1. Tema 11.- Sublevación y Guerra Civil
1.- Sublevación.
Durante las elecciones de febrero de 1936, el Frente Popular da un golpe contra la propia
República y acaba con la legalidad democrática. Antes de que se hicieran públicos los
resultados electorales de la jornada del 16 de febrero, los partidos del Frente Popular
falsificaron las actas electorales con el apoyo del Partido Nacionalista Vasco, y no permitieron
que se celebrase una segunda jornada electoral prevista para el 23 en aquellas provincias
donde hubiera sido necesario.
Gil Robles le ofrece su apoyo al presidente de Gobierno, Portela Valladares (colaborador de
Canalejas y de Lerroux, ministro de Alfonso XIII), hasta que termine el proceso electoral y se
reúnan las Cortes pero los militantes de Izquierda Republicana organizan algaradas callejeras
para que se les entregue el poder antes de que acabe el escrutinio electoral. Desbordado por
el cúmulo de irregularidades, dimite y Niceto Alcalá Zamora nombra presidente de gobierno a
Manuel Azaña sin tramitación parlamentaria.
Cuando los partidos del Frente Popular se dieron a sí mismos la mayoría absoluta, declararon
al Congreso indisoluble (3 de abril) y destituyeron al Presidente de la República (7 de abril), el
conservador Niceto Alcalá Zamora al que aún le quedaba un año de mandato. Azaña nombra
presidente de gobierno a un compañero de partido: Casares Quiroga. Largo Caballero se negó
a que Indalecio Prieto ocupara ese cargo porque el PSOE debía iniciar la revolución socialista
basada en la dictadura del proletariado.
Entre febrero y julio de 1936 se desata un proceso revolucionario conocido como la
“Primavera Trágica”. Las milicias socialistas, anarquistas, falangistas y carlistas se tirotean
entre sí con más de trescientos muertos. Gil Robles y Calvo Sotelo pidieron al nuevo gobierno
de Casares Quiroga y al flamante presidente de la República, Azaña, que intervinieran para
evitar esa espiral de violencia, pero no hicieron nada.
En el mes de abril, el general Queipo de Llano prepara un pronunciamiento militar a raíz de la
destitución ilegal de su consuegro, Niceto Acalá Zamora. Un mes más tarde, Mola tiene listo el
plan inicial para otro pronunciamiento militar contra el gobierno ilegítimo del Frente Popular.
Si el golpe salía adelante, se instauraría una dictadura militar republicana presidida por Mola.
En la madrugada del 13 de julio, miembros de “La motorizada”, que era el cuerpo de
guardaespaldas del socialista Indalecio Prieto, fueron a asesinar a los líderes del Bloque
Nacional (partido monárquico de inspiración maurista) José Calvo Sotelo y Antonio
Goicoechea; y a José María Gil Robles, líder representante de la CEDA. Sólo encontraron en su
casa a Calvo Sotelo que había sido amenazado de muerte por el presidente del Gobierno
Casares Quiroga en las Cortes.
El asesinato de Calvo Sotelo aceleró los preparativos del golpe militar contra el Frente Popular
que estaba preparando el general Mola. El 14 de julio, Mola concluyó un acuerdo con Fal
Conde de Comunión Tradicionalista y José Antonio Primo de Rivera (que estaba en la cárcel de
Alicante por llevar una pistola) de Falange Española. Un día más tarde, Mola recibió un
mensaje de Franco desde África en el que le anunciaba su participación definitiva en la
sublevación.
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2. El presidente de Gobierno, Casares Quiroga se niega a entregar armas a las milicias socialistas,
comunistas y anarquistas (que ya venían armándose desde hacía algunas semanas) y es por
ello sustituido el 17 de julio por otro destacado militante de Izquierda Republicana, José Giral
que empieza a distribuirlas el 18. El 19 de julio, Giral sacó de la cárcel a presos comunes
simpatizantes del Frente Popular que se esconderán detrás de esas siglas para delinquir con
mayor impunidad.
El 17 de julio triunfó el golpe en Melilla y en todo el norte de África, pero fracasó en Madrid y
Barcelona por motivos imputables a la falta de decisión (Godet) o a la torpeza (Fanjul) de
quienes tenían que haberlo realizado:
1.- En la mañana del 19 de julio, llega a Barcelona, el general Godet procedente de Mallorca
donde sí triunfó el golpe. El plan es muy sencillo: tomar los órganos neurálgicos de la
Generalidad como la Consejería de Gobierno y la de Orden Público; pero allí se encuentra con
la resistencia del General Escobar, un oficial católico (pertenecía a la Orden Tercera de San
Francisco) que decidió mantenerse fiel al gobierno de la República. El general Godet rehuyó el
enfrentamiento porque los guardias civiles estaban mejor preparados que las unidades
militares. También fue fusilado por un delito de rebelión militar.
2.- En Madrid y también el 19 de julio, el general Fanjul se encierra con los soldados en el
Cuartel de la Montaña y no publica el bando en el que se anuncia el golpe militar que
terminaba con un “viva a la República”. Es imposible el control militar de una ciudad sin ocupar
las calles. El día 20 se rindió para ser fusilado con todos sus hombres por un delito de rebelión
militar.
Godet y Fanjul fracasaron porque no sacaron las tropas a la calle; en cambio, el
pronunciamiento sí triunfó donde los golpistas salieron con las tropas y demostraron
competencia militar.
Queipo de Llano en Sevilla con un número muy reducido de efectivos.
Francisco Franco en Canarias
El general Molero Lobo en Valladolid
El general Aranda en Oviedo.
El general Cabanellas en Zaragoza que era el foco más importante del anarquismo.
El general Mola en Navarra.
El golpe militar del general Mola fracasó porque triunfó en la periferia pero no en el centro
neurálgico del poder que se encontraba en Madrid.
El 20 de julio se cumplieron los peores pronósticos: el golpe de Mola había fracasado sólo de
manera parcial, a la vez que las milicias de partidos y sindicatos ya armadas se disponían a
llevar cada uno su propio proyecto revolucionario con la complicidad del gobierno de Giral.
Había dado comienzo la Guerra Civil.
España quedó dividida por zonas: unas, donde triunfó el pronunciamiento y otras que estaban
sólo nominalmente bajo el gobierno del Frente Popular. Al fracasar el general Fanjul en
Madrid, el golpe fracasó también en Guadalajara, Badajoz, Ciudad Real y Toledo (salvo el
Alcázar defendido por el general Moscardó); el fracaso de Godet en Barcelona supuso que
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3. Valencia, Murcia y Cuenca siguieran bajo el control teórico del gobierno del Frente Popular. La
victoria de los sublevados fue clara en Galicia y el norte de Castilla aunque también llegaron a
controlar Andalucía occidental, Extremadura Canarias, Norte de África, Oviedo, Zaragoza y
Navarra.
En ambas quedaron bolsas de enemigos, donde se dio el fenómeno del “quintacolumnismo”: el
enemigo civil que vive en la retaguardia es un enemigo militar. Bajo este principio, estaba
justificada la eliminación física del enemigo por razones políticas aunque, en la práctica,
también influyeron factores personales (envidias, rencillas, evitar el pago de deudas…) En una
se aplicó el “Terror Rojo” y en la otra el “Terror Blanco”. En ambos casos, hubo una evolución:
1) comenzaron con los “paseos” como los de Paracuellos (noviembre de 1936)
organizados por socialistas y comunistas con el beneplácito del gobierno del Frente
Popular o las “limpias” que llevaron a cabo los falangistas en Navarra (julio de 1936)
2) terminaron con la formación de tribunales populares dirigidos por los partidos del
Frente Popular y de tribunales militares por parte de los sublevados, que tenían un
elemento común: en la mayoría de los casos no estaban presididos por jueces.
2.- Guerra Civil (1936-1939)
2.1.- La evolución del poder en ambos bandos.
Se conforman dos poderes antitéticos no sólo desde el punto de vista ideológico sino también
organizativo:
2.1.1.- El gobierno de los alzados
Los rebeldes se dan cuenta de que para triunfar necesitan jefes militares competentes, por lo
que encauzarán la guerra hacia un mando militar porque las guerras son siempre ganadas por
los militares. Resulta necesario organizar un poder estructurado, jerarquizado y centralizado.
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4. En septiembre de 1936, la Junta de Defensa Militar acordó proclamar al general Francisco
Franco como Jefe de Estado sin limitación alguna de tiempo. La centralización de las decisiones
en la campaña militar dotó a los sublevados de una eficacia creciente.
Al mismo tiempo que se constituyó el mando militar único, comenzó a desarrollarse una
administración civil embrionaria según el modelo de la dictadura de Primo de Rivera. De hecho,
algunos ministros primorriveristas fueron cruciales para la puesta en marcha de la
Administración Central del Estado (1938)
En abril de 1937, Franco zanjó las rivalidades entre la Falange y el Carlismo mediante la fusión
de ambos partidos en el Movimiento Nacional.
2.1.2- El gobierno del Frente Popular.
El 4 de septiembre, Giral es sustituido en la presidencia del Gobierno por Largo Caballero que
había optado por la guerra civil desde el verano de 1933. El poder del gobierno del Frente
Popular se va disolviendo porque pasa a las organizaciones milicianas autónomas que son
básicamente partidos y sindicatos (socialistas, comunistas, anarquistas) de corte revolucionario
y a los partidos abiertamente secesionistas: el PNV de Aguirre quien intentará convertir a la
región autónoma vasca (con estatuto propio desde el 06 de octubre de 1936) en un
protectorado británico, mientras que Compnays pretenderá que Cataluña sea un
protectorado francés (1938)
Las milicias organizan “checas” que eran centros de detención y torturas para los sospechosos
de ser contrarrevolucionarios (católicos, votantes de la CEDA, monárquicos…) siguiendo el
modelo soviético.
El Partido Comunista es el único que considera prioritario ganar primero la guerra para luego
aplicar su proyecto respaldado por Stalin, que será el de implantar en España una “democracia
popular” como las que aparecieron en Europa Oriental a partir de 1945.
2.2.- Los medios de cada bando.
Al comienzo de la guerra, la superioridad del gobierno del Frente Popular es arrolladora:
Disponía de más del 60% de los medios navales y aéreos y de las fuerzas del orden
público (Guardia Civil y Guardia de Asalto) y algo menos de la mitad del Ejército de
Tierra.
La mayoría de los oficiales de general para arriba estaban con el gobierno del Frente
Popular, mientras que la mayor parte de sargentos y capitanes estaban con los
rebeldes.
Contaba con las regiones más pobladas donde podían llevarse a cabo más
reclutamientos.
Controlaba la mitad de las regiones cerealísticas y todas las comarcas hortofrutícolas
levantinas cuya producción podía ser exportada para aumentar los recursos de guerra.
Controlaba también a industria pesada, la de armamento (salvo la de Sevilla) y las
minas de carbón y de hierro (salvo las minas de hierro en el Rif)
Gestionaba al completo las reservas de oro y de plata del Banco de España.
A pesar de disponer de mayores medios que los sublevados, perdieron la guerra. A ello
contribuyeron tres tipos de ineficiencias:
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5. 1.- La ineficiencia militar porque no existió un mando único
A partir de 1937, el Partido Comunista completamente infiltrado por agentes de Stalin,
convirtió los restos del antiguo ejército de la República en un verdadero Ejército Rojo. Además
de llevar la estrellita roja, se copia el reglamento del ejército soviético: el que expresara
comentarios derrotistas o abandonase sus posiciones, sería fusilado en el acto.
El Servicio de Inteligencia Militar era el encargado de cumplir esta tarea y aprovechó la ocasión
para asesinar a numerosos oficiales socialistas por la espalda, liquidar el poder anarquista en
Cataluña para alivio de Companys y desmantelar al pequeño partido trotskista, Partido Obrero
de Unificación Marxista (mayo de 1937)
2.- La ineficiencia en la producción
Se realizaron constantes llamamientos a obreros y campesinos para que trabajaran porque no
lo hacían. Influyó negativamente que fueran colectivizadas cinco millones de hectáreas. La
productividad cayó de tal manera que el Gobierno del Frente Popular tuvo que depender de la
Unión Soviética para abastecerse de armas e incluso de alimentos.
3.- La ineficiencia en el gasto
El gobierno del Frente Popular agotó las reservas del Banco de España (700 millones de
dólares) además de saquear tesoros y las cajas de seguridad de los bancos. En total, mil
millones de dólares (el doble de lo que gastaron los sublevados) lo que generó un negocio de
corrupción gigantesco porque se compraban materiales de escasa calidad a precios muy
elevados.
2.3.- Los apoyos exteriores.
El gobierno del Frente Popular contó desde los inicios de la guerra con las Brigadas
Internacionales, verdadero ejército de Stalin en España, supervisado por el NKVD soviético con
cuotas impuestas a los distintos partidos comunistas integrados en la Tercera Internacional.
Oficialmente, las Brigadas Internacionales fueron presentadas como una organización de
voluntarios que venían espontáneamente a España para defender a la democracia contra el
fascismo. Su jefe fue el comunista francés, André Marty conocido como “El carnicero de
Albacete” por su tendencia a fusilar masivamente a los brigadistas.
Aunque el embajador soviético Marcel Rosenberg y el cónsul en Barcelona, Antonov actuaban
como verdaderas autoridades desde octubre de 1936, Stalin cree necesaria a sustitución de
Largo Caballero en la presidencia del Gobierno por el también socialista Negrín (con el apoyo
de Azaña y de Prieto) en mayo de 1937. El proyecto es fusionar al PSOE y al PCE en un nuevo
partido: el Frente Nacional. Esta nueva formación política estaría bajo control de los
comunistas que figurarían en un discreto segundo plano.
Además de la Unión Soviética, el gobierno del Frente Popular recibió ayuda de Francia y de
México. Para contrarrestar la influencia de la Unión Soviética, Indalecio Prieto , que ocupaba
el Ministerio de Defensa, le ofrecerá a los británicos Vigo, Mahón y Cartagena a cambio de su
apoyo al gobierno del Frente Popular, (1937) pero se abstendrán de brindarle apoyo alguno
por sus excesos revolucionarios. En abril de 1938, Negrín lo aparta del gobierno.
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6. Los alzados recibieron ayuda económica por valor de quinientos millones de dólares
básicamente de Mussolini y de Hitler. Franco pagó la deuda contraída con el III Reich
exportando un valioso mineral, el wolframio, que servía para endurecer los proyectiles hasta
1943, aunque supusiera el cese de la venta de petróleo por parte de Estados Unidos. La ayuda
italiana fue pagada cómodamente hasta la década de los sesenta con una lira muy devaluada.
Sin embargo, lo más importante es que las potencias del Eje no condicionaron la política
exterior del nuevo régimen: de hecho, España se mantuvo neutral durante la II Guerra Mundial
y Franco comenzó a desmarcarse de Hitler a partir de la derrota alemana en Stalingrado
(agosto de 1942-febrero de 1943)
La Santa Sede adoptó una posición de neutralidad, a pesar de las matanzas de católicos,
incluidos más de siete mil sacerdotes, porque el PNV estaba en el bando del Frente Popular. La
diplomacia vaticana no dio un apoyo formal a los rebeldes hasta que Franco ofreció
condiciones ventajosas a los peneuvistas cuando se rindieron en Santoña (Santander) en
agosto de 1937.
El 11 de septiembre de 1937 el gobierno de Burgos recibe el reconocimiento de Gran Bretaña;
el 25 de febrero de 1939 recibía el reconocimiento de Francia y el 1 de abril de ese mismo año
el de Estados Unidos.
2.4.- El desarrollo de la guerra y sus fases.
1) Fracasado el golpe de Mola, Franco transporta al Ejército de África en aviones
españoles con el posterior apoyo de los junkers alemanes. Se establece en Andalucía
occidental desde donde abrirá un pasillo hasta Navarra para suministrar municiones a
Mola.
2) En noviembre de 1936 llega a Madrid y el gobierno del Frente Popular huye a Valencia.
Las Brigadas Internacionales y el armamento pesado soviético frenan el avance del
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7. Ejército de África. Franco programó sucesivos ataques que fracasaron hasta marzo de
1937.
3) Franco se dispuso a afrontar una guerra más prolongada: puesto que no era posible
tomar la capital, había que vencer al enemigo por partes. Resolvió dejar al general
Varela en el frente de Madrid y atacar la franja enemiga del Cantábrico a finales de
marzo de 1937. Vizcaya, Santander y Asturias ofrecían industria pesada, fábricas de
armamento además de yacimientos de carbón y de hierro. Mola dirige las operaciones
con una abrumadora superioridad aérea española, alemana e italiana dirigida por el
general Von Richthofen (responsable del bombardeo de Guernica donde había una
fábrica de pistolas). El ingeniero peneuvista Goicoechea que había diseñado las
fortificaciones que rodeaban a Bilbao (“cinturón de hierro”) se pasó a los rebeldes.
Finalmente, el lehendakari Aguirre traicionó al gobierno del Frente Popular a cambio
de una rendición ventajosa. El general Dávila, que había sustituido al malogrado Mola
(fallecido en accidente aéreo el 3 de junio), entró en Bilbao el 18 de junio de 1937.
4) Después de la victoriosa campaña del Norte, Franco se prepara para lanzar una
ofensiva contra Madrid (18 de diciembre de 1937) para acabar la guerra. En ese
momento, el Estado Mayor del Ejército Popular de la República prepara el contragolpe
en Teruel (15 de diciembre de 1937). A pesar de los éxitos iniciales, Franco no cederá la
posición y tras tres contraofensivas logra conservar Teruel (22 de febrero de 1937)
desde donde va a iniciar una doble ofensiva: una contra Aragón y otra contra Levante
con las que logrará partir en dos la España republicana (abril de 1938)
5) El presidente de Gobierno, Negrín, hace una oferta de negociación (Los Trece Puntos)
a Franco que éste rechaza, e inicia la ofensiva del Ebro (25 de julio de 1938) con
material de guerra soviético para volver a unir las dos zonas republicanas. Tras colocar
allí medio millón de soldados cada bando, se libro la más cruenta de todas las fases de
la guerra. El ejército de Franco no sólo derrotó al Ejército Popular de la República, sino
que inició una ofensiva que terminó en los Pirineos (febrero de 1939). Barcelona había
caído en enero de 1939 sin resistencia alguna. Azaña pensó en destituir a Negrín por
el también socialista Besteiro, un demócrata declarado opositor a la bolchevización del
PSOE desde el verano de 1933. El presidente de la República deseaba negociar la paz
con Franco desde la derrota en el frente de Teruel. Sin embargo, Negrín y sus asesores
soviéticos lo asustaron. Se fue a Francia desde donde presentó su dimisión en febrero
de 1939. El propósito de Negrín fue el de prolongar la guerra civil hasta enlazarla con la
europea en la falsa suposición de que Hitler y Stalin se enfrentarían.
6) En Madrid, se constituye el Consejo Nacional de Defensa (5 de marzo de 1939)
integrado por el general socialista Casado y el general anarquista Cipriano Mera y
Besteiro. Negrín dimitió un día más tarde como presidente del gobierno del Frente
Popular. El objetivo fue negociar la paz con Franco y neutralizar a los comunistas. En
efecto, entre el 7 y el 12 de marzo se enfrentaron en las calles de Madrid los
comunistas dirigidos por el coronel Barceló contra las tropas dirigidas por Casado y
Mera. Derrotado y detenido Barceló, fue fusilado por orden del general Casado y con
él todos sus compañeros de partido. Franco le ofreció a los miembros del Consejo la
posibilidad de que abandonaran el país. Besteiro se quedó con la esperanza de poder
interceder por otros republicanos y murió en la cárcel de Carmona en 1940.
Por cinco meses Negrín no consiguió prolongar la guerra civil hasta el comienzo de la Segunda
Guerra Mundial. De haberlo conseguido, se hubiera encontrado con una tremenda sorpresa:
de la misma forma que Hitler y Stalin se repartieron Polonia, España podía haber corrido la
misma suerte.
Negrín y Prieto pusieron en marcha asociaciones de auxilio a los republicanos exiliados con
fondos robados del Banco de España, de propietarios particulares, y del patrimonio artístico de
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8. la Iglesia y del Estado. Ambas desaparecieron a lo largo de la década de los cuarenta y el
gobierno mexicano se apropio de los fondos que quedaban.
Prieto reprochaba a Negrín que hubiera entregado la República a Stalin para prolongar la
guerra; Negrín, por su parte, le replicó que la derrota habría llegado dos años antes de no
haber recibido apoyo soviético. Ambos tenían razón.
2.4.- Los costes de la Guerra Civil
La guerra civil demostró el fracaso de España para mantener un sistema de democracia
parlamentaria. A las presiones revolucionarias de socialistas, anarquistas y comunistas que
pretendían acabar con la propiedad privada y la fe católica, se le contrapuso una fuerza
contrarrevolucionaria y antidemocrática teñida de cruzada religiosa para conservarlas. La
victoria de la contrarrevolución adoptó la forma política de una dictadura que le dejó a la
Iglesia católica el control moral de la sociedad española.
De los muertos en combate, la cifra debió aproximarse a las cien mil personas. En la zona
controlada por el Frente Popular, el número de fusilamientos superó los cincuenta y seis mil,
de los cuales casi siete mil fueron sacerdotes y religiosos. En la zona controlada por los
sublevados, los fusilamientos ascendieron a cerca de cuarenta y siete mil, a los que hay que
añadir cerca de veintiocho mil realizados durante la postguerra.
En cuanto a las pérdidas materiales, la tierra sembrada pasó de los once millones de hectáreas
de trigo de 1935 a los ocho millones de 1939. La huerta de Valencia salió casi intacta del
conflicto. En la ganadería desapareció algo más de la tercera parte. Las pérdidas industriales
no resultaron tan graves porque Franco no recurrió a grandes bombardeos y los peneuvistas le
entregaron intacta la industria pesada cuando fueron derrotados en la Campaña del Norte
(1937). Se perdió la tercera parte de la marina mercante. Sí recibió un especial castigo la
infraestructura del ferrocarril por su valor estratégico: fueron destruidos entre el 40 y el 70%
de los vagones.
La suma de los gastos alcanzó los treinta mil millones de pesetas. Además, en 1939, la
producción agrícola descendió un 21 por ciento; la industrial, un 31 por ciento; la renta
nacional, un 26 por ciento; y la renta per cápita un 28 por ciento.
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