Este documento discute cómo los elogios exagerados pueden afectar la autoestima y disposición a asumir riesgos en los niños. Investigadores evaluaron la autoestima de 240 niños de 8 a 12 años y les pidieron reproducir la pintura "Rosas salvajes" de Van Gogh. Luego, un adulto elogió su trabajo de forma moderada o exageradamente positiva. Los niños con alta autoestima asumieron más riesgos después de elogios moderados, mientras que los niños con baja autoestima evitaron nuevos desaf
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Elogiar, pero con
mesura
Los escolares que participaron en el ensayo psicológico debían
reproducir la obra «Rosas salvajes» de Vincent van Gogh.
Con frecuencia, muchos padres elogian a los hijos con el fin de
de reforzar su autoconfianza. Sin embargo, no siempre funciona.
Los niños con baja autoestima fracasan cuando reciben
alabanzas desmesuradas o demasiado eufóricas. Según
informan investigadores de la Universidad de Utrecht
liderados por Eddie Brummelman, el elogio exagerado aumenta
la inseguridad en los niños con poca confianza en sí mismos.
Prueba en el museo
Los investigadores evaluaron la autoestima de un total de 240
niños y niñas con edades comprendidas entre los ocho y doce
años y que participaban en un curso de pintura que se
desarrollaba en un museo. Los probandos debían reproducir la
obra «Rosas salvajes» del pintor Vincent van Gogh. A
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continuación, un adulto que se hacía pasar por un artista de
renombre se encargaba de calificar las creaciones de los
escolares. La valoración de las pinturas infantiles iba de buena
(«Has pintado un bonito dibujo») a exageradamente buena
(«Has pintado un dibujo increíblemente hermoso»).
Como segunda prueba, los niños debían elegir entre reproducir
figuras complejas o sencillas. Según los investigadores, cuanto
más complicado era el motivo que escogían los alumnos, mayor
era el reto al que deseaban enfrentarse.
Los niños seguros de sí mismos se inclinaban, tras el elogio
exagerado, por los dibujos más complicados; si el «experto»
había valorado de forma moderada su primera creación optaban
por el más sencillo. En cambio, los niños con una autoestima
baja evitaban los retos más complejos si habían recibido loas
eufóricas por su obra inicial. Al parecer, temían no cumplir con
las expectativas que habían creado a raíz de su primer trabajo, lo
que les llevaba a evitar nuevos desafíos. Los investigadores
concluyen que los elogios dirigidos a los niños deberían
dosificarse.