Los ingenieros romanos eran expertos en la construcción de obras públicas a gran escala como edificios, puentes, acueductos y carreteras para beneficio del Imperio Romano en expansión. Aunque no eran tan originales como los ingenieros griegos, compensaron su falta de creatividad con la aplicación generalizada de su ingeniería civil. Algunas de sus innovaciones incluyeron la reinvención de la calefacción doméstica central, la invención del alumbrado público y la construcción de estructuras monumentales como el Coliseo y el Pont