El documento presenta un discurso del presidente francés Nicolas Sarkozy criticando a políticos de izquierda e intelectuales progresistas. Sarkozy los acusa de promover el relativismo moral desde 1968 y destruir valores como la excelencia, la ética y la cultura del trabajo. También critica su hipocresía al defender servicios públicos pero no usarlos y al apoyar a ocupas pero no aceptarlos en sus propias casas.