Este documento discute los peligros de la automedicación y la importancia de consultar a un médico antes de tomar medicamentos. Señala que muchas personas recurren a la automedicación para aliviar dolores y molestias rápidamente, pero esto puede causar efectos secundarios graves o empeorar las condiciones médicas existentes. También advierte que los medicamentos afectan a cada persona de manera diferente y que siempre se debe buscar el consejo de un profesional de la salud antes de ingerir cualquier medicamento.
Automedicación: mi Enfermedad, mis Fármacos, mi Decisión
1. Mi enfermedad, mis fármacos, mi decisión
Hoy en día, la gente sufre de muchas molestias y es muy propensa a enfermarse,
causa de un ritmo de vida acelerado, mala alimentación, problemas sicológicos,
ambientales, etc. que al final logran como consecuencia, una baja en las defensas
del organismo, que lo deja expuesto a muchas enfermedades, o bien, pueden
generarse dolencias internas de diversa consideración.
La necesidad de bienestar en forma rápida lleva a la
gente a caer en un círculo vicioso, la automedicación.
2. Una simple aspirina puede provocar
hemorragia gástrica, una dipirona puede
dañar la médula ósea, y un antigripal
puede provocar hepatitis, taquicardia y
hasta un infarto cerebral.
Que un medicamento se venda con receta
médica no significa que sea ciento por
ciento inocuo, y son muchos los afectados
por su uso y abuso.
Se trata de dar soluciones a dolores y
molestias físicas, ingiriendo medicamento
en dosis poco controladas y que a la vez,
se pueden obtener sin prescripción
médica.
Entre los medicamentos más mencionados
se encuentra el ibuprofeno, diclofenaco,
bromhexina, paracetamol, omeprazol y
migranol entre otros.
3. Las personas no le toman el peso a la
acción de tomar medicamentos
periódicamente y sin el respaldo de un
médico que autorice su ingesta.
Si lo llevamos a un plano más social, el
aumento considerable de sucursales
farmacéuticas además de embestir a la
gente con medicamentos, incitan a
comprarlos por medio de ofertas que sólo
logran fomentar el vicio del consumo
descontrolado y sin asesoría.
Lo más preocupante de esto, es que sólo
puede ser controlado por los mismos
consumidores, a pesar de la ley que
permite la venta de la gran mayoría de los
medicamentos sólo con receta médica.
4. A pesar de las constantes advertencias de
los médicos, la automedicación sigue
siendo una peligrosa práctica entre los
chilenos.
A pesar de que sólo el 10% de los
remedios que se comercializan en Chile
son de venta libre, casi el 50% del
consumo de los usuarios corresponde a
automedicación, y buena parte de éste
está concentrado en la temporada invernal,
para combatir las jaquecas y la gripe.
Si bien desde hace más de una década
existen regulaciones para que estos
remedios contengan instrucciones y
advertencias en los envases, la mayoría de
los usuarios hacen caso omiso, desatando
consecuencias potencialmente graves, e
incluso mortales.
5. Cabe mencionar que hay medicamentos
(como el migranol y diclofenaco) que
causan molestias, paralelas al efecto de
curar una dolencia.
Por ejemplo: el diclofenaco, que es un
analgésico, quita los dolores musculares,
pero produce al poco tiempo de su ingesta,
en la mayoría de los casos, un dolor o
molestia en la boca del estomago, que si
no se trata, podría producir ulceras u otras
dolencias.
Esto lleva a comprar un medicamento que
alivie ese dolor de estómago. Entonces,
sanamos una dolencia, adquirimos otra y
hay que ingerir 2 medicamentos.
6. En el caso del migranol, que es un
medicamento utilizado para aliviar el dolor
de cabeza, en uso prolongado, daña los
vasos sanguíneos, esto sumado a que la
persona tenga capilares y vasos
sanguíneos delgados, podría
desencadenar desde pequeños sangrados,
hasta un problema mayor, como las
hemorragias.
Otro punto es el de la recomendación entre
las personas a comprar un medicamento
para cierta dolencia.
Un ejemplo es cuando la tía o la abuelita o
quien sea nos ve resfriados,
congestionados o con tos o con cualquier
otra dolencia, nos dice: tómese este o tal
medicamento, porque al hijo de una amiga
le hizo bien, o porque esta o tal persona
me dijo que hacia bien.
7. Mucho cuidado con esto, porque no todos
los organismos reaccionan igual frente a
todos los medicamentos, pudiendo causar
más molestias o agravando el estado de la
persona que ingiere el medicamento.
De ahí al llamado de, ante cualquier
dolencia o malestar, acudir a un centro
asistencial o acudir al doctor.
Hágase asesorar y no adquiera este mal hábito que es el de
automedicarse.