Los ingenieros romanos construyeron extensas obras de infraestructura civil como acueductos, carreteras y puentes que beneficiaron al Imperio Romano. Aunque sus contribuciones científicas fueron menores que las de los griegos, sobresalieron en la aplicación práctica de la ingeniería para proyectos a gran escala como acueductos y la Vía Apia. Uno de sus mayores logros fue el Coliseo, el lugar de reunión público más grande hasta la construcción del Yale Bowl en 1914.