2. HISTORIAS TENEBROSAS
• La niña en la escalera
• La mujer en la ventana
• Dame la mano
• La muñeca de mi hermana
3. LA NIÑA EN LA ESCALERA
Hace algunos años, en una linda casa en medio del campo vivía una familia de tres hijos y su madre, la
cual se unió al poco tiempo con un hombre, convirtiéndolo en padrastro de los pequeños, pero; este tipo
era muy violento, maltrataba a los niños sin razón, les quitaba sus alimentos, les negaba el agua, hasta
los golpeaba solo por gusto. Aunque trataba muy mal a los tres niños, parecía tener un odio mayor por
la hija de 10 años, a quien golpeaba de forma más salvaje, llegó un día hasta el punto de arrojarla por
las escaleras… y la pequeña murió al momento. Para no enfrentar el castigo por lo ocurrido, el resto
de la familia huyó a alguna ciudad que se desconoce. La casa pasó a manos de otra familia, que duró
poco tiempo en ella, pues escuchaban a menudo la voz de la pequeña pidiendo ayuda. Las siguientes
personas que habitaron esa casa, se quedaron el tiempo suficiente para escucharla llorar y gritar en
medio de la noche, hablando cuando la gente estaba de espaldas y al voltear no veían nada… también
golpeaba en ocasiones la puerta para pedir un poco de agua, pero; lo más inquietante de su presencia,
era cuando se paraba en la escalera… pues no se sabe si estaba cuidando a los demás para que no
cayeran, o a propósito aparecía para tirarlos como lo hicieron con ella y corrieran su misma suerte.
Siguen sin conocerse sus intenciones, pues hasta el momento el hecho de verla, para muchas familias
ha sido suficiente… y la casa ahora permanece abandonada porque esa niña estará ahí por siempre
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4. LA MUJER EN LA VENTANA
Hace más de una semana que la veo todos los días, en la zona rural donde vivo las casas
están muy lejos una de la otra pero nosotros y nuestra vecina somos la excepción, su casa
está al lado de la mía y desde mi cuarto puedo ver perfectamente la ventana de su
habitación. Hace una semana me di cuenta de que ella estaba ahí, mirándome fijamente
desde su ventana; la ausencia de luz no me permite verla con claridad, pero puedo verla ahí,
moviéndose sutilmente de atrás para delante, y cuando sale un poquito de la penumbra,
puedo ver como sonríe de forma siniestra, lo que más que miedo me causa enojo. Mis padres
llevan ya dos semanas de viaje y yo ya no aguanto más verla ahí, mirándome todo el tiempo;
así que hoy decidí ir a hablar con ella y decirle que deje de hacer eso por que me resulta
incomodo. Al llegar a su casa la puerta estaba abierta y al tocar y no recibir respuesta decidí
entrar, recorrí molesta todas las habitaciones excepto una, la habitación donde yo la veía,
tome valor y entre gritando y reclamándole. Al entrar pude ver en el techo el ventilador
encendido y a ella mirando por la ventana; la oscuridad hizo que tardara unos segundos en
verla claramente..ella estaba colgada, estaba muerta…
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5. DAME LA MANO
Una chica se queda a dormir en la casa de su amiga después del colegio, entre juegos y risas acaban
contando historias de terror por lo que ambas se van a dormir bastante asustadas. Las dos se acuestan en la
misma habitación aunque lo hacen en camas separadas porque la hermana de una de ellas había fallecido el
año pasado en un trágico accidente doméstico y la cama quedaba libre. Mientras tratan de conciliar el sueño
comienza una tormenta y entre el miedo que les ha producido contarse historias de miedo y los truenos que
empiezan a sonar, ninguna de las dos puede dormirse. Cuando el sonido de la tormenta se hace más intenso
ambas empiezan a temblar de miedo y una de ellas asustada le dice a la otra: “Dame la mano” Ambas estiran
sus brazos desde sus camas para consolarse y protegerse la una a la otra, mientras se dan la mano su miedo
parece desvanecerse por lo que finalmente a altas horas de la noche ambas se quedan dormidas. A la mañana
siguiente se despiertan con total normalidad, el día parecía haber aclarado por lo que deciden salir a jugar al
jardín de casa. Pero antes la madre les prepara un desayuno que ambas comparten mientras recuerdan el
susto que pasaron la noche anterior. “Menos mal que me diste la mano anoche, me moría de miedo” – dijo una
de ellas. “Gracias a ti amiga, yo estaba tan asustada como tú” La madre que escucha la conversación les
pregunta si han movido las camas, ya que están muy separadas la una de la otra y sería imposible que sus
cortos bracitos se alargaran tanto como para que se pudieran dar la mano estando acostadas. Las dos amigas
confundidas vuelven a la habitación y prueban a darse la mano nuevamente estando tumbadas. A ambas les
recorrió un escalofrío por la espina dorsal al comprobar que sus manos quedaban a casi un metro de distancia
con los brazos totalmente estirados. Parece que esa noche no sólo los vivos tenían miedo.
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6. LA MUÑECA DE MI HERMANA
Esa misma noche, mi hermana, desde su cama, me pidió si le podía acercar la muñeca puesto que se la
había olvidado en la mesa de la cocina. Algo asustado, bajé las escaleras de nuestra antigua casa, pero
sorprendente mente al entrar en la cocina no había ni rastro de la muñeca, algo que me hizo tener
escalofríos puesto que yo mismo hubiera jurado que la muñeca se encontraba sobre la mesa de la
cocina. Me acosté y me quedé pensando sobre lo que había pasado con la muñeca, intentando darme
cuenta de que eran miedos infundados y que un objeto inanimado no puede ser peligroso para las
personas. Tras un rato de pensamientos absurdos conseguí encontrar un poco de sueño y me dormí.
Abrí los ojos tras un rato pues sentí un ruido en mi habitación, en ese momento vi a la muñeca sobre mi
armario, tenía los ojos iluminados y se empezó a mover hasta mi cama, precipitándose sobre mi en
donde comenzó a ahogarme con sus pequeñas y frías manos. Luché con todas mis fuerzas, y pese a
que me hizo alguna herida, conseguí liberarme de ella y tirarla por la ventana. En ese mismo momento, y
por la falta de oxigeno tras el forcejeo me me desmayé cayendo de forma abrupta al suelo. Me levanté
en el hospital junto a mis padres, lo que me reconfortó. Pregunté a mi madre por mi hermana, me dijo
que estaba bien, en la escuela, y que se había llevado la muñeca al colegio…
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