1. La crisis climática continúa mientras que la comunidad
mundial rehúye el compromiso pleno que es necesario
para revertirla.
No hay país que no esté experimentando los efectos drásticos del
cambio climático. Las emisiones de gases de efecto invernadero son
más de un 50 por ciento más altas que en 1990. El calentamiento global
está provocando cambios duraderos en nuestro sistema climático, lo
que amenaza con consecuencias irreversibles si no actuamos.
2. Los océanos del mundo, su temperatura, química, corrientes y vida, impulsan los
sistemas globales que hacen que la Tierra sea habitable para la humanidad. La
forma en que gestionamos este recurso vital es esencial para la humanidad en
su conjunto y para contrarrestar los efectos del cambio climático.
3. Además, el aumento de los delitos contra la vida silvestre, los cambios en
el uso de la tierra como la deforestación y la invasión del hábitat son las
principales vías de transmisión de nuevas enfermedades infecciosas,
entre ellas la COVID-19, que amenazan la salud pública y la economía
mundial.
Cada año se pierden 13 millones de hectáreas de bosques, mientras que
la persistente degradación de las tierras secas ha llevado a la
desertificación de 3.600 millones de hectáreas,
La conservación de los ecosistemas no muestra
una tendencia hacia la sostenibilidad. Las zonas
forestales siguen disminuyendo a un ritmo
alarmante.