El documento repudia los dichos recientes que niegan los crímenes de la dictadura militar en Argentina y las pintadas que atacan a organizaciones de derechos humanos. Defiende que los juicios por crímenes de lesa humanidad buscan justicia, no venganza, y que son obligaciones de Argentina según tratados internacionales de derechos humanos. También destaca las políticas de derechos humanos de los últimos 10 años como actos de reparación histórica para consolidar el "Nunca Más".