Francisco Ferrer Guardia fundó la Escuela Moderna en 1901 en Barcelona para introducir un enfoque pedagógico racionalista, laico y libertario. La escuela rechazaba los dogmas y premios/castigos, y enfatizaba la igualdad, libertad y aprendizaje práctico al aire libre. Su misión era convertirse en un referente educativo basado en la participación ciudadana activa y crítica.