formación de las mujeres para las
actividades políticas es un proceso que debe tener carácter sostenido, progresivo y
continuo, aun cuando admite fases en las cuales se pueda atender la urgencia de
ciertas actividades, hechos, o procesos coyunturales, tales como las campañas
electorales. En los diversos países donde me ha tocado trabajar, he observado que el

15. 15
éxito de la formación está en proporción directa con la continuidad del esfuerzo y la
sistematicidad con la que se realiza. Los países donde esta experiencia ha tenido
continuidad y seguimiento, han logrado colocar a las mujeres en las posiciones para
las que han optado en mayor proporción que en fases anteriores donde esta
capacitación no se ha brindado.
2 La formación para campañas políticas electorales, que tiene gran demanda en la
región, es parte del proceso mayor de formación política, más estable y permanente.
Es erróneo intentar la formación en términos de excelencia a las puertas de la
campaña electoral. La formación para la campaña debería ser parte de un proceso mas
detenido. En la preparación de la campaña pueden darse capacitaciones
complementarias.
2.- El logro de una actitud proactiva de las mujeres para el proceso de formación
política, sea para una específica campaña electoral o como dimensión estructurada
permanente, requiere esfuerzos de capacitación en diversas áreas, mas allá del simple
conocimiento de las estrategias y técnicas de activismo y de los aspectos mecánicos
del proceso electoral.
3.- La formación para la campaña electoral, en el caso de las mujeres debería
comprender el aprendizaje de tecnologías políticas, softwares electorales, políticas y
agendas públicas como oferta electoral y desarrollo de ciertas habilidades personales.
4.- La capacitación política en general y para algunos aspectos de campaña, en
particular, es posible hacerla de manera pluralista, si se basa en la emulación y no en
la competencia y si se desarrolla con estrategias que favorezcan el respeto y la
cooperación.
5.- Es una buena oportunidad para hacer aflorar y cultivar aspectos de la solidaridad
de género.
6.-En la capacitación en general y en la que está dirigida a la preparación para
campañas electorales, es central el desarrollo de habilidades técnicas y personales para

16. 16
el liderazgo.
En este momento, gracias a la experiencia acumulada, estoy convencida que la
formación política de las mujeres debería abarcar al menos cinco áreas principales:
a) Los aspectos del contexto institucional y socio histórico donde deban actuar las
personas que serán capacitadas.
b) Formación en las diversas tecnologías socio políticas que actualmente son
necesarias para un desempeño político exitoso: estrategia, manejo de conflictos,
comunicación, etc.
c) Formación en género y poder
d) Desarrollo de habilidades personales para el liderazgo
e) Formación sobre liderazgo en relación con estilos, tipologías, estrategias y temas
afines.
No quiero terminar esta breve ponencia sin agradecer al Instituto Andaluz de la Mujer
por el honor que me ha hecho al invitarme a participar en estas importantes
Jornadas que me dan la oportunidad de compartir con tan selecta audiencia las
modestas experiencias de los talleres de liderazgo que tendré la oportunidad de
desarrollar para ustedes en los próximos días.
Muchas Gracias