Recuperando el Rumbo Hasta la Transformación Parte #3.pptx
Subsidio Litúrgico del Martes Santo
1. MARTES SANTO 6 DE ABRIL DE 2020
MARTES SANTO
Continuamos avanzando hacia el Triduo Pascual y seguimos preparando el corazón para
actualizar en nuestras vidas el Misterio de la Redención. El Señor llama a nuestra puerta para
que abramos plenamente nuestra vida a acoger su presencia, para que transforme lo que viejo
y para que destruya lo nocivo.
En este Martes Santo, nos adentramos en el cenáculo para contemplar la intimidad de
aquella estancia. Jesús revela su infinito amor y parte, reparte y comparte su propio Cuerpo y
Sangre. Pero en aquella noche, el Maligno se había apoderado de Judas, quien se levanta de la
mesa y se marcha, pues tenía que consumar la traición.
Frente a la entrega generosa del Hijo, el egoísmo y la cerrazón de Judas. Frente al amor
derramado de Jesús, que se somete incluso a la muerte, la avaricia del traidor. Y en medio de
la escena, un apóstol se acerca al pecho de Jesús para buscar en su rostro la misericordia de un
padre y la confianza de un amigo. Como el discípulo amado, entremos en intimidad con el
Maestro, que quiere cambiar nuestra vida por completo y aprovechemos el silencio de estos
días santos para encontrarnos verdaderamente con Él.
Como cantos litúrgicos para esta jornada, proponemos los siguientes:
Hoy quisiera llorar igual que Pedro: https://www.youtube.com/watch?v=Dcjf5hfO4Z8
Postrado ante la cruz: https://www.youtube.com/watch?v=hP1409p_cHI
Un Dios débil: https://www.youtube.com/watch?v=qIXB0br_ctc
Hoy vuelvo de lejos: https://www.youtube.com/watch?v=5fZwwFZNW7M
Confío en ti: https://www.youtube.com/watch?v=rKihVRpWtE4
Cualquiera de estos cantos puede usarse para introducir la celebración. Además, puede
usarse alguno de ellos tras la meditación de la Palabra y antes de la Profesión de Fe.
Al finalizar, recomendamos una canto dedicado a María Santísima, firme al pie de la Cruz.
Madre: https://www.youtube.com/watch?v=9APEZKs_gdw
2. MARTES SANTO 6 DE ABRIL DE 2020
Guía de la celebración: En el nombre del Padre, † del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
Alguno de los participantes, o el guía de la celebración, introduce la celebración con la siguiente
monición inicial:
En la jornada de ayer conocíamos la avaricia y la soberbia de aquel que iba a entregar a
Jesús a las autoridades, Judas Iscariote. Hoy se descubre su engaño en medio de la intimidad
de la Cena. Es curioso como el traidor protagoniza las escenas evangélicas de estas tres
jornadas previas al Triduo Pascual, pues mañana, Miércoles Santo, escucharemos cuánto costó
tan burda traición. En el personaje de Judas Iscariote tenemos que identificarnos en estos días
cada uno de nosotros, reconociendo el pecado que ha llevado al Señor a entregar su vida. Como
de un espejo, Judas encarna las actitudes funestas que vivimos los cristianos cada vez que
rechazamos el amor de Dios y ponemos nuestra fe y nuestra fuerza en nosotros mismos.
Conscientes de la misericordia desbordante de Dios que no deja de acoger al pecador,
comencemos este momento de oración.
Guía de la celebración:
Oremos
Escucha nuestras súplicas, Señor,
y mira con amor a los que hemos puesto nuestra
esperanza en tu misericordia;
límpianos de todos nuestros pecados para que
podamos perseverar en una vida santa.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
En este momento nos preparamos para escuchar la Palabra de Dios. La celebración consiste en
una primera lectura, en una respuesta sálmica y en la proclamación del Evangelio. Si realizamos esta
celebración individualmente, proclamamos las lecturas detenidamente interiorizando su contenido. Si
realizamos esta celebración con los miembros de nuestro hogar, podemos distribuir previamente las
lecturas entre los participantes.
PRIMERA LECTURA Gal 4, 4-7
Lectura de la carta del Apóstol san Pablo a los Gálatas:
Hermanos:
Cuando llegó la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de mujer, nacido bajo la
Ley, para rescatar a los que estaban bajo la Ley, para que recibiéramos la adopción filial.
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Como sois hijos, Dios envió a nuestros corazones el Espíritu de su Hijo que clama:
«¡“Abba”, Padre!». Así que ya no eres esclavo, sino hijo; y si eres hijo, eres también
heredero por voluntad de Dios.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL Sal 50,3-4.5-6a.12-13
R/. Misericordia, Señor; hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R/.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado.
Contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad en tu presencia. R/.
Oh, Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme.
No me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R/.
EVANGELIO Jn 13, 21-33. 36-38
† Lectura del santo Evangelio según san Juan:
En aquel tiempo, estando Jesús a la mesa con sus discípulos, se turbó en su espíritu y dio
testimonio diciendo:
«En verdad, en verdad os digo: uno de vosotros me va a entregar».
Los discípulos se miraron unos a otros perplejos, por no saber de quién lo decía.
Uno de ellos, el que Jesús amaba, estaba reclinado a la mesa en el seno de Jesús. Simón
Pedro le hizo señas para que averiguase por quién lo decía.
Entonces él, apoyándose en el pecho de Jesús, le preguntó:
«Señor, ¿quién es?».
Le contestó Jesús:
«Aquel a quien yo le dé este trozo de pan untado».
Y, untando el pan, se lo dio a Judas, hijo de Simón el Iscariote.
Detrás del pan, entró en él Satanás. Entonces Jesús le dijo:
4. MARTES SANTO 6 DE ABRIL DE 2020
«Lo que vas a hacer, hazlo pronto».
Ninguno de los comensales entendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa,
algunos suponían que Jesús le encargaba comprar lo necesario para la fiesta o dar algo a los
pobres. Judas, después de tomar el pan, salió inmediatamente. Era de noche.
Cuando salió, dijo Jesús:
«Ahora es glorificado el Hijo del hombre, y Dios es glorificado en él. Si Dios es glorificado
en él, también Dios lo glorificará en sí mismo: pronto lo glorificará. Hijitos, me queda poco
de estar con vosotros. Me buscaréis, pero lo que dije a los judíos os lo digo ahora a vosotros:
"Donde yo voy, vosotros no podéis ir"»
Simón Pedro le dijo:
«Señor, ¿a dónde vas?».
Jesús le respondió:
«Adonde yo voy no me puedes seguir ahora, me seguirás más tarde».
Pedro replicó:
«Señor, ¿por qué no puedo seguirte ahora? Daré mi vida por ti».
Jesús le contestó:
«¿Con que darás tu vida por mí? En verdad, en verdad te digo: no cantará el gallo antes de
que me hayas negado tres veces».
Palabra del Señor.
Para interiorizar la Palabra que hemos escuchado, proponemos una reflexión que se puede leer
en alta voz, o cada uno de forma individual, permitiendo que todos permanezcamos en meditación
activa en torno al regalo de la Palabra de Dios.
FRAGMENTO DE LA CATEQUESIS DE SU SANTIDAD BENEDICTO XVI EL 18 DE OCTUBRE DE
2006 EN LA PLAZA DE SAN PEDRO:
Judas Iscariote es una figura perteneciente al grupo de los que Jesús se había escogido como
compañeros y colaboradores cercanos. Esto plantea dos preguntas al intentar explicar lo
sucedido. La primera consiste en preguntarnos cómo es posible que Jesús escogiera a este
hombre y confiara en él. Ante todo, aunque Judas era de hecho el ecónomo del grupo (cf. Jn
12, 6; 13, 29), en realidad también se le llama "ladrón" (Jn 12, 6). Es un misterio su elección,
sobre todo teniendo en cuenta que Jesús pronuncia un juicio muy severo sobre él: "¡Ay de
aquel por quien el Hijo del hombre es entregado!" (Mt 26, 24). Es todavía más profundo el
misterio sobre su suerte eterna, sabiendo que Judas "acosado por el remordimiento, devolvió
las treinta monedas de plata a los sumos sacerdotes y a los ancianos, diciendo: ‘Pequé
entregando sangre inocente’" (Mt 27, 3-4). Aunque luego se alejó para ahorcarse (cf. Mt 27,
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5), a nosotros no nos corresponde juzgar su gesto, poniéndonos en el lugar de Dios,
infinitamente misericordioso y justo.
Una segunda pregunta atañe al motivo del comportamiento de Judas: ¿por qué traicionó a
Jesús? Para responder a este interrogante se han hecho varias hipótesis. Algunos recurren al
factor de la avidez por el dinero; otros dan una explicación de carácter mesiánico: Judas habría
quedado decepcionado al ver que Jesús no incluía en su programa la liberación político-militar
de su país.
En realidad, los textos evangélicos insisten en otro aspecto: Juan dice expresamente que
"el diablo había puesto en el corazón a Judas Iscariote, hijo de Simón, el propósito de
entregarlo" (Jn 13, 2); de manera semejante, Lucas escribe: "Satanás entró en Judas, llamado
Iscariote, que era del número de los Doce" (Lc 22, 3). De este modo, se va más allá de las
motivaciones históricas y se explica lo sucedido basándose en la responsabilidad personal de
Judas, que cedió miserablemente a una tentación del Maligno. En todo caso, la traición de
Judas sigue siendo un misterio. Jesús lo trató como a un amigo (cf. Mt 26, 50), pero en sus
invitaciones a seguirlo por el camino de las bienaventuranzas no forzaba las voluntades ni les
impedía caer en las tentaciones de Satanás, respetando la libertad humana.
En efecto, las posibilidades de perversión del corazón humano son realmente muchas. El
único modo de prevenirlas consiste en no cultivar una visión de las cosas meramente
individualista, autónoma, sino, por el contrario, en ponerse siempre del lado de Jesús,
asumiendo su punto de vista. Día tras día debemos esforzarnos por estar en plena comunión
con él.
Recordemos que incluso Pedro quería oponerse a él y a lo que le esperaba en Jerusalén, pero
recibió una fortísima reprensión: "Tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los
hombres" (Mc 8, 33). Tras su caída, Pedro se arrepintió y encontró perdón y gracia. También
Judas se arrepintió, pero su arrepentimiento degeneró en desesperación y así se transformó en
autodestrucción. Para nosotros es una invitación a tener siempre presente lo que dice san Benito
al final del capítulo V de su "Regla", un capítulo fundamental: "No desesperar nunca de la
misericordia de Dios". En realidad, "Dios es mayor que nuestra conciencia", como dice san
Juan (1 Jn 3, 20).
Recordemos dos cosas. La primera: Jesús respeta nuestra libertad. La segunda: Jesús espera
que queramos arrepentirnos y convertirnos; es rico en misericordia y perdón. Por lo demás,
cuando pensamos en el papel negativo que desempeñó Judas, debemos enmarcarlo en el
designio superior de Dios que guía los acontecimientos. Su traición llevó a la muerte de Jesús,
quien transformó este tremendo suplicio en un espacio de amor salvífico y en entrega de sí
mismo al Padre (cf. Ga 2, 20; Ef 5, 2. 25). El verbo "traicionar" es la versión de una palabra
griega que significa "entregar". A veces su sujeto es incluso Dios en persona: él mismo por
amor "entregó" a Jesús por todos nosotros (cf. Rm 8, 32). En su misterioso plan de salvación,
Dios asume el gesto injustificable de Judas como ocasión de la entrega total del Hijo por la
redención del mundo.
6. MARTES SANTO 6 DE ABRIL DE 2020
Concluida la meditación de la Palabra, profesamos con toda la Iglesia nuestra fe y elevamos al
Padre nuestras súplicas.
PROFESAMOS NUESTRA FE
Todos: Creo en Dios, Padre Todopoderoso,
Creador del cielo y de la tierra.
Creo en Jesucristo, su único Hijo, Nuestro Señor,
que fue concebido por obra y gracia del Espíritu Santo,
nació de Santa María Virgen,
padeció bajo el poder de Poncio Pilato
fue crucificado, muerto y sepultado,
descendió a los infiernos,
al tercer día resucitó de entre los muertos,
subió a los cielos
y está sentado a la derecha de Dios, Padre todopoderoso.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos.
Creo en el Espíritu Santo,
la santa Iglesia católica,
la comunión de los santos,
el perdón de los pecados,
la resurrección de la carne
y la vida eterna.
Amén.
ORACIÓN DE LOS FIELES
Guía de la celebración: Sabiendo que Dios es justo y misericordioso, elevemos nuestras
peticiones en favor de todos los hombres.
Las peticiones las puede realizar el propio guía o alguno de los participantes.
1. Por la Iglesia Santa de Dios que celebra estos días santos; para que ejerza su misión en el
mundo siempre atenta a las necesidades de los hombres. Roguemos al Señor.
2. Por quienes sufren los horrores de la guerra, de la pobreza, de la migración, de la soledad;
para que encuentren en los seguidores de Jesús una mano misericordiosa. Roguemos al
Señor.
3. Por las Hermandades y Cofradías de nuestra Parroquia, que en estos días viven la Semana
Santa desde la oración silenciosa y la caridad fraterna; para que sean siempre fermento de
devoción y de crecimiento cristiano. Roguemos al Señor.
7. MARTES SANTO 6 DE ABRIL DE 2020
4. Por las Congregaciones de vida activa y contemplativa que viven entregadas a los más
desfavorecidos y a la oración que sostiene a la Iglesia, para que no cesen de ser luz en medio
del mundo. Roguemos al Señor.
5. Por todos los afectados por coronavirus; pidamos de forma especial por todos los
fallecidos, por sus familiares, por los agentes sanitarios y por las fuerzas de seguridad del
Estado, para que todos, en esta circunstancia, puedan conocer la mano misericordiosa de
Dios. Roguemos al Señor.
6. Por nosotros, y por nuestras familias, para que aprovechemos este tiempo desde la
oración, el silencio y la meditación. Roguemos al Señor.
Guía de la celebración: Escucha, Señor, a tu pueblo que te implora, y concédele los dones
espirituales y materiales que te pide con fe. Por Jesucristo Nuestro Señor.
Todos: Amén.
Concluimos esta celebración invocando al Padre con la oración de los hijos, elevando la oración
final y suplicando a María Santísima por el fin de esta pandemia.
PADRENUESTRO
Guía de la celebración: Al nombre de Dios toda rodilla se doble. Unidos en oración,
decimos:
Todos:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu Nombre; venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden; no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.
Amén
Guía de la celebración:
Oremos
Padre lleno de amor, te pedimos que,
purificados por la penitencia y las buenas obras,
nos mantengamos siempre fieles a tus mandamientos.
Por Jesucristo nuestro Señor.
Todos: Amén.
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Guía de la celebración: El Señor nos bendiga, † nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
Todos: Amén.
ORACIÓN A MARÍA
Todos:
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de
esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que bajo la cruz estuviste
asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.
Tú, Salvación de todos los pueblos, sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros que
proveerás, para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría y la fiesta después de
este momento de prueba.
Ayúdanos, Madre del Divino Amor, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo
que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado nuestros
dolores para conducirnos, a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.
Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios. No desprecies nuestras súplicas
que estamos en la prueba y libéranos de todo pecado, o Virgen gloriosa y bendita”.