1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA
LAS RELACIONES DE INTERIOR, JUSTICIA Y PAZ
CUERPO DE INVESTIGACIONES CIENTÍFICAS,
PENALES Y CRIMINALÍSTICAS
UNIVERSIDAD NACIONAL EXPERIMENTAL DE LA SEGURIDAD
CATEDRA: FORMACION SOCIO CRÍTICA
CURSO DESARROLLO DE COMPETENCIAS PARA LA GERENCIA Y
PLANIFICACIÓN ESTRATÉGICO EN EL NIVEL ESTRATEGICO DEL CICPC
(Ascenso a Comisario General)
DOCENTE: Soc. MIRIAN ESCOBAR
PARTICIPANTE: COMISARIO JEFE EMMARY HUERTA
C.I.V.-11.667.105.
MARACAIBO, JUNIO 2020
2. “No tendremos desarrollo sin seguridad, no tendremos seguridad sin desarrollo
y no tendremos ni seguridad ni desarrollo si no se respetan los derechos
humanos.”
Kofi Annan
3. RELACION ENTRE GERENCIA SOCIAL, DERECHOS HUMANOS Y
ÉTICA, COMO SERVIDOR PÚBLICO. Y SUS IMPLICACIONES CON
RESPECTO AL FORTALECIMIENTO DE LA SEGURIDAD EN EL ÁREA DE
SU COMPETECIA.
La Gerencia Social moderna, requiere una forma de ver el mundo, a través
de la comprensión de los grandes desafíos o cambios históricos, culturales,
sociales y económicos; con una conciencia valorativa del entendimiento del
desarrollo; una sensibilidad al entorno mundial, nacional y local que influye
sobre las iniciativas para promover el desarrollo y un bagaje analítico que
apoya la formación de propuestas concretas para promover el desarrollo con
equidad y en democracia.
Partiendo del concepto de Gerencia Social que plantea que "la habilidad
gerencial más valiosa no es necesariamente ceñirse a la planificación
preconcebida", podemos decir que en el momento actual que vive Venezuela,
de un profundo cambio social, la planificación es una herramienta, pero no es
necesariamente el corazón de la gerencia. "La habilidad para gerencial es
innovar, improvisar y poner en práctica nuevas ideas y métodos cualquiera sea
la circunstancia en que nos encontremos".
Como gerentes Sociales (Servidores Públicos) debemos ser profesionales
capaces para desempeñarnos con idoneidad, eficacia y eficiencia en la
Gerencia Social, visualizando las coyunturas socio económico y política del
país, la región, la localidad, donde nos desempeñamos teniendo capacidad de
concertación y negociación de políticas y emprendimientos sociales, manejo
de nuevas tecnologías aplicadas a la gerencia, competencias administrativas
tendientes a la optimización de recursos financieros, humanos, logísticos, entre
otros que lleven al logro de objetivos organizacionales.
La transformación social viene dada por una nueva relación
de responsabilidad entre el Estado y la Sociedad, que se traduce en la fórmula:
+ Estado – Mercado- + Poder Popular, a diferencia de la fórmula neoliberal
aplicada en el pasado de – Estado + Mercado + Sociedad Civil. "Uno de los
grandes retos de la gerencia social es lograr fomentar una sociedad
4. protagónica cuya base sea la participación de la comunidad organizada.
Estamos construyendo una sociedad democrática de derecho social y
de justicia donde hay una preeminencia de los Derechos Humanos,
la promoción de la igualdad, la justicia social y la corresponsabilidad", siendo
esta una de las premisas de la Gerencia Social.
Cabe destacar como Políticas de la Gerencial Social naciente de este siglo
Promover la aplicación de políticas y programas sociales inclusivos y
equitativos para grupos vulnerables en materias sensibles que afecten
la calidad de vida, especialmente para la niñez, la adolescencia, la mujer en
sectores de la salud, educación, violencia y protección especial. En este
sentido los gerentes de unidades Operativas en materia de Seguridad a diario
debemos implementar políticas donde se respeten y pongan en práctica la
defensa de los derechos Humanos, que van en la práctica desde el respeto
de la dignidad humana de los ciudadanos que se encuentran privados de
libertad en nuestra sedes, hasta la correcta atención de una víctima de un
delito contemplado en la Ley de Derecho de la Mujer de Vivir una vida Libre de
Violencia.
Guendel (2003), describe la idea de una gerencia social que se reacomoda
a la luz de los derechos humanos desde una perspectiva que no requiere aludir
sistemáticamente a ellos para indicar que se orienta en este sentido. A su
juicio, el enfoque de derechos humanos en las políticas públicas se caracteriza
por estar centrado en las personas y sus relaciones y no en las estructuras
sociales y su aporte principal es el restablecimiento de la unidad entre sujeto
social y sujeto de derecho.
Los escenarios del presente en el contexto mundial, demandan nuevos
compromiso en las organizaciones a través de una gerencia dinámica,
proactiva, comprometida, que se identifiquen plenamente con el cumplimiento
de una buena ética empresarial que es requerida junto con una
eficaz responsabilidad social para con la comunidad, con los consumidores a
quienes les presta sus servicios.
Más allá de la responsabilidad, la gerencia social tiene un sentido ético en
su esencia que le hace un llamado a los servidores públicos a actuar con
5. coherencia, transparencia y compromiso, en cuanto interviene e impacta de
manera directa a un grupo social que siente, tiene derechos, necesidades,
expectativas y merece respeto. Por lo que en contextos institucionales
invadidos por la corrupción y por el Asia de dinero y poder, es difícil hablar de
ética por cuanto está, a un servidor público puede costarle su trabajo, familia y
hasta la vida.
Y esto es posible, cuando a la hora de concebir un programa o un proyecto
social se tienen en cuenta aspectos trascendentales como: • La definición de la
necesidad. • El empoderamiento de los sujetos en función de sus derechos y
responsabilidades. • El conocimiento profundo del grupo a intervenir y de su
entorno.
La conciencia del valor público que se quiere generar. La sinceridad para
reconocer si se cuenta o no con la capacidad instalada para atender la
necesidad específica. La aplicación de estrategias de comunicación,
participación y aprendizaje que permitan tener en cuanta al otro como un ser
integral, ciudadano y legítimo. La implementación de sistemas de seguimiento,
monitoreo y evaluación que permitan dar cuenta de los impactos y de la
generación de valor público.
En los últimos diez años, Venezuela ha experimentado una serie de cambios
realmente importantes, el proceso de globalización, la apertura económica y
petrolera y el surgimiento de un cliente más exigente y racional, lo cual ha
obligado a muchas empresas a revisar sus esquemas de trabajo, a pensar más
en la gestión interna e incrementar en la competitividad, vista esta como el
aporte de los recursos humanos en la gestión diaria de las organizaciones.
Paralelamente a esta situación, existen factores de índole político,
económico, tecnológico y social de un entorno complejo, atraso con respecto al
avance tecnológico mundial, alto índice de desempleo y de familias con bajos
ingresos e infraestructuras de servicios básicos deficientes, inseguridad jurídica
y personal que hacen el ejercicio de la gerencia más difícil y menos eficiente.
Esta situación tiene sus repercusiones en todos los ámbitos de los aconteceres
diarios del país y por ende en las organizaciones que desarrollan actividades
variadas dentro del cualquier contexto, entre las que destacan para este
6. estudio las instituciones de seguridad ciudadana, en especial las
organizaciones policiales.
Entre los cambios importantes en el ámbito de las organizaciones policiales
es la relación ciudadano-fuerzas de seguridad pública, los ciudadanos nos
hemos convertido en los usuarios de servicios públicos en lugar de meros
administrados. En este contexto, la seguridad se considera como un bien
público garantizado por la policía, quien presta un servicio o asistencia, donde
los objetivos serán el facilitar los medios para que los derechos y libertades
pueden ser ejercidos libremente (información, mediación en conflictos,
regulación del tráfico, auxilio en situaciones de emergencia o de crisis, cuidar
del cumplimiento del ordenamiento jurídico, y de otra índole, etc.)
El concepto de servicio lleva necesariamente a abandonar progresivamente
planteamientos reactivos a favor de proactivos, primando la prevención sobre la
represión. Vista la naturaleza de las organizaciones policiales en el desarrollo
actual en el país y reconociendo la importancia que por un lado, tiene la vida
cotidiana de la ciudadanía y por otro lado, el recurso humano que en ellas
labora como factor de cambio de las organizaciones, es importante señalar una
serie de elementos que han incidido desfavorablemente en la gestión de estas
instituciones.
Los cuerpos policiales ostentan por mandato expreso del estado el uso
coercitivo de la fuerza como mecanismo para prevenir y controlar la acción
delictiva, así como también dar cumplimiento a la normativa legal expresada en
los distintos códigos que le son impuestos. Esta función de control social
conferida a los cuerpos policiales es llevada a cabo mediante procesos
establecidos en la normativa legal vigente, utilizando para ellos estructuras,
procesos, procedimientos, tecnología de distinta índole, entre otros.
Es indudable que en el cumplimiento de este proceso de control por parte
del estado y llevado a cabo por las organizaciones policiales el elemento
humano ocupa rol estelar para dar cumplimiento a tan importante mandato que
permite a los ciudadanos, en un contexto democrático fortalecer la convivencia
pacífica en un estado de libertad y justicia, donde las comunidades se sientan
protegidas con un funcionario policial que inspire confianza y respeto y que al
mismo tiempo dicho funcionario obtenga de la organización policial las
7. condiciones socio-económicas lo suficientemente aceptables para vivir con
dignidad. En este sentido, los procesos gerenciales para dirigir las
organizaciones policiales cada vez se tornan más complejos en la medida que
las poblaciones aumentan y las modalidades del delito proliferan, lo que exige a
la gerencia policial asumir retos cada vez más complejos y dotarse de
modernas técnicas de dirección innovadora para dar cumplimiento a las
funciones que le son asignadas y así también dar respuesta a las demandas de
una sociedad que cada día exige de la institución policial un mayor compromiso
en la defensa de sus derechos consagrados en las leyes y reglamento del país.
En cuanto a las demandas internas de la organización, la realidad es
también significativamente crítica y las condiciones observadas en contraste
con el “deber ser” son notorias e inocultables, manifestadas en un clima laboral
enrarecido, percibido por un funcionario descontento que atado de manos, en
muchas ocasiones se siente impotente para llevar a feliz término las metas
propuestas, en vista de la ausencia, muchas veces, delas herramientas de
trabajo más elementales para cumplir las tareas encomendadas.
Entendiendo a la institución policial como una organización dinámica, se
considera oportuno este nueva forma de ascender, que va más allá del solo
esperar el tiempo en la jerarquía, sino que implica la capacitación y
reconocimiento de la presencia de líderes, su detección oportuna en las
distintas dependencias y a través de la comprensión de su importancia en la
propia existencia de la organización, aportar pautas que beneficien aún más la
formación de los fututos líderes que guíen el cuerpo policial.
Observando la situación, desde las perspectivas de las soluciones para dar
respuesta con recursos gerenciales modernos de un alcance más
imperecedero, la ética de la gestión pública puede ayudar en los procesos de
deliberar y preferir las diferentes alternativas viables que permitan resolver las
interrogantes del cambio y de esta manera superar los sistemas tradicionales
de gestión pública y conciliarlas con una gerencia sustentadas en la práctica
de los valores, que según, Guedez V. (2004) los valores expresan la integridad
y coherencia de las personas y organizaciones, reflejando estas la conjugación
de creencias motivadoras y conductas orientadoras.
8. Importante destacar que la ética está íntimamente ligada a la actuación del
Policía quien es un funcionario que esta frecuentemente en contacto con la
parte más conflictiva de la vida de las personas, en situaciones de emergencia,
muchas veces en los peores días de cada ciudadano, con los ciudadanos que
delinquen, en situaciones de resolver conflictos o problemas, haciendo
prevalecer en ocasiones el interés global por encima de algunos intereses
particulares. Por eso en muchas veces no es bien vista la policía por parte de la
colectividad, pero se pide su actuación cuando sus intereses están en peligro.
Es una actitud ambivalente que el policía ha de saber sobrellevar con
profesionalidad.
En esta orientación, la ética policial en una gerencia para el ciudadano,
pero también para el propio policía que ha de asumir normas estrictas e ideales
más altos que la mayor parte de las que son exigidas para otras profesiones.
Por tanto, la ética es la norma moral de la conducta humana y que todos los
elementos de las corporaciones policiales deben observar en su vida privada y
profesional. El respeto al conjunto de normas jurídicas vigentes y los que
corresponden al trabajo policial, son un acto espontaneo, producto,
paradójicamente, de un largo trabajo de reafirmación de valores y definición de
la profesionalidad moral.
Una nueva forma de dirigir, fundamentada en valores, radica en
garantizar al hombre la igualdad y justicia social dentro de una sociedad
(Derechos Humanos), con acomodo al trabajo que desempeña, creando a su
vez las condiciones para incrementar la calidad de su actuación, donde la
vocación de servicio deja de ser una simple declaración meramente verbal y se
convierte en una práctica orientada a los fines más elevados que configuran la
posición que cada uno ocupa en un sitio de trabajo y el punto de partida es
buscar la coherencia entre la teoría y la práctica porque, finalmente, lo que
hacemos define quienes somos.
Aunado a lo anterior, es menester mencionar que en la actualidad las
organizaciones policiales del país, se encuentran inmersas en una crisis de
valores, que ha debilitado considerablemente la credibilidad y el grado de
confianza con que debe contar la institución policial en la sociedad. Esta crisis
de valores puede evidenciarse en las innumerables denuncias formuladas por
9. los ciudadanos y recogidas por instituciones encargadas de preservar los
derechos humanos, mostrando cifras alarmantes en cuanto a la actuación
policial y no es de extrañar, que con una frecuencia pronunciada, los medios de
comunicación masiva están enfocados a resaltar esta crisis de valores.
Ante esta crisis de valores, la organización policial demanda una
gerencia moderna con un estilo de liderazgo que responda con éxito, tanto a
las exigencias internas de la organización como a los requerimientos de la
sociedad. Un liderazgo que oriente su gestión hacia los valores más preciados,
como son, vivir en libertad en un estado de respeto hacia los derechos
humanos, con acceso a todos los derechos consagrados en las leyes y sentirse
protegidos ante la presencia de un funcionario policial integro, digno, que
preserve la vida y facilite la convivencia pacífica en una democracia que cada
vez evidencia su perfectibilidad.