1. La Inquisición
Institución eclesiástica que nace con el fin de preservar la ortodoxia cristiana frente a la herejía. En España hubo dos
Inquisiciones: la primera en el siglo XIII, que solo afectó a los territorios de la Corona de Aragón, nace para combatir la
herejía albigense, dependía directamente de Roma y al desaparecer este delito desaparece el tribunal. La segunda, y
más importante, fue establecida por los Reyes Católicos para lograr la unidad religiosa. Esta dependía directamente de
la Corona y los procesos no eran apelables a Romo.
El primer tribunal se establece en Sevilla en 1480 y en Febrero de 1481 se celebra el primer Auto de Fe que condenó a
la hoguera a un grupo de judíos conversos. Funcionaba como cualquier tribunal de naturaleza civil y estaba formado
por diversos miembros. La sede principal fue trasladada posteriormente de Sevilla a Toledo y el alcance del tribunal
llegaba a todos los territorios de la corona.
Su campo de acción era muy amplio, aparte de juzgar los delitos relacionados con la herejía y la moral, tenía por una
bula papal la facultad de revisar todo tipo de impreso y manuscrito e igualmente prohibir la lectura y circulación de
libros perjudiciales para la moral.
Había un catálogo de delitos mayores como la brujería, la adivinación y los pecados nefandos (relaciones
homosexuales, relaciones contra natura o zoofilia); y delitos menores como la blasfemia, la bigamia o las
supersticiones. La tortura era un medio común para obtener confesiones. Los castigos, que iban en relación con los
delitos cometidos, eran bastante duros e iban desde el destierro y la confiscación de bienes para los delitos menores
hasta la muerte para los delitos mayores.
Los Autos de Fe eran ceremonias que duraban todo el día, comenzando con el desfile matinal de las autoridades y de
los condenados, que llevaban unos vestidos infames (sambenitos), prosiguiendo con la lectura de las condenas y
finalizando con la quema, en la Plaza Mayor y en presencia del pueblo, de los condenados a muerte.
La Inquisición fue abolida definitivamente en 1834.
Guillermo Fernández Gonzalo