Los dirigentes Guadalupe Acosta Naranjo y Fernando Belaunzarán Méndez envían una carta al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PRD para explicar su apoyo a Javier Corral como candidato a gobernador de Chihuahua. Argumentan que Corral es un demócrata que se ha enfrentado al gobierno autoritario y corrupto de Chihuahua, mientras que el CEN y la dirección estatal del PRD en Chihuahua están sometidos al gobierno. Proponen acuerdos entre partidos opositores para
1. Carta al CEN
¿Por qué apoyamos a Javier Corral
A los integrantes del Comité Ejecutivo Nacional del PRD
P r e s e n t e
Distinguidas y distinguidos dirigentes:
Por los medios de comunicación y las redes sociales nos enteramos que decidieron citar-
nos junto a los diputados del Estado de México que aprobaron la infame y represiva #Le-
yAtenco. Se dice que nos llaman para que expliquemos nuestras declaraciones a favor de
Javier Corral en Chihuahua. Estamos listos y dispuestos para acudir al CEN para ha-
blar de éste u otros temas y sólo estamos a la espera del citatorio. En tanto eso sucede,
queremos aclarar algunos puntos.
1.- Nuestro caso es absolutamente distinto al de quienes avalaron una ley que da faculta-
des a la policía mexiquense para reprimir y violar derechos humanos a discreción. Mien-
tras tales legisladores mostraron sometimiento a Eruviel Ávila y un abandono de nuestra
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2. línea programática en un tema tan delicado para el país, nosotros proponemos al PRD
enfrentar a César Duarte. A ellos los citan por servir a un gobernador autoritario, incapaz
y corrupto; a nosotros por querer combatir a uno igual o peor.
2.- Es de sorprenderse que nos llamen a cuentas por falta de disciplina institucional por-
que es de lo que más han carecido no pocos de ustedes; algo tan evidente que hasta el
TEPJF acaba de recriminarlos por eso. En lugar de representar a la dirección del par-
tido, la mayoría defiende con uñas y dientes el interés de su facción y en sus con-
frontaciones involucran a los órganos electoral y jurisdiccional, haciendo de la autonomía
de éste último una farsa y del Estatuto un adorno. Se llega al extremo de que sus resolu-
ciones sean frecuentes monedas de cambio en las negociaciones entre grupos. Hemos
visto el espectáculo bochornoso de que integrantes del CEN y del servicio electoral ava-
len por instrucción de su corriente distintos consejos estatales, haciéndolos en paralelo,
en lugar de ser factores de unidad partidaria. Reconocemos que aceptaron que el pre-
sidente fuera alguien ajeno a las tribus, pero éstas tienen a todas luces copado y mania-
tado al comité. En fin, les ayudaría primero ser institucionales y luego, con autoridad polí-
tica, reclamárselo a los demás.
3.- Después de las elecciones del año pasado y la salida de importantes fundadores del
partido, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas, los dirigentes del PRD teníamos que elevar la
mira y ver por el interés general -el de la sociedad primero, el del partido después y el de
la corriente al final; pero las tribus no aprenden ni con el apremio de la sobrevivencia. Si-
guen privilegiando la lucha interna y por eso no se atreven a enfrentar en serio y polarizar
con el PRI, pues quieren que sus gobiernos les ayuden a dirimir a su favor la contienda
por la dirección del partido el próximo año. No es casual que el referente de la mayoría
de los diputados perredistas que avalaron la Ley Atenco, ADN, sea el grupo que
más pugnó por reducir las alianzas amplias opositoras a su mínima expresión. Para
sacar la coalición en Veracruz, el presidente Agustín Basave tuvo que poner su renuncia
sobre la mesa -recomendamos volver a leerla-, pero en otros estados, cuyas direcciones
pedían alianza, tendrán que ir solos y ser funcionales, en contra de su voluntad, a la es-
trategia priísta de fragmentar el voto opositor. En Oaxaca pudimos asegurar el triun-
fo nombrando al mejor candidato, como debería de ser normal en cualquier par-
tido democrático del mundo, al que tenía más trayectoría en nuestra organización, ya ha-
bía ganado el estado por mayoría en 2012, tiene una propuesta más cercana a nuestro
programa y cuenta con mayor simpatía ciudadana, pero se permitió y solapó la imposición
del gobernador Gabino Cue a favor de quien perdió 2 a 1 en las más de 10 encuestas co-
nocidas, lo que provocó otra división en la izquierda oaxaqueña para beneplácito del PRI
2
3. y del corrupto muratismo. Se les olvidó el movimien-
to social que dio nacimiento al PRD, el cual surgió
a raíz de la ruptura de la Corriente Democrática que no
aceptó el dedazo del Ejecutivo que impuso a Carlos Sa-
linas.
Si bien reconocemos que en Tlaxcala y Quintana Roo
tenemos buenos candidatos y buenas perspectivas de
triunfo, en otros lados la cruenta lucha facciosa que se
escenifica en el CEN ha complicado nuestras posibilida-
des, como es el emblemático caso de Zacatecas. Cuan-
do más hay que mirar al frente no dejan de verse el om-
bligo.
Ahora bien, el motivo por el que se anuncia nos citarán:
¿Qué pasa en Chihuahua?
4.- Resulta inexplicable que pactáramos alianzas amplias con el PAN en cinco
entidades y no vayamos también en Chihuahua. Ahí padecen un gobierno priísta
autoritario con escándalos de corrupción -el gobernador tuvo la desvergüenza de invertir
dinero público en el banco de su propiedad-, gran malestar social y un candidato opositor
con amplias posibilidades de ganar. Javier Corral es un prestigiado demócrata
consecuente, se ha enfrentado con entereza a los poderes fácticos y demostró un gran
aplomo para oponerse a la reforma energética, ejerciendo la legítima objeción de con-
ciencia frente a una decisión de partido. La trayectoria de Corral y las coincidencias pro-
gramáticas que tenemos con él son muy buenas razones para apoyarlo. Sin embargo,
ningún miembro del CEN que votó, ni tampoco Hortensia Aragón que controla la dirección
estatal, se han atrevido a dar un solo argumento que explique por qué rechazaron esa
posibilidad y decidieron que el PRD fuera solo, en contra de la voluntad del presidente
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4. nacional, Agustín Basave, quien presentó un voto
particular a favor de postularlo en alianza. Sería
injusto no mencionar al secretario de jóvenes,
Sergio Leyva, chihuahuense que propuso ir en
alianza. Es verdad que la dirección estatal operó el
registro de otro candidato, pero eso se explica por
su evidente sometimiento al gobierno del estado.
Baste recordar que hace tres años fueron en
alianza con el PRI a pesar de que el CEN la re-
chazó y que la opinión pública estatal hace mofa
recurrente por el "duartismo" del partido, en vir-
tud de que le aprobó todo al gobernador en el
congreso local. Eso explica también por qué deci-
dieron registrar a un expanista -así que no se trata de un problema ideológico con
"la derecha"-, para que, en lugar de quitarle votos al PRI, se le resten a la genuina opo-
sición. No hay una sola medición que ponga en la competencia por la gubernatura a Jai-
me Beltrán del Río, a quien se le asocia con el mismo banco de Duarte. Digamos las
cosas como son: la estrategia decidida por el CEN y el Comité Estatal de
Chihuahua, conscientemente o no, ayuda a la continuidad autoritaria del
priísmo en esa entidad, no obstante existir un candidato opositor que sí tiene posibili-
dades de triunfo y que representa el cambio democrático: Javier Corral.
5.- ¿Somos oposición o somos comparsa? El Congreso Nacional estableció con
claridad que nuestro adversario principal y estratégico es el PRI. Nosotros queremos que
se cumpla cabalmente esa definición meridiana de nuestro máximo órgano de dirección y
no admitimos simulación. Por eso somos promotores de la construcción de un
gran frente opositor rumbo al 2018 y en consonancia con esa política estamos
planteando que durante las campañas de este año se den nuevos esfuerzos de unidad.
Por lo pronto, aquí presentamos una propuesta que recuerda la histórica declinación de
Heberto Castillo por Cuauhtémoc Cárdenas: Que en Chihuahua, Zacatecas, Oaxaca,
Tlaxcala, Sinaloa y otros estados que considere la dirección nacional se promuevan
acuerdos entre candidatos opositores, desde el PAN hasta Morena, incluyendo a sociedad
civil, para que a fines de abril o principios de mayo se den declinaciones de facto a
favor del mejor posicionado en las en-
cuestas, bajo el compromiso de confor-
mar gobiernos de coalición que esta-
blezcan la normalidad democrática y
medidas de justicia social. Preámbulo
de la gran alianza que debemos con-
formar en el Estado de México el
próximo año. ¿O quieren contribuir a
que el PRI vuelva a ganar ese estado
caminando como en 2011? El gobierno
de la república está rebasado por los
problemas, carece de rumbo y está
hundido en el descrédito, buena coyun-
tura para polarizar electoralmente con el
oficialismo. Elevemos la mira, el PRD
y las fuerzas democráticas pueden
disputar la nación en la próxima
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5. elección presidencial. Si tenemos eso en mente nos daremos cuenta que en todos los
aspectos es mejor que pelearse salvajemente por el control y la "interlocución con el go-
bierno" de un partido que se dirige a la marginalidad.
México padece un proceso de regresión autoritaria que se expresa en múltiples ámbitos.
La campaña de calumnias contra Emilio Álvarez Icaza, el Grupo Internacional de
Expertos y otros defensores de derechos humanos sólo es una muestra. Mientras el
gobierno opera las alianzas oficialistas sin problema y elecciones de Estado, mete sus
tentáculos en los partidos de oposición para que estos no se junten. También en el PAN lo
han hecho, como quedó de manifiesto en Hidalgo y Sinaloa. Fue correcta la decisión del
Congreso de ubicar al PRI como nuestro adversario fundamental, acuerdo que no-
sotros hemos cumplido a cabalidad. Ya se van a cumplir cinco meses del último Consejo
Nacional. Urge su convocatoria para que ahí se dirima la línea política en estos momentos
decisivos.
Como ven, amigos y amigas del CEN, tenemos mucho que dialogar. Siempre hemos
asumido la responsabilidad por lo que decimos y hacemos. Quedamos atentos al citatorio
y cuenten con nuestra presencia. De nuestra parte encontrarán franqueza, respeto y
fraternidad. Les proponemos que el diálogo sea público y de cara al perredismo y la
sociedad.
Reciban todos un abrazo.
Ciudad de México, 29 de Marzo de 2016
Democracia ya, patria para todos
Guadalupe Acosta Naranjo Fernando Belaunzarán Méndez
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