1. Gerónimo Vázquez Vicente Lic. en Educación Preescolar 3 grado grupo: “A”
Reafirmación de la vocación
Muchos de mis compañeros de clase en los primeros días, cuando los maestros
nos formulaban la misma típica pregunta de siempre: “¿Por qué decidiste estudiar
para maestro?” o “¿Por qué elegiste estudiar esta licenciatura?”, muchos,
incluyéndome respondíamos “porque me gusta” o “por vocación”, algunos
respondían “fue mi segunda o última opción”, en fin respuestas que ante los ojos
de los demás fueran aprobatorias. Pero en mi caso, ¿realmente decidí estudiar
esta licenciatura por vocación?, en ese momento y hasta ahora mi respuesta es y
seguirá siendo “si”.
Desde mi incursión en el mundo de las instituciones, preescolar para ser exacto,
siempre jugaba con mis compañeros a la escuelita, siendo mi papel el del
maestro, esto debido a que me gustaba la manera del como nuestra maestra nos
impartía clases, en las cuales existía un ambiente de trabajo armoniosa y
cariñosa de parte de ella hacia cada uno de nosotros, el cómo nuestra aula estaba
organizada por distintas secciones, desde el material didáctico, el rincón de
lectura, el área que estaba designada para nuestras cosas (mochilas, batas,
almuerzo, etc.), etc. El clima de trabajo y la comunicación entre nosotros y la
maestra, era de total y cordial respeto, tanto de ella hacia nosotros, como de todos
los compañeros que convivíamos en el aula. Nuestra maestra siempre nos hacía
mención que la base de todo era el respeto, realizaba diversas actividades en la
que todos conviviéramos y aprendiéramos diversas cosas de la mejor manera
posible, tanto en el ámbito escolar, como en cuestión de los valores, si ocurría
algún incidente o pleito entre compañeros, la maestra hablaba con los implicados
y buscaba la mejor manera posible de solucionarlo, organizaba platicas con los
padres de familia para externarles algún problema sucedido en el salón de clases
o para orientarlos del cómo nos podrían inculcar los valores y el respeto de
debería de existir de nuestros padres hacia nosotros y viceversa.
Las normas de convivencia en nuestra aula las fijábamos entre todos, la maestra
nos daba opciones y nosotros las complementábamos o sugeríamos algunas para
que entre todos fijáramos esas normas. Recuerdo perfectamente que una tarde la
de escuela organizo un evento en el que conviviéramos todos: padres de familia,
maestros y alumnos, las maestras realizaron una obra de teatro en la que
dramatizaban y nos explicaban los valores que deben de existir, tanto en el salón
de clases como en nuestro hogar, por todo esto y muchos aspectos más elegí
estudiar para maestro de preescolar.
Ye en la escuela normal, cierto día nos dieron la gran noticia de que iríamos a las
jornadas de observación, pero solo iríamos un día, desde ese entoncesse me
vinieron muchos cuestionamientos a la mente: ¿realizare bien la jornada de

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observaciones?, ¿me traicionaran los nervios?, ¿me aceptaran los niños?, en fin
una y mil cosas pasaron por mi mente, pero estaba feliz porque iríamos al jardín
pero al mismo tiempo angustiado por lo que me podría pasar.
La fecha se cumplió y llego el día en el que teníamos que ir al jardín, llegamos
media hora antes, hablamos con la directora y accedió a que estuviéramos en el
salón, a mí me tocó estar observando a tercer año.
Desde que entre al aula, la maestra me presento ante el grupo, diciéndoles que
estaría con ellos observando cómo se comportaban, yo hice lo mismo y todos los
niños se portaron muy cariñosos y respetuosos conmigo. Me decían “Maestro”
para todo y me pedían que los ayudara en todas sus actividades, en la hora de
receso los niños me pidieron que jugara con ellos, algo que realmente me agoto
porque tuve que correr mucho, una vez terminado el receso acompañe a los niños
a la plaza cívica para que ensayaran su bailable de clausura, una vez terminado
su ensayo se finalizó su horario de clases acompañe a la salida a la maestra a
llevar a los niños para que los despidiéramos al mismo tiempo que la maestra le
explicaba la tarea a los padres de familia, una vez retirado el ultimo niño platique
con la maestra y me pregunto cómo me había sentido, le conteste que aunque el
tiempo fue muy poco me encanto el haber asistido.
Ahora mis expectativas para cuando asista a mi periodo de prácticas son muy
altas, espero que me vaya muy bien y aprenda mucho, aunque tengo muchos
nervios porque ahora estaré frente a grupo y seré el maestro.
Todo lo que viví y viviré me servirá para seguir aprendiendo y reafirmando mi
vocación de ser docente, espero que la escuela me brinde todas las herramientas
necesarias para seguirme preparando dio a día.