2. Filósofo italiano. Nace en Turín en
1936, donde estudió y se gradúo en
la filosofía; y obtuvo la
especialización en la universidad
Alemana de Heidelberg, y es
profesor de estética en la facultad de
letras de su ciudad natal. Después
de dedicarse a la investigación de la
estética antigua (Il conceto di fare in
Aristotele, 1961) y al estudio del
significado filosófico de la poesía
novecentista de vanguardia (Poesia e
ontologia, 1967), se ha centrado
especialmente en la filosofía
alemana moderna y contemporánea:
Schleiermacher
(Schleiermacher, filosofo
dell´interpretazione, 1968) .
3. •Ética de la interpretación
•El fin de la modernidad. También se refiere a la
"Verwindung" en su artículo: "Dialéctica, diferencia y
pensamiento débil"
•El pensamiento débil
•La sociedad transparente
•Creer que se cree
•La huella de la huella.
4. El fin de la modernidad
Los devastadores conflictos bélicos y los holocaustos terribles del siglo
XX, han sido más que elocuentes en el sentido de que tal vereda de
civilización no es la más conveniente, en lo absoluto.
Al desarrollarse los rasgos fundamentales de la modernidad aparecen las
cuestiones postmodernas. Quizá este descubrimiento nos haga ser cautos a la
hora de señalar rupturas de época. Pero nos indica también dónde está lo más
valioso de la confrontación entre modernos y postmodernos: en las cuestiones
que abordan. Es un modo de plantearse los problemas que inquietan al
hombre y a la sociedad occidental. Una vez más nos enfrentamos, en el
desarrollo histórico occidental, a los efectos históricos frecuentemente no
queridos ni deseados, a los proyectos político sociales y las utopías de la
historia, la humanidad y el hombre del futuro.
5. - Rechazo radical de todo ideal de fundamentación y de toda ambición de totalidad.
- Rechazo de los medios de socialización y de las instituciones.
- Pérdida del horizonte histórico el hogar finito, que hace desaparecer la
preocupación histórica, centrándose en el presente y en la finitud.
- Desarrollo de todos los aspectos de la persona, empezando por el cuerpo.
- Renuncia a toda posible utopía de unidad, reconciliación o armonía universal.
- Disposición mental alegre, abierta, divertida, que atenta contra todo concepto
serio.
- Reducción de la moral sólo asociada al deseo, el “soma” (cuerpo) como núcleo
del hombre y fuente de moralidad.
- El humorismo descafeinado, o de sonrisa falsa
- La estética del individualismo ontológico. El individuo es la única realidad que
cuenta; todo lo demás es secundario y circunstancial.
- Desconfianza de las grandes palabras.
- Saturación de información que no se procesa.
- Desdrasmatizacion continúa en todos los aspectos.
- Vida placentera matización de la vida quedando en un mero espectáculo.
- La y hedonista.
6. Las consecuencias son:
- Vacío espiritual, depresión, Nihilismo...
- Es una fase de transición entre dos períodos y, por tanto, de
confusión
- Doctrina exagerada
En cuanto a la Religión:
- Se ha “dulcificado”
- La creencia se traslada hacia otros elementos. Se ha camuflado
en aspectos profanos:
· Éxito de lo exótico y lo oriental
· Sectas, horóscopos, astrología, quiromancia, tarot, apariciones,
reencarnación, predicadores.
7. •El pensamiento no es ningún instrumento para transformar la
realidad, sino que debe ser utilizado para vivir esa realidad en si
misma. Defensa de lo que se vive en cada momento, sin
intención de preparar otra cosa distinta. No hay que escapar del
presente para buscar la auténtica realidad en un mañana justo y
solidario que hay que construir.
•No hay principios ni criterios fijos, determinados, fundados de
una vez por todas. Hay que olvidarse incluso de la idea de
emancipación de la humanidad y de aquella promesa de libertad
que tantos pensadores habían sugerido durante los siglos XIX y
XX.
•Hay que volverse hacia lo bello, hacia lo inmediato, hacia los
pequeños acontecimientos de la vida sin buscar un marco de
referencia global para la vida personal y para la historia de la
humanidad.
•La religión queda relegada a la intimidad personal, es un asunto
privado que no debe distorsionar la vida y la opinión pública.
Sirve en tanto en cuanto ayuda al individuo a estar a gusto
consigo mismo. Hay un cierto rechazo a las orientaciones o
normas religiosas que vengan de cualquier instancia externa.
Cada individuo interpreta de manera “personal” la vivencia de la
religión.